Una oferta en expansión y constante evolución para responder al cambio

Cursar un máster en España ha pasado en pocos años de representar una posibilidad de especialización formativa reservada para unos pocos privilegiados –especialmente por su coste económico–, a una opción mucho más popular , más accesible y mucho más conectada con las necesidades del mercado de trabajo. Según cifras del Ministerio de Universidades, estos estudios siguen experimentando una notable tendencia al alza: durante el curso 2023-2024, más de 288.000 alumnos se matricularon en alguno de los más de 4.200 másteres oficiales que se pueden estudiar actualmente en nuestro país, ya sea para avanzar en la carrera profesional, cambiar de sector o para profundizar en conocimientos dentro de un área específica. La transformación de estos estudios en España ha ido paralela a la implantación del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), un proyecto promovido por la amplia mayoría de países europeos que tiene la finalidad de armonizar los sistemas de educación superior de los países pertenecientes a la UE. «Este Espacio ha sido especialmente relevante en España a la hora de vertebrar la educación terciaria en sus tres pilares fundamentales (grado, máster y doctorado) –explica Anabel Rodríguez Learte, directora académica de Cesif–. A partir de la implementación del Plan Bolonia, el máster pasó a ser la titulación que otorga competencias especializadas con un enfoque práctico e investigador, diferenciándose del grado y del doctorado. Esto ha llevado a un aumento importante de la oferta de títulos . Es importante destacar que la armonización de los currículos formativos ha facilitado la homologación y el reconocimiento de los títulos en los países miembros de la UE, lo que ha hecho posible que los estudiantes españoles puedan acceder con mayor facilidad a oportunidades académicas y laborales fuera de nuestro país». En opinión de Félix Suárez, director de la Escuela de Postgrado y Formación Permanente de la Universidad Francisco de Vitoria, esta implantación del EEES ha impactado de dos maneras muy evidentes. Por un lado, «se ha producido una proliferación relevante de la oferta de programas, lo cual en sí mismo puede parecer positivo, pero tiene la consecuencia de una excesiva fragmentación y súper especialización de los contenidos –explica–. Y, por otro lado, la implantación efectiva de un riguroso proceso de evaluación y supervisión de la calidad de los programas por parte de las autoridades educativas estatales y autonómicas, lo cual redunda en un incremento de la calidad de los programas». La estructura de los estudios de máster también ha sido objeto de transformación en estos años. Nacho de Pinedo, CEO de ISDI Digital Business School, considera que «antes de 2013 los programas de postgrado en España mantenían una estructura muy tradicional, teórica y académica con contenidos que no habían evolucionado mucho en los últimos 30 años, y estaban muy orientados a sectores como la economía, el derecho o la ingeniería, y con una impartición 100% presencial», explica. «Muchas de las escuelas de postgrado –continúa– siguen manteniendo este modelo, aunque algunas otras han evolucionado, especialmente debido a la presión de nuevos competidores, que han entrado en el sector con contenidos adaptados a la era digital , con un enfoque más profesional que académico, flexibilidad y adaptación continua de los contenidos, metodologías ágiles, y formatos híbridos, muy orientados a la empleabilidad, transformación y emprendimiento en el entorno digital». Según los datos aportados por la Fundación CyD, uno de los rasgos más distintivos del sistema universitario español en el ámbito de los másteres es el mayor peso relativo de las universidades privadas con relación a las públicas. «Las universidades privadas se están esforzando por diferenciarse de las públicas especializándose de manera clara, dentro de los estudios reglados en el nivel de máster –explican–. Adicionalmente, se observa una mayor apuesta de las universidades privadas por las enseñanzas híbridas u online , las cuales son particularmente bienvenidas para aquellos alumnos con un perfil más mayor que el de grado, que necesitan flexibilidad a la hora de gestionar los estudios y mejorar la conciliación entre estudios, trabajo, familia y otras responsabilidades. En el curso 2021-2022, en la mitad de los diez ámbitos de estudio, las privadas eran ya mayoría en el total de matriculados de máster (educación; servicios; negocios, administración y derecho; salud y servicios sociales, e informática)». En cuanto a las materias, la interdisciplinariedad se ha convertido en un rasgo distintivo de muchos programas. Los másteres han comenzado a ofrecer enfoques más integrados, combinando áreas como la psicología, la comunicación y la tecnología. Uno de los cambios más significativos ha sido la incorporación de materias relacionadas con la tecnología y el análisis de datos . Programas de máster en áreas como marketing, finanzas y recursos humanos han integrado asignaturas sobre 'big data', inteligencia artificial y marketing digital. Esta tendencia responde a la creciente necesidad de profesionales capacitados para manejar grandes volúmenes de información y utilizar herramientas digitales en la toma de decisiones. También la sostenibilidad ha cobrado protagonismo en los planes de estudio. Másteres en gestión empresarial, turismo y medio ambiente ahora incluyen módulos sobre desarrollo sostenible, responsabilidad social corporativa y economía circular . Esta evolución refleja una mayor conciencia sobre la importancia de prácticas empresariales responsables en un mundo que enfrenta desafíos ambientales. No sólo la realidad del mercado de trabajo influye en la evolución de estos estudios, sino también la modalidad a través de la que se imparten. Algo que también ha afectado y mucho a la extinción de determinados títulos que no han sabido adaptarse: «La transición hacia los modelos híbridos y completamente virtuales ha hecho que muchos títulos con alto porcentaje de presencialidad hayan dejado de impartirse –explican desde Cesif–. Esto impacta en todas las áreas de conocimiento, también en el área de Ciencias de la Salud. Por eso, es muy importante que las innovaciones en los títulos reflejen esta realidad, y que las agencias reguladoras tengan presente esta tendencia al cambio. Flexibilizar las exigencias a este nivel, en cuanto a los títulos oficiales, es una necesidad. A pesar de ser esencial para asegurar la calidad de la formación, la complejidad burocrática y la rigidez de la regulación en España hacen que los títulos oficiales tengan muchas dificultades para adaptarse a los cambios rápidos, limitando además la innovación y fomentando una uniformidad en la formación que no va en consonancia con las necesidades de adaptación al mercado laboral. La extinción de títulos ha tenido mucho que ver con la resistencia al cambio y la dificultad para implementar nuevas metodologías debido a esta estructura rígida. En el ámbito español es urgente encontrar un equilibrio que permita una mejor adaptación de la educación superior a las demandas cambiantes de la sociedad». En cuanto a las tendencias de futuro de estos estudios, desde ISDI explican que han observado una tendencia hacia el diseño se programas más cortos y especializados , que permiten a los profesionales adquirir conocimientos clave en menos tiempo. «El formato híbrido (combinación de clases presenciales y online) se ha consolidado como una de las opciones preferidas por los estudiantes y empleadores, al ofrecer flexibilidad sin renunciar al networking y la interacción personal», explican. La reciente Ley Orgánica de Universidades ha estandarizado la duración en ECTS de las titulaciones de posgrado, definiéndolas mucho mejor. Antes de que entrara en vigor, el 70,8% de los estudiantes de nuevo ingreso en estudios de Máster en el periodo 21-22 se graduó ese mismo año. «El perfil de estudiante que opta por este tipo de especialización generalmente se inclina por una duración de un curso académico. Todavía es pronto para analizar cuáles son los resultados de las formaciones online que se imparten de manera más extendida. Los formatos de formación continua y curricular flexible son poco frecuentes en España y tal vez sean un formato a explorar», explican desde ISDI. El elemento de la internacionalización es, en opinión de Félix Suárez, el factor de futuro que más cambios notables va a provocar en el mercado de postgrado en España. «Así lo entienden distintas sociedades y fondos de inversión que invierten en nuestro país en instituciones educativas. La educación es un mercado global , ya sea por la tecnología o por efecto de la globalización. No se puede entender una educación local en exclusiva, y cuando hablo de local me refiero a nacional, igual que no se puede entender una formación eminentemente técnica sin incluir en ella el factor humano y de valores».

abc.es

Leer artículo completo sobre: abc.es

Noticias no leídas