Ser torero y catalán, dos veces torero

Decía Mario Cabré, el diestro de las supremas elegancias, el actor, poeta, popular televisivo e incansable seductor, que «ser torero y catalán, equivale a ser dos veces torero». Y como él, desde el histórico Perroy hasta Serafín Marín, el matador que se mantiene en la lucha de reverdecer los laureles ganados ante los pitones y cercenados por un extraño juego político, todos los hombres de esta tierra que han vestido el traje de luces han reivindicado su origen. La pasada semana, un chaval de la Escuela Taurina de Cataluña dio un salto importante en su carrera. Mario Vilau, destacado alumno de la última promoción se ha curtido en muchas plazas como novillero sin picadores y sus mentores decidieron que ya... Ver Más

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