Pogacar es el más grande: gana el Mundial después del Giro y el Tour

Faltan 30 kilómetros para la conclusión del Mundial entre los lagos de Zúrich y la duda es con quien comparar a Tadej Pogacar, si es que tiene comparación, si la historia recuerda un ciclista así, si Eddy Merckx era igual o parecido. El oro del arcoíris es suyo, como el Giro y el Tour, como la Strade Bianche que conquistó en marzo, como cualquier reto que se propone. Como Merckx y Stephen Roche, es el único ciclista que ha ganado Giro, Tour y campeonato del mundo en el mismo año. El fenómeno esloveno descabezó el Mundial con un ataque de 100 kilómetros, suicidio para la mayoría, locura incluso para él, superdotado, voraz, astuto, un tipo que disfruta y sonríe con su profesión. Alguien que destroza los pronósticos. Vocación más pasión. Pogacar es el más grande. Una flecha verde traspasa las colinas de Zúrich. Eslovenia vuelve a mostrar las virtudes de su país a partir de un maillot verde flúor, de unas piernas que trituran como mazas la bici Colnago, un cuerpo que no se mueve, la mirada fija en la calzada, la determinación por bandera. Pogacar en acción es una maravilla del deporte. Ben O'Connor, el líder durante más de media Vuelta, extrae la plata después de 270 kilómetros y casi siete horas de esfuerzo, y Mathieu van der Poel, el prodigio holandés, consigue el bronce. Enric Mas fue el primer español, puesto octavo en el grupo de los mejores. (En ampliación)

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