Los grupos de WhatsApp del colegio no son (ya) tan malos como los pintan, si la familia sabe cómo manejarse en esta red social. Ahora, pasados los inicios de la fiebre por este canal de comunicación, donde las familias podían llegar a tener hasta 180 mensajes en el chat de padres acumulados sin leer, quizás sea buen momento de realizar un análisis del fin de los mismos y la mejor forma de darles uso. Porque en paralelo a la vuelta al cole, vuelve la actividad de los grupos de WhatsApp escolares . Grupos de padres divididos por clases, por grupos de amigos de los niños, por relaciones de amistad entre los propios padres e incluso grupos de clase de los niños con sus profesores. Pero, ¿resultan una herramienta realmente útil? ¿pueden ser un canal eficaz de comunicación para complementar la vida escolar? Y, en cuanto a los grupos de niños y profesores, ¿cómo encaja el uso de dispositivos móviles y el respeto por el descanso? Esta es la opinión (y los consejos) de Patricia Villaciervos, profesora del Máster Universitario en Tecnologías de la Información y la Comunicación Aplicadas a Educación de la Universidad Internacional de Valencia (VIU). quien recuerda las potencialidades de una herramienta que nos permite compartir información de forma rápida y sencilla, estar en contacto permanente y resolver cuestiones de forma casi inmediata. Por esa razón, aclara, «siguen existiendo estos grupos y utilizándose de forma masiva en los colegios entre los padres y madres, aunque desde hace años es un tema candente donde encontramos voces a favor y en contra de su uso». Sí o no a estos grupos de WhatsApp... Creo que hoy en día pocos son los que niegan que WhatsApp puede ser de mucha ayuda para facilitar la participación de las familias en los centros educativos, ya que uno de los grandes problemas de nuestra sociedad es la frenética actividad a la que nos vemos abocados intentando conciliar la actividad laboral, familiar, personal, etc. Las tecnologías móviles gratuitas y fáciles de usar, como esta aplicación, pueden ser grandes aliados para no sucumbir en el intento. No obstante, debemos ser conscientes también de sus inconvenientes. Hay familias a las que les resulta frustrante no poder gestionar la gran cantidad de información que se acumula a veces en estos grupos, donde además se mezclan con mucha asiduidad contenidos importantes con mensajes intrascendentes, hecho que se agrava para aquellas familias que tienen más de un hijo/a en edad escolar. Si a esto le unimos el mal uso que se le puede dar a estos grupos, por ejemplo, obligando a las familias a participar en ellos sin su consentimiento, utilizándolos para criticar al centro o a los docentes, exponiendo cuestiones personales, vulnerando la privacidad de los integrantes o de los menores a su cargo o, incluso, causando enfrentamientos, los problemas que se genera superan con creces a las ventajas que ofrece. En definitiva, para la creación y utilización de los grupos de WhatsApp en los centros escolares se deben cumplir unas normas básicas y este protocolo debe ponerse en conocimiento de toda la comunidad educativa, es muy importante además que la participación de todos los miembros sea libre y voluntaria y que su uso se ciña a asuntos y comunicaciones directamente relacionadas con el colegio. El uso abusivo de los grupos de WhatsApp del cole desciende a medida que niños van creciendo y pasan a últimos cursos de Primaria o de Secundaria. ¿Diría usted que es así? Hasta ahora me he referido siempre a los grupos de WhatsApp creados por los padres, madres o tutores legales del alumnado, cuya finalidad es compartir información sobre cuestiones escolares. En estos grupos sus miembros actúan desde su esfera personal y no como personal vinculado al colegio, por tanto, su actividad podría quedar excluida del ámbito de aplicación de la normativa en materia de protección de datos (la normativa excluye expresamente el tratamiento de datos personales «efectuado por una persona física en el ejercicio de actividades exclusivamente personales o domésticas»). Sin embargo, si tenemos en cuenta que las personas que componen los grupos pueden no conocerse unos a otros y que tienen que compartir datos personales como nombre, apellidos, teléfono y la imagen que hayan elegido para su perfil, se recomienda solicitar el consentimiento previo y expreso de cada uno de ellos para formar parte del grupo, de esta forma evitaríamos infringir, entre otros, el principio de confidencialidad de la información que conllevaría una sanción de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) . Estos grupos son los más frecuentes y los encontramos tanto en las etapas de Educación Primaria y Secundaria, como en la de Educación Infantil. Los genera normalmente un representante de las familias de una determinada clase, que actúa como padre o madre delegado/a elegido por el resto y es portavoz de muchas de las informaciones compartidas. Sin embargo, existen otras tipologías de grupos de WhatsApp que debemos tomar en consideración porque presentan características diferentes, me estoy refiriendo a los grupos creados por los centros educativos para comunicaciones escolares. Cuando es el colegio el que crea el grupo, este se convertiría en el responsable del tratamiento de datos y, por tanto, debe seguir el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de plena aplicación. Dentro de esta categoría encontraríamos, por un lado, los grupos entre profesores y padres, madres o tutores legales de los estudiantes. En este caso es necesario disponer obligatoriamente del consentimiento de los miembros antes de generar el grupo. Esto mismo es aplicable a los grupos creados por las Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (AMPAs). Por otro lado, encontramos los grupos en los que participan menores de edad, como los que se generan entre el profesorado y el alumnado. Los niños y niñas merecen una protección específica de sus datos personales y la normativa establece que la recogida y tratamiento de sus datos requiere ser consentido por quien ostente la patria potestad o tutela de los mismos. Es decir, son los padres, madres o tutores legales los que deben proteger a los menores a su cargo porque ellos son más conscientes de los riesgos, consecuencias, garantías y derechos que acarrea. Estos grupos creados por los propios centros educativos son menos frecuentes en general que los anteriores, primero porque existen otros canales de comunicación de los centros con las familias más oficiales, como email, plataformas educativas, web del centro, perfil en redes sociales, etc., que cumplen perfectamente con la finalidad necesaria, que es básicamente trasladar información desde el centro a las familias. Y en el caso de los grupos en los se incluyan a menores, considerándose cómo tal aquellos cuya edad sea inferior a los 14 años, además, estaríamos entrando en contradicción con la edad mínima necesaria para utilizar esta aplicación, que en Europa se ha modificado recientemente bajando de los 16 años a los 13 años, lo que implica que sea alumnado de, al menos, segundo curso de Educación Secundaria Obligatoria. ¿Para qué son útiles los grupos de WhatsApp mientras tanto? Porque para anuncios de algún tema importante escolar está el canal oficial de mail del colegio... Efectivamente, para que el centro educativo traslade información a las familias sobre procedimientos, normativa, actividades, o cualquier otra cuestión relacionada con la educación de sus hijos, hijas o menores a su cargo, lo aconsejable es utilizar los canales oficiales de comunicación que acabamos de mencionar, correo electrónico, plataformas educativas, web del centro, etc. De hecho, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), no recomienda el uso de aplicaciones de mensajería instantánea para realizar comunicaciones escolares. Sin embargo, WhatsApp nos ofrece unas funcionalidades que complementan esta comunicación y facilitan la participación de las familias en la educación de sus hijos e hijas. Entre estos beneficios encontramos en primera posición la rapidez, la información en WhatsApp se comparte de manera instantánea y, en ocasiones, cuando resulta necesario avisar de algún hecho urgente en el último momento, un mensaje en un grupo de esta aplicación puede resultar muy efectivo, llegando de inmediato y simultáneamente, a un gran número de familias destinatarias. Otra ventaja es la interacción, gracias al 'feedback' que permiten estos grupos, se pueden aclarar dudas, evitar malentendidos o fomentar un diálogo colaborativo si el objetivo es llegar a un acuerdo. Por otro lado, también es una herramienta que nos facilita tanto enviar recordatorios, por ejemplo, de reuniones, de actividades, de plazos importantes, etc., como organizar actividades concretas, ya sean excursiones, actividades extraescolares, fiestas de fin de curso y graduaciones, etc. Por último, también quisiera mencionar que los grupos de WhatsApp logran generar entre sus miembros un sentido de pertenencia al grupo donde los integrantes se ayudan y apoyan estableciéndose con el centro educativo un clima de colaboración familia-escuela, que es clave para el logro de los objetivos educacionales, la toma de decisiones y la gestión educativa. Por tanto, considero que si se utiliza de una forma responsable y respetuosa, pueden ser una herramienta muy valiosa para la comunidad educativa. ¿Hay una guía de 'etiqueta' para el uso del WhatsApp escolar? Al margen de apelar a la responsabilidad social individual de cada participante y de que los miembros de los grupos de WhatsApp utilicen el sentido común para guiar su participación, sí existen recomendaciones de uso adaptadas a diferentes contextos. Concretamente en el ámbito escolar estas indicaciones suelen partir de las propias instituciones educativas, de las asociaciones de padres y madres de los centros, de organizaciones educativas, de profesionales expertos en educación y comunicación e, incluso, de organismos oficiales, como Ministerios o Secretarías de Educación. En este sentido la Asociación Española de Consumidores comenzó al inicio de este curso académico 2024-2025 una iniciativa para fomentar el buen uso de esta red de comunicación en pro de una buena convivencia exponiendo las siguientes sugerencias: -Estos grupos son exclusivos para ofrecer información, por tanto, se debe compartir únicamente información relativa a la educación escolar de los niños y debemos asegurarnos que esa información es cierta y no se trata de un bulo. -Estos grupos no deben sustituir la agenda del niño. Los padres no deben asumir cargas que le correspondan a los menores de edad. - No se deben usar estos grupos para criticar al centro, profesores o padres. Esto tiene responsabilidades civiles en la medida que se hagan algunos contenidos inadecuados. -Se recomienda escribir sólo lo necesario para evitar una saturación de mensajes. -Por supuesto debemos respetar la privacidad, es decir, no se deben compartir fotos de menores de edad, profesores o del resto de padres sin consentimiento. Del mismo modo, no se deben compartir estas fotos fuera del grupo y sin permiso. -Finalmente, en caso de que exista alguna vulneración de derechos recomendamos solicitar asesoramiento previo y realizar denuncia ante la Agencia Española de Protección de Datos o tribunales en el caso de que la vulneración sea grave. En definitiva, la utilización de los grupos de WhatsApp en contextos escolares debería estar basada en el respeto, la colaboración, la tolerancia, la responsabilidad, la empatía, la precisión y la moderación de sus miembros, sin perder de vista en ningún momento la privacidad y seguridad tanto del alumnado, como del profesorado y de las familias o tutores legales de los menores. De esta forma podremos aprovechar los beneficios de la herramienta sin ofender ni perjudicar a nadie. ¿Qué cosas no hay que mandar a un chat del cole porque pueden molestar a otros, de tipo político, religioso, humorístico, etc.? En primer lugar, debemos tener siempre presente, como ya hemos mencionado anteriormente, que los grupos de WhatsApp escolares deben ser utilizados únicamente para compartir documentación e información estrictamente académica y que afecte a todas las personas participantes en el mismo. Partiendo de esta premisa y utilizando el sentido común, hay muchísimas cuestiones inapropiadas que se quedarían fuera de la ecuación, por ejemplo, y comenzando con los supuestos que se plantean en la pregunta, no se deben compartir memes o chistes, porque el humor es subjetivo y lo que a una persona le parece gracioso, a otra puede ofenderle y tampoco se debe hablar de política, ya que se puede generar un debate que origine discordia y malestar entre los miembros del grupo. A estos contenidos inadecuados debemos sumarle otros que también debemos evitar enviar como: -Información privada, además de ser un delito, otras personas podrían difundirla o explotarla. En esta categoría se incluiría también fotos o videos enviados sin el consentimiento expreso de los que aparecen en ellos. -Tareas o deberes académicos de los menores, los grupos no son una agenda escolar y no es aconsejable eximir al alumnado de sus responsabilidades. -Opiniones personales controvertidas, por ejemplo, de temas religiosos, sociales o deportivos. -Rumores, bulos, chismes o, en general, información no confirmada. -Comentarios negativos sobre otros, ya sea de profesores, estudiantes, familias o cualquier otra persona interna o externa al centro. -Mensajes ofensivos o agresivos, si surgen conflictos deben resolverse en privado. -Asuntos o problemas personales e íntimos. -Publicidad, ofertas o promociones no relacionados con el centro educativo. -Cadenas, mensajes dudosos o de spam. -Mensajes excesivamente largos o repetitivos que puedan resultar tediosos. - Invitaciones a eventos, como celebraciones o cumpleaños, donde no esté incluido todo el grupo. -Mensajes sarcásticos o irónicos que puedan malinterpretarse, no se debe ser ambiguo ya que en esta comunicación perdemos parte del contexto, de la comunicación no verbal, los gestos, la entonación, la actitud, etc. Evitando este tipo de contenidos inapropiados, manteniendo siempre una actitud positiva y de ayuda mutua y centrando las conversaciones en temas relevantes y educativos, evitaremos generar un ambiente tóxico y desagradable, contribuyendo a fomentar un ambiente colaborativo y respetuoso. ¿Hay unas horas específicas para escribir y otras para no hacerlo? Aunque no existe un horario común establecido formalmente para limitar la actividad en grupos de WhatsApp escolares, sí que se recogen entre las recomendaciones de uso de diversas instituciones unas normas básicas al respecto, entre las que encontramos evitar enviar mensajes muy temprano o muy tarde para respetar el descanso. Para establecer unos horarios concretos, un buen punto de partida sería seguir la normativa sobre el ruido que, en España, aunque hay ligeras variaciones entre diferentes comunidades autónomas y municipios, en general se establece que se permite el ruido de lunes a viernes, de 8.00 de la mañana a 21.00 o 22.00 horas de la noche, mientras que los fines de semana y días festivos este horario se reduce de 9.30 a 21.00 horas. A estas yo añadiría las horas de descanso de mediodía que en Sevilla, por ejemplo, son desde las 15.00 a las 17.00 horas. No obstante, es conveniente tener cierta flexibilidad, sobre todo en situaciones excepcionales o urgentes en las que no sea posible respetar el horario acordado. Al margen de establecer estas limitaciones de horarios, otra buena estrategia es silenciar el grupo en horario laboral, de descanso o cuando cada persona considere conveniente. Esta es una de las funcionales que permite la aplicación y presenta diferentes opciones, desde hacerlo durante unas horas concretas a hacerlo con carácter permanente. Sería conveniente que, siempre que se genere un nuevo grupo, acordar un horario de comunicación general y compartido que respete el descanso y la privacidad de todos los integrantes. Y, en cuanto a los grupos de niños y profesores, a partir de qué edad se da esta situación y cómo encaja en el uso de dispositivos móviles? Se supone que la Policía marca en los 14 años el uso de WhatsApp. Como decíamos al inicio de la entrevista, los niños y niñas deben tener una protección específica de sus datos personales y, aunque la normativa vele por su interés, deben ser los padres, madres y tutores legales quienes les protejan, sin perjuicio de que este deber se vea extendido a los colegios cuando se lleve a cabo la publicación o difusión de sus datos personales a través de WhatsApp u otras aplicaciones similares. Pero en este caso, no se trata solo de dar o no el consentimiento para el tratamiento de los datos de los menores, que es lo que establece la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), sino que debemos atenernos también a las recomendaciones de diferentes organismos como la Policía, la Comisión Europea y otras entidades de salud, bienestar y protección infantil, como la UNICEF, que suelen aconsejar a los padres sobre el uso responsable de la tecnología, sugiriendo que los adolescentes deben tener cierta madurez antes de usar redes sociales y aplicaciones de mensajería. A estas indicaciones se les suma las condiciones de la propia aplicación que, impulsados por la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA) europea, se han actualizado recientemente (con fecha 11 de abril de 2024), incluyéndose, entre otros, cambios respecto a la edad mínima de los usuarios para usar la aplicación. En Europa esta edad se ha reducido pasando de los 16 a los 13 años. Es decir, ahora los usuarios europeos que tengan al menos 13 años podrán crear cuentas en la plataforma y utilizar todas sus funciones sin violar las políticas de uso. Esta medida permitirá que población más joven acceda a la plataforma, con la consiguiente preocupación sobre la protección de su privacidad y la seguridad de sus datos. No obstante, WhatsApp ha asegurado que implementará medidas adicionales para salvaguardar la privacidad y seguridad de los usuarios menores de 16 años, incluyendo controles parentales y opciones de configuración de privacidad más estrictas. Asimismo, la plataforma continuará colaborando con las autoridades competentes para garantizar el cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables. Sin embargo, hasta el momento, no hay ningún sistema de verificación de edad ni medidas que soliciten la fecha de nacimiento para verificar si se cumple con la edad mínima requerida. Por todo lo dicho, la recomendación es que no se creen grupos de WhatsApp entre profesorado y alumnado hasta, al menos, el segundo o tercer curso de la etapa de educación secundaria, donde el alumnado tendrá generalmente 13 o 14 años. Es importante que, incluso en estos niveles, exista supervisión de los tutores legales de los estudiantes y que se establezcan unas pautas claras sobre cómo se deben utilizar estas aplicaciones, incluyendo límites sobre el tiempo de uso, el comportamiento en línea y la privacidad.
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