Una investigación de la ULL advierte de la presencia de elementos contaminantes en las frutas deshidratadas

La investigadora explica que las muestras de frutas deshidratadas fueron adquiridas en las principales superficies comerciales de Tenerife (supermercados y ventas locales), donde eligieron las marcas más vendidas

Las frutas deshidratas son uno de los productos de mayor consumo por parte de la población española, y de hecho se ha aumentado su ingesta en los últimos años por tener una mayor vida útil, ofrecer un acceso más rápido en comparación con las frutas frescas y, especialmente, por sus propiedades nutricionales dado que, al deshidratarse, se logra una mayor concentración de vitaminas, minerales y fibra. Un grupo de investigación de la Universidad de La Laguna (ULL) advierte del contenido de ciertos contaminantes si se supera la dosis diaria recomendada.

Según el estudio de la ULL, muchos de estos productos proceden de países terceros, como es el caso de los dátiles, por ejemplo, y los investigadores e investigadoras destacan que es importante monitorizar el contenido de ciertos contaminantes como es el caso de algunos metales tóxicos como el aluminio (Al), el cadmio (Cd) o el plomo (Pb), entre otros. 

El trabajo de la Universidad de La Laguna publicado en la revista Foods analiza el contenido de metales tóxicos en frutas deshidratadas (dátiles, ciruelas pasas, pasas sultanas, orejones de albaricoque e higos secos) para evaluar la exposición derivada de su consumo.

El estudio ha sido firmado por la profesora ayudante doctora Soraya Paz Montelongo, del Grupo Interuniversitario de Toxicología Ambiental y Seguridad de los Alimentos y Medicamentos del centro académico.

La investigadora explica que las muestras de frutas deshidratadas fueron adquiridas en las principales superficies comerciales de Tenerife (supermercados y ventas locales), donde eligieron las marcas más vendidas (marcas blancas y marcas más conocidas). La determinación del contenido de metales tóxicos se llevó a cabo mediante espectrometría de plasma acoplado inductivamente (ICP-OES, por sus siglas en inglés). 

Como resultados relevantes, cabe destacar el contenido de aluminio registrado en las ciruelas pasas, con una media de 12,7 mg Al/kg. Sin embargo, al llevar a cabo la evaluación del riesgo, y si se establece un consumo de 30 g/día de estos productos (indicado como ración recomendada o normal), sobresale la ingesta de litio (Li) en todas las frutas deshidratadas. De hecho, en el caso de las ciruelas desecadas alcanza un porcentaje del 35% de la ingesta diaria tolerable de litio establecida por la EFSA (European Food Safety Authority) en 2 μg/kg de peso corporal al día (p-RfD, dosis de referencia).

No obstante, la investigadora de la Universidad de La Laguna indica que manteniendo un consumo de 30 g/día de cualquiera de los frutos desecados analizados no habría ningún riesgo para la salud por ingesta de los metales tóxicos analizados. Con todo, resulta pertinente realizar este tipo de estudios dado el aumento de los contaminantes en los alimentos, en general.

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