Tan de moda en estos tiempos, el estoicismo diferencia entre la primera y la segunda percepción. Aquella sería la inicial que el ser humano recibe a través de los sentidos. La siguiente aporta su interpretación subjetiva a aquello que llega a su cuerpo y su mente. Lance Stroll haría de perfecto ejemplo para ilustrarlas en el pasado Gran Premio de Brasil.
Durante la vuelta de formación, el canadiense se enredaba en un trompo inesperado. A continuación, intentó volver a la pista a través de la empapada pucelana, quedó atrapado, y se bajó inmediatamente del monoplaza. Una maniobra de resultado evidente no ya para cualquier piloto, sino hasta para el simple aficionado. De hecho, las tribunas se alborotaron cuando el Aston Martin quedó atrapado en la grava. En qué pensaba Stroll cuando buscó entrar en una trampa para elefantes es una incógnita.
Si el trompo fue una primera impresión, la segunda se antojaba como una maniobra deliberada para evitar el trago de un gran premio complicado con el peor monoplaza verde que han sufrido sus dos pilotos. Torpeza mayúscula, o falta de la motivación para afrontar el tormento que adivinaba, queda a la segunda impresión de cada uno.
El gran error de Stroll no ha pasado desapercibido para algunas voces, que añadían más argumentos a esa aparente indiferencia del canadiense con la que gestiona su trayectoria en la Fórmula 1. Al menos, para el gran público, y a la que tampoco brinda ayuda el "por ser vos quien sois".
El canadiense se mueve en la Fórmula 1 con un perfil bajo. (Europa Press/Xavi Bonilla)Un engendro de carreras
"En cuanto pisé el freno, tuve un bloqueo trasero enorme y, a partir de ahí, solo era un pasajero. Nunca había sentido eso en el coche, así que tal vez hubo un problema de fallo de frenos. Es una pena, en una carrera como esta todo era posible", explicaba al terminar. Ciertamente, el sistema de frenada también falló con Alonso. Antes, los dos pilotos acabaron fuera de la pista en entrenamientos, por lo que el equipo hubo de montar un ‘puzzle’ con los elementos disponibles, ya escaso de repuestos después de tres carreras seguidas.
"Estaba claro que ambos pilotos estaban luchando contra un coche que era increíblemente difícil de conducir durante la carrera del domingo. Nuestro análisis posterior al fin de semana ha resaltado varios factores que explican esto", ampliaba Mike Krack tras la cita brasileña. "Después de los accidentes de ambos coches en la clasificación, tuvimos que reemplazar muchos componentes con una especificación diferente debido a la disponibilidad al final de un triplete de carreras".
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