La Generalitat de Catalunya ha aprobado de urgencia una regulación para incluir el alquiler de temporada y el de habitaciones en el tope de los precios. A menos de 48 horas del inicio de la campaña electoral catalana, el Consejo Ejecutivo que preside Pere Aragonès ha aprobado un decreto ley, que entra en vigor previsiblemente esta semana, que tiene como objetivo principal contener el boom de este tipo de arrendamientos por meses que permitían a los caseros subir mensualidades igualmente.  Desde la entrada en vigor de la Ley de Vivienda estatal en mayo 2023, y más aún cuando se hizo efectivo el límite a la subidas del alquiler en Catalunya en marzo, tanto los inquilinos como la Generalitat habían detectado un trasvase de los arrendamientos convencionales hacia los de temporada. En ciudades como Barcelona suponían ya un 40% de la oferta de portales inmobiliarios como Idealista. La consellera de Territorio y Sostenibilidad, Ester Capella, ha explicitado que esta legislación va dirigida a “evitar la picaresca” en la que, ha dicho, se han instalado no pocos arrendadores. “Hay que regular todos los agujeros que la ley estatal no había previsto y que han servido para eludir la aplicación de la norma”. El Govern, que venía anunciando su intención de regularlo, aprueba ahora un decreto ley que modifica la ley de vivienda catalana, de 2007, para especificar que los alquileres de temporada también se consideran vivienda habitual (a no ser que el casero y el inquilino pacten que su uso es estrictamente recreativo, vacacional o para asistir a un evento). A partir de ahora, en todos los contratos deberá especificarse el motivo de la temporalidad del contrato, y en caso de que sean usos distintos a los recreativos (por razones de estudios, médicos, de profesión o de espera de entrega de una vivienda), se considerará una vivienda habitual y quedará sujeta a la regulación de los precios, así como a la obligatoriedad de que sea el propietario el que abone los honorarios de la inmobiliaria.  Capella ha puesto como ejemplo un piso de estudiantes. A pesar de que su contrato de alquiler puede ser temporal, de septiembre a junio, se considera esa vivienda como de uso permanente y no pasajero, con lo que queda sujeta a la contención de rentas.  Catalunya se adelanta de esta forma a la comisión que mantiene en marcha el Gobierno central, y que se ha reunido dos veces, para poner coto exactamente a la misma casuística. Considera el Govern que la medida no puede esperar al veredicto de Madrid, más aún cuando tiene competencias en materia de vivienda.  El decreto ley que sale este miércoles del Consejo Ejecutivo incluye otras medidas en materia de acceso a la vivienda. De entrada, también se regula el alquiler de habitaciones para quedar sujeta el mismo régimen de contención de rentas. Por otro lado, se especifica también la necesidad de que en todos los anuncios de pisos de alquiler se detalle el precio del contrato anterior, el que fija el índice de precios estatal y si el propietario es o no un gran tenedor (esto último es lo que sucedía durante la vigencia de la ley catalana de 2020 que fue tumbada por el Tribunal Constitucional). En materia sancionadora, otro de los agujeros de la regulación que señalaban los colectivos de inquilinos, se considera una infracción muy grave –con una multa de 90.000 a 900.000 euros– si el propietario alquila un piso un 30% por encima de lo permitido. Si es entre un 10% y un 30% (de 9.000 a 90.000 euros), es una infracción grave, y hasta un 10% (de 3.000 a 9.000 euros) se considera leve. 

Vox tiene una intención de voto que duplica la de la CUP entre los jóvenes de entre 18 y 24 años, según el último Barómetro de Opinión Política (BOP) del CEO publicado antes de la convocatoria electoral del 12-M. El partido de ultraderecha es el escogido por el 7,6% de los electores de menor edad, mientras que la CUP lo es por el 3,5%. El partido que lidera la intención de voto entre los jóvenes es el PSC, con el 17,4%, seguido de Junts (9,3%) y ERC (8,7%). Cerca de un cuarto de millón de personas que han llegado a la mayoría de edad durante los últimos tres años se convertirán en nuevos electores el 12-M. Según la encuesta, el independentismo sacaría los mejores resultados entre la gente de más de 64 años (36,6%) y el peor entre las personas de entre 18 y 24 años (21,5%). Vox es el séptimo partido en intención de voto en el total del electorado según la encuesta, pero el cuarto entre los más jóvenes, solo por detrás del PSC, ERC y Junts. De hecho, la formación que llevará a Ignacio Garriga como cabeza de lista consigue el porcentaje más alto en esta franja de edad (7,6%), por encima de la media (4,3%). En cambio, los electores más jóvenes son prácticamente los que menos confían en la CUP (3,5%), solo superado por los mayores de 64 años (1,1%) y por debajo tanto de la media (4,5%), como de las personas entre 25 y 34 años, quienes darán más apoyo a los anticapitalistas (11,8%). Los comuns se encuentran en una circunstancia similar, puesto que recibirán el apoyo del 7% de los jóvenes de 18 a 24 años, menos que la franja siguiente (11,8%) y también por debajo del resto excepto la de los más grandes de 64 años (3,5%). Por el que hace ERC, la encuesta apunta a que recibirán menos apoyo de los jóvenes (8,7%) que del resto de edades y que de la media de la población (17,1%), mientras que los electores de 18 a 24 años se decantarán por Junts en proporción similar (9,3%) con cifras superiores solo en la franja de 25 a 34 años (7,9%) y también por debajo de la media (11,3%). La intención de voto del PSC entre los nacidos entre el 2000 y el 2006 es la más alta de todos los menores de 50 años, y solo crece entre quienes superan la cincuentena. El PP todavía sale mejor parado de los nuevos electores, la franja que más los votará (6,4%), un punto por encima de la media. Ciudadanos, es la opción preferida por un 1,2% de los encuestados jóvenes, una proporción ligeramente más alta al conjunto de la población (0,9%). Así, esta franja de edad es la que menos apoyaría a los tres partidos independentistas con representación parlamentaria, con una intención de voto conjunta del 21,5%, más de 10 puntos por debajo de la media y 15 menos que entre los mayores de 64 años. A la vez, la suma de las formaciones más escépticas con las tesis del independentismo –PP, Vox y Cs– obtendrían el 15,1% de los sufragios de los más jóvenes, casi 5 puntos por encima de la media. El apoyo de los hombres jóvenes al PP cuadruplica el de las mujeres Las tendencias de los jóvenes no son idénticas por géneros: el apoyo de los hombres de 18 a 24 años al PP cuadruplica el de las mujeres (10,2% y 2,4%, respectivamente), y la CUP también recibiría más apoyo de los chicos que de las chicas (4,6% y 2,4%). En el caso del resto de partidos, son ellas quienes dan más apoyo –en el caso de los comunes, la diferencia es de cinco puntos, en el de ERC, de cuatro, y en el del PSC, de tres. La proporción de jóvenes del género masculino que dice que no votaría es del 15,9%, más del doble que las mujeres de la misma edad (7,1%). Las cifras del último barómetro son sensiblemente diferentes a las de la encuesta preelectoral del CEO justo antes de las últimas elecciones en el Parlamento, en 2021, cuando por ejemplo la franja de los adultos más jóvenes era la que más apoyo daba a los cupaires (8%) y la que menos prefería al PSC (4,6%). Otra circunstancia que cambia es el número de gente que no sabe o no contesta a la respuesta de quien votará; mientras que hace tres años era el 60,9%, ahora lo es solo el 14%. La cifra más alta de nuevos electores en dos décadas En los comicios del 12 de mayo se incorporan al censo 243.004 personas por haber cumplido la mayoría de edad desde la última cita con las urnas en el Parlamento. Se trata de una cifra más alta que en las anteriores (211.667) y, de hecho, la más alta desde 2003. Estas elecciones serán las que registran un censo más alto de las 14 que se han celebrado desde la transición, con 5.754.931 personas llamadas a las urnas teniendo en cuenta todo el electorado. Son medio millón más que hace 25 años, y 1,3 millones más que las primeras, celebradas el 1980. Respecto a los últimos comicios, hay cerca de 130.000 electores más que hace tres años, el aumento más grande del censo en el último cuarto de siglo.