Los silencios de la habitación son sonidos en el ruedo. El torero parece sin saliva al iniciar el ritual de cada tarde, que termina cuando, en los estertores de su muerte, el animal escupe sangre mientras proclama sus últimos bufidos. Hay una cámara que busca soledad entre el gentío. El diálogo del matador. Con su cuadrilla y con el toro. Lo que el ojo no ve, y lo que muchos no quieren que veamos. Una película como contrapunto entre dos realidades discutibles, e inherentes. La pasión del aficionado frente al juicio del antitaurino. Una película para ambos, o para ninguno. Que no tiene anuncios, como subterfugios habituales con los que omitir unas escenas cada vez más ‘incómodas’ para la sociedades... Ver Más
abc.es