Si es cierto eso que se comenta por el paddock en Brasil, que Red Bull ha ofrecido a Williams 20 millones de euros por hacerse con los servicios de Franco Colapinto, observen el descomunal contraste: En menos de un año, Williams y los representantes del piloto argentino han pasado de sufrir lo indecible para completar un presupuesto cercano a los dos millones de euros para competir en Fórmula 2, a ser la pieza actual más cotizada y clave del mercado de pilotos.
Es obvio que toda esta locura desatada alrededor de Franco tiene que ver con el descomunal talento que ha mostrado desde su debut. En apenas cuatro carreras desde que sustituyera en Williams a Logan Sargeant, ha quedado claro que el argentino ha llegado para quedarse. Lo desconcertante es que hablemos de un piloto que brillaba, pero no abrumaba en Fórmula 2. Hablamos también del mismo piloto que coleccionaba hasta hace poco más rechazos a sus propuestas de patrocinio que aprobaciones. Qué gran lección de prudencia estamos viviendo a la hora de juzgar cualidades y potencial de jóvenes promesas.
Colapinto ha dejado claro que en la Fórmula 2, aunque se supone que todos llevan coches iguales, la realidad es otra. Los que están muy dentro de la competición lo saben, pero desde fuera se dice con demasiada facilidad eso de "si no arrasa en las categorías inferiores, es que no será tan bueno". Hasta Helmut Marko dijo que casi prefiere a Isak Hadjar de la academia Red Bull que al argentino "porque le ganaba en las categorías inferiores". Es obvio, que el Dr. Marko no está en el terreno de los ignorantes, pero sí en el de los que les gusta que suba el pan cada vez que hablan.
💣🇦🇷 ATENCIÓN a las palabras de Horner, jefe de Red Bull, sobre la posibilidad de que Colapinto se sume a la escudería🗣️ "Colapinto es un piloto interesante. Es sorprendentemente mucho mejor de lo que todo el mundo pensaba en Fórmula 2. Sería un mal líder de equipo si no… pic.twitter.com/BIfgBywqfd
— Diario Olé (@DiarioOle) October 30, 2024En Fórmula 1 en ocasiones también se da la circunstancia de que los dos coches del mismo equipo no son iguales, pero por regla general, la comparativa con el compañero de equipo es el método más fiable de evaluar un piloto. Si por ejemplo, Ricciardo ha tenido que decir adiós a Racing Bulls y Colapinto se ha convertido en la gran sensación es porque en la comparativa frente a Tsunoda y Albon, el primero ha salido perdiendo y el segundo ganando. Y se esperaba que ocurriera justo lo contrario en ambos casos.
La excitación por el potencial
Por lo comentado anteriormente es por lo que los equipos han tomado nota y ahora se rifan al nacido en Pilar, al norte de Buenos Aires. Cuando alguien irrumpe en escena y, le aprieta las clavijas a un valor reconocido como es Alex Albon, es obvio que tienes que ser muy bueno. Y lo más importante aún, lo extraordinario que puedes llegar a ser. Hay veces que debutantes espectaculares tenían cercano ya su techo como piloto, pero lo razonable es pensar que Colapinto tiene aún mucho margen de progresión. Ese factor es el que hace desatar la excitación.
Franco Colapinto en la sesión del viernes del Gran Premio de Brasil. (EFE/Isaac Fontana)Esto siempre ha ocurrido en Fórmula 1 a lo largo de la historia. Podemos recordar, por ejemplo, el debut de Michael Schumacher con Jordan en 1991. El káiser asombró de tal manera en su aparición que para la siguiente carrera, Flavio Briatore se las ingenió para despedir a Roberto Moreno y ofrecerle un contrato a largo plazo en el equipo Benetton junto a Nelson Piquet. Muchos tildaron a Briatore de temerario, pero el manager debió decirse: si en su debut, le da una paliza a De Cesaris, el potencial de este chaval es descomunal. El resto es historia.
Es verdad que Andrea De Cesaris, fue un piloto muy errático, pero era innegable que a una vuelta era muy rápido. El asombro era general en el paddock, y al estilo de lo que ocurre ahora con Colapinto, se desató la rumorología de ofertas. Y ahí es donde entra la gran clave de todo el juego: el timing. Esta expresión inglesa no tiene una traducción exacta al español, pero podríamos asemejarla a lo que ocurre en el mercado inmobiliario. El éxito consiste en leer mejor que nadie para saber cuando debes ser vendedor o comprador.
Urgencias en Red Bull
Y el timing ahora favorece a Colapinto y perjudica a Red Bull, que es quien ha apostado más fuerte hasta ahora. En el equipo de las bebidas energéticas andan desesperados en encontrar recambio a un Max Verstappen. Tienen asumido que más pronto que tarde el neerlandés va a abandonar el equipo. Pero aunque la ola buena ahora favorezca al argentino y a sus representantes, cuidado también con no jugar bien las cartas. Una oportunidad de correr en Red Bull no pasa todos los días y en la Fórmula 1 se pasa de la excitación al olvido con mucha facilidad.
Luego está por ver también los riesgos de la operación. Decidir, por ejemplo, si es buena idea irse a Red Bull estando todavía Max Verstappen en el equipo. Se trata de una situación de enfermería o puerta grande, al ponerte delante de ti al toro más bravo y a la vez más difícil de lidiar. Y esto también forma parte de ese famoso timing. Si por precipitarte das un paso en falso, se pincha el globo y empezarían a surgir los "vaya, pues no era tan bueno como parecía". Y sería un grave error. Ahí es donde entra el arte de un representante para negociar plazos, garantías, escenarios, etc.
Franco Colapinto, en acción. (Reuters/Carla Carniel)Un asiento en el equipo actual campeón mundial desde luego que es una perita en dulce, pero ojo también a entrar en Red Bull cuando todavía siguen con su guerra civil soterrada. Horner parece ser el valedor de Colapinto y Marko su detractor. Y no porque el veterano manager austríaco no crea en el talento del argentino, -tonto no es-, sino porque, una vez más, queda en evidencia la inutilidad de su academia como cantera de pilotos para el primer equipo. Horner por eso mismo, ha puesto toda la carne en el asador. Ni Racing Bulls como período de formación ni historias. Directamente al equipo A.
Pero aquí falta lo más importante, que es la decisión que va a tomar al respecto James Vowles, el jefe del equipo Williams. Vowles como titular de los derechos deportivos de Colapinto en los próximos años, es el que tiene la última palabra. Sabe que no le van a pagar el mismo dinero ahora que el argentino está en acción que cuando está en la trastienda como piloto de pruebas. Sabe que tampoco es buena idea interponerse en el camino de una estrella emergente por mucho contrato que te soporte. Es hora de jugar sus opciones con inteligencia y por supuesto de nuevo manejar bien la gran clave, que es el timing.
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