Siete de cada diez personas trans han tenido ideación suicida y tres de cada diez han llevado a cabo intentos autolíticos, es decir, para quitarse la vida. Son datos en una muestra de una media de 26 años que pone sobre la mesa el estudio Transaludes, la primera investigación a nivel nacional en España sobre la salud de las personas trans y no binarias, llevado a cabo por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). «Estos datos son especialmente preocupantes en población tan joven, y muestran que la capacitación del sistema para atender la salud mental del colectivo no sólo es necesaria, sino urgente», ha asegurado María José Belza, científica del ISCIII que ha liderado la investigación, durante su presentación este martes en el Ministerio de Sanidad. El estudio, que ha contado con la participación de 1.823 personas trans y no binarias de 15 años en adelante, refiere también los problemas de salud mental a los que se enfrentan estas personas. El 47,5 por ciento de los encuestados ha sido diagnosticado de ansiedad en los últimos meses; el 39,6 por ciento, de depresión. Además, algo más de la mitad de los encuestados dicen que no pueden cubrir sus necesidades en salud mental por motivos económicos. La investigación pone sobre la mesa la diferencia de estos trastornos en el colectivo respecto a la población general y extrae que estas enfermedades afectan un 40 por ciento más a las personas trans. Sin embargo, los datos que utilizan para la comparación con la población general son de 2017, por lo que es muy probable que se alejen de la realidad actual. El equipo que ha liderado la investigación relaciona estas cifras en los problemas de salud mental con la violencia y discriminación que las personas trans aseguran en su práctica totalidad que sufren. Concretamente, el 62,5 por ciento dice haber sido víctima de amenazas verbales y el 47 por ciento afirma que ha sufrido agresiones físicas. Ocho de cada diez lamentan que estas situaciones les han dejado secuelas en su bienestar, como ansiedad, depresión, pensamientos de suicidio o problemas para dormir. También alerta el estudio sobre las elevadas cifras de violencia sexual que sufren estas personas. «Estos datos son muy superiores a los de las personas que llegan finalmente a denunciar y muestran la necesidad de desarrollar programas de prevención, detección y protección frente a la discriminación y violencia hacia las personas trans y no binarias en todos los ámbitos», dicen los investigadores.
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