Novak Djokovic no quiso volver a hablar —ni siquiera discutir en detalle— sobre lo que aludió el viernes que fue una entrevista concedida meses atrás a la revista GQ, en la que recordó haber tenido “niveles altos de metales pesado” en su sangre por la comida que le sirvieron mientras estaba detenido antes de ser deportado de Australia en 2022.
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