Riquenismo

Alejandro Hurtado es el porvenir de la guitarra incluso cuando toca la rondeña de Montoya y la 'Gitanería arabesca' de Ricardo. Rafael Riqueni es la eternidad. El de Triana es el epítome del arte porque su obra está por encima de él. No está en sus manos, ajadas por los azares de la vida. Tampoco en su cabeza, donde danzan los trasgos de la creación. Ni siquiera está en corazón, que late al ritmo de sus dolores. La obra de Riqueni está en el abismo. El paraíso es Rafael tocando por soleá. Es el ramo de rosas para su madre en el trémolo del parque de María Luisa. Es la sinestesia de Nerja, música con una mirilla por la que... Ver Más

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