Un zarpazo de Correa empata el derbi en el bochorno de los mecheros del Metropolitano (1-1)

Una vez más, la vergüenza abrazó al fútbol español. El primer derbi madrileño de la temporada acabó en empate a uno gracias a un gol de Ángel Correa en los instantes finales. Dicho tanto igualó al de Militao para el Real Madrid, pero la noticia estuvo en la grada del Metropolitano. Concretamente, en parte de la afición rojiblanca que decidió lanzar objetos a los jugadores merengues en los momentos posteriores a su gol. Ante la insistencia, Busquets Ferrer, árbitro del encuentro, activó el protocolo y suspendió el partido de manera temporal. La imagen de los futbolistas del Atleti pidiendo calma a encapuchados dará que hablar en los próximos días.

Las cámaras de DAZN lo captaron a la perfección, el árbitro recogió numerosos mecheros (entre otros objetos) que fueron lanzados por parte de la grada. Courtois, ex del Atleti, fue el futbolista objeto de los intentos de agresión. Los pitos, eso sí, iban para Vinícius Junior, quien participó en el gol. Si hablamos de fútbol, poquita cosa, con dos equipos centrados en protegerse y con un tanto inicial que llegó gracias a una brillante jugada ensayada de Ancelotti. Un destello final de Correa igualó la contienda gracias al VAR, ya que fue anulado en un primer momento por fuera de juego. El empate colocó al Real Madrid a tres puntos del FC Barcelona, que el sábado perdió su invicto ante Osasuna, y el Atleti, a cinco.

Koke, Giménez y Simeone teniendo que mediar para calmar las aguas en el Metropolitano. Estas son imágenes que no deberían ocurrir en ningún partido salvo en una celebración de un título o victoria importante. Que esto no se convierta en el PSG. pic.twitter.com/Y5ZV2HfCZy

— Eduardo Burgos (@edu17burgos) September 29, 2024

Sonó el pito inicial y el fútbol asomó entre el humo de la polémica. Que si iluminados con mascarillas, que si cánticos al Mono Burgos, que si amenazas de sanciones... Todo sobraba, era el primer derbi de la temporada. A quien había que escuchar era a la pelota, aunque la paz no duró mucho. Los primeros minutos del encuentro fueron tensos, lo que los cronistas llaman "respeto al rival" y en los bares se conoce como estar tieso. Valverde y Julián Álvarez comenzaron a tantear a Oblak y Courtois, respectivamente, que ofrecieron su solidez característica.

El balón poco a poco fue dominado por el Real Madrid. Así lo había planeado Ancelotti, que había reforzado el centro del campo ante la ausencia de Kylian Mbappé, baja por lesión. El italiano respetó los galones de Luka Modric, al que por momentos se le empieza a notar que tiene 39 años. Los de Simeone, por su parte, se sentían cómodos unos metros por detrás de la pelota, esperando la oportunidad a través de una genialidad de Griezmann.

Bellingham dispuso de una buena ocasión en el minuto 37, cuando Rodrygo le dejó una pelota franca en la frontal. Le sobró el control al inglés, que cuando quiso chutar tenía a tres defensas rojiblancos. Flojo y sin intención fue el remate. El show lo puso acto seguido Oblak: el esloveno jugó con los nervios de Simeone y se ganó la ovación torera del Metropolitano con un recorte tan atrevido como efectivo ante Vinícius en su propia área.

Modric y Llorente, en un lance. (EFE/JJ Guillén)

El Madrid trotaba por el campo, incapaz de subir la velocidad por las líneas retrasadas de los rojiblancos. En estático, Rodrygo, Bellingham y Vinícius lucían, pero cuando la pelota le llegaba a Tchouaméni... El francés tuvo un par de pases consecutivos impropios de su nivel. Los merengues ganaban a los puntos, pero el Metropolitano igualaba el encuentro gracias a su intensidad, con especial pitada para Vinícius en cualquier acción en la que se involucraba.

Cuando se acercaba el final de la segunda mitad, los nervios rompieron el encuentro. Si Sorloth hubiera tenido un poco más de paciencia en un contraataque, Griezmann habría encarado solo contra Courtois, para disgusto del estadio colchonero. Pidió penalti Rodrygo como más descaro que confianza tras tirar un caño a Giménez, y Sortloth, una vez más, decidió mal a la contra, con cierto runrún del Metropolitano. Así se llegó al descanso.

Algo haría Simeone en los vestuarios, porque sus pupilos salieron convencidos de que tenían que subir el ritmo y la ambición. Sin volverse locos, los rojiblancos mejoraron sus prestaciones y arrinconaron al Madrid en el inicio de la segunda mitad. Rodrygo, en una jugada de pizarra de córner, respondió en un disparo que se marchó alto.

Cabizbajo se marchó Sorloth, primer cambio del partido, en el minuto 55. El Cholo dio entrada a Lino en su lugar. Encuentro complicado para el noruego, que no tomó sus mejores decisiones con la pelota en los pies. Mención especial (en positivo) para Conor Gallagher. Se hace difícil encontrar un futbolista británico que encaje mejor con el estilo del Atlético de Madrid. Se encarga del trabajo sucio sin hacerse notar y se hace notar con la pelota. Mientras tanto, a diez metros del argentino, Ancelotti negaba con la cabeza, sabía que su equipo había bajado las prestaciones. En el banquillo esperaban talentos como Endrick o Arda Güler.

Cuando peor estaba el Madrid, llegó el gol. En una jugada ensayada de Ancelotti en una falta lejana, Vini recibió en banda, eslalon y centro al corazón del área, rebote y la pelota acaba en un Militao que, a lo delantero centro, marcó a placer de volea. Hubo bronca en la celebración, el árbitro notificó al delegado del Atlético de Madrid del lanzamiento de objetos por parte de la hinchada local. Esto se repetiría en varias ocasiones en los minutos posteriores, con el propio Simeone pidiendo a la afición que cesaran.

Simeone pidiendo a su afición que cesara el lanzamientos de objetos. (Reuters/Ana Beltrán)

Ante la insistencia de parte de la afición, posteriores a la solicitud de la megafonía, Busquets Ferrer decidió suspender el partido de forma temporal. Todos a vestuarios durante diez minutos. Triste imagen para el fútbol español. Koke, como capitán, Giménez, como peso pesado, y Simeone se acercaron a pedir calma al fondo detrás de Courtois, donde más objetos se lanzaron. Esta decisión del árbitro forma parte del protocolo antiviolencia de la competición.

Tras transcurrir los minutos de suspensión temporal, los futbolistas regresaron al terreno de juego, con sonora pitada a los madridistas. Simeone, una vez más, pedía calma al estadio. Si volvía a haber lanzamientos, el partido sería suspendido definitivamente. Después de la interrupción, el Madrid salió mejor al partido, con Vinícius amenazando a Oblak con un disparo seco desde la frontal.

Samu Lino vio posible el empate en una jugada personal, con gran calidad esquivó a Militao, pero su disparo fue blocado por Courtois. El Atleti se volcó en el área del Madrid en los minutos finales. Ancelotti dio entrada a Endrick por Vinícius en el 87. Efectivamente, pitada descomunal para él. El jovencísimo Bobby volvió a jugarse una acción individual con un chut desde 50 metros que se quedó en 'uy'. Reprimenda tímida de Carletto al brasileño, que tenía bastante mejores opciones en la jugada.

Ángel Correa, quizás el gran revulsivo de la historia del Atlético de Madrid, se sacó una genialidad para empatar el partido en el minuto 96. El árbitro pitó fuera de juego, pero la tecnología demostró que, por muy poquito, el argentino estaba habilitado. Hubo tiempo para una roja del VAR a última hora para Marcos Llorente por una entrada por detrás a Fran García.

elconfidencial.com

Leer artículo completo sobre: elconfidencial.com

Noticias no leídas