Remco Evenepoel añade otro oro a su colección

Una bandada de nervios sacude a Remco Evenepoel en el centro de Zúrich, en la salida de la prueba que lo va a convertir en campeón del mundo de contrarreloj por segunda vez. El prodigio belga es un ciclista de armas tomar, tajante, brusco y, en según qué momentos, áspero. Le sacude un manotazo a la cámara que capta el salto de cadena de su bici cuando se apresta a salir, se lo come el desasosiego, el estrés. No hay más favorito que él. Los mecánicos arreglan la cadena, la Specialized rueda segura y Remco añade otro oro a su colección. Renueva el título que logró el año pasado en Glasgow y, después del oro olímpico en París en la ruta y la contrarreloj, vuelve a ganar. «Ha sido la contrarreloj más difícil de mi vida», admite el belga, 16 triunfos en contrarreloj, 59 victorias como profesional con 24 años, una Vuelta a España, campeón del mundo en ruta hace dos años, doble oro olímpico, dos Liejas, tres Clásicas de San Sebastián. Es ambición sobre la bicicleta, un ciclista que no suele fallar el tiro cuando se impone un objetivo. El año pasado pretendía reeditar su éxito como campeón del Vuelta, pero falló un día y se hundió sin remisión. Lo que entregó a cambio fue un diamante: tres victorias de etapa. Evenepoel es sinfonía de la aerodinámica, la posición perfecta, la espalda recta, los brazos en escuadra, las piernas como mazas jaleando a los pedales. Con el corazón a mil por el fallo de la cadena, el belga se midió a Filippo Ganna, el gigante italiano que fue duda a hasta última hora y que rindió a su máximo nivel. Ganna es un especialista total: de 33 triunfos, 26 son en contrarreloj. Por el trazado suizo, con una pequeña cota al 8 por ciento que en teoría lo penalizaba, Ganna sembró el pánico a cada paso por los puntos intermedios. Siempre el mejor, hasta que aterrizaba Evenepoel. El oro fue un pulso entre los dos, ausente Roglic doblado por Ganna en la línea de meta, descartado el británico Tarling, sin espacio para la sorpresa de Kung ni hueco para un español (De la Cruz, 25º, García Pierna, 26º), Evenepoel emergió como un tiburón para conjugar el verbo que mejor conoce: ganar. Otro maillot arco iris para él, ciclista infalible y secundado esta vez por dos italianos, Filippo Ganna y Edoardo Affini.

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