Sangras como todos

Pedro Sánchez ha jugado siempre a no tener escrúpulos. Su carrera no se explica por un especial talento político, por una ideología original ni por nada más que no sea la total y absoluta falta de escrúpulos por mantenerse en el poder. Su único escrúpulo es ser el presidente. Es o era, o pensábamos que lo era. Porque parece ser que el amor por su esposa es por lo menos tan importante como permanecer en La Moncloa. Cuando juegas en el alambre has de saber que si tambaleas te caes. Si el amor es más interesante que el poder o al contrario le corresponde a cada cual valorarlo. Pero si Pedro Sánchez ha estado siempre tan enamorado como parece es... Ver Más

abc.es

Leer artículo completo sobre: abc.es

Noticias no leídas