Por qué el mar es el gran olvidado de los compromisos de sostenibilidad

Si se preguntase a una persona cualquiera por la calle sobre protección de la naturaleza, seguramente hablaría de bosques, animales o contaminación. Parece poco probable que mencionase a los océanos , que —y a pesar de su importancia extrema en el equilibrio del planeta— suelen quedarse un tanto olvidados. También lo son para las empresas en sus estrategias y compromisos de sostenibilidad. Así lo demuestra un estudio reciente, elaborado por Pacto Mundial España, indica que solo el 10% de las empresas españolas prioriza el cuidado de los océanos en sus estrategias de sostenibilidad. «La conclusión es que el ODS número 14 es el objetivo menos importante de los 17, lo que indica que los océanos y el compromiso con el mar no está en las prioridades de las empresas», apunta Irene Hurtado, project manager en Gravity Wave , una compañía especializada en la recuperación y revaloración del plástico en los mares. Los datos del informe se completan con un análisis de esta compañía, que ha establecido un ranking de los sectores que más trabajan en la protección de los océanos. Lo lideran las compañías de productos farmacéuticos, seguidas en este orden por la banca, la industria del ocio, viajes y turismo, los fabricantes de mobiliario y la automoción. En el orden sorprende que la banca adelante al turismo —que vive en España en alto grado de los océanos— en la protección de los mares. «La razón principal es que hay nuevos bancos que están cada vez más enfocándose en conectar la salud financiera con la salud medioambiental», explica Hurtado. Sus clientes les demandan un «compromiso más fuerte con la sostenibilidad» y tienen también «un mayor margen económico para poder apostar por este tipo de proyectos a largo plazo». El músculo económico limita los movimientos del sector turístico. Más allá de lo que ocurre con ciertos sectores concretos, cabe preguntarse qué lleva a las empresas en general en pensar menos en el mar cuando trabajan en sostenibilidad. ¿Es que el mar resulta más difícil luego de vender en comunicación o se asume que es una responsabilidad que recae, sobre todo, en las compañías que trabajan directamente con sus recursos? «El mar suele ser olvidado por varias razones», apunta Hurtado. Asumir que su cuidado es cosa de la industria que trabaja de forma directa con él es una de ellas, aunque, como recuerda la experta, eso no es realmente así. «El compromiso con el mar no es exclusivo de las empresas del sector marítimo», indica. Por otro, suma, a los océanos les perjudica la propia naturaleza de sus problemas. Son muy complejos y parece que son demasiado difíciles de solucionar. «Los problemas del mar no son tan visibles como la deforestación o la contaminación del aire, lo que hace más difícil comunicarlos de manera efectiva», añade. En cierto modo, esto funciona como la pescadilla que se muerde la cola, porque se prioriza lo visible y «tangible» en los compromisos medioambientales y los problemas del mar se perciben como algo abstracto. Por eso, no solo las empresas piensan poco en el tema, tampoco lo hace la ciudadanía. «Cuando nos hablan de compromiso verde, lo primero que pensamos es en plantar árboles y reciclar», señala Hurtado. «El mar no suele estar en nuestro radar porque sus problemas no son tan evidentes como los de la tierra», apunta. Es más fácil ver un árbol talado y hemos hablado mucho más de cuestiones como la deforestación o la contaminación que sobre los desafíos a los que se enfrentan los ecosistemas marinos. «Pero eso está cambiando poco a poco, y cada vez más gente se da cuenta de lo crucial que es cuidar nuestros océanos», señala. Al fin y al cabo, los mares son uno de los pulmones cruciales del planeta. Son uno de los 'sumideros' de carbono, uno que se encarga de capturar el exceso de calor. De ellos dependen desde el clima hasta la alimentación humana y se ven como una de las emergentes fuentes de energía limpia del futuro. Sin embargo, la contaminación y el calentamiento los están llevando a situaciones límite, que podrían derivar en una pérdida de biodiversidad , en una mayor frecuencia de olas de calor marinas (con terribles consecuencias) o en una subida de los niveles del mar . La situación es complicada. «Lamentablemente, los estudios científicos muestran que la situación está empeorando en muchos casos», recuerda Hurtado. Los años de experiencia en recolección de plásticos en los mares les han demostrado que las redes de pesca abandonadas son uno de los grandes problemas con los que se cruzan, porque son «de los residuos más abundantes y dañinos para la vida marina». A eso suma los microplásticos y plásticos en general que flotan a la deriva. Limpiar los mares, recuerda, es fundamental.

abc.es

Leer artículo completo sobre: abc.es

Noticias no leídas