‘Un año sabático’ para jóvenes europeos: el Reino Unido y la UE vuelven a negociar ajustes del Brexit

Keir Starmer visita Bruselas este miércoles en un intento de llegar a acuerdos sobre comercio, inmigración y visados de estudio y trabajo para menores de 30 años

El comercio entre el Reino Unido y la UE se desploma cada vez más por el Brexit

El primer ministro británico, Keir Starmer, se estrena esta semana en Bruselas con una nueva negociación para llegar a acuerdos con la UE que alivien los daños del Brexit sin enfadar demasiado a la minoría más partidaria del aislamiento británico. Sobre la mesa, están los visados de estudio y trabajo para los menores de 30 años.

El nuevo Gobierno laborista y la Comisión Europea negocian un nuevo mecanismo para que los jóvenes europeos puedan vivir durante un tiempo limitado en el Reino Unido para aprender inglés o trabajar, y los británicos puedan hacer lo mismo en el país de la UE que elijan.

Starmer visitará este miércoles a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, en lo que él describió como “una reunión importante” después del trabajo previo de su ministro de Exteriores y de su secretario de Estado para la UE para “reiniciar” las relaciones. 

El anterior Gobierno conservador rechazó la propuesta de la Comisión en abril para crear un mecanismo de movilidad que suponga conceder visados a personas entre 18 y 30 años para permanecer en el Reino Unido hasta cuatro años de modo que puedan vivir, estudiar o trabajar como cuando el país era miembro de la UE. Ahora, para que un europeo pueda trasladarse al Reino Unido es necesario que un empleador le contrate y le tramite un visado ligado a esa empresa o que una institución educativa lo acoja. El Partido Laborista, entonces en la oposición y ya en campaña para las elecciones generales, también rechazó el acuerdo en estos términos.

Starmer repitió en Nueva York la semana pasada que no habrá “un mecanismo de movilidad juvenil” con la UE que pueda suponer una vuelta a la libertad de movimiento. Pero el Gobierno británico y representantes europeos sugieren que un pacto es posible con un cambio de nombre y una propuesta menos ambiciosa. El Reino Unido ya tiene acuerdos parecidos con Australia, Canadá, Japón, Andorra, Uruguay o Taiwán, pero ninguno con países de la UE.

“Un año sabático”

En un intento de tranquilizar a los más extremistas que marcan el debate público y parte de los medios, el embajador de la UE ante el Reino Unido, Pedro Serrano, subrayó el jueves pasado que el mecanismo propuesto no supone reabrir fronteras.

“Alguna gente lo mezcla con asuntos relacionados con la inmigración y la movilidad. No tiene nada que ver con eso. Se trata de asegurarse de que nuestros jóvenes sigan juntándose para conocerse… Hay mucho interés en aprender el idioma en el Reino Unido…y si tenemos un mecanismo que permita a jóvenes británicos tomarse un año sabático en uno de los 27 Estados de la UE para aprender un poco… ¿por qué no?”, dijo Serrano en una entrevista con Times Radio. “Hay que mirarlo así. Si la gente quiere quedarse después a trabajar, eso es un proceso totalmente diferente. Esto estaría limitado en el tiempo, sería ad hominem, persona a persona… Es un mecanismo que ayuda a que las sociedades sigan teniendo una relación cercana como debe ser”.

La periodista de Times Radio lo interrogó por la preocupación de “alguna gente” por “abrir la puerta a la libertad de movimiento, que es lo que a mucha gente no le gustaba de ser miembro de la UE”. “Creo que es un malentendido”, contestó Serrano, que también comentó que lo que a él le llega son más bien las quejas de británicos que sufren las colas, los precios y otros obstáculos que hay ahora para viajar al continente. “En realidad, la gente quiere moverse de manera más fácil a Europa, no más difícil”.

La mayoría de la población, incluidos parte de los votantes conservadores y de quienes votaron a favor del Brexit, cree que la salida de su país de la UE ha traído más desventajas que ventajas, según los últimos datos de la encuestadora YouGov de agosto. Si se repitiera el referéndum, sólo una minoría asegura que votaría en contra de volver a la UE.

Pero el Gobierno de Starmer ha rechazado reabrir este debate por miedo al bloqueo político a pesar de tener una mayoría récord en la Cámara de los Comunes. Incluso una parte de su partido, más a la izquierda, es más reticente a la UE, y el Partido Conservador está marcado por la competencia del partido de extrema derecha de Nigel Farage y la posición contra cualquier acercamiento a la UE de medios como el Telegraph y el Daily Mail. 

Aun así, hasta algunos líderes del Partido Conservador reconocen los efectos negativos de la salida de la UE. La favorita a líder del partido, Kemi Badenoch, puso hace unos días el Brexit como ejemplo de una decisión que habían defendido los tories “sin calibrar las consecuencias”. 

Europeos duros negociando

En su primera cumbre europea, celebrada en julio en el palacio cerca de Oxford donde nació Winston Churchill, Starmer prometió “reiniciar” las relaciones con la UE. Desde entonces ya ha habido contactos entre Londres y Bruselas sobre asuntos concretos, y fuentes británicas aseguran al diario The Independent que los europeos “son muy buenos negociando, son duros”, pero hay un “ambiente positivo”.

Algunos países, como Alemania, son especialmente favorables al mecanismo para los jóvenes, y el Reino Unido, aunque dice no tener especial interés en esto, puede utilizar un acuerdo para rebajar los obstáculos para el comercio, que se ha desplomado desde el Brexit y sigue bajando. El Reino Unido también está interesado en acuerdos de seguridad y defensa, aunque de manera bilateral con países como Alemania, y acuerdos migratorios con vecinos como Francia. 

Starmer espera avanzar en ajustes menores como el acuerdo de movilidad -o “año sabático”- pensado para un segmento de la población durante un tiempo limitado, pero a la vez cumplir con su objetivo de bajar la migración neta, es decir la diferencia entre las personas que se van y las que llegan al país.

El primer ministro laborista aseguró hace unos días en una entrevista en Radio 4 de la BBC que no va a “tolerar” que los empresarios sigan contratando “año tras año” a personas de fuera del Reino Unido en lugar de formar y emplear más a los locales. Su Gobierno dice que no quiere poner trabas a los empresarios, pero “vigilará” los sectores que más dependen de trabajadores extranjeros. En el Reino Unido, faltan trabajadores en especial en los sectores de la salud, el transporte, la hostelería, la agricultura y la construcción. El paro en el Reino Unido es residual, alrededor del 4%, pero hay millones más de personas que están de baja o no buscan empleo.  

La inmigración sigue siendo uno de los principales temas de debate político, por lo que tanto el Gobierno británico como la Comisión Europea intentan desligarlo del posible acuerdo que comentarán esta semana.

“El miedo a la inmigración es un gran asunto no sólo en este país, también en Europa. Vamos a ver cómo afrontar eso juntos, pero no tiene nada que ver con el mecanismo para la juventud. Es algo muy diferente y la gente tiene que entenderlo… Los que son padres que tienen hijos universitarios, o en edad de estudiar o que quieren un poco de aventura podrían entenderlo bien”, dijo el embajador Serrano. “Creo que los medios tienen que informar de manera más rigurosa, eso ayudaría”.

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