El FBI acordó pagar más de 22 millones de dólares para resolver una demanda colectiva que alega que reclutas fueron seleccionadas para ser despedidas en el entrenamiento y acosadas rutinariamente por instructores con comentarios de índole sexual sobre el tamaño de sus senos, falsas acusaciones de infidelidad y la necesidad de tomar anticonceptivos “para controlar sus estados de ánimo”.
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