Alarma por el aumento del 'phubbing': ¿qué es y cómo afecta a la forma de relacionarte con la gente?
La práctica de ignorar a quienes nos rodean para prestar atención al móvil tiene nombre: phubbing. Este término, nacido de la combinación de las palabras inglesas phone (teléfono) y snubbing (desprecio), describe un fenómeno cada vez más habitual. El ningufoneo, como se le conoce en español, afecta a todas las generaciones, aunque preocupa especialmente a expertos por su impacto en jóvenes y adolescentes.
El auge del phubbing ha crecido en paralelo al uso de los smartphones. Las redes sociales, aplicaciones y notificaciones constantes convierten al móvil en un elemento omnipresente. Según estudios, un 42% de la población utiliza plataformas como WhatsApp, Facebook o Instagram para socializar, lo que ha modificado profundamente la forma en la que interactuamos. Expertos en comunicación alertan sobre los efectos negativos que esta práctica tiene en nuestras relaciones, especialmente durante momentos de conexión cara a cara.
La psicología lleva años analizando el phubbing y sus consecuencias. La pérdida de contacto visual y atención disminuye la calidad de las interacciones, afectando la confianza y el nivel de comunicación. Durante cenas familiares, encuentros de pareja o reuniones de amigos, el hecho de mirar el móvil puede generar frustración y distanciamiento emocional, como advierten diversos especialistas en comportamiento social.
El impacto del phubbing en nuestras relaciones
Investigaciones recientes subrayan cómo el phubbing puede dañar las conexiones interpersonales. Un estudio realizado por James Roberts y Meredith David, profesores de la Universidad de Baylor, apuntan que el partner phubbing —la interrupción de la conversación con la pareja para mirar el móvil— disminuye significativamente la satisfacción en las relaciones amorosas. La interrupción constante de estos momentos genera conflictos y debilita la sensación de apego mutuo.
El ningufoneo no solo afecta a parejas; también se manifiesta en amistades, relaciones familiares e incluso en el ámbito laboral. La presencia visible del móvil sobre una mesa, segúna Andrew K. Przybylski y Netta Weinstein, investigadores de la Universidad de Essex, reduce la calidad de la conversación, especialmente si el tema tratado tiene carga emocional. El móvil se convierte en una barrera invisible que impide una conexión auténtica.
Más allá de las relaciones cercanas, la adicción al móvil que fomenta el phubbing impacta en rutinas básicas como el descanso y la concentración. En jóvenes y adolescentes, el hábito de ningunfonear está relacionado con un rendimiento escolar más bajo y un desarrollo limitado de habilidades de comunicación verbal. Tal como advierte el experto Julio García, “los jóvenes están perdiendo la costumbre de hablar cara a cara, lo cual es preocupante para su desarrollo”.
La clave está en establecer límites: apartar el móvil en las comidas, reuniones o momentos de calidad con las personas que nos rodean
Los expertos coinciden en que no se trata de demonizar el uso de la tecnología, sino de fomentar un uso consciente y moderado. La clave está en establecer límites, como apartar el móvil durante las comidas, reuniones importantes o momentos de calidad con las personas que nos rodean. Lograrlo puede ser la diferencia entre una interacción superficial y una verdadera conexión.