La ministra de Defensa reabre la confrontación entre el Gobierno y la Generalitat: «No nos dejaron hacer un despliegue mayor»
Con uniforme de campaña y un macuto con lo imprescindible, 800 militares se desplegaron a lo largo del día de ayer en las localidades valencianas de Utiel, Requena, Chiva, Alaquas, Torrent, Paiporta, Algemesí, Benetússer, Massanassa, Ribarroja y en Letur (Albacete), para apoyar a los 1.200 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME). En cuanto llegaron a las zonas afectadas, dieron un brinco desde los vehículos en los que viajaron y se pusieron a trabajar. Unos cogieron palas y escobas de cerdas duras y comenzaron a quitar barro de las calles mientras otros iniciaban labores de desescombro en las calles y en el interior de casas que habían quedado derruidas. Otros se dedicaron a trabajos de rescate y reparto de alimentos. En los pueblos les recibieron con palabras de gratitud; llevaban clamando su ayuda desde que dejó de llover. La situación en las zonas afectadas por la DANA ha desbordado a las autoridades locales y al Gobierno central. Al margen de la UME, que trabajó desde el primer minuto, Defensa no desplegó efectivos hasta ayer, tres días después de que se produjera la riada. Desde el comité de crisis dirigido por la Generalitat Valenciana, en coordinación con el del Gobierno central, se trazó un plan que permitió que al final del día de ayer hubiera casi 2.000 militares desplegados (entre los 1.200 de la UME, que ya estaban, y los otros 800 militares que llegaron ayer) en las localidades de la Comunidad Valenciana que fueron epicentro de una catástrofe sin precedentes en el último siglo. «Si fuera necesario, van a estar los 120.000 efectivos del Ejército», afirmó la ministra de Defensa, Margarita Robles, por la mañana en 'La Hora de la 1'. Declaró que el Ejército «ha estado desde el primer día y va a estar con todos los medios». «No es un problema de números, sino de capacidades», explicó, al tiempo que apreció que no servía de nada mandar a los militares sin un plan de actuación. Por la tarde, sin embargo, en una entrevista en 'La Sexta' Robles reveló la «frustración» del Ejército por «no poder trabajar en más sitios» y reabrió así la confrontación entre el Gobierno y la Generalitat Valenciana, al reprochar a su presidente Carlos Mazón que hubiera limitado la actuación de la UME solo a la zona de Utiel-Requena y que no hubiera pedido antes al Gobierno que desplagase todas las capacidades del Ejército. Después de que Mazón intentase aliviar los ataques de Alberto Núñez Feijóo al Gobierno el pasado jueves, refiriéndose a Pedro Sánchez como «querido Presidente» y dándole un abrazo a Fernando Grande-Marlaska nada más llegar a ayer a Valencia, Robles elevó de nuevo el escenario de tensión en un momento en el que los valencianos claman unidad entre gobiernos para que exista una coordinación adecuada que permita poner fin a esta emergencia social. Pese a este contexto, Robles reconoció haber echado de menos «que, desde el principio, desde el Comité de Emergencias del Centro de Cooperación Operativo Integrado (Cecopi) de la Generalitat Valenciana, o bien se hubiera dejado actuar más a la UME, o se hubieran desplegado más medios». Cuando se le preguntó por la razón por la que las Fuerzas Armadas no se habían desplegado con más efectivos desde el incio, la ministra desveló que «sin duda» eso mismo se preguntaba ella. «Los militares estaban todos preparados para poder intervenir, pero usted sabe que la dirección de la emergencia corresponde a la Generalitat, no correspondía ni corresponde al Gobierno de España», señaló. Destacó también que «muchos militares que están de permiso han pedido reincorporarse» para ayudar porque «el Ejército necesita estar con su gente, porque muchos de ellos son de Valencia y tienen a sus familias, hay varios que tienen en sus familias fallecidos»: «Ellos son los primeros que a veces tienen esa inquietud de por qué no se permitió que hubiera ese despliegue en otras zonas más amplias de la zona de Utiel-Requena». A las ocho de la mañana, más de 500 militares de los tres ejércitos llegaron a los municipios afectados. A lo largo de la tarde, se ampliaron los efectivos hasta llegar a los más de 250 militares, la mayoría Ingenieros de la Brigada 'Rey Alfonso XIII' de La Legión (Brileg), y de la Brigada 'Aragón' I. Según informó el Ministerio de Defensa, de madrugada salieron hacia la Comunidad Valenciana dos autobuses con 100 infantes de Marina y una columna pesada con diez camiones, cuatro vehículos ligeros y un Vamtac carga con 31 infantes de marina. Estos efectivos provenían del tercio de San Fernando de la Armada, del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo del Ejército del Aire, en Zaragoza, y del Escuadrón Paracaidista de Alcantarilla. El Ejército de Tierra desplegó también al Regimiento de Transmisiones, al Regimiento de Operaciones de Información, al Regimiento de Caballería Lusitania de Paracaidistas y al Regimiento Zaragoza de Paracaidistas y a la Policía Militar de Bétera y al Regimiento de Caballería. Hoy está previsto que se sumen nuevos efectivos, entre ellos, según informó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, otros 500 efectivos más llegarán a las zonas afectadas. Mientras los militares desplegaban, el Centro Logístico de Intendencia (COIN) del Ejército del Aire preparaba palets con material de primera necesidad. Desde las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, en Colmenar, salieron dos CH 47 Chinook con agua, raciones de campaña del ejército y ropa de Cáritas. Fuentes de la UME consultadas por ABC, informaron de que esta catástrofe «podría haber sido menor» si los barrancos hubieran «estado limpios y saneados», un mantenimiento que se debía de haber realizado desde la Generalitat. Cuando se junta la suciedad y basura en los barrancos, se crean los llamados «diques de castores, que crean atascos»: «Cuando se rompen ante la fuerza del agua, se genera también una rotura de aguas que tiene mucha más fuerza». A este problema de limpieza se suma otro, «que se ha permitido construir en zonas inundables»: «El Estado tiene que tomar medidas para que esto no sueda y lo primero que tiene que hacer es impedir que se construya en estas zonas». La catástrofe, insiste, hubiera sido menor «con una prevención anterior y mayor concienciación».
abc.es
La ministra de Defensa reabre la confrontación entre el Gobierno y la Generalitat: «No nos dejaron hacer un despliegue mayor»
Con uniforme de campaña y un macuto con lo imprescindible, 800 militares se desplegaron a lo largo del día de ayer en las localidades valencianas de Utiel, Requena, Chiva, Alaquas, Torrent, Paiporta, Algemesí, Benetússer, Massanassa, Ribarroja y en Letur (Albacete), para apoyar a los 1.200 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME). En cuanto llegaron a las zonas afectadas, dieron un brinco desde los vehículos en los que viajaron y se pusieron a trabajar. Unos cogieron palas y escobas de cerdas duras y comenzaron a quitar barro de las calles mientras otros iniciaban labores de desescombro en las calles y en el interior de casas que habían quedado derruidas. Otros se dedicaron a trabajos de rescate y reparto de alimentos. En los pueblos les recibieron con palabras de gratitud; llevaban clamando su ayuda desde que dejó de llover. La situación en las zonas afectadas por la DANA ha desbordado a las autoridades locales y al Gobierno central. Al margen de la UME, que trabajó desde el primer minuto, Defensa no desplegó efectivos hasta ayer, tres días después de que se produjera la riada. Desde el comité de crisis dirigido por la Generalitat Valenciana, en coordinación con el del Gobierno central, se trazó un plan que permitió que al final del día de ayer hubiera casi 2.000 militares desplegados (entre los 1.200 de la UME, que ya estaban, y los otros 800 militares que llegaron ayer) en las localidades de la Comunidad Valenciana que fueron epicentro de una catástrofe sin precedentes en el último siglo. «Si fuera necesario, van a estar los 120.000 efectivos del Ejército», afirmó la ministra de Defensa, Margarita Robles, por la mañana en 'La Hora de la 1'. Declaró que el Ejército «ha estado desde el primer día y va a estar con todos los medios». «No es un problema de números, sino de capacidades», explicó, al tiempo que apreció que no servía de nada mandar a los militares sin un plan de actuación. Por la tarde, sin embargo, en una entrevista en 'La Sexta' Robles reveló la «frustración» del Ejército por «no poder trabajar en más sitios» y reabrió así la confrontación entre el Gobierno y la Generalitat Valenciana, al reprochar a su presidente Carlos Mazón que hubiera limitado la actuación de la UME solo a la zona de Utiel-Requena y que no hubiera pedido antes al Gobierno que desplagase todas las capacidades del Ejército. Después de que Mazón intentase aliviar los ataques de Alberto Núñez Feijóo al Gobierno el pasado jueves, refiriéndose a Pedro Sánchez como «querido Presidente» y dándole un abrazo a Fernando Grande-Marlaska nada más llegar a ayer a Valencia, Robles elevó de nuevo el escenario de tensión en un momento en el que los valencianos claman unidad entre gobiernos para que exista una coordinación adecuada que permita poner fin a esta emergencia social. Pese a este contexto, Robles reconoció haber echado de menos «que, desde el principio, desde el Comité de Emergencias del Centro de Cooperación Operativo Integrado (Cecopi) de la Generalitat Valenciana, o bien se hubiera dejado actuar más a la UME, o se hubieran desplegado más medios». Cuando se le preguntó por la razón por la que las Fuerzas Armadas no se habían desplegado con más efectivos desde el incio, la ministra desveló que «sin duda» eso mismo se preguntaba ella. «Los militares estaban todos preparados para poder intervenir, pero usted sabe que la dirección de la emergencia corresponde a la Generalitat, no correspondía ni corresponde al Gobierno de España», señaló. Destacó también que «muchos militares que están de permiso han pedido reincorporarse» para ayudar porque «el Ejército necesita estar con su gente, porque muchos de ellos son de Valencia y tienen a sus familias, hay varios que tienen en sus familias fallecidos»: «Ellos son los primeros que a veces tienen esa inquietud de por qué no se permitió que hubiera ese despliegue en otras zonas más amplias de la zona de Utiel-Requena». A las ocho de la mañana, más de 500 militares de los tres ejércitos llegaron a los municipios afectados. A lo largo de la tarde, se ampliaron los efectivos hasta llegar a los más de 250 militares, la mayoría Ingenieros de la Brigada 'Rey Alfonso XIII' de La Legión (Brileg), y de la Brigada 'Aragón' I. Según informó el Ministerio de Defensa, de madrugada salieron hacia la Comunidad Valenciana dos autobuses con 100 infantes de Marina y una columna pesada con diez camiones, cuatro vehículos ligeros y un Vamtac carga con 31 infantes de marina. Estos efectivos provenían del tercio de San Fernando de la Armada, del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo del Ejército del Aire, en Zaragoza, y del Escuadrón Paracaidista de Alcantarilla. El Ejército de Tierra desplegó también al Regimiento de Transmisiones, al Regimiento de Operaciones de Información, al Regimiento de Caballería Lusitania de Paracaidistas y al Regimiento Zaragoza de Paracaidistas y a la Policía Militar de Bétera y al Regimiento de Caballería. Hoy está previsto que se sumen nuevos efectivos, entre ellos, según informó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, otros 500 efectivos más llegarán a las zonas afectadas. Mientras los militares desplegaban, el Centro Logístico de Intendencia (COIN) del Ejército del Aire preparaba palets con material de primera necesidad. Desde las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra, en Colmenar, salieron dos CH 47 Chinook con agua, raciones de campaña del ejército y ropa de Cáritas. Fuentes de la UME consultadas por ABC, informaron de que esta catástrofe «podría haber sido menor» si los barrancos hubieran «estado limpios y saneados», un mantenimiento que se debía de haber realizado desde la Generalitat. Cuando se junta la suciedad y basura en los barrancos, se crean los llamados «diques de castores, que crean atascos»: «Cuando se rompen ante la fuerza del agua, se genera también una rotura de aguas que tiene mucha más fuerza». A este problema de limpieza se suma otro, «que se ha permitido construir en zonas inundables»: «El Estado tiene que tomar medidas para que esto no sueda y lo primero que tiene que hacer es impedir que se construya en estas zonas». La catástrofe, insiste, hubiera sido menor «con una prevención anterior y mayor concienciación».