La compañía estadounidense Throwflame acaba de poner a la venta en su web el Thermonator: un perro robot armado con un lanzallamas con un alcance de 9 metros. El fabricante promociona su engendro para fines pacíficos, como el control de incendios o la gestión de residuos agrícolas, pero nada impide usarlo para aplicaciones mucho más mortíferas.
Cómo funciona
Según Throwflame, su Thermonator es “el primer perro robot lanzallamas de la historia”. El sistema se maneja mediante un mando a distancia con visión en primera persona, como el que usan ambos bandos de la guerra de Ucrania para lanzar los drones kamikaze contra sus objetivos. Además, tiene conectividad por Wifi y Bluetooth para comunicarse con su controlador.
Los ojos del perro robot son unos sensores LIDAR, como los que emplean los taxis autónomos que ya circulan por las ciudades. Esta tecnología láser de baja potencia le ayuda a trazar con rapidez y precisión mapas tridimensionales de su entorno y guiarse a través de los obstáculos sin tropiezos.
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El lanzallamas que lleva acoplado el robot es un ARC, uno de los más avanzados de los que fabrica Throwflame. Según la compañía, es capaz de lanzar chorros de fuego de hasta 9 metros con solo pulsar un botón y tiene un “pack de baterías personalizadas que utiliza celdas Li-ion 18.650 estilo Tesla” con una hora de autonomía.
El ARC se acopla al robot gracias a unos raíles Picatinny. Los mismos que se usan en las armas de fuego para acoplar visores, láseres, bípodes y otros accesorios. Y la llamarada se puede dirigir gracias a un láser montado en el lanzallamas.
Pensado para fines pacíficos
Según Throwflame, el Thermonator cuesta 9,420 dólares y, aunque no indican nada en su web, el perro parece una versión del Unitree Go1, que cuesta hasta 3.500 dólares. La compañía asegura que su robot está pensado para diversos fines pacíficos: como el control y la prevención de incendios forestales, la gestión agrícola, la conservación, la retirada de nieve y hielo, así como para espectáculos de entretenimiento y efectos especiales.
También se puede comprar al por mayor: "¿Necesita un Wolfpack? Envíenos un correo electrónico y pregunte por nuestros descuentos por volumen", asegura la web de Throwflame. Junto a ese texto se pueden ver imágenes de militares y un recuadro con información sobre "los controles de exportación de las adquisiciones específicas de cada agencia y del Reglamento de Tráfico Internacional de Armas (ITAR) para el Thermonator".
Sin embargo, no hay que ser muy ingenioso para imaginar sus aplicaciones menos pacíficas. La invasión de Ucrania ha demostrado que los sistemas robóticos armados como los drones aéreos o los pequeños vehículos terrestres no tripulados están siendo claves para la guerra. Poder causar graves daños al enemigo sin arriesgar la integridad de los soldados es una gran ventaja que los ejércitos van a seguir aprovechando.
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