Osasuna rompe los esquemas a Flick y acaba con el invicto del Barça en una exhibición (4-2)

Osasuna nunca se rinde, pero de jugar saben un rato. Con eso se habrá quedado Hansi Flick en su primera visita a El Sadar, que probablemente nunca olvidará. El Barça abandonó Pamplona con la primera derrota de la temporada en LaLiga, perdiendo el invicto y siendo superados con claridad por un Osasuna imparable por momentos. Cuatro tantos (dos de Budimir, uno de Bryan Zaragoza y uno de Iván Bretones) a dos (Pau Víctor y Yamine Yamal) que hicieron justicia a lo visto en el campo.

Hansi Flick había avisado en la previa del encuentro de Pamplona que "evidentemente" habría rotaciones. El alemán, consciente del exagerado calendario que viven los equipos de élite en Europa, dejó fuera del once inicial a nombres como Lamine Yamal o Raphinha, sus hombres más desequilibrantes en este inicio de temporada. Era el momento de los chavales, de canteranos que están teniendo oportunidades debido a las lesiones del conjunto azulgrana y a su pobre capacidad de mercado. Los Pau Víctor, Pablo Torre, Gerard Martí o Sergio Domínguez partían de inicio ante Osasuna.

En frente, la camiseta roja y el pantalón azul oscuro que prometen un partido incómodo, siempre. La fama de El Sadar es conocida -y merecida-, pero el equipo de Vicente Moreno no es solo intensidad, hay mucho fútbol en Osasuna. Sufrieron en los minutos iniciales, pero el guion de la película iba a cambiar apenas un cuarto de hora después de comenzar el partido.

Bryan Zaragoza sacó un metro de sobra a un Koundé que no midió bien, el futbolista cedido por el Bayern de Múnich colgó la pelota tensa al cento del área y ahí apareció un coloso llamado Budimir. El futbolista croata, a sus 33 años, fue un hombre entre niños —niños buenísimos, excepcionales, pero niños al fin y al cabo— y ganó el paso tanto a Cubarsí como a Sergio para marcar el primero de un cabezazo.

Celebración de los rojillos. (EFE/Iñaki Porto)

Osasuna propuso un partido de ida y vuelta y el Barça no encontraba argumentos para rechazar el ofrecimiento. El centro del campo de Pedri, Torre y Eric García de pivote sugería ciertas carencias y el control de la medular blaugrana no llegaría en todo el encuentro. Cuando el Barça todavía se estaba desperezando del gol de Budimir, llegaría uno de los tantos de la temporada firmado por Bryan Zaragoza. Pablo Ibáñez puso un pase en profundidad preciso y precioso, el extremo encaró en uno contra uno ante Iñaki Peña, superándolo con una pisada descomunal. Celebró con rabia y chulería, se lo había ganado, pocos en España tienen más talento que Bryan.

El Barça protestó una falta previa a Pau Víctor. El contacto existió, pero Cuadra Fernández estaba a dos metros e interpretó que la acción no era merecedora de sanción. Dos a cero y fiesta en El Sadar. No se amilanó Osasuna por ir delante en el marcador, con un Barça que no encontraba los huecos. El descanso tampoco supuso cambios en el once de Flick.

La mejor ocasión blaugrana llegaría en las botas de Lewandowski, quien falló un disparo franco, recordando más al polaco de la pasada temporada que a su versión del curso actual. No fue el día del goleador de Flick. Pese a ello, la insistencia culé a partir del minuto 50 tuvo su premio. Sergio Herrera pasó de héroe a villano en apenas instantes, protagonizando un doble error garrafal. Primero cedió la pelota a los blaugranas cuando lanzaba un contraataque, después se comió el tanto de Pau Víctor que había golpeado mordido. Alegría para el canterano, que celebró su primer gol en primera división. Cruz para Herrera, pese a que su partido estaba —y fue— más que notable quitando la jugada del tanto.

La visceralidad de Endrick, el futbolista diabólico del Real Madrid que se zurra con todosUlises Sánchez-FlorEl brasileño es de los que se revuelve en el campo cuando sale para exprimir sus minutos y si le pinchan, responde. Lo hizo contra el Alavés con una patada en la entrepierna a Mouriño

Flick sacó a la artillería: las balas eran Yamal y Raphinha, pero ni la inercia del tanto cambió demasiado el partido. Tuvo ocasiones el Barça, pero Osasuna nunca le perdió la cara. Lewandowski, por cierto, fue sustituido en el 70. El partido se convirtió en un correcalles, con más descaro por parte de los Zaragoza o Ibáñez, quienes generaban peligro por las bandas. En una de esas jugadas, Budimir iba a sentenciar cuando fue barrido por Domínguez. Penalti claro y amarilla, al entender Cuadra Fernández que sí tenía alguna opción de disputar la pelota. Iñaki Peña adivinó el lado al croata, pero su disparo fue ajustado al palo, imposible para el guardameta.

El Barça ni siquiera murió en la orilla, con Osasuna llegando con más claridad en los minutos finales. Iván Bretones sentenciaría con un golazo desde 30 metros, de semivolea y en estático. Impecable. De golazos iba la cosa y Yamal acudió a su cita con el marcador gracias a un zurdazo para poner el 4-2 definitivo, aunque inquietó a la afición rojilla en los últimos minutos.

Flick daría oportunidad a Ansu Fati, pero no dispuso de ocasiones. Se acabó así el invicto de los blaugranas en liga, justo un día antes de que su mayor perseguidor, el Real Madrid, visite el Metropolitano del Atlético de Madrid. Los rojillos se marcharon a la cama felices y orgullosos y no era para menos, el partido de Osasuna fue un espectáculo.

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