¡Miradlo en la Cruz! es la marcha creada por el compositor David Hurtado Torres con motivo del 450 aniversario del Santísimo Cristo de Burgos . Esta pieza, cargada de solemnidad y elegancia, fue estrenada en un concierto ofrecido por la prestigiosa Banda del Maestro Tejera en la parroquia de San Pedro durante la pasada Cuaresma. La marcha tuvo su interpretación en la calle por primera vez en un momento histórico: la salida extraordinaria del crucificado de Juan Bautista Vázquez 'El Viejo' el 1 de junio. Es una composición que, con tan solo unos meses de vida, e stá siendo interpretada desde su estreno en multitud de procesiones celebradas en la ciudad a lo largo de todo el año y fuera de las fronteras. Parece, al menos de momento, que es una obra musical que ha venido para quedarse. Sonó, por ejemplo, en la procesión extraordinaria de los titulares de los Estudiantes por el centenario fundacional por Maestro Tejera. También se oyó en la salida del Cachorro en el puente de la Inmaculada, con motivo del cierre del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, mientras que, el 21 de noviembre, en el regreso del Cristo de San Agustín a San Roque, imagen que formó parte de la exposición de la Catedral 'Fons Pietatis'. El Cristo de Burgos , la talla del Señor documentada más antigua de la Semana Santa de Sevilla, se hizo por parte de Juan Bautista Vázquez 'El Viejo', a semejanza del Cristo de San Agustín hace ya más de cuatro siglos y medio. Desde San Nicolás a Muñoz y Pabón era interpretada esta composición musical por la banda de la Cruz Roja. ¿Por qué? Pues esta obra musical que tiene como título un verso de las coplas del Cristo de Burgos, fueron realizadas por Muñoz y Pabón y que dicen así: Qué hermoso en tus ignominias, qué adorable en tus tormentos! Pétalos de pensamientos tus cárdenos labios son Temblad universos, que ha muerto la vida y ha sido extinguida la luz de la luz. Cargado de oprobios, de heridas cubierto, exánime, muerto, miradlo en la cruz. Temblad universos que ha muerto la vida y ha sido extinguida la luz de la luz. Salve, rey de los dolores. Tu corona son espinas, tus joyas llagas divinas, hórrida cruz tu sitial, en púrpura ardiente sangre, y cetros de tu reinado los clavos que te han fijado a ese leño criminal. ¡Qué grande te ven mis ojos! Tus pies rozando la roca, tu frente a los cielos toca, tu alma hasta el Padre llegó. Y tus brazos estirados paréntesis son que encierra la ya redimida tierra que tu sangre bautizó. ¡Qué hermoso en tus ignominias, tus cárdenos labios son, soles sin luz tus pupilas, y dulce y seguro puerto ése tu costado abierto que lleva a tu corazón.
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