Herramientas
Cambiar el país:

Los duelos de Fernando Alonso y Carlos Sainz que dicen más de lo que parece en la pista

Fernando Alonso contra Carlos Sainz, este contra Charles Leclerc… La carrera esprint del Gran Premio de China fue corta, pero dio juego para ilustrar dos dinámicas distintas en la presente temporada

Los pilotos españoles se enfrentaron por primera vez en un agresivo cuerpo a cuerpo que perjudicó a ambos en el plano deportivo, agravado en el caso del asturiano, evidenciando de nuevo el asfixiante control reglamentario al que están sometidos los pilotos en la Fórmula 1 actual.

Por otro lado, el duelo con Charles Leclerc y Sainz (sábado y domingo) empieza a elevar una tensión deportiva entre ambos que debería ir lógicamente a más según avance la temporada.

Sainz y Alonso, este fin de semana. (Reuters/Kim Kyung-Hoon)Sainz y Alonso, este fin de semana. (Reuters/Kim Kyung-Hoon) Sainz y Alonso, este fin de semana. (Reuters/Kim Kyung-Hoon)

Pocas posibilidades de éxito

Sainz empezó con un lacito (por fuera, luego por dentro) la maniobra de adelantamiento al asturiano en los compases finales de la carrera sprint. Rodaron emparejados hasta que el madrileño superó a su compatriota. Pero en la entrada de la curva 9, Alonso se tiró por dentro en una maniobra con escaso nivel de éxito

La zambullida de Alonso solo podía funcionar si el Ferrari abandonaba la trayectoria. "Muy optimista", la calificaría luego Sainz. Los dos monoplazas se tocaron y Sergio Pérez encontró vía libre hacia el podio. Sainz vio frustrada esa posibilidad. Alonso se vio obligado a abandonar.

El asturiano reconocería luego que esa tercera posición que disputó a Sainz no era en realidad factible. Su respuesta al madrileño obedecía tanto el natural reflejo genético de un piloto de carreras, como una devolución de la jugada. "No teníamos muchos neumáticos, a Verstappen le tuvimos dos vueltas detrás, a Carlos le tuvimos alguna vuelta más" reconocía el asturiano.

Tras explicar el estado de su monoplaza, Alonso justificaba así el incidente con Sainz. "La siete la dimos emparejados, y luego en la 8 me intento quedar por fuera. Él abrió la trazada para no dejarme sitio, así que en la nueve hice lo mismo que él en la ocho, tirarme por dentro para no dejar el sitio en la trazada. En la ocho me abrí para no tocarnos, en la 9 él no se abrió, así que nos tocamos y lleve al final la peor parte, porque tuve que retirarme".

Pero lo que inicialmente se antojaba un incidente de carrera, luego llegó a los comisarios. Alonso fue sancionado con diez segundos (irrelevantes ante su abandono) y tres puntos de carnet.

El peligro de que te tomen la matrícula

Sin embargo, aquí entraba en juego otro de los grandes males de la Fórmula 1 actual: la obsesiva fiscalización de cada maniobra en pista que se ha ido acentuando en los últimos años y que está asfixiando a los pilotos.

Con monoplazas de enormes dimensiones y a altas velocidades, la acción en pista está sometida a una arterioescleroris galopante. Hasta el mismísimo Juan Pablo Montoya, presente en Shanghái, se reía en los micrófonos de DAZN ante semejante tendencia. "Déjenles pelear", venía a decir. Contagiados por semejante tendencia, los pilotos han convertido las radios en escaparate de queja constante ante el menor incidente.

Alonso se ha mostrado habitualmente como un piloto duro, aunque habitualmente limpio en el cuerpo a cuerpo. Sin embargo, ha acumulado dos sanciones en tres carreras. En parte, debido a ese provisional superior posicionamiento en la pista con un monoplaza inferior entre otros de mayor rendimiento.

Ahí estaba su duelo con Russell o los McLaren en Yeda, Australia o Japón, como también en Shanghái, que obligan a una mayor agresividad en la defensa. Sin embargo, Alonso también se corre el peligro de que la FIA y los comisarios le tomen la matrícula, especialmente tras sus críticas a la sanción de Australia. El asturiano entraba así en un quizás abonado en su contra cuando se realizaba la maniobra del sábado en Shanghai.

Sube la temperatura deportiva en Ferrari

En el incidente posterior con Leclerc en la carrera esprint, Sainz llevaba su monoplaza tocado tras el incidente con Alonso, aunque en la imagen on board se apreciaba cómo alargaba la trazada para bloquear al monegasco, cuyo monoplaza golpeaba. Una dura defensa que ni siquiera pasó por los comisarios, al contrario que la de Alonso.

Porque Shanghái también elevó el tono entre los pilotos de Ferrari. Ambos mantienen una gran relación personal que contiene los ánimos, aunque Leclerc denunciaba la maniobra de su compañero el sábado, aunque añadiendo que también se había mostrado agresivo con su compañero en el pasado. La disculpa de Sainz quitó hierro al asunto, al margen de la clarificación entre ambos de puertas para adentro. Alonso no actuó igual con Sainz, al menos públicamente. Luego, saldrían juntos sin problemas de la sala de comisarios.

El domingo, la maniobra de Leclerc evidenció nuevamente la pugna interna en el equipo italiano. Obsesionado con no perder posición con Sainz por las consecuencias estratégicas para el resto de la prueba, el monegasco dejó la portería libre a Hulkenberg y Russell, lo que supuso un precio para ambos posteriormente, sobre todo para Sainz. Al terminar la carrera, el madrileño llamó la atención públicamente sobre la maniobra de su compañero, como Leclerc el día anterior.

La temporada acaba de empezar. Leclerc no puede ni quiere quedar en Ferrari derrotado a final de temporada por el piloto que se marcha. Sainz no tiene nada que perder ya en Maranello, pero su futuro sigue en el aire y ha de actuar en consecuencia. Será inevitable que la temperatura deportiva siga subiendo. La personal, quién sabe.


Leer artículo completo sobre: elconfidencial.com

Recopilamos artículos de este sitio web, en un máximo de 10 minutos tendrás nuevos artículos aquí.