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Hola,
¿Qué se hace cuando estás a punto de cumplir 40 años? ¿Subir en globo, saltar en paracaídas, teñirte el pelo, hacerte un tatuaje? O quizá, más bien, quedarte mucho rato pensando en el paso del tiempo, mirar fotos, repasar momentos, tratar de comprender cómo te sientes en este punto del que tanto has escuchado hablar: los 40, la famosa crisis, la mediana edad, la 'mitad' de la vida.
Sí, lo has adivinado, en unos días estreno nueva década. Me despido de la treintena y llego a los 40. No tengo crisis (creo), aunque si los cumpleaños siempre me dan para pensar y sentir, pues el de este año aún más. Ya no soy joven, pienso. Y otra Ana sale para decir: ya no ERAS joven, tía. Ya, pero ahora menos, ¿no? Ya no hay excusa ninguna, jeje. Por otro lado, ¿es que hace falta ser joven para algo? Qué mandato tan terrible el de la juventud, como si lo bueno de la vida no fuera precisamente que va pasando y la vamos viviendo. Qcomo escribió Carmen Martín Gaite, “lo raro es vivir”.
Creo que he alcanzado la edad del desconsuelo. Otros llegan antes. Casi nadie llega mucho después. No creo que sea por los años en sí, ni por la desintegración del cuerpo. La mayoría de nuestros cuerpos están mejor cuidados y más atractivos que nunca. Es por lo que sabemos. No es sólo que sepamos que el amor se acaba, que nos roban a los hijos. Es más bien que las barreras entre nuestras propias circunstancias y las del resto del mundo se han derrumbado a pesar de todo, a pesar de toda la educación recibida (…) Tengo entendido que después se llega a la edad de la esperanza."
Jane Smiley — La edad del desconsueloPero sí, cumplir 40 es aceptar que el tiempo pasa, que Instagram empieza a mostrarme anuncios de colágeno y a sugerirme tratamientos reafirmantes. Es ver como a mi alrededor las conversaciones sobre maternidad se aceleran, el tic-tac aprieta más que nunca. Es hacer algo de balance y sentirme satisfecha. Ese es, supongo, uno de los motivos para la tan nombrada crisis de los 40: repasar la lista de 'deberes' que se supone que tenías que haber cumplido cuando llegaras a este año, poner o no el 'check'. Quienes no han cumplido con los tópicos quizá se sienten fracasados, quienes lo han hecho quizá se sienten insatisfechos. Eso es lo peor de los mandatos, de los 'logros' sociales tan bien construidos: cásate o ten una pareja, compra una casa, ten hijos, dí que has estado en muchos lugares diferentes del mundo.
Ahí en la cabecera te dejo algunos libros que me han acompañado esta década.
En 'La edad del desconsuelo' (Sexto Piso), Jane Smiley traza una ficción que habla de ese 'desconsuelo' que tiende a llegar en algún momento de esa 'mediana edad'.
La autobiografía en construcción de Deborah Levy (tiene tres volúmenes, ahí aparece uno, 'El coste de vivir', de Random House) me sirvió para ver a una mujer de 50 recomenzar su vida.
Una de poemas: 'El salto del ciervo' (Igitur), de Shannon Olds, para vivir el desamor, también 'La belleza del marido', de Anne Carson (Lumen).
'Mirarse de frente' (Sexto Piso), de Vivian Gornick, y 'Anhelo de raíces' (Gallonero), de May Sarton, son libros en los que me he encontrado, que me han dado cierta calma, cierta comprensión de las cosas.
Un clásico para leer sobre lo excepcional de vivir: 'Lo raro es vivir', de Carmen Martín Gaite (Anagrama). Y una novedad que me ha encantado sobre una treintañera que echa la vista atrás, a la época en la que la universidad acababa y el mundo laboral empezaba y había una pedazo de crisis sobre nuestras cabezas: 'El factor Rachel', de Caroline O'Donoghue (Libros del asteroide).
Te puede interesar En Pikara han entrevistado a Carmen Grau Vila, experta en gestión de desastres, investigadora en la Universidad de Waseda, Japón, a raíz de la DANA: “Los desastres suelen empeorar la violencia de género, y hay que prevenirla” ¿Por qué siguió con él? Es una pregunta típica. Por mucho que creamos que sabemos y que tenemos conciencia sobre la violencia machista, los tópicos siguen instalados. En esta pieza, mi compañera Marta Borraz aborda la compleja respuesta a esa pregunta. Ganó Trump. La 'estrategia bro' o 'el voto macho' funcionó. Reflexiono aquí sobre lo que supone: creo que consigue un 'hermanamiento' que hace sentir a los hombres parte de algo más grande, les hace sentir comprendidos por otros, que les prometen que velarán por ellos y sus familias. P. D. ¿Te ha gustado este boletín? ¡Compártelo!Si te han reenviado este boletín o lo has visto en redes y te ha resultado irresistible, apúntate aquí para recibirlo.
Si ya has cumplido 40 -o 50 o 60 o 70...-, recibo con gusto vuestras historias, vuestras crisis y vuestras frases sobre por qué empieza ahora el mejor momento de la vida ;)
Un brindis por la década que se va y otro por la que va a empezar
Ana
eldiario.es