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María Eugenia Rodríguez Palop: "Conjugar la convivencia de diferentes culturas políticas es el gran reto inconcluso de la izquierda"
María Eugenia Rodríguez Palop (Llerena, 1970) es una profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid que entró en la política institucional en mayo de 2019, cuando encabezó la lista de Unidas Podemos al Parlamento Europeo. Ahora concluye esa legislatura y su nombre no estará en la papeleta de Sumar el próximo 9 de junio, después de que la plataforma de Yolanda Díaz eligiera a Estrella Galán como número 1 y de las posteriores negociaciones con los partidos para el resto de la lista –Jaume Asens (comunes), Compromís, Manu Pineda (IU) y Más Madrid–. Rodríguez Palop coordinó el programa electoral de Sumar para las elecciones generales del 23J y, desde el pasado sábado, ocupa la secretaría de Internacional y Europa dentro de la Ejecutiva de la formación de la vicepresidenta primera. En julio se producirá el relevo de escaños en el Parlamento Europeo y se dejará atrás una legislatura con avances inesperados en integración –fondos europeos de la pandemia con deuda comunitaria–, gestión de la crisis –suspensión de las reglas fiscales– y en materia de transición ecológica, que en sus últimos meses ha avanzado con la aprobación del Pacto Migratorio, la ola reaccionaria que puede estar por venir tras las elecciones europeas. La aún eurodiputada ha estado esta semana en la redacción de elDiario.es, 24 horas después de que concluyera el periodo de reflexión que se dio a sí mismo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras los ataques sufridos contra su esposa. “A mí la carta me pareció un acierto”, reflexiona Rodríguez Palop: “Creo que está bien que los líderes políticos y las personas que ocupan cargos de responsabilidad muestren sus sentimientos y sus emociones. Las feministas siempre hemos dicho que lo personal es político, y yo creo que es algo muy bienvenido, que nos permite reflexionar sobre las personas que hay detrás de los cargos”. ¿Y qué le ha parecido el fruto de esa reflexión? Eso lo tendremos que valorar con el tiempo. Lo importante es que el punto y aparte no se convierta en puntos suspensivos y, por tanto, que se dote de contenido a esos cinco días. Ya hay propuestas sobre la mesa: hace falta desbloquear el Consejo General del Poder Judicial porque no podemos continuar con esta deriva que desacredita al Poder Judicial; hace falta meterle mano a los medios; repensar sobre la actitud ciudadana de youtubers y de influencers en las redes. También hace falta derogar la Ley mordaza, lo sabemos de hace tiempo, porque el derecho a la protesta se tiene que salvaguardar. Y hace falta eliminar la crispación en sede parlamentaria, porque la gente ha dejado de escuchar a los parlamentarios y los ha dejado de respetar. Entonces, si estos cinco días sirven para hacer esos cambios, para que todos pensemos sobre esto y tomemos una iniciativa transformadora, pues bien está lo que bien acaba. Algunos de los asuntos apuntados por el presidente en estos últimos días hacía tiempo que venían siendo denunciados por otras personas y colectivos, que han sufrido persecución, lawfare, etc, como raperos, independentistas, miembros de Podemos, de IU. Hace tiempo que se venían señalando carencias democráticas desde algunos ámbitos y la respuesta en aquel momento era otra. La parte criticable es que es tarde para mucha gente, es tarde para la gente que ha sufrido penas de cárcel, para los exiliados, para quienes se han tenido que retirar del mundo de la política por la presión de medios y de redes sociales que, cuidado, no están solamente en manos de la derecha y la extrema derecha, también hay izquierda y otras posiciones. ¿Cuando decía que también hace falta meter mano a los medios, en qué sentido es? Hay mucho que se puede hacer para ganar en transparencia y calificar adecuadamente qué es un medio de comunicación y qué no es un medio de comunicación. Se ha hecho esa reflexión también en relación a las acreditaciones para entrar en el Congreso, porque hemos visto situaciones profundamente lamentables protagonizadas por supuestos medios. Hay que penalizar no solamente a quien comete delitos de odio y de otras características en los medios, sino también a los medios que los amparan, los difunden, los replican. Este fin de semana, coincidiendo con el periodo de reflexión del presidente, se ha elegido la nueva ejecutiva de Sumar, de la que forma parte como responsable de Internacional y de Europa. ¿Cómo ve esta nueva fase que se afronta? Sumar tenía que dotarse de una organicidad y por fin tiene esa organicidad. Y ahora tiene que empezar a andar y ver cómo se conjuga la convivencia de diferentes culturas políticas y de partidos, movimientos y personas en el mismo espacio. Es el gran reto de la izquierda, y es un reto inconcluso desde hace muchísimo tiempo. Hace un año aproximadamente se celebró el acto de Magariños, que supuso el punto de salida de Sumar. Desde entonces se produjo la lista unitaria del 23J con con un montón de actores que antes no habían concurrido juntos. Eso se rompió, Podemos está en el Grupo Mixto y ha habido competición electoral en Galicia y en Euskadi. Y ahora vendrán las europeas con una lista de Sumar y otra de Podemos, encabezada por Irene Montero. ¿Qué opina de esa competición y división? Yo siempre aposté por la lista unitaria y por la incorporación de Podemos. De hecho, lideré una lista de Unidas Podemos porque siempre he creído en la confluencia, y me incorporé a Sumar porque era una confluencia. Nunca he sido una persona orgánica ni de partido. Y sigo creyendo que hay que aprender a articular en la pluralidad y en la diferencia. Que esto no haya salido bien o no haya salido todo lo bien que hubiéramos querido a lo largo de este tiempo, no dice nada acerca de si es o no es deseable. Yo creo que es deseable. Recordaba que en 2019 encabezó la lista de unidad de Unidas Podemos para las elecciones europeas, y ahora se daba por descontado que pudiera repetir en la lista de Sumar para las elecciones europeas de junio. ¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué al final no repite en la lista de Sumar? Ha sido el producto de una negociación donde se ha decidido optar por otros candidatos. A mí me apena muchísimo no repetir. Reivindico, por supuesto, mi trabajo y el trabajo de mi equipo. Los resultados son claros, pero no reivindico un escaño porque los escaños no son de nadie y no tienen nombre y apellido. A mí me avala mi trabajo. Ese trabajo se ha dado por terminado en el Parlamento Europeo y no tengo mucho más que decir. Espero poder ser útil en otro lugar, y estoy segura de que voy a seguir luchando por las mismas causas, esté donde esté. Y hay muchos sitios en los que yo he estado antes, como la universidad, y en los que puedo llegar a estar en el futuro y desde donde esa lucha puede ser muy útil y muy transformadora. Insisto en que todo el mundo es prescindible, también yo, y los escaños no son nominales. Esa lucha suya siempre ha estado atravesada por el feminismo, el ecologismo, los derechos humanos, los derechos civiles, por confrontar desde esos espacios la ola reaccionaria... Y en esos ámbitos también se ha desarrollado su tarea en el Parlamento Europeo, como vicepresidenta de la Comisión de Mujeres e Igualdad de género del Parlamento Europeo y miembro de la de Empleo y de la de Agricultura. Estoy muy orgullosa de haber formado parte del Parlamento Europeo en esta legislatura, que creo que ha sido la legislatura de las Mujeres. Hemos pedido la reforma de la Carta de Derechos Fundamentales para incorporar el derecho al aborto como derecho autónomo; hemos conseguido la ratificación del Convenio de Estambul en la parte en la que la Unión Europea era competente; hemos luchado para que la violencia de género fuera un eurodelito y, aunque no lo hemos conseguido, sí hemos conseguido sacar adelante una directiva de violencia contra las mujeres donde falta el tipo penal de la violación, si bien está contemplado en la parte preventiva y se plantean un montón de medidas que van a mejorar la vida de las mujeres en toda la Unión Europea, donde solamente tenemos dos leyes de violencia de género. También hemos sacado, y ahí he sido protagonista y estoy muy contenta, una reforma de la directiva de trata donde se plantea la criminalización de la demanda y de la gestación subrogada cuando se cumplen los requisitos del tipo penal de la trata, que son dos cuestiones bastante ambiciosas y que ha salido adelante en el Pleno con solo siete votos en contra. Es decir, que hemos negociado muy bien y hemos hecho muy buena pedagogía. Y hemos apoyado la ratificación del Convenio 190 de la OIT, donde se aborda todo lo que tiene que ver con el acoso y la violencia en el trabajo. Además, hemos sacado una estrategia europea de cuidados, que ya sabemos que es un espacio profundamente feminizado; una directiva de transparencia salarial que aborda la brecha salarial de género, que se traduce en una enorme brecha de pensiones; hemos sacado la directiva de salarios mínimos, teniendo en cuenta que el 59% de las personas que reciben salario mínimo son mujeres... Así mismo, se ha apostado por que la transición ecológica y digital tuviera perspectiva de género, y se pudiera formar a personas más vulnerables para incorporarse a ese cambio. También hemos apostado por el Pacto Verde, y ahí protagonicé el trabajo en la estrategia de la granja a la mesa en la pata alimentaria del Pacto Verde: como también he estado en agricultura, he trabajado sobre la reforma de la PAC. En fin, creo que ha sido desde el punto de vista social, ecologista y feminista, una legislatura envidiable que no va a tener parangón, me temo, en los años próximos. De hecho, al final de la legislatura se ha estado viendo cómo las derechas se han ido descolgando del desarrollo del Pacto Verde Europeo, muy contaminadas por un debate en torno al campo, como si fuera incompatible el campo con la transición verde. Hemos tenido el acoso, y espero que no derribo, de las grandes multinacionales en el ámbito de la alimentación, y de los fondos de inversión, que han planteado desde el minuto uno una contraposición casi estructural entre las políticas ambientales o agroambientales y la política agrícola tradicional. Yo creo que eso obedece a un falseamiento absoluto de la realidad, y además a la ocultación del auténtico problema que tienen los agricultores, que es no solamente el cambio climático, sino también la falta de fertilidad en los suelos, la desertificación y la falta de agua, que no solamente ha provocado el cambio climático, sino también determinadas políticas agrícolas y maneras de abordar la producción agrícola y agroganadera. Entonces, querer meter la cabeza debajo del ala como la avestruz y engañar a los agricultores no es buena cosa. Eso ha encontrado un canal o una posibilidad. Primero con la guerra de Ucrania y ahora, con las sucesivas crisis asociadas a los conflictos y a la nueva política belicista o defensiva de la Unión Europea, se ha aprovechado para suspender en buena parte las exigencias que, ya de manera bastante esquelética, había incorporado la política agrícola común en temas ambientales. Entonces, ¿la culpa no es de la Agenda 2030 como dicen las derechas? La culpa no es de la Agenda 2030, me temo que no. De hecho, la Agenda 2030 yo creo que ni se la han leído. Es curioso cómo agitaban eso la derecha y la extrema derecha para frenar el Pacto Verde siempre. Incluso había un cartel electoral de Vox en el que tiraban la Agenda 2030 a la basura. La derecha y la extrema derecha se han aprovechado de la falta de pedagogía, de la aceleración en las tomas de posición respecto de la cuestión verde en la Unión Europea y, también, por supuesto, de errores que se han cometido en la implementación del Pacto Verde. Yo, por ejemplo, he sido muy crítica con determinadas apuestas energéticas. Una cosa es que tengamos que desarrollar las energías renovables y otra cosa es que sea de recibo que tú apuestes por llenar hectáreas y hectáreas de campos fértiles de placas solares, o instalaciones eólicas, o que se apueste por minas a cielo abierto en la parte oeste de la Península Ibérica. Está claro que se ha abierto ahí también un nicho de inversión que han querido aprovechar los mismos que querían aprovechar el nicho inmobiliario de la construcción. Y la gente también ha visto eso, se ha visto acosada por un proceso acelerado donde había malas intenciones: el acoso que reciben los agricultores por parte de este tipo de empresas multinacionales y por parte de los fondos de inversión es inaceptable. La legislatura arrancó marcada por una pandemia que nadie podía imaginar. Y se produce una respuesta ante una crisis total diferente a como la UE afrontó la crisis anterior: se mutualizó deuda, se hicieron unos fondos de de recuperación como nunca habían existido... Parecía casi que se podía estar ante un relativo cambio de paradigma. Y ahora empiezan a aparecer síntomas de retroceso. Lamentablemente, sí. De hecho, lo más importante es que se suspendió el Pacto de Estabilidad, y eso nos dio desahogo para desarrollar el pilar social y todas esas políticas tan positivas de las que he hablado antes. Y ahora vuelve otra vez el fantasma de la austeridad, y lo hemos visto en el Semestre Europeo, se vuelve a las andadas de forma profundamente lamentable. En parte ya se está viendo el ascenso de las derechas y la extrema derecha en diferentes estados de la Unión Europea. Y ahora de manera oportunista hay gente como Ursula von der Leyen, por ejemplo, a quienes no les importa volver al punto de partida. La pandemia demostró que cuando hay voluntad política se pueden hacer cambios rápidos, sustanciales, efectivos y muy positivos. Y, por tanto, hay una Europa mejor que es posible. También en el Pacto Migratorio se ha visto cómo pueden penetrar los discursos más duros de la extrema derecha y de la derecha, que tiene mucho que ver con la correlación de fuerzas que hay en el Consejo. Al final, cuantos más gobiernos conservadores haya en el Consejo más difícil será que se impongan posiciones progresistas en la UE. El Pacto Migratorio se ha saldado de manera lamentable, con una solidaridad a la carta por la que tú puedes pagar 20.000 euros por no reubicar personas. Y que esos 20.000 euros puedan ir a destinados a la Europa fortaleza para cerrar todavía más a Europa. Ese chovinismo del bienestar del que hablaba Jürgen Habermas en su momento, el racismo cultural, el fomento del miedo al otro que nos va a quitar los servicios sociales, nos va a atracar y atacar. Todo eso no nos hace ningún bien. Y, además, estimula claramente las políticas de las derechas y de las extremas derechas, que son las políticas del miedo. Nosotros hemos votado, por supuesto, en contra del Pacto Migratorio, y me llevo un sabor agridulce, porque creo que podía haberse avanzado de otra manera. Hemos cerrado Europa más con políticas de expulsión que no cumplen con el derecho internacional y con el derecho de asilo y refugio, con más militarización, con más externalización de fronteras, con más países gendarmes, con más pánico, en definitiva. Yo creo que eso conduce al darwinismo social y ahí quienes pierden pues son los de abajo. A menudo se dice que el discurso del miedo siempre despierta los peores instintos. Ahora se está denunciando mucho la posibilidad de una guerra, y siempre parece que después de la enunciación de una idea a continuación viene su materialización. Si, la profecía autocumplida. Sí. Muchas veces estamos en la distopía del bote salvavidas, en la que tú estás dentro y el otro está fuera y no cabe nadie; la parábola de El banquete de la naturaleza maltusiano. Y eso es terrible, porque yo creo que deberíamos estar en la utopía de la nave Tierra, si lo queremos ver así, más que en la distopía del bote salvavidas. Y es una cuestión simplemente de manera de ver las cosas, como todo el mundo sabe en Filosofía Política, materia que he enseñado en mi vida académica: que el hombre sea un lobo para el hombre o no lo sea, pues es algo que podemos elegir. Simplemente. No hay absolutamente ninguna tesis fidedigna de carácter antropológico que demuestre que somos seres en esencia egoístas y que tenemos que temer al otro o tenemos que tener miedo de que el otro nos ataque. Podemos cooperar en lugar de competir. Y eso lo podemos elegir. Las derechas han elegido un modelo social y nosotros, personas de izquierdas, deberíamos elegir el otro. Y si tenemos dudas con eso, si no lo tenemos claro, entonces nos hundiremos, iremos flaqueando hasta desaparecer. La izquierda en España ha defendido históricamente la autonomía de la defensa en contraposición a la OTAN, que al final es una organización militar cuyo jefe está en la Casa Blanca. Sin embargo, el debate en estos últimos meses ha pasado desde esa autonomía europea a una suerte de belicismo europeo. La espiral belicista es clarísima. Empezamos hablando de la legítima defensa de Ucrania, que es evidente que tiene sentido. Hablamos también de Gaza, y pensamos que la gente tiene derecho a defenderse frente a un ataque que es ilegítimo e ilegal, y frente a una agresión, sea del tipo de la que Israel está desplegando sobre Gaza, sea del tipo de la que Putin desplegó sobre Ucrania. Y de ahí, hemos pasado a una carrera armamentística, al incremento desmesurado de los presupuestos en defensa, a asumir que hay que derivar recursos del pilar social al defensivo, y a que la única forma de defendernos es volver a armarnos. Yo creo que eso hay que resistirlo: no podemos volver a los años de la Guerra Fría ni a años anteriores peores. Hay que pararlo. Dice que hay que pararlo. Pero parece que estamos en una espiral de declaraciones, Von der Leyen dijo hay que tener un comisario de Defensa, aunque no vaya a tener competencias en los ejércitos porque es una cosa de los Estados. Ella arrancó la anterior legislatura diciendo que había que apostar por la transición verde y digital, y ahora pareciera que la agenda pasa por lo militar. La agenda de Von der Leyen ha demostrado ser muy oportunista durante toda la legislatura. Ella no empezó defendiendo ni a las mujeres ni al Pacto Verde. Recordemos que fue presidenta tras una segunda votación que salió adelante solo por nueve votos, porque justamente no defendía ni el Pacto Verde ni la agenda feminista. Después lo ha hecho y lo ha hecho relativamente bien, ya lo comentábamos antes, pero ahora no tiene ningún empacho en volver a ser la ministra de Defensa que siempre fue. A mí es una persona que no me genera ni la más mínima adhesión. Ya voté en contra en su momento y ahora votaría en contra: no tengo ningún interés en que esta señora sea la presidenta de la Comisión. Dicho esto, creo que la defensa no pasa únicamente por incrementar el armamento ni por dotarnos de más y mejores ejércitos. Se ha olvidado la existencia de la ONU, por ejemplo, y creo que sería interesante volver a plantearse el papel de la ONU, en qué manera se puede democratizar y se puede profundizar el mandato de la ONU, que también es un mandato defensivo, solo que desde otros esquemas de seguridad. Además, la seguridad solo puede ser real si es seguridad de todos y para todo, porque si es solo la seguridad de algunos y en algunas cosas, siempre será insuficiente. Creo que si pensáramos más en la ONU y menos en la OTAN nos iría mejor. Quizá estos sean algunos de los asuntos que más fricciones puedan generar entre el grupo de La Izquierda, que es en el que estaba inscrita, y los Verdes, que es otro el grupo al que fueron integrantes de la lista de UP y al que irán también de la lista de Sumar. Bueno, los Verdes son variados, como también es variada La Izquierda [The Left]. Y algo que sucede en el Parlamento Europeo, y que no todo el mundo sabe, es que no hay ninguna homogeneidad en los grupos parlamentarios. En La Izquierda ha habido gente, tengo que recordar, lamentándolo mucho, porque es mi grupo parlamentario, que ha votado en favor de Israel en las sucesivas votaciones que hemos tenido y en resoluciones donde se ha pedido el alto al fuego, y se han opuesto a ese alto al fuego. ¿Los alemanes? Y los nórdicos, y algunos franceses en según qué resoluciones y según qué enmiendas. No hay homogeneidad, y en los Verdes se ubican ERC y el BNG, que han votado de manera distinta al resto del grupo. Hay, además, libertad de voto y hay muchas cosas que los parlamentos estatales deberían aprender del Parlamento Europeo, que es el mejor lugar donde se puede trabajar políticamente y donde se puede legislar. En todo caso, mi filiación política es claramente la de The Left, porque desde ahí creo que es más fácil defender ciertas cosas, aunque entiendo que se puede hacer buena política casi que desde cualquier grupo parlamentario. Hablando de eso, de que es un buen sitio para trabajar el Parlamento Europeo: si uno piensa en la legislatura de estos cinco años en Bruselas, ni existía Gobierno de coalición en España, ni Sumar, Pablo Iglesias todavía no había sido vicepresidente, por el camino han ido pasando diversas elecciones, Carles Puigdemont está a punto de volver porque se ha negociado una ley de amnistía.. Pero, en cambio, en Bruselas... Aquello permanece. Y eso es bueno. La parte positiva es que permite trabajar con más tranquilidad. A mí me parece muy positivo. Yo siempre he pensado que lo verdaderamente republicano son los procedimientos. Hay personas republicanas y personas que no lo son, pero eso no garantiza nada, lo que garantiza una política republicana, más democrática y más profundamente democrática, son los procedimientos. Y hay un elemento importante para legislar y para hacer política, que es el tiempo. No hay absolutamente nada que se pueda hacer ni se pueda hacer bien sin tiempo. Si tú estás permanentemente acosado por elecciones posibles, probables y permanentemente rodeado de medios de comunicación que incentivan el conflicto, la polarización y por lo tanto, la llegada, entre comillas, inevitable de esas supuestas elecciones, eso no te permite concentrarte en el trabajo ni te permite legislar adecuadamente. En el Parlamento Europeo no pasa eso. Sabemos que tenemos cinco años, son cinco años seguros y eso fomenta al menos dos cosas importantes: uno, hacer proyectos a medio o largo plazo en esos cinco años, que es una carrera universitaria, que es un proyecto de investigación en la universidad, un plazo adecuado; y dos, negociar con el que tienes al lado, porque salvo que se marche por voluntad propia o le pase cualquier otra cosa desgraciada, es la persona con la que vas a tener que trabajar. Eso permite que seas más creativo a la hora de desarrollar argumentos persuasivos. Y eso es muy importante, porque estimula la racionalidad, que no es sino la capacidad argumentativa y desestimula la locura y la perturbación. Creo que es importante, porque todos tenemos momentos de locura y todos nos podríamos dejar llevar por la pasión en un momento dado. Hay procedimientos que expulsan o, al menos amortiguan, esa salida. Eso pasa en el Parlamento Europeo, y pasa justo lo contrario en cualquier parlamento estatal. Y hay otra cuestión: nosotros no interesamos a los medios más que puntualmente, y eso es algo bueno, porque no siempre tenemos cosas que contar. Es que hay muchos periodos en la vida en los que uno no tiene nada que decir ni nada que contar. Y está bien que esté callado sin más, y que hable cuando corresponda; esto es, cuando haya hecho algo de interés. Y no todos estamos haciendo cosas de interés todos los días, hacemos cosas de interés algunas veces, si es que tenemos la suerte de hacerlas alguna vez. Por tanto, no pasa nada por estar en el perfecto ostracismo durante una temporada incluso larga. Falta mucho silencio en política, mucho, y está bien que no tengamos tanto foco mediático. Los políticos profesionales que van allí se agobian, porque descubren rápidamente que a pesar de las hiperventilaciones y de las necesidades permanentes de llamar la atención, los medios no ven ninguna necesidad de cubrirles. Y, bueno, pues a mí me parece que eso está muy bien. Yo creo que nos ayuda a trabajar, a pensar, a dialogar, y aunque los resultados no siempre son de nuestro agrado, por supuesto, porque a veces perdemos en esas negociaciones, como ha pasado con el Pacto Migratorio, y en otros casos no. Pero sí permite que los procesos sean más razonables y más racionales. Históricamente el Parlamento Europeo también ha sido la parte más ambiciosa desde un punto de vista progresista, si queremos, en comparación con el Consejo o la Comisión. También es verdad que tradicionalmente las familias que han dominado las instituciones han sido socialdemócratas, democristianos y liberales. Ahora a veces se ha basculado con apoyos de Verdes y La Izquierda, y a veces con los ultraconservadores. Sin embargo, parece que las nuevas elecciones pueden traer un cambio de ese mapa hasta el punto de que pueda haber mayorías estables de las derechas con liberales y la extrema derecha. Todo indica que puede ser así. Son muy importantes estas elecciones. El Parlamento Europeo siempre ha sido la institución más progresista. Si se compara con la Comisión, y desde luego con el Consejo, que es retardatario por definición. Y esto también lo digo para quienes aspiran a volver al Estado nación, que sería profundizar aún más en la regresión, por eso quienes quieren volver al Estado nación son precisamente los más reaccionarios. El Parlamento siempre hemos sido la parte más progresista. ¿Esto puede cambiar? Sí, puede cambiar. Ursula von der Leyen en el debate del lunes ya abría la posibilidad de un acuerdo con ECR, donde está Vox y donde está también Meloni. Y esto ya nos está dando pistas de qué es lo que puede venir. A mí me da mucha pena, porque The Left incluso puede crecer, pero nosotros, como grupo pequeño en la Cámara hemos tenido que pelear muchísimo para modificar cosas, para incorporar enmiendas, y pensar que ese trabajo puede llegar a ser incluso inútil durante cinco años porque haya un rodillo por parte de la derecha y la extrema derecha es demoledor. Me parece letal, y además una homogenización ya entre Comisión, Consejo y Parlamento que nos puede llevar a una Unión Europea que nos recuerde a momentos de los que hemos salido. Yo siempre he sido eurocrítica, pero mi paso por el Parlamento me ha hecho ver muchas cosas positivas de la Unión Europea y del Parlamento que no había visto antes. Espero no tener que volver a posiciones que han sido felizmente superadas. Aunque, bueno, si hay que protestar contra la Unión Europea y llega el caso, ahí estaremos. Tras las elecciones del 9 de junio, a principios de julio habrá un pleno en el que los diputados salientes dejan el paso a los diputados que llegan. ¿Qué hará a partir de entonces? Yo dejo de ser eurodiputada el 16 de julio y, a partir de ahí, está todo abierto. Todo el mundo sabe que soy profesora universitaria, que la universidad es mi casa, y para mí trabajar desde la universidad es un honor; hay que poner en valor lo que hacen los universitarios en la investigación, en la docencia, de manera que no descarto eso y tampoco descarto otras salidas profesionales. Estoy abierta a todas las posibilidades, la verdad. Y tendría que ver, bueno, en qué medida esas salidas profesionales son más o menos compatibles con mi continuidad en una ejecutiva o con el desarrollo de funciones orgánicas. Está todo abierto y todo se puede redefinir.
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El cierre de filas con Israel lleva a EEUU a limitar la libertad de expresión y de protesta
La masacre en Gaza -con nuevas matanzas de civiles estos días, la aparición de más fosas comunes y las imágenes de palestinos con señales de tortura tras su paso por cárceles militares israelíes- es ya una onda expansiva con repercusiones en varios países occidentales. La impunidad israelí se extiende hacia nuevos territorios y condiciona la política nacional en lugares como Alemania o Estados Unidos, donde se estrecha el derecho a la libertad de expresión y de protesta, con el señalamiento de discursos críticos con las políticas de Israel. La ola de protestas estudiantiles en EEUU Miles de estudiantes participan en acampadas en universidades estadounidenses, en unas movilizaciones que no se habían registrado a ese nivel desde 1968, durante la guerra de Vietnam. Los manifestantes piden el fin de la masacre en Gaza y exigen a sus universidades que renuncien a sus relaciones económicas -inversiones o recepción de donaciones- con empresas vinculadas a la ocupación israelí. Además, condenan el apoyo de Washington a las políticas del Gobierno Netanyahu y el envío de nuevos paquetes de ayuda militar a Israel. Las protestas estudiantiles son pacíficas y heterogéneas, con la participación de estudiantes judíos y las visitas de académicos, abogados de derechos humanos, historiadores y defensores del derecho internacional. La tergiversación de sus demandas y la estigmatización de sus acciones ha estado presente en la narrativa de una parte importante de los medios de comunicación estadounidenses, del propio Netanyahu, de Donald Trump y también del presidente Biden. A pesar de su carácter pacífico -y de que entre los organizadores hay asociaciones judías- los manifestantes han sido acusados de ser antisemitas, violentos o incluso de pertenecer a Hamás. “Lo que está sucediendo en los campus de EEUU es horrendo. Turbas antisemitas se han apoderado de las principales universidades”, advirtió Netanyahu esta semana. Tan solo horas después, comenzaron las respuestas policiales en varios campus universitarios estadounidenses. Entre los agredidos y arrestados por la policía hay varios profesores, como Steve Tamari, con 9 costillas rotas Represión policial inédita desde 1968 La acampada en la Universidad de Columbia en Nueva York fue desalojada hace cuatro noches con un desorbitado número de agentes policiales que usaron la fuerza. “He cubierto muchas cosas de este tipo en todo el mundo y nunca había visto a tantos policías moviéndose en un área”, relataba un reportero de la CNN durante la retransmisión en directo del despliegue policial en el Upper West Side de Manhattan que puso fin a las protestas en Columbia y en el City College de Nueva York, con más de un centenar de detenidos. Más de 2.000 estudiantes han sido arrestados en todo el país por manifestarse contra la matanza de civiles en Gaza. Es la represión más intensa contra alumnado universitario desde la guerra de Vietnam, según han denunciado diversas organizaciones de derechos civiles. También en las universidades de California en Los Angeles (UCLA), Texas, Emory (Atlanta), Darmouth (New Hampshire) o en la Washington University de St Louis, entre otras, se han registrado arrestos y agresiones policiales contra estudiantes y profesores. Los agentes han empleado gas pimienta, pistolas de electrochoques o pelotas de goma, y han enviado francotiradores a los tejados de los campus en Ohio e Indiana. Esta semana, lo que eran pacíficas acampadas con cánticos, clases de cocina o de antirracismo, talleres de historia, rezos en árabe o en hebreo durante el shabat, se convirtieron en escenarios de represión ante varias actuaciones desmedidas de las autoridades policiales. Así lo denunciaba hace pocos días el profesor Emil’ Keme, arrestado en la Universidad de Emory junto a las profesoras Caroline Fohlin -de la facultad de Economía- y Noëlle McAfee -de Filosofía-, entre otros. En la Universidad Washington de St. Louis también hubo numerosos detenidos, entre otros la candidata presidencial del Green Party, Jill Stein, o el profesor de Historia Steve Tamari, a quien varios policías golpearon y arrastraron por el césped -hay imágenes en vídeo- provocándole la rotura de nueve costillas y de una mano. También esta semana, en la Universidad de Darmouth, la policía arrojó al suelo y detuvo a la profesora Annelise Orleck, jefa del departamento de Estudios Judíos de la Universidad de Darmouth (New Hampshire) y autora de varios libros, que enfrenta ahora una amenaza de suspensión de seis meses. Otro de los docentes agredidos y detenidos es el profesor Samer Alatout, de la Universidad Wisconsin-Madison. En todos los casos el profesorado formaba parte de las protestas pacíficas e intentaba proteger a sus alumnos. Diversas organizaciones de derechos civiles han alertado de la envergadura de la contestación policial. La crisis de Gaza se está convirtiendo en una crisis global de la libertad de expresión con repercusiones duraderas Irene Khan, relatora de Naciones Unidas Alerta de organizaciones de derechos humanos ante la represión La American Association of University Professors ha recalcado que “es inaceptable responder a manifestaciones pacíficas en las universidades con una represión violenta”. La organización de derechos humanos Human Rights Watch ha indicado que “la protesta pacifica es un derecho humano, las universidades deberían respetar el derecho a la protesta” y el Knight First Amendment Institute de Columbia ha condenado “la alarmante decisión de llamar a la policía para desmantelar la acampada estudiantil” de la Universidad de Columbia. Por su parte, Amnistía Internacional ha denunciado que “a medida que la brutal guerra de Israel en Gaza se vuelve más devastadora cada día, no sorprende que tantos estudiantes se sientan impulsados a protestar. Todos los Estados deben respetar y garantizar el derecho de reunión pacífica, suspender urgentemente las transferencias de armas a Israel y pedir un alto el fuego ahora”. La defensa de EEUU a Israel está llevando a la Administración Biden y a las autoridades de varios estados del país a adoptar medidas poco acordes con los estándares democráticos. La relatora especial de la ONU sobre la protección a la libertad de expresión, Irene Khan, ha advertido de que “la crisis de Gaza se está convirtiendo realmente en una crisis global de la libertad de expresión [destinada] a tener enormes repercusiones durante mucho tiempo”. Además, ha señalado que “justificar la violencia contra los palestinos y contra aquellos que apoyan los derechos de los palestinos es racismo antipalestino”. También la relatora especial de la ONU para los defensores de los derechos humanos, Mary Lawlor, señalaba a principios de esta semana que “informes inquietantes indican que los estudiantes enfrentan la suspensión si no ponen fin a sus protestas pacíficas en la Universidad de Columbia. Esta es una clara violación de su derecho de reunión pacífica”. En la misma línea se ha pronunciado el responsable de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk: “Me preocupa que algunas de las actuaciones policiales parecen desproporcionadas”, ha dicho. El profesor de la Universidad de California Robin Kelly, en una carta publicada en The Boston Review y dirigida a la presidenta de la Universidad de Columbia, lamentaba que “en cuarenta años no había visto semejante crueldad descarada hacia los estudiantes y el profesorado, tal cobardía ante lo que equivale a una caza de brujas de la derecha, y una deshonestidad tan flagrante”. Su carta se ha hecho viral en redes y ha sido difundida por personalidades como la actriz judía estadounidense Cynthia Nixon. El profesor y autor Rashid Khalidi, referente en el estudio del mundo árabe y director de la cátedra Edward Said en dicha universidad, ha recordado que durante las protestas contra la guerra de Vietnam también “los estudiantes nos opusimos y esa guerra terminó por esas protestas; la gente que lideró aquello fueron estudiantes de Columbia, Berkeley y otros campus, que hoy son honrados y recordados. Éramos la conciencia de la nación. Un día nuestros estudiantes de hoy serán también conmemorados. Estamos en el lado bueno de la historia”. Al ser preguntado si las protestas estudiantiles cambiarán sus políticas hacia Gaza, Biden contestó con un escueto 'no' Límites a la libertad de expresión y de protesta A pesar de todo ello, el presidente Biden optó el jueves por sumarse a las voces que estigmatizan las protestas. “La disidencia nunca debe conducir al desorden”, dijo defendiendo la actuación policial. “El presidente optó por amplificar una caricatura de la derecha”, lamentó Matt Duss, ex asesor de política exterior del senador Bernie Sanders. Desde los movimientos estudiantiles critican que la criminalización se dirija hacia ellos y no hacia los responsables de la muerte de más de 34.000 palestinos en Gaza, ni hacia grupos proisraelíes no pertenecientes a las universidades que, como en la Universidad de California, irrumpieron en la acampada con violencia y agredieron a varios manifestantes hace unos días. Cientos de estudiantes han sido suspendidos en sus universidades por participar en las protestas y enfrentan acusaciones policiales como las enumeradas por Biden. Iris Hsiang, alumna judía en Columbia, es una de tantas. En una entrevista con The Times, ha explicado que fue arrestada por “protestar pacíficamente” y que los cargos que pesan contra ella son allanamiento de morada, vandalismo y “comportamiento pertubador”. “¿Cómo voy a estar invadiendo mi propia universidad?”, se lamenta. Varios estudiantes judíos integrantes de la organización Voces Judías por la Paz -impulsora de las protestas- también enfrentan una suspensión en Columbia. Ante ello, el Sindicato por las Libertades Civiles de Nueva York y la organización Palestine Legal han interpuesto una denuncia contra la universidad por “suspensión ilegal” de varias organizaciones “por comprometerse con una protesta pacífica”. El Premio Nobel estadounidense Joseph Stiglitz, uno de los intelectuales judíos más importantes del mundo, ha sumado su voz a los apoyos a los manifestantes: “Lo que un gran número de jóvenes expresa es una empatía humana normal. No quieren ver morir a la gente innecesariamente. [Lo que está ocurriendo] vuelve a poner de relieve reflexiones sobre el colonialismo y sus consecuencias, que nos recuerdan que la historia no desaparece simplemente”. La policía intenta reducir a estudiantes que protestan en la Universidad estatal de Georgia, este sábado 'Si esta ley es aprobada, la crítica a Israel será censurada de diversos modos', advierte la Unión por las Libertades Civiles Graves amenazas y riesgo de censura a las críticas a Israel Una de las herramientas de las que más hace uso el Gobierno de Netanyahu para acallar las críticas contra sus violaciones del derecho internacional es la instrumentalización de la acusación de antisemitismo. El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, indicó hace unos días que las acampadas universitarias “no son solo antisemitas, sino que además incitan al terrorismo”. En la misma línea se expresó el embajador de Israel en la ONU, Gilad Erden, quien acusó a las universidades de EEUU de permitir un “comportamiento al estilo nazi”. “Siempre supimos que Hamás se escondía en las universidades pero no nos habíamos dado cuenta de que no solo en Gaza, sino también en Harvard, en Columbia y en muchas universidades de elite”, afirmó. Con una impunidad habitual, Erden acusó además a Naciones Unidas de “hipocresía y ceguera”, advirtió de que sus días “están contados” y defendió “el establecimiento de una nueva institución mundial”. Esta presiones tienen efecto. Esta semana, a propuesta de un diputado republicano, el Congreso de Estados Unidos aprobó -con mayoría de demócratas y republicanos- un proyecto de ley contra el antisemitismo, pendiente ahora de votación en el Senado. Con ello la Cámara Baja de EEUU amplía la definición de antisemitismo para perseguir las protestas contra la masacre en Gaza. Dicha definición -criticada por varias organizaciones internacionales de derechos humanos- se basa en la propuesta por la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, que incluye como antisemitismo expresiones como “afirmar que la existencia de un Estado de Israel es un empeño racista” o “establecer comparaciones de la política israelí contemporánea con la de los nazis”. La organización más grande por los derechos civiles de EEUU, la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU), ha enviado una carta a los congresistas, advirtiendo de que este proyecto de ley “busca coartar la libertad de expresión de los estudiantes en los campus universitarios al equiparar incorrectamente las críticas al Gobierno israelí con el antisemitismo”. “La posibilidad de criticar a gobiernos y sus políticas es un componente básico de nuestra democracia. Si esta ley es aprobada, el discurso político crítico con Israel será probablemente censurado de diversos modos”, indican desde ACLU. En relación con esto, el experto israelí sobre el Holocausto, Omer Bartov, ha insistido en que las acusaciones de antisemitismo contra las acampadas estudiantiles en EEUU son falsas: “No hay nada amenazador en oponerse a la ocupación o a la opresión”, ha recalcado a elDiario.es. Comunicado del Tribunal Penal Internacional advirtiendo de las intimidaciones recibidas EEUU remodela la ley internacional al afirmar que el tribunal internacional no tiene jurisdicción sobre Israel en este caso Presiones y un derecho internacional remodelado a medida El cierre de filas con Israel también lleva a Washington a redefinir los límites del derecho internacional. En los últimos días han surgido informaciones que indican que un grupo de senadores estadounidenses habría expresado su preocupación a funcionarios del Tribunal Penal Internacional ante las sanciones que estaría barajando dicha corte contra el primer ministro israelí. Esta semana el propio Netanyahu advirtió de que cualquier medida judicial en su contra sería “un crimen de odio antisemita”. Algunos medios de comunicación han filtrado que Israel estaría amenazando con llevar a la Autoridad Nacional Palestina al colapso si el Tribunal Penal Internacional adopta medidas contra dirigentes israelíes. Ya en 2021 el primer ministro Netayahu afirmó que el Tribunal Penal Internacional actuaba con “puro antisemitismo” cuando abrió su investigación sobre crímenes israelíes. Ahora cuenta una vez más con la protección y el apoyo de la Administración Biden, que sigue manteniendo grandes contradicciones entre sus palabras y sus acciones. Esta semana el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Vendan Patel, preguntado sobre la investigación del Tribunal Penal Internacional, afirmó: “No creemos que tenga jurisdicción sobre esto [sobre Israel]; dicho lo cual, trabajamos estrechamente con el Tribunal Penal Internacional en una serie de áreas clave: Ucrania, Darfur, Sudán, pero en este caso en particular simplemente no tiene competencia”. Tales declaraciones constituyen una redefinición del derecho internacional en sí mismo, introduciendo en él excepciones no escritas: la ley internacional no se aplica en el caso de Israel. De este modo se están modelando las nuevas reglas del orden mundial, defendidas en base a dobles raseros y condicionadas por los intereses de Estados Unidos. EEUU parece dispuesto a socavar todos los principios básicos del derecho internacional para proteger a Israel Francesca Albanese, relatora de la ONU En este sentido, la relatora de Naciones Unidas para Palestina, Francesca Albanese, ha señalado “el Gobierno de EEUU parece dispuesto a socavar todos los principios básicos del derecho internacional para proteger a Israel de la rendición de cuentas, incluso frente a un genocidio en curso. Esto corre el riesgo de arrastrarnos a todos a un mundo cada vez más inseguro y sin ley”. Este pasado viernes el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional denunció presiones -sin especificar más- ante las medidas contra dirigentes israelíes por las actuaciones militares en Gaza: “La independencia e imparcialidad se ven socavadas cuando las personas amenazan con tomar represalias contra el tribunal o contra su personal si, en cumplimiento de su mandato, adopta decisiones sobre investigaciones o casos que caen dentro de su jurisdicción”, advirtió a través de un comunicado. Para mantener su apoyo y protección a Israel, Estados Unidos -y otros- está barajando y adoptando medidas que erosionan libertades democráticas y el propio derecho internacional, con los enormes riesgos que esto conlleva. Sobre ello, el profesor de relaciones internacionales del King's College de Londres, Alonso Gurmendi, ha afirmado que “los Estados no pueden realmente apoyar a gobiernos autoritarios que violan los derechos humanos sin volverse autoritarios y violar ellos mismos los derechos humanos. Siempre ha sido así. La diferencia es que esta vez los estudiantes han logrado que el autoritarismo sea visible”. En las acampadas universitarias estadounidenses ha circulado una frase legendaria del historiador Howard Zinn: “Dirán que estamos perturbando la paz, pero es que no hay paz. Estamos perturbando la guerra”. En un 2024 que acumula récord histórico de gasto militar en el mundo, los jóvenes universitarios que claman contra la masacre en Gaza se han interpuesto en el camino.
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La Corte Penal Internacional responde a las amenazas de Israel y EEUU: "Pueden constituir un delito"
Después de las amenazas y advertencias que han llegado desde Israel y desde Estados Unidos en los últimos días, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, ha afirmado este viernes que amenazar con “represalias” contra el tribunal y su personal socavan la “independencia e imparcialidad” de su trabajo, y también “pueden constituir un delito”. En un comunicado emitido este viernes, Khan ha pedido que “todos los intentos de impedir, intimidar o influir indebidamente en los funcionarios [de la CPI] cesen de inmediato” y ha de asegurado que amenazar al tribunal “puede constituir un delito contra la administración de justicia bajo el artículo 70 del Estatuto de Roma”, tratado fundacional de la CPI –que ni Israel ni EEUU han suscrito–. El tratado de la CPI “prohíbe explícitamente” tanto “tomar represalias contra un funcionario de la Corte por cuenta de los deberes realizados por ese u otro funcionario” como “impedir, intimidar o corromper a un funcionario de la Corte con el propósito de obligarlo o inducirlo a no cumplir, o realizar de manera indebida, sus deberes”, según la Agencia EFE. Khan ha explicado que su equipo “busca comprometerse constructivamente con todos los interesados siempre que dicho diálogo sea coherente con su mandato” y para actuar de manera “independiente e imparcial” bajo el Estatuto. “Sin embargo, esa independencia e imparcialidad se ven socavadas cuando individuos amenazan con tomar represalias contra la Corte o contra el personal de la Corte en cumplimiento de su mandato, toman decisiones sobre investigaciones o casos dentro de su jurisdicción”. La reacción del fiscal llega después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijera a través de la red social X que “Israel espera que los líderes del mundo libre se opongan firmemente al escandaloso ataque de la CPI al derecho inherente de Israel a la autodefensa”. “Esperamos que utilicen todos los medios a su disposición para detener esta peligrosa medida”, pidió el ultraderechista, sin especificar qué medida podría tomar la CPI. La prensa israelí ha asegurado que el tribunal está preparando órdenes de arresto contra Netanyahu y otros altos funcionarios por su papel en la guerra contra la Franja de Gaza, unos rumores que no han sido confirmados de momento desde La Haya, ni por parte de la oficina del fiscal ni del tribunal. Aún así, el presidente de la Cámara de Representantes de EEUU, el republicano Mike Johnson, calificó de “vergonzosas” e “ilegales” las supuestas órdenes de arresto contra funcionarios israelíes, mientras que varios legisladores republicanos trabajan en represalias por la vía legislativa contra el tribunal de La Haya. La CPI ha estado investigando desde 2014 las denuncias de crímenes de guerra presuntamente cometidos por las fuerzas militares de Israel y las milicias palestinas dentro de los territorios palestinos ocupados, lo que incluye el conflicto actual en Gaza. EEUU no reconoce la legitimidad de este tribunal en la investigación en curso sobre la situación en los territorios palestinos, aunque sí respalda otras investigaciones, como la abierta por la invasión rusa en Ucrania.
1 d
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Reporteros Sin Fronteras alerta de la escasa protección a periodistas palestinos en Gaza
Gobiernos de todo el mundo presionan cada vez más a los periodistas cercenando la libertad de prensa a escala global, según el informe anual de Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicado este viernes. La organización denuncia que la comunidad internacional no hace lo suficiente para proteger a los periodistas de Gaza. Desde el inicio del conflicto han muerto ya más de cien. “Observamos que la comunidad internacional no ha aplicado los principios de protección de los periodistas, en concreto la resolución 2222 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, ha contado a EFE Elena García, una de las portavoces de la organización. Al menos 22 de los 100 periodistas palestinos asesinados por las Fuerzas Armadas israelíes murieron mientras ejercían su profesión, según la ONG con sede en París. “Bajo las bombas israelíes, Palestina —que se sitúa en el puesto 157— es ahora uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas”, subraya el informe. Israel, por su parte, ha empeorado cuatro puestos, hasta el 101. En su clasificación de 2024, que evalúa la situación en 180 países y tiene en cuenta la puntuación de cinco criterios distintos, RSF constata que solo un 25 % de los países analizados tienen situación “satisfactoria” o “buena”. “RSF observa un deterioro preocupante del apoyo y del respeto a la autonomía de los medios de comunicación y un agravamiento de las presiones ejercidas por los Estados o por otros actores políticos”, asegura el texto. La mayoría de países con una calificación positiva son europeos. Los primeros son Noruega, Dinamarca y Suecia. España sube al puesto 30, tras mejorar seis desde su posición en el anterior ranking. Estados Unidos cae 10 puestos hasta el lugar 55 —ya en el grado de evaluación “problemático”, el tercero de cinco— por la situación de precampaña en vistas a las presidenciales de noviembre de 2024, en las que Donald Trump —hostil con la prensa tradicional— podría recuperar el poder. En esa fase preelectoral, la ONG considera que ciertos responsables políticos, sin citar cuáles, “han alimentado el descrédito en los medios” y “han pedido, sin tapujos, encarcelar a los periodistas”. También en el continente americano ha caído bruscamente Argentina —26 posiciones hasta el puesto 66—, una democracia presidida desde finales de 2023 por el ultraderechista Javier Milei, otra figura que hostiga a los medios tradicionales. El conflicto de la invasión rusa de Ucrania sigue haciendo mella en la libertad de prensa y en la integridad moral y física de los informadores. La Rusia de Vladímir Putin continúa en la parte baja del ranking, considerada “muy grave”, con el puesto 161 de 180. Ucrania, por su parte, mejora 18, hasta el 61. Según RSF, la influencia del Kremlin y su propaganda se ha extendido también a otros países del este de Europa. Bielorrusia (caída de 10 puestos, hasta el 167), Georgia (103), Kirguistán (120) o Azerbaiyán (-13 puestos, hasta el 164º). También en Serbia (-7, hasta el 98). Premio Mundial a la Libertad de Prensa a periodistas palestinos en Gaza La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) informó este jueves que ha concedido el Premio Mundial a la Libertad de Prensa Unesco/Guillermo Cano 2024 a los periodistas palestinos que cubren la guerra en la Franja de Gaza por “su valentía y su compromiso”. “En estos tiempos de oscuridad y desesperanza, queremos transmitir un firme mensaje de solidaridad y reconocimiento a los periodistas palestinos que están cubriendo esta crisis en circunstancias tan dramáticas”, dijo en un comunicado Mauricio Weibel, presidente del jurado internacional de profesionales de los medios de comunicación encargado de deliberar el galardón.
2 d
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Turquía suspende todo el comercio con Israel
Turquía ha suspendido todas las actividades de comercio con Israel, tanto exportación como importación, hasta que Tel Aviv permita la entrada ininterrumpida de ayuda humanitaria a Gaza, ha anunciado el Ministerio de Comercio turco. “Se han parado las gestiones de exportación e importación con Israel en una medida que abarca todos los productos, pasando a una segunda fase de las medidas estatales”, señala un comunicado del ministerio, citado por la agencia pública Anadolu. El 9 de abril pasado, Turquía prohibió la exportación de una amplia gama de productos a Israel, como acero, hormigón y otros materiales que formaban el grueso del comercio bilateral, como medida de presión para acelerar el envío de ayuda humanitaria a la población gazatí. “La nueva medida se aplicará de forma tajante y decidida hasta que el Gobierno de Israel permita un flujo ininterrumpido y suficiente de ayuda humanitaria a Gaza”, subrayó este jueves el Ministerio de Comercio turco. Recuerda que la decisión de restringir las exportaciones de productos de 54 categorías se tomó como medida de presión al no responder Israel a “los esfuerzos internacionales a favor de un alto el fuego, continuando las masacres y el drama humano” en Gaza. “Por otra parte, el Ministerio de Comercio turco está coordinándose con el Ministerio nacional de Economía palestina para que esta restricción no afecte a nuestros hermanos palestinos obligados a vivir bajo la ocupación”, agrega el comunicado. Horas antes de hacerse oficial la decisión turca, el ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, ya la avanzó en un mensaje en su cuenta de X, donde acusa al presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, de actuar como un “dictador”. “Erdogan rompe acuerdos al bloquear los puertos para importaciones y exportaciones israelíes. Así es como actúa un dictador, pasando por alto el interés del pueblo turco y los comerciantes e ignorando los acuerdos de comercio internacionales”, escribió Katz. “He dado órdenes al director general del ministerio de Exteriores israelí de coordinarse de inmediato con todos los actores relevantes en el Gobierno para crear alternativas al comercio con Turquía, concentrándose en la producción local y en importaciones de otros países”, añadió. “Israel emergerá con una economía fuerte y valiente. Nosotros ganamos, ellos pierden”, concluyó el jefe de la diplomacia israelí. Israel fue en 2022 el décimo país cliente de Turquía, importando bienes turcos por valor de casi 7.000 millones de dólares, sobre todo del sector de metales, acero, cemento, automoción y electrónica. Israel y Turquía rompieron relaciones diplomáticas en octubre pasado, retirando embajadores, pero el comercio había continuado entonces de forma ininterrumpida e incluso se había incrementado, según la Asociación de Exportadores turca (TIM). Acorde con los datos de dicha asociación, citados por el diario Birgün, el volumen de exportaciones turcas a Israel subió de 317 millones de dólares en enero pasado, hasta los 423 millones en marzo, con un total de 1.100 millones de dólares en todo el primer trimestre. Por otra parte, el Gobierno colombiano ha notificado oficialmente este viernes a Israel de la ruptura de relaciones diplomáticas en rechazo a lo que el presidente del país, Gustavo Petro, califica de “genocidio” en Gaza, y ha informado de que se comenzará a coordinar la salida de los diplomáticos de ese país en Colombia. “El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia informa que el día de ayer (jueves) se entregó de manera oficial al embajador de Israel en Colombia (Gali Dagan), la Nota Verbal sobre la decisión del Gobierno de romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel a partir de la fecha”, ha anunciado la Cancillería colombiana en un breve comunicado. También ha señalado que “se comunicó al embajador que a través de la Dirección de Protocolo de la Cancillería se coordinará el procedimiento y los tiempos para la salida del personal diplomático, a la vez que se ratificó la intención de mantener la actividad de las respectivas Secciones Consulares en Tel Aviv y Bogotá”. Petro afirmó el miércoles 1 de mayo, ante los trabajadores reunidos en la Plaza de Bolívar de Bogotá, que a partir del jueves “se romperán las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel (...) por tener un Gobierno, por tener un presidente genocida”. Este viernes, el mandatario ha asegurado: “Hoy la diplomacia es la expresión del poder económico y militar; la diplomacia debe ser, en cambio, la razón de los pueblos, y su objetivo no debe ser otro que la paz y la vida de la humanidad en toda su diversidad”.
2 d
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Al menos 29 muertos y 60 desaparecidos por las lluvias en el sur de Brasil
Al menos 29 personas han muerto y 60 han desaparecido por las fuertes lluvias que han azotado en los últimos días el estado brasileño de Rio Grande do Sul, en la frontera con Uruguay y Argentina, según han informado este jueves las autoridades regionales. Las precipitaciones, cuyo volumen en los últimos tres días ha sido casi cuatro veces mayor al de la media para este período, han afectado a más de 71.300 personas en 154 municipios esta semana. “La situación es absurdamente excepcional. No es un caso crítico, es el más crítico del estado en su historia”, ha asegurado el gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, al presentar las cifras actualizadas en una rueda de prensa. El mandatario regional ha señalado que el número de muertos “desafortunadamente va a aumentar” pues “hay lugares inaccesibles”, pero ha asegurado que miles de personas están actuando por tierra, agua y mar para ayudar en los rescates. Leite ha pedido nuevamente la colaboración de la gente para abandonar las áreas de riesgo ante la imposibilidad de llegar a todos los lugares afectados de forma inmediata. Los temporales no han dado tregua desde el lunes y este jueves han ocasionado la ruptura de una presa en el río Antas. Los habitantes de los alrededores ya habían sido evacuados, pero existe el riesgo de que ocurra lo mismo en otras cinco represas. Hasta el momento, la tragedia ha obligado a 10.242 personas a refugiarse en casas de parientes o amigos, mientras otras 4.645 se encuentran en albergues temporales. Por la magnitud de la tragedia, el gobernador decretó la víspera el estado de calamidad pública por un plazo de 180 días en todo Rio Grande do Sul. Leite se ha reunido este jueves con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que ha viajado a la región para conocer de primera mano la magnitud de la tragedia y reiterar el apoyo del Gobierno para enfrentar las consecuencias del temporal. “El Gobierno federal estará al 100 % con el pueblo de Rio Grande do Sul para atender con recursos y para que podamos reparar los daños”, ha asegurado el mandatario. Lula ha asegurado que “no faltará ayuda” para cubrir las necesidades básicas de la población. Las Fuerzas Armadas han desplegado ocho aeronaves, a las que se pueden sumar otras ocho, y más de 600 militares, número que puede llegar hasta los 1.500 según la evolución del temporal. Rio Grande do Sul, con una población de 11 millones de personas, ha sufrido en el último año el repetido golpe del fenómeno climático de El Niño, con un ciclón extratropical que provocó más de 40 muertes en septiembre. 
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