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Sito Pons y aquel 6 de mayo de 1984 que cambió para siempre la historia del motociclismo español
Uno, a veces, se lamenta no haber tenido un móvil a mano hace cuatro décadas para inmortalizar momentos únicos. Pero, por otra parte, cuando ves que los recuerdos son imborrables en la mente es porque se vivieron en su plenitud sin distracciones de grabar videos y subirlos a Instagram. Exactamente eso es lo que ocurrió en aquella victoria mítica de Sito Pons en el circuito del Jarama. Todos los que lo vivimos, supimos que algo legendario acababa de ocurrir.El llenazo de aquel Gran Premio fue histórico. Nunca había superado el circuito del Jarama la barrera de los 100.000 espectadores, pero la afición motociclista española peregrinó en masa al circuito madrileño. Se intuía que algo importante se estaba cociendo y la venta de tickets y solicitudes para espacios de acampada desbordó todas las previsiones.En un alarde de incompetencia, la Federación Española de Motociclismo había autorizado en el mismo fin de semana otro plato fuerte, como era el mundial de motocross en la cercana Yunquera de Henares. Había también una prueba importante de karting en Soto del Real, el puente de Mayo hacía mella en la asistencia de público a los eventos… pero dio igual. Todos querían ver triunfar a Angel Nieto y ver qué pasaba con la nueva generación de los Aspar, Carlos Cardús y Sito Pons que estaban en el punto de pasar de promesas a realidades mundialistas. Ángel Nieto fue clave para que floreciera el talento de Sito Pons y Carlos Cardús (primero y segundo en la imagen), así como las motos de Antonio Cobas. (Facebook Sito Pons) El germen de aquel inusitado interés se desató medio año antes, en el Gran Premio de Italia de 1983 en Monza. Televisión Española se decidía por fin a emitir en directo carreras del mundial de motociclismo más allá de las del Gran Premio de España. Angel Nieto hizo muchas cosas por el motociclismo español, pero una de las más importantes fue la de ser pesado hasta la saciedad intentando que las motos llegaran a los hogares españoles. Y aquel fue el comienzo de lo que vendría después.La herencia de NietoFruto de aquella insistencia de Nieto, le pudimos ver correr en su plenitud, pero tuvimos también un regalo inesperado: un chaval de Barcelona llamado Sito Pons estaba peleando por la victoria en 250cc. Un español en las cilindradas grandes. Era la primera vez que ocurría en casi décadas. Sito Pons no ganó aquella carrera, porque se fue en la última vuelta al suelo jugándose la victoria junto a Ivan Palazzese. Pero se ganó el corazón de los aficionados.La mecha de la gran revolución motociclista que se avecinaba en España, se prendió en aquella retransmisión televisiva. Los datos de audiencia no engañaban y la difusión en vivo del mundial de motociclismo para 1984 empezó allí a tomar forma. Ángel Nieto era sin duda el gran atractivo, pero aunque seguía en plena forma, era inevitable preguntarse quién iba a venir por detrás a sucederle.Los desencuentros entre Sito Pons y Carmelo Ezpeleta pueden costar muy caros a MotoGPPablo de VillotaEl anuncio de retirada del mundial de Pons Racing es una mala noticia para el motociclismo. Fin de ciclo es la razón oficial, pero el fondo son los enfrentamientosRicardo Tormo, que era unos años más joven que Ángel y que por fin contaba con una Derbi oficial, era el sucesor natural del zamorano, pero un terrorífico accidente entrenando en un polígono industrial fulminó su carrera deportiva para siempre. Ahora tocaba el turno de los chavales surgidos de la Copa Bultaco Streaker de finales de los años setenta. Pero no solamente era cuestión de pilotos, porque, por un lado, Derbi había vuelto a la competición mundialista y en Barcelona, un genio técnico llamado Antonio Cobas estaba revolucionando el diseño de las motos de competición.Todo aquello fue el caldo de cultivo para la enorme expectación que se generó en aquel Gran Premio de España de 1984. El director del Circuito del Jarama en aquellos años era Carmelo Ezpeleta y nadie mejor que él, pudo comprobar el potencial que tenía el motociclismo en España como deporte de masas. Podría decirse que en aquel fin de semana de mayo, también se plantó la semilla de lo que años después acabó floreciendo como Dorna, el promotor del campeonato mundial desde 1992. Sito Pons celebra junto a Christian Sarron y Carlos lavado su primera victoria en el campeonato del mundo. (Facebook Sito Pons) Por iniciativa también de Ezpeleta, la Escuela de Pilotos Emilio de Villota tenía su sede permanente en el penúltimo box del circuito, incluyendo el camión taller. Y de este modo, quien les escribe estas líneas pudo vivir aquel Gran Premio subido al techo de aquel camión, desde donde se divisaba el tramo final de la recta y las curvas de Le Mans. Allí vimos ganar a Angel Nieto en la carrera de 125cc, pero teníamos vecinos ilustres a nuestro alrededor.A nuestra derecha, en el antepenúltimo box, estaba el equipo de Manolo Burillo en una vetusta furgoneta Mercedes y subidos a su techo estaban Sito Pons y Juan Garriga. Si, como lo oyen, el ‘comecocos’ empezó en el mundial de escudero de Sito. A nuestra izquierda, en el último box, estaba la flamante escudería JJ de jacinto Moriana. Su autobús Pegaso, igual que los del transporte público, pero transformado a taller vivienda, causó sensación. En su techo, estaba su piloto Carlos Cardús y por supuesto el genio Antonio Cobas, padre de las dos criaturas con opciones a victoria en aquella carrera.Kobas contra CobasSe daba la circunstancia que Cardús pilotaba la innovadora JJ Cobas TR-1, mientras que Sito había tenido que rescatar la vieja Kobas, porque las Yamaha que le habían prometido eran un auténtico desastre. La marca de los diapasones copaba la parrilla del mundial, pero había una diferencia abismal entre las Yamaha pata negra de los equipos Sonauto o Venemotos, a las de estricta serie que le adjudicaron a Sito.Pero la moto vieja de Antonio Cobas, en manos de Sito, era aún una máquina muy competitiva. A pesar de salir más retrasado que Cardús, que con la nueva JJ Cobas hizo la pole, Sito seguía contando para la victoria. La carrera comenzó liderada por el impetuoso Palazzese, que igual que en Monza 1983 se fue al suelo mientras lideraba. Tomó entonces el mando de la carrera Cardús ante el delirio de las gradas. Pero la alegría duró poco, porque apenas una vuelta después se retiró por un fallo técnico. O eso dijeron.Sete Gibernau, Sito Pons, Lorenzo... Hacienda se da de bruces con los pilotos de MotoGPPablo GabilondoLa Agencia Tributaria puso en el punto de mira a los deportistas, avisándoles de que, aunque vivieran en el extranjero, debían tributar en España por las carreras que se corren en el país. En ningún caso logró su objetivoPero el éxtasis estaba por venir porque Sito venía remontando desde la undécima posición. Fiel al estilo sobrio que hizo marca de la casa, el catalán iba progresando en el pelotón pero sin cometer ningún tipo de excesos. Dejó que los rivales como Sarron, Lavado o Mang fueran desgastándose en sus peleas, mientras el griterío del público iba in crescendo a cada uno de sus adelantamientos. La gesta estaba a punto de consumarse.A pocas vueltas del final, Sito se puso primero y empezó a marcharse. El Jarama se vino abajo. Cuando el barcelonés cruzó la bandera a cuadros, todos supimos que lo que había pasado en aquel domingo de hace cuarenta años era un acontecimiento histórico. El dominio de España como primera potencia mundial del motociclismo comenzó allí.
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