Toc relacional: así te afecta y cómo diferenciarlo de un problema de pareja

Las relaciones son clave para la salud y la felicidad , así que las conexiones fuertes y amorosas con amigos, familiares y parejas pueden estimular el sistema inmunológico y reducir el estrés . Pero mucha gente tiene dudas e incertidumbre sobre las relaciones en pareja. El toc de relación (trastorno obsesivo-compulsivo) ocurre cuando las dudas y el malestar acerca de una relación romántica se vuelven incontrolables y dañan la unión. Se trata de un subtipo del trastorno obsesivo compulsivo que se caracteriza por dudas constantes con respecto a las relaciones. Se caracteriza por pensamientos intrusivos centrados en la pareja, relacionados con ideas obsesivas sobre uno mismo o sobre el otro, y la preocupación se enfoca en la duda de lo que está ocurriendo o lo que podría ocurrir. Lidia G. Asensi, experta en trauma, apego y disociación, indica que este tipo de pensamientos pueden aparecer en algún momento puntual a lo largo de nuestra vida o relación, pero en este tipo de problemática aparecen de forma recurrente y repetitiva «generando una afectación en el día a día de la persona, ya que emplea mucho tiempo en pensar en estas dudas y en realizar ciertas compulsiones, como buscar pruebas en forma de sentimientos (por ejemplo, si hoy mi pareja me ha dicho que me quiere o no) para confirmar si la relación va bien o no». Al parecer, el pensamiento es frecuente, duradero e intenso, genera un gran sufrimiento y la persona necesita realizar algo para poder calmarse. Según la experta, estas dudas pueden estar relacionadas con: - «¿Quiero lo suficiente a mi pareja?» - «¿Me atrae todo lo que debería atraerme?» - ¿No estaré mejor solo?» - ¿Mi pareja es posible que quiera dejar la relación?» - «¿Seré suficiente para mi pareja?» «Si he disfrutado hoy estando solo, ¿será que no quiero estar con mi pareja?» Y puede darse en dos direcciones: - Dudar constantemente de lo que siento hacia mi pareja. - Dudar de lo que mi pareja siente hacia mí. Tal como asegura Lidia G. Asensi , en consulta se encuentra que esta problemática «se manifiesta en personas que han tenido experiencias negativas en relaciones de pareja anteriores», y su objetivo es que esa situación no vuelva a ocurrir. Otras veces, el origen se remonta a ciertos aprendizajes y ciertas vivencias del pasado que no tienen que estar directamente relacionados con una relación de pareja anterior, enfrentando futuras relaciones desde la desconfianza o desde el miedo al compromiso, por miedo a volver a sufrir. «Hay personas que, por sus experiencias de vidas y miradas recibidas, tienen una visión de sí mismas negativa. Piensan que no son queribles y que por tanto no entienden cómo su pareja ha decidido estar con ella. En ocasiones, es esto lo que genera el miedo a que la otra persona se vaya y la persona se protege y prepara para que en cualquier momento la ruptura se dé», indica la psicóloga Lidia G. Asensi. Además, no podemos obviar que los trastornos obsesivo-compulsivos tienen un componente genético. Experimentar dudas e inseguridad de vez en cuando es normal en una relación, pero cuando estos pensamientos son recurrentes, profundamente inquietantes e intrusivos, podrían ser un signo de trastorno obsesivo-compulsivo en las relaciones. Cuando esto llega, la relación se vive con mucha angustia y malestar . Afirma Lidia G. Asensi que toda la energía de la persona está depositada en resolver sus dudas y esto no le permitirá ver lo que su pareja o la relación le aporta. «Muchas veces que algo haya sido diferente a lo habitual puede hacer que esas dudas salten. Por ejemplo, si todas las mañanas mi pareja me manda un mensaje y hoy no, puede significar que algo va mal y que ya no me quiere». Esto puede generar exigencia en la otra persona, sintiendo la obligación de tener que hacer dicha conducta siempre para que la persona no sufra, pudiendo generar conflictos en la pareja y una sensación de no comprensión por ambas partes. Los pensamientos obsesivos causan mucha angustia y ansiedad , generando un gran malestar en el día a día. Estas obsesiones pueden dar lugar a celos e infidelidades. En ocasiones, estas obsesiones se calman cuando la persona está con su pareja. Esto puede llevar a una situación de dependencia. Ya que la persona únicamente está bien cuando está en pareja, lo que puede llevarle a restringir ciertas actividades de su vida. El resultado más frecuente es la ruptura de pareja, ya que las dudas constantes terminan haciendo mella en la relación. La persona pone el foco en una conducta que le ayude a medir si todo está bien o no. Por ejemplo. Si mi pareja hoy no me ha dicho te quiero o no hemos tenido relaciones sexuales significa que algo no va bien. Para alejarse del toc relacional en primer lugar hay que identificar dónde se encuentra el origen de la problemática y explorar situaciones pasadas, experiencias, aprendizajes, infancia e historia de relaciones de pareja. Además, hay que identificar qué hay detrás de este tipo de pensamientos. «En ocasiones se observa que hay mucha exigencia y perfeccionismo, culpa o vínculos inseguros», indica la psicóloga. En función del origen, se valorará cuál es el tratamiento que mejor se ajuste a la persona. Llegados a este punto cabe la posibilidad de que no se trate de un toc relacional sino más bien un problema de pareja, que hace que una de las partes sí esté obsesionada con el comportamiento del otro. Es importante tener en cuenta que tener dudas a lo largo de la historia de la relación es algo común que puede ocurrir. La diferencia la encontramos en que el tipo de pensamientos que se producen en el toc relacional tiene que ver con pensamientos duraderos , frecuentes en el día a día y muy intensos, generando un alto nivel de malestar que puede afectar al desarrollo y funcionamiento del día a día de la persona, interfiriendo en esta. En palabras de Lidia G. Asensi, otra pista importante para diferenciar un problema de pareja de este tipo de trastorno es que la duda nunca acaba : «No hay nada que la calme o puede calmarse durante un periodo corto de tiempo». En definitiva, la persona busca constantemente respuestas que refuercen su sentimiento y duda. Si yo pienso que mi pareja me va a dejar, voy a buscar la manera de comprobar que esto va a ocurrir. Cualquier señal será interpretada desde el foco que mi idea irracional me plantea. Si mi pareja hoy está mas seria, confirmará para mi la duda de que no quiere continuar en la relación. Si no ha puesto un emoticono en el mensaje que me ha mandado hoy, también reforzará mi duda. Como consecuencia, la persona vivirá la situación con mucha angustia y lo vive como si la ruptura estuviese ocurriendo.

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