El grupo industrial alemán Thyssenkrupp registró pérdidas de 1.400 millones de euros al cierre de su año fiscal, lo que supone reducir en un 30% los 'números rojos' de alrededor de 2.000 millones de euros del ejercicio precedente, según ha informado hoy la compañía alemana. «El resultado negativo refleja las amplias medidas de transformación y se debe principalmente a deterioros de activos por un total de unos 1.200 millones de euros», explicó la multinacional en un comunicado. Se refieren principalmente al impacto adverso de su negocio siderúrgico en Europa. La parte siderúrgica del grupo, Steel Europe, así como Material Services y Automotive Technology, explican hasta 1.000 millones de este impacto adverso. Según la empresa, unos 270 millones de euros de las pérdidas se debieron a las medidas de reestructuración que fueron necesarias en Automotive Technology, Decarbon Technologies y Material Services, especialmente. De su lado, en el conjunto del ejercicio la alemana contabilizó pedidos por importe de 32.800 millones de euros, un 11,6% por debajo de la cifra del año anterior, mientras que la facturación disminuyó un 6,7%, hasta 35.000 millones. La compañía se vio resentida por una demanda significativamente más débil en industrias clave, como la automotriz, la ingeniería y la construcción, lo que tuvo un impacto negativo en los principales indicadores financieros del grupo y se hizo evidente por la disminución de la entrada de pedidos. «A pesar de las difíciles condiciones del mercado, logramos un resultado respetable en el pasado año fiscal, continuamos implementando la transformación del grupo Thyssenkrupp con gran determinación y logramos avances clave», resumió Miguel López, consejero delegado de la empresa. De este modo, ante los actuales desafíos macroeconómicos, Thyssenkrupp estima que en el ejercicio fiscal en curso logrará aumentar sus ventas entre un 0% y un 3%, mientras que espera un Ebit ajustado de entre 600 y 1.000 millones de euros, frente a los 567 millones del último ejercicio. Asimismo, el grupo espera que el flujo de caja libre antes de fusiones y adquisiciones se sitúe entre -400 y -200 millones de euros, incluyendo alrededor de 250 millones de euros en salidas de efectivo por reestructuraciones y mayores inversiones en comparación con el año anterior. En cuanto al resultado neto, la empresa espera la vuelta a los 'números negros' (positivos) con una mejora hasta una horquilla de entre 100 y 500 millones de euros. «El actual año fiscal es un año de transición en nuestro camino hacia el logro de nuestros objetivos financieros a medio plazo, incluso en un entorno desafiante», dijo Miguel López.
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