Un socavón de grandes dimensiones, de aproximadamente 25 o 30 metros cuadrados de superficie y una profundidad de cinco a seis metros, causado por la rotura de una tubería de agua, provocó ayer por la tarde el corte parcial de Avenida de los Toreros, en la calle Pilar de Zaragoza. Según informó un portavoz de Emergencias Madrid, no hay que lamentar heridos y los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid estaban trabajando en la zona. No obstante, en el interior del agujero quedaron atrapadas dos motocicletas que se encontraban estacionadas en la vía «y, fruto de los cascotes y del asfalto desprendido, se vieron afectadas una tubería de gran diámetro de agua y algunas tuberías de gas natural». Por su parte, agentes de la Policía Municipal procedieron a regular el tráfico, que quedó afectado como consecuencia del corte de esta vía. No es el primer socavón que sorprende de golpe a los viandantes madrileños. Hace casi dos años, La Cava Baja amaneció 'peatonalizada' una mañana de Navidad. Siete vallas de obra amarillas, entrelazadas a la altura del número 12, cortaron la calle a finales de diciembre de 2022. El perímetro acotado no estaba puesto al azar: dentro, un pequeño socavón de un metro de largo y un palmo de ancho, en la parte de la calzada más pegada a la acera de los impares, sorprendía a propios y extraños. El enigma de lo que ocurrió aquella vez no se resolvió hasta dos meses después, en febrero de 2023. Según explicaron en su momento fuentes del área municipal de Medio Ambiente y Movilidad, el desprendimiento se produjo tras una rotura en la acometida particular de una comunidad de vecinos de la Cava Baja, 12. Ello, señalaron las mismas fuentes, obligó a los propietarios de los pisos del bloque a responsabilizarse del mantenimiento de la tubería, con indiferencia de que el tramo afectado discurriera o no por la vía pública. También por aquellas fechas, en la medianoche del sábado al domingo 19 de noviembre de 2023, varios vecinos de los números 2 y 4 de la calle Cáceres, se toparon con un socavón de no más de dos metros de diámetro a solo unos pasos de sus fachadas. El suelo se hundió hasta los 25 metros de profundidad. La falta de respuestas en aquel momento dispararon las teorías en el barrio de La Montaña: una antigua cueva, un túnel de la Guerra Civil o, la que fue más extendida dada su mayor lógica, un terraplén cubierto con materiales poco compactos que habría terminado por ceder.
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