La Ataxia de Friedreich es una enfermedad neurodegenerativa rara de origen genético que afecta a una de cada 30.000 personas en el mundo. Los que lo padecen acaban postrados en una silla de ruedas de por vida. De momento, no existe cura. Ahora, la empresa barcelonesa Biointaxis está desarrollando la primera terapia génica con vector AAV para su tratamiento.
“El método que utilizan reemplaza un gen defectuoso del enfermo y ya ha funcionado en animales. Es un fármaco que puede llegar a tener un valor de mercado por encima de los 500 millones de euros”, nos cuenta Daniel Oliver en una entrevista con El Confidencial. Él es fundador y director general de Capital Cell, una plataforma de inversión alternativa online especializada en biotecnología y salud que, precisamente, ha apostado por esta compañía.
Para esta empresa en concreto, ya han conseguido superar los 460.000 euros procedentes de 82 inversores, casi la mitad del objetivo, que está en un millón. La inversión mínima es de 500 euros, con un equity ofrecido del 10% (participación del inversor en la empresa). Aunque no es la única que tienen en su portfolio.
La plataforma cuenta en estos momentos con otros cinco proyectos del sector biotecnológico: OxyPrem, que respalda avances significativos en el cuidado neonatal; Hemerion, centrada en el tratamiento selectivo de tumores resistentes; MSInsight, que utiliza ADN de vanguardia para ofrecer pruebas de cáncer precisas; Dipneo, el primer dispositivo de ventilación RCP apto para todo tipo de usuarios en paradas cardiorrespiratorias; y Pharmamel, que desarrolla fármacos basados en la melatonina para sepsis, enfermedades inflamatorias y virales.
En este pódcast de El Confidencial y Capital Cell, que ya puedes escuchar en este enlace, despejamos de la mano de Daniel algunas cuestiones relacionadas con el mundo de la inversión en startups biotech, desde la forma de dar el paso hasta el horizonte temporal para ver los retornos. También abordamos otros detalles como el tanto por ciento de la cartera que deberíamos dedicar a las inversiones alternativas (bajo su punto de vista), el potencial y, por supuesto, el nivel riesgo-rentabilidad.
La 'startup' que nació de la crisis del 2008
Fue en la crisis financiera de 2008 cuando el fundador, tras trabajar en algunas empresas del sector pharma como biólogo, decidió reenfocar su camino: “Descubrí que el mundo de la inversión en startups tenía un gran olvidado, que era el sector biotecnológico. Estas compañías estaban recibiendo menos financiación de la que merecían porque no llegaban al público general, así que decidí cambiar esto”.
Su objetivo, según relata, es que “todo el mundo pueda tener la opción de invertir en el Facebook de la biotecnología del futuro”. Así nació Capital Cell en 2015. Hoy, ya ha completado 119 rondas de financiación con más de 104 millones de euros invertidos.
Las compañías biotecnológicas y del sector salud que recoge la plataforma "son seleccionadas por científicos, consultores, abogados y profesionales del sector que analizan el potencial de cada empresa para crecer y lograr un impacto global”. Con este análisis profundo, afirma Daniel, "queremos disminuir el riesgo de la inversión para que cualquier persona puede invertir junto con instituciones e inversores profesionales, con inversiones mínimas asequibles para todos".
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