Menos de un metro separaba este miércoles a la víctima y al agresor, sentados cada uno en una silla, en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Toledo. Tranquilidad. Nada que ver con lo que sucedió el 11 de diciembre de 2019, también miércoles, en una calle que desemboca en la bellísima plaza Mayor de Ocaña. Aquella madrugada, Henry estaba en un establecimiento de copas y tuvo que haber algún incidente con una mujer que lo acompañaba, según su abogado, Alberto Espinosa. «Recibió un golpe a la salida del local, cayó al suelo» y numerosos puñetazos alcanzaron la cabeza de la víctima , que ha perdido el 70 por ciento de visión en su ojo izquierdo y sufre un constante lagrimeo con los cambios de tiempo que puede ocasionarle una infección. Entre los agresores, varias personas no identificadas y Alexandru. Este rumano de 28 años compareció esta mañana para responder por la paliza en el juicio, suspendido el 16 de octubre porque el acusado se confundió de edificio y llegó dos horas más tarde, cuando la sesión ya se había aplazado. En la sala, este miércoles reconoció los hechos después de alcanzar un acuerdo con la acusación particular y la fiscal, que modificó su escrito inicial y modificó sus conclusiones. Rebajó su primera petición de 8 años a 3 años y 6 meses de prisión, así como el pago de las costas, por varios motivos: Alexandru consignó este martes 10.000 de los 21.664 euros de responsabilidad civil más los intereses legales, además de estimar las atenuantes de confesión tardía y reparación del daño. Le falta el resto de la responsabilidad civil, algo que intentará afrontar cuando salga de la cárcel, según explicó su letrado. «Estoy de acuerdo», afirmó la víctima cuando le preguntó el presidente del tribunal. Su abogado tratará ahora de conseguir para él una incapacidad permanente total, porque perdió su trabajo como mozo de almacén y no logra un empleo en las entrevistas que ha tenido.
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