José Javier Vicent Fas y su hija Susana Vicent Vidal decidieron marcharse a Pedralba a pasar unos días para aprovechar el puente de Todos los Santos y poder desconectar de la rutina diaria. Viven en Valencia junto a Susana Vidal, esposa y madre, que contactó con ellos por última vez el martes 29 de octubre a las 18.00 horas a través de un Whatsapp: «Me dijeron que pasaba mucha agua por delante de casa». Susana Vidal atiende a ABC con la fuerza suficiente para que ocho días después de comenzar la búsqueda a la desesperada de sus familiares no cese. En el pueblo, donde tienen una casita pequeña en una zona diseminada y cercana al barranco, no dejan de intentarlo. «Gente que no me conoce de nada nos está ayudando y eso nos da fuerza», apunta. Según relata la madre y esposa, José Javier y Susana contactaron con ella por llamada telefónica el 29 de octubre a las dos de la tarde. En esa conversación hablaron de cómo se encontraban y sobre el mal tiempo, pues ya había comenzado a llover, pero ninguno de ellos se imaginaba lo que vendría después. En torno a las 18.00 horas, recibió un WhatsApp de su marido en el que le alertaba de la ingente cantidad de agua que estaba pasando por delante de su casa. Así, dos horas después, intentó en ponerse en contacto con ellos de nuevo con mensajes y llamadas pero ya no obtuvo respuesta alguna. « En esta zona es difícil tener cobertura », advierte. No obstante, al día siguiente, tomó conciencia de lo que estaba sucediendo tras comenzar a ver el reguero de vecinos de la pedanía de La Torre, en Valencia, donde trabaja e incrementó la frecuencia de comunicaciones, todas infructuosas. Se le ocurrió llamar a sus vecinos escoceses, dueños de un chalet ubicado más arriba del suyo, para preguntarles si habían visto a su esposo y a su hija. Estos se acercaron a la vivienda, gritaron los nombres de José Javier y Susana pero nadie contestó. Los coches no estaban y las puertas estaban completamente abiertas. «Pensamos que el agua los pudo sacar de casa y arrastrarlos», cuenta la madre. Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) acudieron dos días después con herramientas de dragado, perros y drones e inspeccionaron de arriba a bajo la casa y las inmediaciones de la casa, además de la ayuda vecinal. « El agua rozó a diez centímetros el techo », relata la mujer a la que ayudan sus sobrinas para seguir la búsqueda también en redes sociales. Susana clama para que no se olvide la búsqueda de ambos familiares y, al mismo tiempo, pide ayuda para el Centro Ocupacional La Torre , donde trabajaba su hija Susana, donde realizan una «gran labor» con más de 70 usuarios con diferentes tipos de discapacidades y que «lo han perdido todo». « Nos hemos quedado con las cuatro paredes y hemos rescatado las sillas. Necesitamos ayuda económica porque tenemos que cambiar las puertas que se han hinchado, los portones exteriores, reconstruir el muro y encima hemos perdido las tres furgonetas de transporte adaptado», explica la directora del centro Gloria Cubillos.
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