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Los que se ceban con Lucas Vázquez y le llaman paquete se tienen que meter en la cueva

A Lucas Vázquez no le ha ido nada mal en los dos partidos más importantes de la temporada del Real Madrid. Primero contra el Manchester City, donde asumió la responsabilidad de lanzar un penalti, y después en el Clásico con un penalti provocado, un gol y una asistencia. Los que le caricaturizan, con infamia, por sus errores y su falta de brillantez, que miren el mensaje que le dedicó Bellingham: "Eres una puta leyenda".

Para ser un futbolista trotón y sacrificado, que solo sabe correr y poner algún buen centro de vez en cuando, ha marcado las diferencias con otros jugadores rivales con más calidad y talento. Es el caso de Bernardo Silva en el City (ejecutó un penalti lamentable) o el del rajador Gündogan en el Barcelona. Con este hay otra diferencia. Lucas es de los que hace equipo y Gündogan el que, como dijo Araújo, se salta los códigos del vestuario.

La exhibición que ha dado Lucas Vázquez en los dos últimos partidos es de compromiso y carácter. Son malos tiempos para los que se ceban con el gallego y le califican como un paquete que no tiene nivel para jugar en el Real Madrid. Solo hay una verdad absoluta. Esta camiseta pesa mucho. En la historia del Real Madrid hay muchos talentos que han fracasado por no entender qué es el Real Madrid. El último es Eden Hazard.

El nivel de Lucas Vázquez es el de un futbolista que se deja la piel y se sacrifica por el equipo. Le pongas donde le pongas. Juegue los minutos que tenga que disputar. Si es todo el partido, es capaz de sacarle un penalti a Cubarsí, oler la inocencia del joven central del Barcelona y parecer un avión por la banda derecha. Ridiculizó a Cancelo. Se choteó, con un baile con Bellingham en el tercer gol del Real Madrid, de sus odiadores.

Lucas Vázquez celebra con Bellingham el triunfo contra el Barcelona en el Bernabéu. (AFP7) Lucas Vázquez celebra con Bellingham el triunfo contra el Barcelona en el Bernabéu. (AFP7)

Es muy habitual faltarle al respeto porque no es un jugador elegante ni tiene el regate fino de los especialistas en el arte del desborde. De Lucas se ha llegado a decir que jugaba en el Real Madrid porque era un enchufado de Sergio Ramos y el sevillano, con todos sus galones, ejercía una presión a los entrenadores para que le pusieran. Auténticas barbaridades. Nadie puede estar nueve años en el primer equipo del Madrid, con diferentes técnicos, si realmente es un estorbo.

Una actitud insaciable

Hay maneras diferentes de callar bocas y lo que ha hecho Lucas Vázquez en los dos últimos encuentros es un ajuste de cuentas contra los que se burlan de su fútbol y también de su físico. Contra el City tuvo la chulería de irse a por el balón del penalti y ponerse a dar toques con el pie como si fuera a lanzarlo en el jardín de su casa. En el Clásico se rio de todos los vaticinios catastrofistas y a Luis de la Fuente, presente en la grada del Bernabéu, le mete en dudas.

Su actitud explica el ADN del Real Madrid para comprender por qué el equipo ganó el Clásico sin querer. Lo reconoció Ancelotti tras el partido, con honestidad, para decir que les valía el empate. El técnico estuvo conformista y Lucas insaciable. Ganó el Real Madrid por el hambre de un futbolista secundario, con experiencia y espíritu de sacrificio, que en julio cumple 33 años y está pendiente de que el club le diga si cuenta con él para la próxima temporada.

La razón de la gran resistencia del Real Madrid con dos canteranos que están infravaloradosUlises Sánchez-FlorEl Real Madrid lleva toda la temporada resistiendo y sobreponiéndose a las bajas de futbolistas fundamentales con la aportación del banquillo. En Mánchester se reivindicaron Nacho y Lucas Vázquez

Después de estos dos partidos a un altísimo nivel competitivo, claves para estar en las semifinales de la Champions y sentenciar la Liga, los méritos de Lucas Vázquez son indiscutibles. En entrega y personalidad es de los mejores jugadores que tiene el Real Madrid. Así se lo reconocen en el vestuario, señalado como un ejemplo de profesional que no regala nada y trabaja a destajo en cada entrenamiento. Su calidad está en tener una cabeza privilegiada y una capacidad de trabajo bestial con y sin balón.

Le toca jugar el partido de ida de semifinales contra el Bayern de Múnich por la sanción de Carvajal. En un escenario, el Allianz Arena, donde triunfó como extremo y lateral con Zidane en el banquillo (1-2) en 2018. Otra gran noche de Lucas Vázquez en la Champions, con la asistencia a Marco Asensio en el tanto de la victoria, y solución de urgencia para frenar a Ribéry tras la lesión de Carvajal. Lucas, con cuatro Champions, suma más que resta en el Real Madrid.


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