Historia controvertida. Un ciclista fue atropellado por una ambulancia , que poco después del choque y lo atendió y llevó a un centro hospitalario. Lo paradójico de la historia es que le acabaron cobrando 1.862 dólares (unos 1.700 euros) por el servicio, algo por lo que el hombre ha emprendido ahora una demanda judicial. Los hechos ocurrieron en octubre de 2002 cuando William Hoesch , un norteamericano de 71 años, circulaba en bicicleta por una calle de Rainier (en el condado de Columbia de Oregón). Una ambulancia que había acabado un servicio y estaba de regreso a las oficinas centrales iba por el mismo sentido e hizo un giro hacia la derecha y se encontró con el ciclista, al que acabó arrollando. Como consecuencia de los hechos descritos, que aparecen en el atestado inicial y al que ha tenido acceso el periódico local 'The Oregonian', el hombre sufrió una fractura de nariz además de otras lesiones. Su bicicleta, además, quedó literalmente destrozada bajo la rueda de la ambulancia en un accidente que tuvo lugar a las puertas de las instalaciones de la empresa de ambulancias. El informe policial apuntó entonces que el chófer de la ambulancia iba a una velocidad de entre dos y diez millas por hora y que repentinamente y sin saber de dónde venía escucharon un golpe. Al detenerse se encontraron con William herido. Él, por su parte, confirmó que circulaba a una velocidad de entre cinco y diez millas por hora cuando la ambulancia se cruzó con él. Esa misma ambulancia, que iba sin servicio, llevó a un hospital al ciclista pero, por su sorpresa, luego le llegó a casa una factura de 1.862 dólares por el traslado. Lejos de quedar ahí el coste económico del accidente, William calcula que desde entonces, por su recuperación, se ha tenido que gastar 47.000 dólares y que todavía le queda pendiente un gasto de 50.000 en efectos del accidente. Por todo ello, William reclama ahora a la empresa de las ambulancias, Columbia River Fire & Rescue, una indemnización de 997.000 dólares (unos 925.000 euros) por el dolor y sufrimiento, físico y mental, del accidente, unas secuelas que todavía a día de hoy sufre porque sigue con problemas de movilidad o pérdida de fuerza de agarre, entre otras lesiones. Así lo han explicado sus abogados a medios locales, que han tratado sin éxito hasta la fecha tener una versión oficial de la compañía de ambulancias, que espera que el caso siga su evolución en los juzgados. En todo caso, varios expertos dan por hecho de que William tendría que recibir alguna indemnización cómo víctima de daños por parte de la ambulancia.
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