Una coletilla habitual en los años posteriores a la gran crisis financiera, cuando se intentaba poner en contexto el declive de la bolsa española, matizaba la idea de que el mercado nacional presentara los peores números entre las grandes plazas mundiales. "Con la excepción de Italia", representaba un edulcorante tradicional a la dura realidad del mercado español, aunque de dudoso efecto, pues venía a subrayar más las debilidades del vecino mediterráneo que cualquier bondad propia.
En febrero de 2020, en los albores de la pandemia del covid, el índice Ftse Mib italiano aún cotizaba un 40% por debajo de sus niveles del verano de 2007. Si se toman en consideración los dividendos abonados en ese periodo, su rendimiento total era 30 puntos porcentuales inferior al del Ibex 35 y más de 60 puntos menor que el del Cac 40 francés o el Dax alemán.
Desde entonces, episodios como la crisis pandémica, que hizo especial mella en la economía italiana; el impacto de la subida de tipos en uno de los países con mayor relación de deuda sobre el PIB; y sus sucesivas crisis políticas, desembocando en la llegada al poder de la euroescéptica (al menos, inicialmente) Giorgia Meloni, configuraron un contexto aparentemente abonado para que la Piazza Affari --la plaza en la que tiene su sede la Bolsa de Milán y que popularmente da nombre al mercado trasalpino-- siguiera mostrándose como el epicentro de la decadencia bursátil europea. Pero, lejos de eso, el mercado italiano ha logrado dar la vuelta a su situación hasta convertirse en el más en forma del viejo continente.
Los números resultan contundentes. Solo en 2024, el índice Ftse Mib acumula ganancias superiores al 15%, cifras que no consiguen igualar ninguno de los grandes índices de Europa, Wall Street y ni siquiera el Nikkei japonés, tan de moda en los últimos tiempos. De hecho, un informe reciente de Goldman Sachs ponía los números del mercado trasalpino a la altura de los "Siete Magníficos" de Wall Street.
Y esto supone solo la prolongación de una racha que viene de lejos y que le ha permitido anotarse unas ganancias superiores al 70% en poco más de un año y medio, alcanzando máximos desde 2008. Y estas cifras se agrandan hasta el 86% si se toman en consideración los dividendos abonados en este periodo, un retorno total que supera en más de 20 puntos porcentuales el del Ibex 35 y en más de 30 los del Cac 40, el Dax, el Nasdaq o el Nikkei (estos últimos, medidos también en euros).
Este resurgimiento de la bolsa italiana puede explicarse, en gran medida, por factores que coinciden con los que han propiciado el buen rendimiento de la bolsa española en los últimos tiempos. Especialmente, en lo referido a la recuperación del sector financiero tras las subidas de tipos de interés en la eurozona. El Ftse Mib, al igual que sucede con el Ibex, es un índice muy concentrado en el sector financiero, por lo que la remontada de entidades como Unicredit e Intesa Sanpaolo (que rozan el 300% y el 150% de ganancias desde finales de septiembre de 2022) ha sido un factor determinante para su buen hacer general.
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A esto, el mercado italiano suma un componente que en España escasea, como es el del sector del automóvil, que, pese a un bache reciente, se cuenta también entre los más favorecidos en bolsa recientemente, con grupos como Stellantis o Ferrari duplicando su valor en 20 meses.
Ambos sectores representan poco menos de la mitad del principal índice de la Bolsa de Milán, frente al 12% que suponen en el Stoxx 600 europeo. Por eso, Francesco de Astis, responsable de renta variable italiana de Eurizon, resalta que "el buen comportamiento de la bolsa italiana en los últimos 12 meses se debe a la brillante actuación de algunos valores (principalmente bancos), si bien ha sido escasa la contribución realizada por la gran mayoría de las empresas cotizadas".
Según explica el experto de la gestora del grupo Intesa Sanpaolo, "los ocho principales valores del Ftse Mib representan más del 66% del índice y, sin su contribución, el rendimiento interanual de nuestro principal índice bursátil de referencia habría estado lejos de ser estimulante y quedaría por debajo de la media de otros mercados".
Buenas perspectivas
Esta visión se ve refrendada por los expertos de Goldman Sachs, que, en el informe citado anteriormente, señalan que "el rendimiento superior de Italia desaparece una vez que se asignan ponderaciones sectoriales del mercado europeo al mercado italiano".
Pero esta concentración en unos pocos sectores puede seguir siendo un factor a favor de las perspectivas del Ftse Mib italiano, al que el consenso de mercado otorga actualmente un potencial a 12 meses de en torno al 10% (en línea con las expectativas del Ibex). Este mismo miércoles, la firma de inversión estadounidense KBW señalaba en un informe que los bancos italianos, junto a los españoles, siguen siendo "el lugar en el que estar" para los inversores financieros. Y firmas como Stellantis siguen registrando potenciales superiores al 20%, según las firmas de análisis que la cubren.
Los expertos observan varias razones para confiar en la continuidad a corto plazo del buen tono de la bolsa italiana. En primer lugar, Goldman recalca la mejora que vienen experimentando las expectativas de beneficios de las cotizadas trasalpinas, impulsadas especialmente por la banca tras sus buenos resultados recientes.
La brecha de valoración con el EuroStoxx es un 25% superior a la de la última década
A esto se suma, como recuerda De Astis que, "a pesar de su reciente comportamiento, la bolsa italiana en su conjunto sigue manteniendo un fuerte descuento con respecto a los principales mercados bursátiles mundiales". Según los datos recopilados por Bloomberg, el Ftse Mib italiano cotiza actualmente a un PER (relación entre precio y beneficios) estimado para 2024 de apenas 9,5 veces, frente a las 14 veces del EuroStoxx 50 o, incluso, las 11 veces del Ibex 35. La brecha actual de valoración con el EuroStoxx 50 es casi un 25% superior a la mediana de la última década.
"La infravaloración de gran parte de nuestras empresas cotizadas se ve asimismo ratificada por el gran número de salidas de bolsa que estamos presenciando en los últimos años", comenta De Astis, que resalta que solo en abril se lanzaron seis opas sobre cotizadas italianas.
Un tercer factor que podría jugar a favor de la bolsa italiana es su consolidación como uno de los grandes mercados con mejores perspectivas de dividendos, con compañías con Unicredit, Intesa, Enel, Eni o Stellantis destacadas habitualmente en los rankings de los mejores pagadores en Europa. La rentabilidad por dividendo estimada para 2024 en el Ftse Mib se sitúa actualmente en el 5,2%, frente al 4,6% del Ibex o el apenas 3% del Dax o el Cac 40.
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Una exposición relativamente baja de los inversores al mercado italiano y la confianza en la contención de las primas de riesgo son otros de los argumentos esgrimidos por los expertos para defender el optimismo en torno a la Piazza Affari. Pero, se trata de una confianza atenuada, ya que, como observan en Goldman Sachs, "es poco probable que el panorama fundamental brinde un apoyo significativo para cerrar la brecha de valoración entre la periferia y el centro: el consenso espera que España e Italia ofrezcan el crecimiento de ganancias más bajo entre los principales índices de países europeos para 2026 y los desafíos fundamentales persisten".
En cualquier caso, y al margen de estas preocupaciones de medio plazo, Italia puede presumir a día de hoy de contar con el mercado bursátil más en forma de Europa. Es cierto que, si se mira la evolución desde el inicio de la pasada crisis financiera, hace ya 17 años, el Ftse Mib sigue luciendo los peores números (en términos de retorno total) entre las grandes plazas europeas. Pero con una brecha desfavorable de apenas 8 puntos porcentuales con el Ibex, la posibilidad de traspasar próximamente ese dudoso honor al mercado español, ya sin excepciones, resulta cada vez más cierta.
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