La sentencia lo define como un individuo que presenta rasgos anómalos de la personalidad. Sufre un trastorno mixto de personalidad, es antisocial y narcisista pero también es un asesino reincidente que acaba de ser sentenciado por tercera vez por un delito de sangre. Se llama José Antonio Sánchez Barriga pero a finales de la década de los 90 del siglo pasado se le conoció en los medios como testigo protegido o Eduardo. Era la identidad ficticia creada para proteger a un menor que aseguró haber sido víctima y testigo de una red de corrupción y prostitución de menores que tenía como epicentro el pub Arny. Una mentira gigantesca que llevó al banquillo a personalidades de la sociedad sevillana y rostros... Ver Más
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