Vinicius, Areilza y Teresa Ribera

No hay nada que reviente más al sanchismo que probar su propia medicina. El martes en Bruselas todo estaba preparado para que Teresa Ribera saliera a hombros por la puerta grande del Parlamento Europeo, coronada como la socialista más poderosa de la política continental. Pero las botellas de champán se quedaron en la nevera, como cuando José María de Areilza esperaba en su casa a que el Rey lo llamara para decirle si quería ser su presidente del Gobierno, pero Don Juan Carlos llamó a Adolfo Suárez. O como cuando Vinicius lo tenía todo a punto para beberse el Balón de Oro en una fiesta como sólo saben celebrar los brasileños, pero el nombre que se escuchó en el planeta... Ver Más

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