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Barro, silencio y lágrimas: impresionante homenaje del Levante a víctimas y voluntarios de la DANA

Las lágrimas rodaron sobre el barro de las camisetas azulgranas, sobre el césped y sobre el cemento de la grada . Futbolistas, entrenadores y miles de aficionados presentes en el estadio Ciudad de Valencia vivieron un impresionante momento de emoción en la previa del Levante-Elche, partido de Segunda que supone el regreso del fútbol a Valencia después de la terrible tragedia provocada por la DANA el pasado 29 de octubre. Fue un acto de homenaje a las víctimas y de agradecimiento a los voluntarios y a todos los que ayudaron en los días posteriores a la destrucción vivida en numerosos municipios valencianos. Los jugadores locales saltaron al césped con camisetas especiales manchadas de barro, con los nombres de todos los pueblos afectados escritos en la espalda y con una frase en valenciano que apenas necesita traducción: «En homenatge a tots aquells que vau estar quan us vam necesitar (En homenaje a todos aquellos que estuvisteis cuando os necesitamos)». Esas camisetas serán firmadas por los futbolistas del Levante y se subastarán a partir del lunes. El precio de salida será 100 euros y durante dos semanas se podrá pujar. Evidentemente, lo recaudado irá será para las víctimas. Especialmente sentida fue la interpretación del himno de la Comunidad Valenciana. Los primeros acordes salieron de la trompeta de un solista, y luego, a los acordes de una banda, todo el estadio se emocionó. Entre ellos, Julián Calero, entrenador del Levante, que no pudo contener las lágrimas. Posteriormente, para disputar el partido, el Levante utilizó otra equipación. El patrocinador principal, Marcos Automoción, cedió su espacio. Dejó el hueco donde habitualmente figura su nombre para que los futbolistas lucieron el lema: «Sempre amb el nostre poble. Més del que creus (Siempre con nuestro pueblo)». Y Bruguer, delantero granota, enseñó al mundo ese lema tras marcar el gol del empate (el encuentro finalikzó 1-1). Y a continuación cogió una bandera de la Comunidad Valenciana y la besó. Fue un beso sentido, cariñoso y simbólico también en recuerdo y homenaje para los que se fueron y para los que colaboraron y siguen ayudando a superar tan terrible drama.
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Estos son los ocho senadores autonómicos que tendrá Catalunya
Esta semana el presidente del Parlament, Josep Rull, someterá a votación los ocho senadores autonómicos que representarán a Catalunya en esta legislatura. Tras acordar que la lista estaría formada por tres representantes de PSC y Junts; y uno de ERC y del PP, los partidos han hecho públicos ya los nombres de sus postulantes a la espera de que la comisión del estatuto de los diputados avale su candidatura, antes de la aprobación final en el pleno prevista para este jueves.Seguir leyendo....
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elperiodico.com/es/
Barclays encoge su red: sale de los municipios y provincias más pobres de la comunidad de
Barclays ya no quiere ser un operador nacional. La entidad británica ha decidido centrarse en Madrid, Barcelona y otras grandes capitales del país, donde también
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elconfidencial.com
El Barcelona sigue inalcanzable para el Real Madrid en la Liga F
El FC Barcelona Femení ha batido este sábado por un tajante 0-4 en su visita al Real Madrid con dos goles de Patricia Guijarro, otro de Claudia Pina y uno más de Alexia Putellas, en un partido correspondiente a la jornada 10 en la Liga F y cuyo resultado ha servido a las culés para distanciarse de otro adversario directo por el título. En el Estadio Alfredo di Stéfano, pronto encarriló el Barça su buena cosecha de este Clásico femenino. En un córner botado por Caroline Graham Hansen con la diestra a banda cambiada, Alexia Putellas tocó el balón con su hombro derecho y Patri Guijarro remachó ese 0-1 a placer , en el segundo palo y casi sobre la misma línea de gol en el minuto 4. La respuesta del Real Madrid llegó en el 8', con una galopada de Naomie Feller por el costado derecho tras irse del marcaje de Mapi León. La pelota llegó en el lado contrario a Alba Redondo, que dentro del área se fabricó un disparo a bocajarro y que rozó el poste después de rebotar en Irene Paredes antes de salir por la línea de fondo. A renglón seguido, tuvo el Barça una ocasión de gol clarísima , a raíz de un pase de Esmee Brugts para que Aitana Bonmatí le ganase el esprint a Olga Carmona. Tras pisar el área blanca y sortear la salida de Misa Rodríguez, la vigente balón de oro se vio sin ángulo para tirar y pasó raso a Ewa Pajor, que no conectó su remate pese a tenerlo franco. No obstante, las blaugranas siguieron dominando y lograron el 0-2 en el 22'. Después de que Carmona desde el césped evitase otra oportunidad de Bonmatí, el flojo despeje de la zaga local cayó a pies de Guijarro, que al borde del área marcó con un fuerte derechazo a la cepa del poste . La ventaja en el marcador no frenó a las pupilas de Pere Romeu, que protagonizaron más llegadas al arco rival. Entre Misa Rodríguez y sobre todo la central francesa Maëlle Lakrar, las merengues solventaron la papeleta hasta que en el 39' encajaron el 0-3 , no sin polémica, porque en el origen de la jugada el balón había tocado en un brazo de Mapi León. El lance continuó y, volcado todo a la banda derecha, Bonmatí pasó por arriba al desmarque de Graham Hansen cogiendo la espalda de Carmona. La delantera noruega apuró hasta la línea de fondo y su centro atrás fue convertido en gol gracias a un zurdazo de Claudia Pina a la primera y en carrera. Antes del descanso, Misa impidió con tres paradones que el Barça se fuese a los vestuarios con una renta mayor. Graham Hansen, Bonmatí y Mapi León habían sufrido esa habilidad de la guardameta del Real Madrid, que se erigía en la mejor de su equipo pese a los tantos ya encajados. En la reanudación, la portera madridista tuvo más trabajo. En el 53' evitó un gol olímpico de Mapi León, que un par de minutos más tarde volvió a poner a prueba la capacidad de Misa con otro fuerte tiro que ponía de manifiesto la palpable superioridad de su equipo. Luego, una ocasión de Caroline Weir probó los nervios de Cata Coll, que hasta ese momento no había tenido demasiada tarea. Aunque Alberto Toril intentó que la dinámica fuese otra mediante varias sustituciones, solo dos remates de Signe Bruun en el 68' y en el 71' crearon verdadero peligro. La sentencia de las azulgranas llegó en el minuto 86, por mediación de Putellas . En el centro del campo y durante un repliegue defensivo, Lakrar perdió el esférico ante la presión de Bonmatí; la dorsal 14 del Barça avanzó metros y asistió a Kika Nazareth, que cedió la bola a la llegada de una Putellas excelsa en su definición con el pie izquierdo. El toque con el exterior de su bota picó el balón y superó tanto a la portera madridista como a una zaguera que se había tirado al suelo con el propósito de taponar el remate. Ese golazo amarró para el Barça otro triunfo clave en su lucha por el liderato, después del conseguido en la anterior jornada liguera frente al Atlético de Madrid por 0-3. Así, las culés tienen ahora 30 puntos en la cúspide de la tabla . En el segundo puesto está el Real Madrid, con 22 puntos y un partido aún pendiente de jugar, y en la tercera posición se asoma el Atlético de Madrid, con 20 puntos e igualmente con nueve encuentros en su casillero. Por otra parte, la sesión del sábado en esta Liga F vivió los triunfos del Costa Adeje Tenerife Egatesa por 2-0 ante el Valencia CF y del Madrid CFF por 2-1 contra la SD Eibar. En el otro compromiso del día, el Granada CF y el FC Levante Badalona empataron (1-1) en tierras nazaríes.
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'Atrapar' turistas desde la cultura, «lo que más nos une»
Del sábado en Intur, la Feria Internacional de Turismo de Interior que se celebra desde hace casi tres décadas en Valladolid, viene siendo un día tradicionalmente familiar. Ya no suele haber touroperadores y profesionales de las agencias de viajes sentados en una mesa frente a un potencial cliente o con el pinganillo del teléfono colgado de la oreja como en los días precedentes. Ocupan su lugar familias recogiendo catálogos o guías para su próxima escapada, un grupo de folklore danzando en un pasillo o niños corriendo entre expositores en busca de un deseado 'souvenir' patrocinado. Sin embargo, este año ha cambiado un poco el paisaje y paisanaje del evento. En la mañana de este sábado, lo más habitual era ver... Ver Más
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Haciéndome pasar por un narco: así se compran los químicos para producir fentanilo
Fingí ser Fernando, un narco mexicano en busca de un proveedor que me mandara fentanilo a Europa. Un vendedor chino quería cerrar el trato: "Enviaremos la mercancía desde Hong Kong; estará sellada herméticamente para que ni los perros puedan olerlo. Aceptamos criptomonedas".
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Gabarrón evoca en el Palacio de Ibn Mardanís las tres culturas en un diálogo con 24 creadores
El Palacio de Ibn Mardanís (conocido como 'Rey Lobo') ha sido testigo este sábado de un evento cultural a través del proyecto 'Ámbito Gabarrón Tres Culturas' dando como resultado la obra bautizada bajo el título 'Tres ecos. Una historia', creada en directo por Cristóbal Gabarrón en colaboración con el grupo de percusión Perkilusionist; la danza contemporánea, dirigida por Sebastián Gómez-Lozano, que ha contado con los bailarines Candela Leal Prieto, Andrea Carrión García y Daniel García, quienes han improvisado una coreografía frente a los muros históricos del Castillejo.
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Jardineros submarinos para restaurar nuestras costas
La actividad humana en nuestras costas arrincona y merma, muchas veces, la biodiversidad marina. Para remediarlo, propuestas recientes aúnan arquitectura, ecología e inteligencia artificial, para crear arrecifes inteligentes como base de ecosistemas más robustos y resilientes.
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El estigma con el que viven quienes desarrollan adicciones: "Es una ruleta rusa"
A lo largo del tiempo muchas personas han sido criminalizadas y estigmatizadas por enfrentar una lucha interna contra la adicción, siendo frecuentemente señaladas como responsables de diversos problemas sociales.
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Los 'hijos' díscolos del patriarca Rosendo: de Robe Iniesta al rock urbano con orgullo de clase
Porretas, Boikot, Platero y Tú, Reincidentes, Extremoduro... El periodista Rubén González repasa el legado y la influencia del líder de Leño en 'Piedra contra tijera', un detallado ensayo sobre la historia del rock español.
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La madre de la primera víctima por contaminación del aire: "La muerte de mi hija no puede ser en vano"
Entrevista a la activista medioambiental Rosamund Adoo-Kissi-Debrah y fundadora de Ella Roberta Fundation en honor a su hija, primera víctima cuyo certificado de defunción reconoce la contaminación como agravante.
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El metal de Cádiz, tres años después de su huelga y ante un nuevo convenio: más carga de trabajo, pero igual precariedad
Las negociaciones entre sindicatos y patronal comenzaron en junio, pero algunas organizaciones sindicales creen que todo va muy lento debido a la negativa de los empresarios a acceder a sus peticiones de nuevas mejoras laborales y salariales.
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Así lucha Arabia Saudí contra el desierto: está usando drones para crear lluvia artificial
Creen que pueden aumentar en un 20% las precipitaciones.
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Oriol Junqueras: "Con nosotros, ERC no estará en el Govern solo por el hecho de estar en él"
Oriol Junqueras i Vies (San Andreu de Palomar, Barcelona, ​​1969) es seguramente uno de los dirigentes políticos de Catalunya más destacados de los últimos tiempos. Este historiador combinó primero su faceta como profesor universitario y divulgador científico en varios medios de comunicación con programas de televisión, radio o artículos de prensa. Y dio el salto a la política de la mano de ERC, aunque primero como independiente. Ha sido desde alcalde de su municipio, Sant Vicenç dels Horts –en el área metropolitana de Barcelona-, eurodiputado, pasando por diputado en el Parlament, jefe de la oposición, hasta llegar a vicepresident y conseller de Economía del Govern de la Generalitat, durante la presidencia de Carles Puigdemont. Govern en el que fue uno de los principales impulsores del referéndum de autodeterminación del 1 de octubre de 2017, hecho por el que fue encarcelado durante casi cuatro años, hasta que fue indultado parcialmente, pero permanece inhabilitado hasta el 2031 a la
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Tres acertantes de la Primitiva ganan 67.000 euros y el bote sube a 10,5 millones
En concreto, cada uno de estos acertantes se ha embolsado un premio de 66.906,40 euros.
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Familias en la indigencia y 3.000 asesinados: Israel genera una crisis humanitaria sin precedentes en Líbano
La sobresaturación de los refugios ha provocado que en ciudades como Beirut muchas familias duerman a la intemperie, exponiéndose a todo tipo de enfermedades y bajo la amenaza incesante de los bombardeos israelíes.
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"Cuando acabó, salí del baño destruida": tres mujeres acusan a los raperos Ayax y Prok de violencia sexual
Varias chicas cuentan en primera persona situaciones de abuso sexual, maltrato físico y psicológico e incluso el uso de sumisión química
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Ángel Víctor Torres, el ministro que usa su experiencia con el volcán de La Palma para la gestión de crisis como la DANA
El ministro de Política Territorial tiene un papel protagonista durante los últimos días con comparecencias en Moncloa y en el Congreso. Durante su etapa como presidente de las Islas Canarias afrontó diferentes emergencias en primera línea.
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La crisis de la DANA despierta el fantasma de la recentralización
Algunos gestos del Partido Popular y declaraciones radicales de Vox alientan el debate territorial tras la gestión de la DANA y lo hacen en el sentido opuesto al fortalecimiento de la plurinacionalidad que defienden las izquierdas.
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Para Mujica, Trump es “impresentable, un delincuente” y su victoria es “un desastre de la democracia”
El expresidente dijo que está “quebrado” por la situación en Bolivia: “Parece que las revoluciones se tragan a sus hijos y a veces aparece el personalismo”Pepe Mujica interviene por sorpresa en el cierre de campaña de su partido: “Hasta siempre, les doy mi corazón” El expresidente del Frente Amplio José Mujica recibió al equipo de Ciclo, el periodístico de la diaria, en su chacra de Rincón del Cerro, y compartió su visión sobre la coyuntura internacional. ¿Cómo viste la victoria de Donald Trump en Estados Unidos? Un desastre de la democracia. Si un país como Estados Unidos, con las universidades que tiene, con la inteligencia que tiene, elige como presidente eso, cerrá y vamos. Los pueblos se comen la pastilla también. El pueblo votó a [el presidente argentino, Javier] Milei. Pero el pueblo alemán votó a [Adolf] Hitler. Los pueblos también se equivocan. ¿Y qué explica el hecho de que esté Milei en Argentina y Trump en Estados Unidos? El desencanto que produjo la inflación en la Argentina. Es terrible. A la República de Weimar en Alemania la mató la hiperinflación, y fue la puerta de entrada de Hitler, con todas las consecuencias que tuvo. Y lo de Trump es una cosa... no es que yo estuviera enamorado de la otra candidata [en referencia a Kamala Harris], por favor. Pero Trump es impresentable, es un delincuente, ha hecho cualquier destrozo. La mentalidad que tiene con las mujeres... no tiene vergüenza. Cualquier cosa es. Todo el decálogo de cagadas que puede tener un hombre lo tiene Trump. Pará un poco. ¿Te parece que tiene algunos rasgos fascistas también? Sí, tiene. Y además, la política que está conformando... dice que va a meter hasta a los milicos. Uno piensa que Estados Unidos no puede tener golpes de Estado porque no hay embajada yanqui, pero este viejo amenaza con cualquier cosa. ¿Estás preocupado por el avance de la ultraderecha en Europa? Sí, hay un avance, y lo peor es que hay un avance en el campo ideológico también. Pero no me preocupa tanto eso, me preocupa el campo de la izquierda, que no hay la creatividad de un pensamiento nuevo, y se andan buscando respuestas en libros viejos. El mundo que viene es distinto, es otra cosa, tenemos que tener la audacia de pensar con otra libertad en la cabeza. Lo que fue ya no será. Es otro mundo el que viene, y nosotros tenemos que ubicarnos. Se habla a cada rato de renovación, y lo que menos hay es renovación en el campo del pensamiento. Yo no puedo creer que la humanidad quede amputada en esta forma de democracia liberal, que no es ni liberal y a veces termina no siendo ni democracia. Yo pienso que los humanos pueden construir sociedades mejores y deben luchar por construirlas, y nosotros tenemos que ser parte de esa renovación, no podemos estar conformes con el pasado, tenemos que aprender de nuestros propios errores. Cuando leo el diario me encuentro gente que hoy piensa como hace 40 o 50 años, como si no hubiera pasado nada en el mundo. Te puedo leer las páginas políticas de El País, me quedo asombrado, porque hay tipos que hace 30 años que no hablan con nadie, con nosotros, que no tienen ni idea de lo que pensamos, y sin embargo juzgan por el esquema que tienen de hace 50 años, es como si no hubiera pasado nada en el mundo. Qué anquilosamiento. Esta democracia es cada vez menos liberal. Al liberalismo hay que respetarlo, el liberalismo fue un paso adelante desde el punto de vista civilizatorio, pero lo que hay ahora es cada vez menos liberalismo, menos tolerancia con lo que es distinto. El liberalismo fue un salto para aprender a convivir con diferencias. Por supuesto que endiosa el mercado, pero va más allá del mercado. Esto que hay hoy se llama liberismo, es anterior en sus claves al liberalismo. Este loco de la Argentina se llama libertario, eso es ofender a los anarquistas. ¿Qué libertario una mierda de esas? Es una afirmación capitalista descarada, de la gran puta, que se la agarra con el Estado. Sí, yo sé que el libertario está contra el Estado, pero está contra la explotación del hombre por el hombre. ¿Cómo vas a llamar libertario a eso? Hasta el lenguaje te cambian. ¿Cómo ves la situación en Venezuela? Yo no confundo a [el expresidente Hugo] Chávez con [Nicolás] Maduro. A Chávez se le podían criticar algunas cosas por romántico, pero Chávez era un tipo abierto, perdió elecciones y las respetó. No se puede jugar a la democracia y a la dictadura. Hay presos políticos y, sobre todo, tortura. Yo no comparto eso, no puedo llevarlo eso. Jamás. En la puta vida. En Bolivia está complicada la interna del Movimiento al Socialismo. ¿Has hablado de esto con Evo Morales? No, no he hablado. Estoy quebrado. Parece que las revoluciones se tragan a sus hijos. Y a veces aparece el personalismo. “Soy insustituible”. Yo no creo en el proyecto personal. Los proyectos son colectivos o no duran. Y lo he dicho toda mi vida. Porque la vida humana no alcanza, nadie es insustituible, y hay que apostar a la renovación permanente, y para ello hay que dar oportunidad a que se procese la gente. ¿Que vas a tener problemas? Sí, pero vas a tener más problemas con los fenómenos insustituibles, con los cracks que son insuperables. Bah... Te morís y el mundo sigue dando vueltas y no pasa nada. Pero lo de Bolivia me duele horriblemente porque están amenazando que gane la derecha, tranquilamente.
eldiario.es
El Barça vuelve a golear al Real Madrid en el clásico
Las azulgrana acabaron de forma contundente con las blancas en el Di Stéfano con doblete de Patri Guijarro. Leer
elmundo.es
Pola Oloixarac, escritora: "Quiero entender el fenómeno de la cancelación y si realmente ayuda a las mujeres"
Para escribir su nueva novela, 'Bad hombre', la autora argentina se reunió con mujeres que acusaban a hombres de agresión sexual y con esos mismos hombresUn grupo de figurantes se niega a que les escaneen en un rodaje sin avisar: “Querían ahorrarse esa jornada de trabajo” En 2016, la escritora argentina Pola Oloixarac empezó a recibir mensajes de mujeres que pedían su ayuda para castigar a ciertos hombres a los que tachaban de agresores. Llevada por la vorágine de las redes sociales, en plena efervescencia del lema “hermana, yo sí te creo”, se reunió con algunas informantes pero también con incriminados. Con todo el material que recogió en esos encuentros construyó su última novela Bad hombre (Random House), un término acuñado por Donald Trump para nombrar a los latinoamericanos que residían en Estados Unidos y que la autora relaciona con los señalados por las feministas. Oloixarac responde a elDiario.es en la sede de su editorial en Barcelona, ciudad en la que reside desde el año 2020, tras vivir en Argentina y Estados Unidos. Tiene un recorrido considerable en la literatura después de las novelas Las teorías salvajes (2008), Las constelaciones oscuras (2015) y Mona (2019) y sabe que su nuevo libro difícilmente podría haber llegado en mejor momento. La conversación acerca de las denuncias a agresores machistas en redes sociales y sus consecuencias está en pleno auge y ella no solo ha escrito sobre ello, sino que lo ha hecho del lado de los incriminados. Una posición que invita a una polémica que ella no esquiva sino que más bien disfruta. En Bad hombre indaga en casos de hombres que perdieron su estatus tras ser acusados de agresiones o mal comportamiento por mujeres con las que tuvieron algún tipo de relación. ¿Por qué? Fui como empujada a ese punto de vista porque yo misma sufrí una cancelación que cuento en el libro, que tenía que ver con que yo no había participado en otro linchamiento. Experimenté la sensación de que una acusación te convierte en un personaje de la novela de otra persona y no es fácil salir de ahí. Me hizo sentir que había algo muy literario. A mí lo que me interesa en el libro es, más que condenar la idea de la cancelación, estudiarla. Quiero entender el fenómeno, la dinámica y si realmente ayuda a la causa de las mujeres o no. Si es algo que, a veces, ayuda a otros hombres más que a las mujeres y si en realidad no se está utilizando la causa de nuestros derechos, de nuestra protección, para proteger a ciertos hombres. ¿Cómo pueden estos sucesos ayudar o proteger a otros hombres? Si hacemos tribunales paralelos, en realidad, lo que estamos haciendo es hacer que las mujeres confíen menos en la justicia, que es el lugar donde tienen que ir y donde realmente se los puede castigar [a los agresores]. Es interesante pensar si realmente la cancelación es un buen instrumento para nosotras independientemente de que lo hayamos utilizado. Como feministas podemos investigar y empezar a evaluar qué sirvió y qué no. Muchas mujeres no recurren a la justicia porque precisamente se sienten desprotegidas ante ella. Si, según usted, denunciar en redes sociales no es válido tampoco ¿Qué se puede hacer? Lo que es complicado es la idea de banalizar la violencia contra las mujeres. Si estás en una situación de violencia, haces la denuncia y además lo cuentas en las redes sociales me parece que no hay nadie que te pueda venir a decir que estás queriendo dañar la reputación a este hombre, por ejemplo. La denuncia no va a evitar que se juzgue a la mujer públicamente o que se defienda al agresor. Es como que tuviéramos dos ámbitos. Uno es el de la justicia, que tenemos que mejorar para poder escuchar a esas mujeres y proteger esos derechos vulnerados. Y luego, por supuesto, tienes la forma en la que las personas reaccionan y cuentan lo que les pasa. Por ejemplo, yo veo el Instagram de Cristina Fallarás y me parece superinteresante, es como una especie de taller del trauma. Las mujeres tienen necesidad de hablar, tienen necesidades de contar y lo cuentan. Pero me parece que habría que deslindar lo que viene a ser la denuncia de un delito y, por otro lado, el querer contar cosas que no te gustaron y que quizás no necesariamente entran dentro de la categoría de delito. Me parece que la liberación de la palabra es algo que tiene que continuar y que es valioso. Habría que deslindar lo que viene a ser la denuncia de un delito y, por otro lado, el querer contar cosas que no te gustaron y que quizás no necesariamente entran dentro de la categoría de delito. Me parece que la liberación de la palabra es algo que tiene que continuar y que es valioso Precisamente, a partir de un testimonio en el Instagram de Cristina Fallarás explotó todo el caso Errejón, al que han denunciado posteriormente. Y él dimite inmediatamente. E inmediatamente aparece Pablo Iglesias, que casi no puede contener su felicidad en la tele. Siento que en esa caída también hay un hombre que se beneficia. Me parece muy fuerte también que Irene Montero luego comente que el peor error es Yolanda Díaz, que es la vicepresidenta. Una de las cosas que yo me pregunto es si la cancelación es un instrumento que en lugar de honrar la causa de las mujeres, no termina siendo justamente un instrumento político. Por ejemplo, en el caso de Argentina fue así. Tenías un presidente que decía “Yo soy el presidente de las mujeres” o “Yo terminé con el patriarcado” y él mismo era el que estaba pegándole a su esposa y teniendo toda clase de actitudes machirulas por todos lados. Siento que un poco el feminismo y el “yo te creo, hermana” es utilizado como una coartada para las personas que están en el poder y se arropan con la izquierda para poder seguir cometiendo esos excesos y esos abusos. A mí me gustaría que la causa feminista deje de estar instrumentalizada por el poder político y vuelva a ser un instrumento transversal para todas las mujeres, incluso para las mujeres que están en la derecha, para mujeres que están en otro lado. Pero si el feminismo es un instrumento que consigue expulsar a un político que es un agresor, está beneficiando a todas las mujeres, más allá de si le votaron o no. Instrumentalizado en el sentido de que me parece que hay una operación política que lo que busca hacer es sacarse de encima a los hombres que no les sirven. O para poder vulnerabilizar a otra mujer, en este caso Yolanda Díaz, que está en la picota total. Si desaparece un tío tan relevante como Errejón y también tienes en jaque a Yolanda Díaz, todo eso fortifica a Podemos, que había quedado en un mal lugar. Así que como operación política me parece que les viene saliendo bastante bien. ¿Le hubiese gustado hablar con Errejón y meterle en su libro? No, porque si tú justamente haces de tu virtud política y luego no lo demuestras con los hechos, lo normal es que te vayas. Me parece que tiene algo de encanto el hecho de que Íñigo, que fue el primer aliado de una causa que le servía como coartada para llevar adelante sus excesos, caiga. Tiene una belleza especial. Un párrafo de su libro dice: “En un escenario donde, ya no el sexo, sino ser mujer se encuentra desregulado, en el que cualquier humano puede elegir ser mujer o reproducirse sin pasar por la máquina de la hembra, quizá recuperar el poder de la destrucción sobre las vidas ajenas era una forma de hacer resurgir el feminismo pagano”. ¿Qué significa? Sabemos que le podemos destruir la vida a un hombre o al menos durante cinco o seis años, que es bastante, y me parece más interesante estudiarnos desde el poder que tenemos. De una manera más real que quedarnos en el lugar donde la teoría nos dice que somos unas víctimas y que los hombres son violadores en potencia y que tenemos que estar diseñando elementos para poder contener ese deseo horroroso que esos hombres tienen por penetrarnos, lacerarnos, matarnos. Me parece que es una mirada parcial, que es más interesante entendernos desde el poder, incluso desde el poder de la destrucción porque lo tenemos, somos humanas. No sé si los linchamientos son algo especialmente bueno para la causa de las mujeres porque generan un backlash [regresión] muy fuerte en los hombres. Me parece un momento para pensar dentro del feminismo qué cosas funcionan y qué cosas no Pero si ese poder de destrucción que comenta fuese tal, ¿no se habría acabado el patriarcado? Terminar con el patriarcado es como hacer la revolución. Y la revolución es siempre como un horizonte mesiánico que te hace moverte para ir mejorándote. Hay diferentes niveles de patriarcado operando en el planeta y me parece que nosotros estamos ahora conociendo nuevas armas que tenemos para poder aterrorizar y dañar una reputación. Pero no sé si vamos a poder acabarlo del todo porque en otras partes del planeta sigue estando y de una forma increíblemente violenta. Es muy difícil pensar que va a haber una destrucción total del patriarcado. El problema es cuando estamos instrumentalizando. Por ejemplo, yo no sé si los linchamientos son algo especialmente bueno para la causa de las mujeres porque generan un backlash [regresión] muy fuerte en los hombres. Me parece un momento para pensar dentro del feminismo qué cosas funcionan y qué cosas no. Y me parece que esa crítica forma parte del mejoramiento del movimiento, porque si no miramos lo que hacemos no aprendemos y no mejoramos. Mateo, uno de los personajes, le dice que “el patriarcado esclaviza fundamentalmente a los hombres, ellos son las verdaderas víctimas”. ¿Qué respondió a eso? Él estaba haciendo todo su despliegue de víctima. Después dice que ellos son los conejos ahora, los que están siendo cazados. Creo que esa fantasía existe en un montón de hombres y es fascinante. Por eso pienso que está bueno escribir una novela y no un ensayo para poder captar esos grises de fantasías que son superauténticas en ellos. Me parece adorable.
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La resistencia de las últimas 50 tiendas de discos catalanas: "Los jóvenes compran en vinilo lo que han escuchado en Spotify"
El soporte musical físico representa solo el 5% del negocio musical en esta comunidad autónoma, pero una nutrida red, la mayoría en Barcelona, mira con optimismo al futuro y celebra el premio que acaban de recibir por su perseveranciaRobe de Extremoduro cancela sus conciertos en el WiZink por enfermedad Quedan 50 en Catalunya, la mayoría de ellas en Barcelona pero nadie quiere que desaparezcan y al retorno de las novedades discográficas al vinilo les ha dado una segunda vida. Son las tiendas de discos, que acaban de recibir un premio por, sencillamente, seguir ahí. Según los datos de Promusicae, las ventas en soportes físicos en España se mantienen en niveles similares en los últimos cinco años, aunque al alza. De 2022 a 2023, las ventas crecieron casi un 10% gracias al formato vinilo. De hecho, ya se ingresa más dinero por las ventas en formato vinilo que en cedé. No obstante, las ventas físicas suponen solo un 13% del total. El streaming es la reina del mambo. Las 54 tiendas de discos que perviven en Catalunya han merecido el premio Fonograma que entrega las jornadas Fonograma de la Associació de Productors i Editors Musicals de Catalunya, que se han celebrado hace unos días en el Centro Cultural del Born, en Barcelona. Se trata de un espacio de encuentro y debate entre los profesionales de la industria en esta comunidad autónoma en el que se valoran los logros actuales y se plantean los retos para el futuro. Resistencia frente al digital En palabras del concejal de cultura del Ayuntamiento de Barcelona Xavier Marcé, las tiendas de discos “son espacios de resistencia ante la hegemonía del negocio digital”. El premio en esta edición consistió en la edición limitada de un dibujo impreso sobre papel creado por el diseñador, DJ, coleccionista y editor discográfico Txarly Brown. Lo recogieron miembros fundadores de tres de las tiendas más veteranas de Barcelona: Carlos García, de Surco Discos; Carles Pascual, de Discos Revolver y Dan, de Disco 100. Los tres recibieron una reproducción a tamaño natural del dibujo, pero una copia en tamaño reducido será también enviada al resto de tiendas de toda Catalunya, de las cuales solo ocho corresponden a las provincias de Lleida (1), Girona (2) y Tarragona (5). Para la consellera de Cultura de la Generalitat, además de “resistentes”, término en el que coincide con su homólogo en el Ayuntamiento barcelonés, son “auténticos prescriptores de música para sus clientes, además de conformar espacios de cultura y comunidad”. Pero detrás de los reconocimientos y las grandes palabras, la realidad muestra una senda que no es para nada un camino de rosas. Si el negocio musical español alcanzó los 250 millones de euros en 2023, en el caso de Catalunya solo el 5% del mismo correspondió a ventas de música en soporte físico, muy lejos de las décadas de los 80 y los 90 del siglo pasado, tiempos en que la venta de cedé y vinilos era prácticamente la totalidad de la venta de música. El ex ministro de Cultura, Miquel Iceta, comprando discos en la tienda de Barcelona Jazz Messengers De sobra conocido es que con la llegada de las nuevas tecnologías, también llegó un vacío de propuestas de negocio digital que las tiendas pagaron muy caro, ya que a falta de plataformas legales, el público optó masivamente por las que se dio en llamar “piratas”. Tal como relata Carlos García, fundador de Surco, “entre el P2P y el top manta casi acaban con nosotros”. Surco resistió, como muchas otras propuestas –no todas, ya que sonada fue la caída de Discos Castelló, que había sido el negocio más emblemático en Barcelona–, a base de austeridad y abrirse al mercado de coleccionista y segunda mano. Como decana de las tiendas existentes, había nacido en 1974 en el portal de un edificio, que antaño solían acoger pequeños negocios. Surco resitió, como muchas otras propuestas, a base de austeridad y abrirse al mercado de coleccionista y segunda mano “Al principio, aunque vendíamos mucho, teníamos que importar los discos internacionales del extranjero ya que las discográficas no españolas no tenían distribución aquí”, explica. Pero en los 80 cambia todo, el mercado se abre a España y con la creciente oferta, la se dispara la demanda del público, sobre todo joven. “Llegó un momento en que los discos constituyeron el regalo obligado para Navidades o los cumpleaños” recuerda el comerciante. Era un público que buscaba de todo. García comenta: “Había gente que venía a buscar discos concretos o estilos, pero muchos se hacían con el disco que les recomendaban desde los 40 Principales y emisoras similares”. Por motivos de espacio, en 1981 se mudaron a un local “diez números más allá”, en la misma zona del corazón del barrio de Gràcia. Ahí siguen resistiendo y prescribiendo música a melómanos, curiosos y nostálgicos del crepitar de la aguja sobre el acetato. “Esto se hace por amor a la música porque, desde luego, rico no te vas a hacer”, espeta el fundador de Surco. Vendiendo rumba catalana en Japón La venta siguió como un tiro –aunque cambiando progresivamente el vinilo por el cedé– hasta el cambio de siglo, cuando el tsunami digital parte en dos el negocio. “Seguimos adelante, adaptándonos, con menos ventas pero con un público cada vez más especialista, que buscaba estilos o artistas muy concretos, sobre todo en cedé, pero también en vinilo”, apostilla García, que declara no estar en contra del negocio digital: “Viene gente joven que ha oído cosas que le gustan en Spotify y te las pide en vinilo”. A este respecto, el diseñador del premio Fonograma Txarly Brown, reputado DJ con frecuentes actuaciones en festivales de la ciudad, entre ellos el Sónar, y autor del proyecto musical y discográfico Achilifunk, cree que se está produciendo un aumento del consumo de vinilos, pero “como objeto de coleccionismo fetichista y de merchandising, aunque también con miras al valor futuro que estas ediciones prensadas que lanzan las multinacionales puedan tener”. A Promusicae le consta que en 2023 se vendieron más de dos millones de vinilos nuevos, cuando diez años antes solo se habían vendido 140.000, a los que hay que sumar el incalculable y opaco negocio de la segunda mano. “Yo mismo me dedico a comprar aquí chollos de rumba catalana por unos pocos euros que luego mando en cajas al Japón por un precio muy superior”, explica Brown. De todos modos, ve un rayo de esperanza en la actitud de estos nuevos consumidores, aunque es contrario a la actitud de las multinacionales que, según él, se han apuntado al prensado de trabajos que nunca antes vieron la luz en vinilo. En la línea de Brown, Carlos García aclara que “la venta de vinilos de discográficas independientes ha gozado de buena salud a pesar de los cambios profundos de los últimos 25 años”. Pero explica que el nuevo interés de las multinacionales por el mercado del disco de acetato “ha colapsado las factorías de prensado, perjudicando a los sellos indies, que tienen menos músculo financiero”. De hecho, volviendo a los datos de Promusicae, el 82% de los vinilos nuevos más vendidos (top 100) los han puesto en circulación las tres grandes multinacionales: Universal, Warner y Sony. Revolver, 35 años en el corazón del Raval No piensa igual, sin embargo, Carles Pascual, fundador de Revolver Records: “Las nuevas ediciones que tiran las 'multis' están trayendo mucho público joven y nuevo, que además sabe lo que busca”. “De hecho”, explica, “aquí se montan colas que dan la vuelta a la manzana durante el Record Store Day, que celebramos el tercer sábado de abril”. Se trata de una iniciativa para ofrecer discos a precio reducido por un día de la cual Pascual es impulsor en España. “Empezamos principios de los 90 en Tallers, 13 [en la parte noble del Raval] y en 1998 abrimos esta tienda, el Revolver verde”, dice para diferenciarlo de la primera tienda, Discos Revolver, a la que llama “el Revolver rojo” y que funciona como un negocio segregado respecto a Revolver Records. “Desde entonces hemos pasado por todas las crisis, pero hemos resistido”, dice Pascual. Reconoce que Revolver Records nació en un momento particularmente complicado, casi suicida, pero si bien las ventas bajaron mucho, no desaparecieron, especialmente en cedé, “aunque nunca hemos dejado de vender vinilos”. Subsistieron con un público menos numeroso pero más fiel: “Antes igual venía aquí un grupo de chavales que se compraban todos el mismo disco y el día en que salía un disco importante, aquí había mucha expectación, porque era la única manera de escucharlo”. Impacto, el rey de la segunda mano en Ciutat Vella “Ahora es distinto”, prosigue, “pero es un público que te produce más satisfacción, porque te comenta, te da charla, se nota que le gusta la música tanto como a nosotros”. Revolver cuenta también con una pata del negocio online, una página desde la que venden títulos a todo el mundo. “Funciona bastante bien, de hecho crece”, apunta. También reconoce que el negocio del disco de segunda mano y de coleccionista les ha ayudado a superar los baches. No obstante, es Antonio Baró, fundador de Discos Impacto –en el 61 de la calle Tallers, en pleno distrito de Ciutat Vella–, quien mejor caracteriza la apuesta por la segunda mano. Si se sabe buscar, entre sus anaqueles se pueden hallar verdaderas joyas, casi nunca a precios bajos, pero en ocasiones, sobre todo en secciones como la música clásica o el jazz, por unos pocos euros. “Empezamos en la calle Hospital en 1981 y después nos movimos a Tallers, 13, donde ahora está Revolver [el rojo]”, explica Baró. Finalmente, me vine aquí en los 90 y aquí sigo con la segunda mano“. No siempre fue así, al principio Impacto simultaneaba primera y segunda mano, pero se cansó ”pronto de las discográficas“ y ”las condiciones“ que les imponían, muy diferentes a las de las grandes superficies como El Corte Inglés o Fnac. Así que Baró pronto apostó por el disco de segunda mano y de coleccionista. “Me ha ido bien así”, explica este septuagenario de discurso contundente para seguidamente asegurar: “Si hubiera seguido con disco nuevo hace mucho tiempo que tendría que haber cerrado”. Ultra-local, la apuesta del Poble Nou Uno de los negocios más recientes se encuentra en el Poble Nou, en los aledaños de la legendaria sala Razzmatazz, antes Zeleste. “Abrimos allí hace 12 años porque era una zona con varias salas de ensayo, aunque hoy ya no queda ninguna”, comenta Raül Chamorro, fundador junto a su pareja, Carme Baqués, de Ultra-local. Ultra-Local apoya sobre todo el sector de los sellos independientes, para los que asegura que hay mercado: “A la tienda viene una mezcla de gente del barrio y otros que, por ejemplo, acuden a ver un concierto a Razzmatazz y se pasan por aquí”. Reconoce que por el momento no le presta mucha atención al negocio online. “Solo tenemos una página en Discogs”, dice en referencia a la plataforma internacional de catalogación y venta discos entre particulares. Explica que antes trabajaba en una empresa de básculas electrónicas, pero que lo dejó por hacer lo que le llenaba. “Al principio le dedicaba las tardes, pero a partir de 2019 ya todo el día”, matiza. Chamorro coincide con el resto de protagonistas de este reportaje en que la suya es una profesión vocacional, pero en absoluto lucrativa: “Es el precio que pagas por hacer lo que te gusta”.
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“Yo es un otro”, o cuando competimos contra nosotros mismos
El autor viaja a partir de la cita de Rimbaud hacia una reflexión sobre la fuerza del capitalismo para deslindarnos en dos, como a la protagonista de 'La sustancia'Un grupo de figurantes se niega a que les escaneen en un rodaje sin avisar: “Querían ahorrarse esa jornada de trabajo” Decía Jean-Paul Sartre que el infierno son los otros. La poeta Ángeles Mora discutía la premisa del existencialista francés asegurando que el infierno, lejos de ser el otro, está en nosotros. La poesía, al menos aquella que quiere luchar contra el inconsciente que la produce, debe indagar en el interior del individuo para encontrar allí el infierno que nos constituye, el otro que nos habita. No es casualidad que en la poesía aparezcan tantos sujetos escindidos –o tachados o barrados, diríamos à la Lacan–: sujetos poéticos que se desdoblan para dialogar con ese otro que vive en su interior y le impide decir yo-soy, presentarse como una subjetividad plena y autónoma. La intimidad de la serpiente, de Luis García Montero (2003), se abre con un poema titulado Cuarentena, que escenifica un diálogo entre un poeta que ha alcanzado la madurez al cumplir los cuarenta años y el joven que fue, de veinte años, militante y comprometido, que impertinente le mira desde la fotografía y le sanciona la renuncia de los sueños por la mera supervivencia, la sustitución de la exclamación de la protesta por la interrogación de la duda, el cambio del corazón por la razón. En la conversación se reprochan imposturas y traiciones. La presencia de ese otro que le habita genera malestar en un sujeto que sin embargo no puede sacárselo de encima. No le queda otro remedio que convivir con él. A la manera ilustrada, en lugar de batirse en duelo con el enemigo que lleva dentro, inician una negociación para alcanzar consensos y lograr una convivencia pacífica. En Casa de citas, publicado en Contradicciones, pájaros (2001), Ángeles Mora también se desdobla. La poeta se mira desde afuera y descubre que su poesía ha sido escrita por otra. Dictados por su inconsciente patriarcal, sus versos dialogaban con los grandes nombres de la literatura universal, “casi siempre varones”, que se daban cita en los paratextos. Si Walter Benjamin hablaba, en sus Tesis sobre la historia, del burdel del historicismo para referirse a la manera en que las clases dominantes acudían a la historia para vaciarla, violarla y hacerle decir lo que legitimaba su posición en el poder, Mora describe en este poema el funcionamiento de un burdel literario, esa “casa de citas” en la que se configura una historia literaria únicamente compuesta por ene hombres de prestigio que desplazan u opacan otras historias escritas desde fuera de los lugares prestigiados por la institución de la literatura. A diferencia de lo que ocurre en Cuarentena, en Casa de citas el yo no quiere llegar a ningún acuerdo con el otro del pasado, quiere extirparlo, establecer una ruptura en su inconsciente para, a partir de esa fisura, poder acaso alumbrar un inconsciente nuevo que sea capaz de rastrear las huellas de todas aquellas mujeres cuyas voces han sido borradas de la historia literaria. El yo es un otro en la medida en que proyecta una imagen externa que no dice tanto lo que es como lo que quiere llegar a ser. Este desdoblamiento del sujeto está magníficamente narrada en la película 'La sustancia' “Je est un autre”, escribía, barrado, Arthur Rimbaud: “Yo es un otro”. No solo porque todos somos el otro de alguien, sino porque cobijamos un otro que determina nuestros pasos, nuestros gestos, nuestro lenguaje, y del que nos queremos desprender. Pero también el yo es un otro cuando se mira desde fuera, cuando la noticia que tiene de sí mismo es la imagen que le devuelve el espejo; el yo es un otro en la medida en que proyecta una imagen externa que no dice tanto lo que es como lo que quiere llegar a ser. Este desdoblamiento del sujeto entre lo que realmente es y la imagen que proyecta –desdoblamiento con constantes desajustes que inaugura una relación problemática del sujeto consigo mismo– está magníficamente narrada en la película La sustancia, escrita y dirigida por Coralie Fargeat y protagonizada por Demi Moore y Margaret Qualley. En la película, una estrella de Hollywood en horas bajas es despedida nada más cumplir los cincuenta años. La actriz, lejos ya de habitar los decorados de la ciudad del cine, presentaba un programa de televisión de aerobic. Pero la pequeña pantalla requiere la presencia de un cuerpo más joven. La ideología de la belleza expulsa del espacio público a los cuerpos que no se ajustan a los cánones dominantes. Hay vidas que no merecen ser contadas, decía Judith Butler en Vida precaria, como la de los sujetos racializados o migrantes, las sexualidades no heteronormativas o los cuerpos enfermos; pero también las de mujeres como Elisabeth Sparkle, que así se llama la protagonista que encarna Demi Moore, que dejan de ser funcionales para el sistema cuando superan la franja de edad de los cincuenta años y quedan fuera del marco de visibilidad para pasar a engrosar la lista de esas vidas invisibles que no merecen ser lloradas ni contadas. Hasta que llega a sus manos “la sustancia”, un suero que adquiere en el mercado negro y que al inyectarse genera una mejor versión de sí misma. Al inocularse el líquido, Moore cae al suelo, se le abre la espalda y de la fisura sale una mujer joven y bella, un otro, representada por Margaret Qualley. Las dos mujeres no son sino una, como así se subraya en el prospecto que acompaña la sustancia que Moore consume. El yo y su otro mantienen una relación simbiótica basada en un equilibrio que debe cumplirse escrupulosamente: cada siete días, sin excepción, deben transferirse la conciencia: mientras un cuerpo permanece inconsciente e inactivo, el otro lleva una vida normal. Sue, que es el nombre que se da el personaje encarnado por Margaret Qualley, reemplaza a Elisabeth en el programa de televisión y empieza su ascenso hacia el éxito, basado en un cuerpo bello, joven y siempre sexualizado por la industria de la imagen. Como decía Miyagi en Karate Kid, lo básico es mantener el equilibrio. La joven Sue, que en un principio solamente grababa sus programas en semanas alternas, para asegurar el equilibrio, de pronto se ve desbordada por el éxito erótico y laboral, y la llegada de nuevos contratos y compromisos, pero también de relaciones sexoafectivas y un mundo de ocio, le impiden cumplir de manera precisa el acuerdo de turnarse con Elisabeth todas las semanas. El equilibrio se rompe y empiezan los problemas. Cada minuto robado implica un deterioro y envejecimiento radical del cuerpo de Elisabeth, que inicia su devenir-monstruo. Empieza la batalla contra sí misma. El yo y su otro empiezan a competir no solo por ocupar un mayor tiempo activo y de conciencia; sobre todo empieza la lucha contra la imagen del cuerpo joven y bello que es recuerdo de su expulsión del marco de visibilidad capitalista. En Literatura, moda y erotismo: el deseo (2003), Juan Carlos Rodríguez señalaba que buena parte de los trastornos psíquicos que la sociedad capitalista provoca no encuentran su causa en que hayamos interiorizado el capitalismo, como suele decirse, y gestionemos nuestra vida como si fuera una empresa, con constantes balances entre el debe y el haber; estos derivan, más bien, de la imposibilidad de exteriorizar la imagen que el espejo de la ideología nos impone, interpelándonos como sujetos fuertes, plenos y autónomos, capaces de sobreponerse a cualquier adversidad que la vida presente, capaces de luchar y salir victoriosos de la competencia cotidiana capitalista. Cuando las condiciones reales de existencia entran en contradicción con la representación imaginaria que los sujetos tienen de sí mismos, la imagen se resiente y el espejo se agrieta. A través de esas grietas surgen las neurosis, la depresión y la ansiedad. No estamos a la altura de la imagen y nos vemos incapaces de decir yo-soy, de constituirnos como sujetos plenamente individualizados. Buena parte de los trastornos psíquicos que la sociedad capitalista provoca no encuentran su causa en que hayamos interiorizado el capitalismo si no más bien en la imposibilidad de exteriorizar la imagen que el espejo de la ideología nos impone Elisabeth Sparkle, cuando su imagen ya no se ajusta a lo que el espejo quiere de ella y la despiden, se inyecta la sustancia para poder seguir exteriorizando la imagen del sujeto pleno, sacándola literalmente de su propio cuerpo. Sue supone la posibilidad de seguir alimentando esa representación imaginaria y de desplazar lo real que la ha sacado del foco. Pero lo reprimido siempre vuelve y cuando Elisabeth mira por la ventana de su lujosa casa en Los Ángeles y ve un cartel que anuncia su antiguo programa de televisión, ahora con una imagen de la joven y sensual Sue, retorna lo real de sus condiciones materiales de existencia, de su cuerpo no apto para la industria audiovisual. Como un espejo le devuelve la imagen que le recuerda que su fracaso se debe a que no está a la altura de lo que la ideología capitalista espera de ella. El otro-Sue que observa, y que la observa desde el cartel, es la representación imaginaria que todo sujeto quiere proyectar pero no alcanza a hacerlo. Ese desajuste entre lo real y lo imaginario –esa competencia entre el yo y el otro– expulsa a Elisabeth definitivamente de la vida –laboral, pero también erótica– erosionando su autoestima y condenándola a la soledad. Sin vida social, ya solo se dedica a esperar a que pase la semana para que su mejor versión, Sue, vuelva a cobrar conciencia y pueda disfrutar de una vida plena. La suya no cuenta ni merece ser vivida. Hasta que su cuerpo, cada vez más repugnante a causa la impertinencia y el deseo irrefrenable y egoísta de la joven, que no respeta el equilibrio, anuncie el peligro de su aniquilación total. 'La sustancia', como buena parte de la literatura actual, habla de ese desdoblamiento y desajuste entre lo que realmente somos y la imagen que queremos proyectar para no ser condenados a la nada. Trata del malestar psíquico que genera el esfuerzo que conlleva tener que sostener la imagen cuando apenas nos queda ya nada –condiciones materiales– para hacerlo La sustancia, como buena parte de la literatura actual, habla de ese desdoblamiento y desajuste entre lo que realmente somos y la imagen que queremos proyectar para no ser condenados a la nada. Trata del malestar psíquico que genera el esfuerzo que conlleva tener que sostener la imagen cuando apenas nos queda ya nada –condiciones materiales– para hacerlo. El acierto de la película de Fargeat es que lo hace combinando el terror con la parodia de la estética del videoclip, saltando de manera abrupta de un estilo a otro, como pasa de la erótica de los cuerpos bellos a lo monstruoso. Hay, en La sustancia, una política de lo abyecto, de la fealdad, del devenir-monstruo que desestabiliza y atenta directamente contra el corazón de la ideología de la belleza del capitalismo avanzado y la mercantilización –y erotización– de los cuerpos. Acaso esa sea la forma de narrar que el infierno está en nosotros. El infierno es el otro que llevamos dentro y nos impide decir yo-soy, es el rastro que queda de la batalla perdida entre la imagen que proyecta el espejo de la ideología y las condiciones reales de existencia de los sujetos vulnerables y solos, que necesitan el cuidado y lo común, y no la competencia diaria, erótica y laboral, a la que somos abocados cotidianamente por el mercado capitalista. 
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Teresa de Ávila, la santa demediada
El pasado agosto, el Vaticano autorizó la enésima apertura del féretro de la santa para realizar pruebas en lo que queda de su cadáver, troceado y repartido. El anterior memorando - Abril, el mes más cruel y el de los brotes verdes Si el camino de la santidad está erizado de tribulaciones, el entrar el alma con fanfarrias en el Reino del Altísimo no garantiza la paz de los restos mortales del elegido en lo bajísimo. Los de Teresa de Cepeda y Ahumada, Teresa de Ávila, santa Teresa de Jesús, (Ávila, o Gotarrendura, 1515-Alba de Tormes, Salamanca, 1582) son un vivo ejemplo de ello: a finales del pasado agosto, su sepulcro ha sido nuevamente abierto, esta vez a instancias de unos científicos italianos que convencieron al dicasterio romano para realizar unas pruebas en sus restos y reliquias sin duda trascendentes para un mayor conocimiento de la santa, cuyo objetivo se me escapa. La nueva pesquisa científica de las reliquias y del cuerpo de la fundadora de la orden de las carmelitas descalzas fue autorizada por el Vaticano con la condición de que “no perjudique, dañe o disminuya en manera alguna la integridad del mismo”. La integridad se entiende, de lo desintegrado. Ha sido la última intervención sobre uno de los cadáveres famosos más baqueteados de la historia: tras pasar por tres entierros, su sepulcro ha sido abierto varias veces, unas para comprobar su “entera incorrupción”; otras para, ya digo, investigaciones científicas y unas terceras, incluso para saciar la curiosidad de alguna abnegada autoridad: en 1588, a petición del obispo de Salamanca, Jerónimo Manrique y en 1914, el general de la orden carmelita, Clemente de los Santos, de viaje en España, tuvo la curiosidad de ver los restos de los fundadores: san Juan de la Cruz, en Segovia, y santa Teresa, en Alba de Tormes... La momia de la primera doctora universal de la Iglesia se ha convertido en estos cuatro siglos y medio pasados desde su muerte en una expendeduría de carne santa diseminada por toda la geografía española, italiana e incluso americana. Veamos por encima lo que se exhibe en el mostrador del expolio. Lo que queda del cadáver reposa, si puede decirse así, en el monasterio de la Anunciación, en Alba de Tormes, donde está su sepulcro, pero el brazo izquierdo y el corazón están en sendos relicarios separados del cuerpo; el uno, cortado en 1585 y el otro, extraído en 1588. Antes, en julio de 1583, el provincial de la orden, Jerónimo de la Madre de Dios, cortó la mano izquierda para las carmelitas descalzas de Ávila y, de ella, el dedo meñique para quedárselo él, que dejó por escrito que desde lo que tenía no había sufrido enfermedades de importancia. Las carmelitas de Madrid, las Malagón y las de Valladolid tienen por auténticos repitajos de carne con forma de corazón. Y dientes y muelas son venerados en el convento de San José de Toledo, en la catedral de Santiago de Compostela y en Puebla de Zaragoza, México. En el convento de Ronda, el ojo izquierdo y en el de San José de Ávila, que fue uno de sus enterramientos, una clavícula. El Convento de Santa Teresa de Ávila tiene un dedo anular. Se mandó a Roma el pie derecho, que se encuentra en la Iglesia de Santa Maria della Scala. El convento de San José de Sevilla adora partes de un dedo y de una costilla y hay otro dedo de la santa en Sanlúcar de Barrameda. En fin, en 1614, año de su beatificación, se envió el pie derecho al convento romano de Santa María della Scala y un trozo de la mandíbula superior, fragmentos del cráneo y unos dientes al de San Pancracio. Y, en fin, la iglesia de Nuestra Señora de Loreto de París exhibe un dedo que considera reliquia teresiana. El féretro no corrió mejor suerte y estuvo dando tumbos: del convento de la Anunciación de Alba de Tormes al de San José de Ávila, primera fundación de los carmelitas descalzos de Teresa, el primer palomar como los denominaría, y de aquí, tras pleitos, de nuevo a Alba de Tormes, predio del ducado de Alba, donde sufriría tres traslados en diversas dependencias hasta el, por ahora, definitivo: un camarín mantenido por los Alba en un túmulo costeado en 1750 por el rey Fernando VI que contiene dentro de un féretro de mármol una caja de plata con lo que resta de la santa. Para abrirlo, son necesarias diez llaves: tres las custodia la casa de Alba; otras tres, la orden carmelita; tres más, el Vaticano y la décima, honorífica e innecesaria para la apertura, la casa real española. En vista de lo visto, pocas llaves nos parecen. La mano de Teresa, la ‘pata de conejo’ de Franco La mano izquierda de Teresa de Ávila no corrió mejor suerte. Ya hemos contado que el provincial Jerónimo de la Madre de Dios fue quien la cortó y, tras quedarse con el dedo meñique para su devoción particular, la depositó en el convento de San José de Ávila, pero en 1585 la cedió al convento carmelita de San Alberto de Lisboa, y más tarde, al de Santa Maria dos Olivais. Durante la revolución portuguesa republicana y anticlerical de 1910, las carmelitas la enviaron de vuelta a España, al convento de las descalzas de Ronda. La mano, ya en un relicario, un guante de plata cuajado de piedras preciosas, fue requisada por milicianos anarquistas al iniciarse la guerra civil y cuando el ejército leal se retiró de Málaga, las tropas traidoras la encontraron entre los pertrechos del coronel José Eduardo Villalba Rubio, jefe del Ejército del Sur. Los nuevos expoliadores la enviaron al cuartel general de Franco en Salamanca, quien, fascinado por la reliquia e imitador del fetichismo supersticioso de Felipe II, con el que se identificaba, se negó a devolverla a su convento, la conservó toda su vida, hizo construir en su dormitorio del palacio de El Pardo un oratorio para exponerla y no viajaba si no era en su compañía. Consideraba que la mano de la santa de Ávila le había llegado “de forma milagrosa” y desoyó las numerosas misivas de las monjas carmelitanas de Ronda para que le restituyera su propiedad: era su mascota, su talismán de la suerte, su pata de conejo y que sus tropas golpistas entraran en Madrid el 28 de marzo de 1939, 424º aniversario del nacimiento de Teresa de Cepeda y Ahumada, era un signo divino. Lo único que consiguió el obispo de Málaga, asediado por las reiteradas reclamaciones de las carmelitas fue la promesa de que la reliquia se restituiría cuando falleciera el dictador. Su viuda, Carmen Polo, y su hija, Carmen Martínez Bordiú, la devolvieron al arzobispo de Toledo el 9 de diciembre de 1975 y este al carmelo de Ronda el 21 de enero de 1976. Con la mano, las deudas de Franco añadieron la insignia de solapa de la cruz laureada de San Fernando, de oro y brillantes, que Franco quería que se engastara en el relicario. A lo que se me alcanza, las carmelitas no profanaron la reliquia histórica con la última vanidad del dictador. Ángeles con cruces y otras extravagancias El culto a las reliquias comenzó con el cristianismo, se arraigó con fuerza en el medievo y se expandió de manera extraordinaria a continuación, como una forma de piedad popular y también como un símbolo de prestigio y de poder. Creada la demanda, se multiplicó la oferta: es un lugar común decir que con las reliquias de la cruz de Cristo, el lignum crucis, la madera de la supuesta cruz en que fue crucificado Cristo –descubierta en Jerusalén, en el siglo IV, por santa Elena, madre del emperador Constantino-, llegó a ser tan popular que las reliquias que circulaban daban como para reconstruir diez santas cruces o construir un navío, de manera que Roma inventó un sello de calidad, el apellido de Vera Cruz, para distinguir las que debían recibir culto de latría, el mismo que se profesa a la hostia consagrada, es decir, el que solo se le debe a Dios. De la autenticidad de las reliquias de la cruz da cuenta la tradición de una de las más veneradas, la de Caravaca de la Cruz, Murcia, que este año celebra su Año Jubilar –una de las siete ciudades del mundo donde se celebra in perpetuum, con Jerusalén, Roma, Santiago de Compostela, Santo Toribio de Liébana, Urda y Valencia–: el sidi almohade de Valencia, Abu-Ceyt, que había conquistado Caravaca en 1230, preguntaba sus oficios a los cristianos prisioneros y el conquense Ginés Pérez Chirinos dijo que el suyo era decir misa; interesado el musulmán, le invitó a decirla, pero el cura adujo que no podría hacerlo sin una cruz en el altar; momento en que entraron por la ventana del recinto dos ángeles con un lignum crucis... Abu-Ceit y su corte se convirtieron al cristianismo. ¿Quién no ante tal prodigio? En un país tan piadoso como supersticioso como la España renacentista, el culto de dulía, el debido a los santos o a sus pedazos, las reliquias, despertó furores. El desgraciado príncipe don Carlos, primogénito de Felipe II de España y María Manuela de Portugal, en el que la vieja hipocresía religiosa española se adoba con la austriaca y la portuguesa en un príncipe jovencito. Y quien, por cierto, sacaba de su padre la fanática afición a las reliquias. El escritor francés Raymond Clauzel cuenta de una carta enviada por el príncipe al embajador español en Roma, ordenándole solicitar al papa tres gracias: una astilla de la supuesta cruz de Cristo, una autorización para mandar decir misa a cualquier hora y, se escandaliza el doctor Cabanès, “¡una reliquia procedente de la circuncisión de Nuestro Señor! Esta última ocurrencia, aunque se defienda lo contrario, se aleja de lo normal. Esto ya no es pietismo [sic] exaltado, es la frontera de la aberración mental”. La miseria extravagante de las reliquias es más desternillante que escandalosa: quizá en la época del médico e historiador francés Augustin Cabanès (París, 1862-1928), autor de libros sobre misterios médicos históricos, no había conocimiento popular, como hoy, de que se conservan trece reliquias del Santísimo Prepucio del [Dotadísimo] Niño Jesús –en realidad, a pesar del nombre, colgajos del pellejo resultante de la circuncisión y nada menos que 13, otros dicen que 17-, en otras tantas iglesias de la cristiandad. Aunque, como la mayoría de las reliquias, sin que la jerarquía otorgue certificado de Denominación de Origen... No es tan extraño: se veneran cuatro cabezas de san Juan Bautista: la primera se encuentra en la mezquita omeya de Damasco, Siria; la segunda, en el museo alemán Residenz de Múnich; la tercera, en la basílica romana de San Silvestro in Capite y la cuarta, en la catedral francesa de Amiens... Los detractores de don Carlos suelen serlo por ser panegiristas de Felipe II, de modo que les parecen “aberrantes” los caprichos loquitos de don Carlos y, en cambio, “muy piadosa” la verdaderamente monstruosa colección de más de siete mil reliquias que el monarca reunió para dotar el monasterio de San Lorenzo el Real de El Escorial (entre ellas, diez cuerpos incorruptos de santos, 144 cabezas, 306 brazos y piernas, huesos, cabellos de Cristo y de la Virgen, las consabidas reliquias de la cruz y de la corona de espinas de Cristo...). Y de este espectáculo de barraca de feria, cabe hasta la autocaricatura cruel: las muelas cariadas que el futuro santo exprés Josemaría Escrivá de Balaguer (alias aristocrático para la santidad de José María Escriba Balbás) recuperaba del dentista y confiaba a sus discípulos para que las conservasen como reliquias in péctore. Desde el siglo XIV, la carrera de los poderosos por hacerse con las huellas de la santidad promovió una provechosa industria de falsificadores que fueron desorbitando sus estafas a medida que crecía la ambición estúpida de los coleccionistas. Del éxito de la industria ilustran sobradamente que, aparte de la Sindone de Turín, hubieran más de cuarenta sábanas santas repartias de Toledo a Colonia: un ajuar improbable..., actualmente operativo en buena parte, tras descartar las falsificaciones más burdas. Pero la imaginación de los estafadores es mucho más rica y surrealista e increíble la idiocia de la fe de los compradores: “(...) no se agota con ello la capacidad de inventiva de los fabricantes de reliquias. Me hubiera gustado conocer a los que vendieron la columna sobre la que cantó el gallo en la negación de San Pedro (Roma), los rayos de la Estrella de Belén (M.P.C. de Roma), un suspiro de San José convenientemente guardado en una botellita (Sancta Sanctorum de Roma) o un estornudo del Espíritu Santo también en su correspondiente ampolla y también en el Sancta Sanctorum de Roma. Claro que la lista de reliquias más improbables debería incluir también la pluma del Arcángel San Gabriel (Liria), la del estiércol del muladar donde vivió el Santo Job o la del pico del Espíritu Santo, por no mencionar sus plumas o sus huevos que se conservaron en Maguncia”, escribe José Luis Calvo Buey. O las espinas de la corona de Cristo, gotas de su sangre –y de la leche maternal de la virgen María–, una rama de las de olivo con las que entró en Jerusalén, en la catedral de Oviedo... O en fin, el pelo de la barba de Jesucristo que se venera en la catedral de Murcia. Carlos II, el último de los Austria, fue llamado El Hechizado, a saber por qué, porque su nacimiento no pudo estar rodeado de mejores augurios; no hubo iglesia de los reinos que no enviara lo más friki de sus sacristías: fueron testigos del parto, entre otras monstruosidades, tres espinas de la corona de Cristo, un diente de san Pedro, un retal del manto de la Magdalena y una pluma de un ala del arcángel san Gabriel. Y por si alguno le parecían pocas supersticiones, el rey mandó a los astrólogos levantar la carta astral de la criatura y, a pesar de la evidencia, aseguraron: “va a vivir largos años en medio de la mayor felicidad y de prósperos sucesos de sus Estados, toda vez que, al venir al mundo, se da una situación especial entre los planetas: Saturno se halla libre de malignos aspectos, en el signo de Escorpión, en conjugación con Mercurio, de quien se va separando, y del Sol, a quien se acerca”. ¿Qué podía salir mal? O sea, las farsas vienen de antiguo y son de muy buena y acendrada devoción...No les arriendo la ganancia a los santos el día de la resurrección de la carne de los días finales, cuando, según las previsiones de la Santa Madre Iglesia, nos sea restituido nuestro aspecto corporal: las películas de zombies –Thriller, el video de Michael Jackson dirigido por John Landis (1983)– nos van a parecer los bailes palaciegos de la corte austrohúngara de Sissi emperatriz (Ernst Marischka, 1956). *** Una anécdota personal: el día que duché a Álvaro Pombo, premio Cervantes 2024 Lo rememoraba con Eugenio Benet Jordana, el hijo menor de Juan Benet el pasado día 18 de octubre en el homenaje privado que rendimos un grupo de amigos y su hermano a aquel gran escritor –mejor persona, acierta el tópico– que fue Eduardo Chamorro en el 15º aniversario de su fallecimiento. Lo comentaba. Principios del verano de 1978. Pisuerga, 7, chalet del barrio madrileño de El Viso de Juan Benet, donde un grupo de amigos disfrutamos de una fiesta. No es un guateque, no se baila y ya nos pilla mayorcitos; a Antonio Martínez Sarrión lo llaman El Moderno porque le gusta el rock and roll (salvo Eduardo, que lo apoda El poeta cetáceo, en alusión a su primer libro de poemas, una tromba mortal para los balleneros, 1970). Se pica un poco, tortilla, jamón, queso, mediasnoches, y se bebe bastante. Estamos en el jardicincillo trasero, de vegetación rala, charlando en animados grupos. En la esquina inferior derecha del rectángulo, Álvaro Pombo tontea con los jóvenes de la fiesta, los hijos de Benet y sus primos. Ha vuelto de Gran Bretaña, donde lo exilió su familia a causa de su homosexualidad, el año anterior. Juan Benet lo había acogido y presentado a Rosa Regàs, quien le había publicado en su editorial La Gaya Ciencia su primer libro de prosa, Relatos sobre la falta de sustancia. Un grupo bullicioso que ríe y canta con alegría. En el ángulo superior izquierdo del jardín, al pie de la escalera de entrada a la casa, charlo con Benet –sus amigos, incluso sus hijos, lo llaman don Juan; yo no– y con Javier Marías. Recuerdo que comentábamos anécdotas de su gira literaria por Estados Unidos, donde nos habíamos visto y cenado tras una brillante conferencia en la universidad de Columbia. De repente, una botella vacía de ginebra –ni siquiera es de whisky– pasa entre nosotros, a diez centímetros de la cabeza de Benet y estalla en pedazos en la pared de la casa. Atónitos, vemos a un vociferante Álvaro Pombo que, enloquecido, fuera de sí, grita e insulta a Juan desde el rincón opuesto y busca otra botella para tirársela mientras los chicos jóvenes tratan sin éxito de contenerlo. No es que yo fuera, ni soy, de talante contenido, acaso lo contrario, de modo que ni corto ni perezoso, como aconseja el dicho, cruzo el patio, cojo la manguera del jardín, abro el grifo y, sin piedad, le aplico una inclemente terapia acuática que lo deja hecho una bayeta a él y a su impecable terno inglés de Savile Row. Mano de loquero santo. Los chicos sacan de la casa al empapado Pombo y lo meten en un taxi. La fiesta siguió como si no hubiera pasado nada. No he leído nada de Álvaro Pombo. Para mí dejó de existir.
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Hombres que les abren la puerta desnudos o compañeros que las acosan: así es trabajar como 'rider' siendo mujer
Las repartidoras denuncian que no tienen el amparo de un protocolo efectivo para defenderlas y que no disponen de a quién dirigirse cuando se generan situaciones en las que se sienten vulnerables Angi, repartidora desde hace tres años en varias plataformas de reparto a domicilio, ha desarrollado en este tiempo toda una serie de estrategias plenamente orientadas a mostrarse lo más imperceptible posible para evitar situaciones de acoso. Intenta llevar un perfil bajo y, en algunos casos, ser escurridiza: no acude a los puntos de encuentro en los que se reúnen el resto de riders, busca activamente llevar ropa que pase lo más desapercibida posible, y tiene ya estudiado en qué casos puede tener una actitud relajada con el cliente en cuestión, y en cuáles debe, prácticamente, no mediar palabra con él. “Como ven ya en la foto que es una mujer la que va a venir, obviamente ya algunos clientes te abren la puerta de otra manera, y pueden llegar a hacerlo sin ropa”. Asegura que decenas de hombres le han recibido semidesnudos, en calzoncillos. “Cuando te reciben sin ropa o con ese tipo de actitud, no les digo absolutamente nada. Marco mi distancia, les doy su pedido, y enseguida me marcho. Trato de ni mirarlos. Es muy fuerte trabajar como rider siendo a la vez migrante y mujer, sobre todo cuando tratas con este tipo de gente que te quiere humillar”. Asevera que sabe de muchos casos que le han contado compañeras en los que la cuenta de alguna de ellas se encontraba 'alquilada' por un chico —'alquilarle' una cuenta a alguien cuya situación en el país está regularizada es la forma en la que muchos trabajadores que no lo están consiguen trabajar en estas plataformas—. En esta clase de ocasiones muchas veces al cliente le aparece la foto de la persona que alquila la cuenta (por ejemplo, una mujer), pero quien llega al domicilio es un hombre: “Entonces hay clientes que salen de esa forma insinuante, pero cuando ven que quien te va a entregar el pedido es un chico, se cortan y cambian de actitud. Eso pasa muchas veces”, asegura. Nuria Soto también estuvo trabajando como rider para diversas plataformas del sector. Tras sus experiencias, fundó la cooperativa Mensakas —que potencia un modelo de reparto “dentro de la economía social y solidaria”–. Afirma que “estos casos no son tan aislados como se pueda pensar. Toda mujer rider o casi toda puede contar alguna situación así”. Al no acceder a su insinuación, explica Soto, a veces les ponen una mala puntuación en la plataforma para “castigarles” por ello. En la cooperativa han creado una comisión de género para poder abordar estos temas. Una vez fui a entregar y estaban unos chicos fumando marihuana, todos en ropa interior, y me dijeron que tenía que servirles la comida en la mesa, que tenía que entrar. Yuly, rider A Yuly, exrepartidora, también le ha ocurrido. “Hay hombres muy abusadores. Una vez fui a entregar y estaban unos chicos fumando marihuana, todos en ropa interior, y me dijeron que tenía que servirles la comida en la mesa, que tenía que entrar. Yo les dije: 'simplemente pagadme y os entrego vuestra comida'”, relata. En otra ocasión un cliente le recibió completamente desnudo. También se dan ocasiones en las que el cliente comienza a escribirles por la plataforma: “Tú los llamas para avisarles de que vas a entregarles el pedido, y entonces te empiezan a escribir y a decirte cosas como: 'Eres linda, me interesas, vamos a salir'”, afirma. Los “puntos de encuentro”, lugares potencialmente hostiles Pero las situaciones desagradables no acaban al salir de las zonas residenciales, sino que continúan en los lugares donde los y las riders se encuentran para esperar a recibir los pedidos —generalmente suelen ser zonas de alta demanda—. Por eso Angi, explica, intenta no rodearse de nadie. “Siempre estoy sola. Trato de evitar las multitudes de riders. Lo hago a propósito para evitar estas cosas porque si tú llegas a un restaurante y están ahí todos reunidos, sientes que ya se te quedan mirando o empiezan a hablar entre ellos mirándote”. “Hay situaciones que se dan con los propios compañeros”, explica Nuria, que afirma que ha llegado a sentirse “desamparada”. Ante las actitudes de acoso por parte de los compañeros, como no estás en un centro de trabajo y ellos no están considerados oficialmente como compañeros, no hay oportunidad de empezar ningún proceso. Eso te deja un poco indefensa Nuria Soto — Rider y una de las fundadoras de la cooperativa Mensakas Sin embargo, no perciben que se las proteja. “Se han dado situaciones con algunos compañeros que igual no están muy bien de la cabeza. Actitudes tan incómodas que, por ejemplo, una compañera y yo nos tuvimos que ver obligadas a bloquear a otro compañero porque se obsesionaba u otro que cuando le ibas a dar dos besos te giraba la cara”, afirma. “Ante estas actitudes, como no estás en un centro de trabajo y ellos no están considerados oficialmente como compañeros, no hay oportunidad de empezar ningún proceso. Eso te deja un poco indefensa en este sentido”, denuncia. Otras zonas del espacio público también se tornan hostiles, como señala la repartidora, que relata cómo muchas veces los coches las atosigan en la carretera mediante el acoso, la intimidación, los gritos, o con escupitajos, y, afirma, casi en el 100% de los casos estas actitudes se dan por parte de hombres. En toda su trayectoria, solamente una mujer ha mostrado actitudes hostiles hacia ella en la carretera: “Estamos hablando de que estamos en un sector hipermasculinizado y hacemos una actividad propiamente considerada mayoritariamente de hombres, ocupando durante todo el día el espacio público. Todo esto convierte nuestra actividad en algo más dificil por todos los tipos de comentarios que te puedas encontrar, desde los más fuertes hasta los más paternalistas”. De las cuatro repartidoras a las que elDiario.es ha preguntado, una, Sara (nombre ficticio debido a que quiere conservar el anonimato), afirma que no ha notado “una diferencia en el trato debido al género por parte de los clientes”, aunque explica que esta percepción se podría llegar a atribuir al hecho de que ella suele trabajar mediante cuentas alquiladas, generalmente de chicos, por lo que aparece la foto de perfil de ellos. Desamparadas ante la inexistencia de protocolos “El hecho de no disponer de un centro de trabajo, un plan de igualdad, un protocolo antiacoso, o una serie de cosas que corresponden al reconocimiento de la relación laboral, esto nos afecta más a las trabajadoras”, denuncia la fundadora de Mensakas. Uno de los principales inconvenientes en la economía de plataformas, aseguran todas ellas, es el de no tener a quién dirigirse para los problemas que puedan ir sucediendo. “El soporte nunca responde”. Si no se empieza por abordar la 'punta del iceberg' visible del problema que son, opinan, las malas condiciones laborales, no se puede resolver todo lo que hay debajo, explican, y defienden que una medida sencilla que se podría ir aplicando para conseguir reducir el número de casos de acoso sería la de dejar de mostrar la foto de perfil o el género de los y las riders ya que, sostienen, “no es tan importante”. Según el informe realizado en 2020 por Comisiones Obreras Cataluña, Repartidors i repartidores de plataforma digital: Condicions laborals, necessitats, demandes i perspectives, el 61% de las personas 'riders' entrevistadas (de las cuales 6 de cada 10 eran hombres) estaban de acuerdo en que ellas sufrían situaciones de discriminación o sexismo por el simple hecho de ser mujeres.
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El ‘tsunami’ político y económico que azota a Alemania
La potencia europea está sumida en una doble crisis: política, con adelanto electoral por quiebra del gobierno de Olaf Scholz, y económica, con la interrupción de decenios de prosperidad. La desconfianza ha arraigado en consumidores y empresas mientras emerge otra Administración Trump como una amenazaEl caótico efecto Trump: euforia bursátil pese a las confusas consecuencias económicas en EEUU, la UE y China La fiabilidad alemana lleva tiempo en el limbo. La locomotora germana salió lenta de su letargo de la Gran Pandemia, gripó con el estallido bélico en Ucrania y descarriló definitivamente por el elevado coste de su energía. Altamente dependiente del gas ruso, quebraron empresas y hogares, hasta paralizar industrias completas y convertir su tradicional músculo económico en episodios de recesión y su histórico control de precios en espirales inflacionistas. Ante esta encrucijada, provocada por dos acontecimientos excepcionales, la crisis sanitaria con sus confinamientos sociales e hibernaciones productivas y la guerra iniciada por su proveedor energético en las mismas fronteras de la UE, Olaf Scholz ha arrojado la toalla. Después de que el canciller abordara escenarios coyunturales complicados como disrupciones en cadenas de valor o escaladas de inflación y subidas de tipos desconocidas desde el cambio del milenio. El dirigente socialdemócrata abrió la caja de los truenos al cortar de raíz la cabeza liberal de su tripartito -la del titular de Finanzas, Christian Lindner- la oveja negra de la coalición semáforo que completaban los Verdes. Scholz decidió, junto al líder de la oposición, Friedrich Merz, convocar en diciembre una moción de confianza condenada a perder, aunque esencial para sacar adelante iniciativas sociales urgentes con consenso. A cambio, cedió un adelanto electoral de 11 meses, con fecha fijada: el 23F. Merz, cabeza de cartel de la eterna alianza CDU/CSU que lidera las encuestas con un 30% y que sostuvo 16 años en la cancillería a los democristianos Helmut Kohl (1982-98) y Angela Merkel (2005-21), no tardó en descargar las culpas hacia su rival del SPD, que empieza la precampaña tercero, a dos puntos del 18% que los sondeos conceden a los neonazis del AfD, con los Verdes cuartos (11%) y la Alianza Sahra Wagenknecht (8%) la más reciente escisión de disidentes de La Izquierda, como último partido con representación en el Bundestag. “Seré la garantía de un nuevo liderazgo en Europa y para Europa” en el que Alemania “dejará de ser una aletargada potencia media para convertirse en un poder global activo”, precisó Merz. En línea con el subconsciente colectivo germano que valora la cita con las urnas como un examen para quitarse el cartel de enfermo económico europeo y reanimar a su otrora lustrosa industria. El heredero de Merkel en la CDU se autoproclamó como el único aspirante capaz de aplacar los daños colaterales que la nueva versión Trump 2.0 propiciará sobre la geopolítica global, las estructuras productivas europeas y alemán y sus negocios y su lastre competitivo con las dos superpotencias globales. Cumbres borrascosas sobre la gran potencia europea El arrojo de Scholz convocando los comicios no esconde la certeza de parte de este diagnóstico. El canciller, que apeló a la unidad y al rechazo a la crispación política que ha reinado en EEUU en el último decenio, aseguró que la ruptura del gobierno “fue ineludible” por el rechazo de Lindner a un nuevo apoyo financiero a Ucrania con cargo a la deuda federal. Hace unas semanas, evitó la afrenta con su ministro por su negativa a aceptar los eurobonos que Mario Draghi aconsejó lanzar como avales para “proyectos geoestratégicos” que devuelvan la competitividad perdida al mercado interior europeo. En principio -dijo el ex presidente del BCE en su informe encargado por la también democristiana alemana Ursula von der Leyen-, para impulsar la industria armamentística, construir un escudo antimisiles en los cielos abiertos comunitarios y crear un Ejército europeo, escenario que cobra mayor verosimilitud con el retorno de Trump. El líder socialdemócrata alemán tendrá complicado lidiar con su futuro homólogo americano. Scholz felicitó con efusividad a Joe Biden cuando se retiró de la carrera presidencial -“ha logrado mucho por su país, por Europa, por el mundo”- una de esas frases que Trump identifica como lapidarias para arremeter contra sus enemigos, internos o externos. Ya lo sufrió Merkel, la mandataria a la que más criticó en su primer mandato el líder republicano. Pero ahora, a la cruzada contra el canciller se ha unido Elon Musk: “Es un loco”, escribió la mayor fortuna del planeta y gurú económico de Trump sobre Scholz en su red X, un post que se visualizó más de 42 millones de veces, cuatro veces el apoyo electoral del SPD en los últimos comicios federales. Con o sin Scholz, ¿estará Alemania en condiciones de perfilar la réplica transatlántica que exigirá a Europa un nuevo Gobierno Trump más agresivo? ¿Con la reedición de otra Gran Coalición entre la CDU y el SPD como la que le situó en 2021 como número dos de Merkel? Aunque en esta ocasión, conducida por Merz, y en caso de que cumpla su promesa de descartar cualquier pacto gubernamental con la AfD. Los inversores parecen aspirar a ello por la subida del 1,7% del Índice DAX nada más anunciarse la convocatoria electoral y el clima de desconfianza industrial y económico. Al menos, en el corto plazo. Wolkswagen, uno de sus iconos automovilísticos, avanza en el cierre de tres de sus sedes en el país, algo inaudito. Las tarifas energéticas siguen anormalmente caras. La dura agenda de reformas estructurales continúa sin tomar vuelo y la anemia manufacturera augura un segundo año de recesión consecutiva. Nada nuevo en un modelo productivo que necesita reinventarse y que ha entrado en un círculo vicioso, con caídas del PIB en W desde el inicio del ciclo de negocios post-Covid. El sentimiento inversor alemán volvió a encender las alarmas de su indicador del Instituto ZEW, que empeoró drásticamente en noviembre al caer desde el nivel 13,1 al 7,4, cuando el consenso de analistas aventuraba un alza de una décima. Mientras el bund alemán, símbolo de estabilidad del euro, “ha perdido su brillo” avisa Marcus Ashworth en su columna de Bloomberg. Ante las malas perspectivas de aumentos de sus deudas, que aún se sitúa en un meritorio 62% del PIB, y una reevaluación sistémica de las obligaciones de sus pagos derivada de una “confluencia de factores”. Entre otros, Ashworth cita la persistentemente cara factura energética, las caídas exportadoras a China de su rúbrica manufacturera, clave en su modelo de negocio internacional y, sobre todo, la amenaza de subidas arancelarias a productos europeos por parte de la Administración Trump. The Economist no deja lugar a las dudas sobre este último riesgo: “Llegan malas noticia desde EEUU para los empresarios alemanes” que no levantan cabeza desde la invasión de Ucrania hace casi tres años en los que, además de tener que instaurar mecanismos de resiliencia comercial y energética, han sufrido choques productivos internos. En este periodo, los activos germanos apenas han aumentado un 3%, frente al 16% de crecimiento promedio de las acciones de las potencias industrializadas. Reconversión alemana en un mercado interior poco competitivo Las estrategias corporativas alemanas han empezado a explorar un horizonte transatlántico con vientos huracanados. EEUU es el primer socio de Berlín, cuyas arcas recibieron 160.000 millones de dólares por ventas a su principal cliente, del que importó bienes por valor de 77.000 millones. Solo China, México y Vietnam presentan mayores superávits bilaterales. En el futuro inminente, el impacto arancelario, sea del 10% o del 20% -cota aún por concretar por el equipo de Comercio de Trump- “podría obligar a Alemania [y la UE] a aplicar escudos sociales y empresariales”, avisa Martin Ademmer, analista de Bloomberg Economics, quien dice confiar en la “habilidad germana para responder ante eventos imprevistos”. El Instituto IFO cifra en un 15% el receso exportador germano a EEUU con unas tarifas del 20%. Aunque la firma proveedora de datos fDI Intelligence, incide en el también cuantioso retroceso inversor. La ley IRA de Biden impulsó el capital germano hasta los 16.000 millones de dólares en 2023, casi el doble que en ejercicio precedente, y lejos de los 6.000 millones que las compañías alemanas desplegaron a China. Inercia que será difícil de mantener, a juzgar por el mensaje de Trump: “Quiero que las marcas automovilísticas alemanas lleguen a ser firmas americanas y que sean ellas las que construyan sus plantas en EEUU”. El pasado año, 900.000 vehículos made in Germany entraron en el mercado americano, la mitad de sus ventas totales al exterior. Para Aslak Berg, analista del Centre for European Reform (CER), Alemania resulta indispensable en la articulación de cualquier réplica europea del tsunami comercial de la nueva era Trump; pese a su urgente reconversión, similar, aunque de puertas adentro, a las recomendaciones de Draghi y Enrico Letta para restablecer la productividad y competitividad de la UE. Por ejemplo, para hacer comprender a Washington que Europa no desea el decoupling -fragmentación- con China, como EEUU, sino tan solo una desescalada controlada de riesgos (de-risking) en “la necesaria relocalización para asegurar los suministros de manufacturas y materias primas”. O para tratar de mantener el pulso del Consejo de Comercio y Tecnología (TTC) sobre seguridad digital e IA que se ha logrado con la Administración Biden. Carsten Brzeski, economista jefe de ING, afirma que las elecciones en EEUU y Alemania marcarán “cambios superlativos” que repercutirán en Europa, con virajes geoestratégicos que, a veces, “serán experimentales, a pesar de su trascendencia, y en ocasiones, estructurales” por lo que Bruselas precisa de una Alemania que “la salvaguarde”. Ante “los intentos de Washington de debilitar y fragmentar” a la UE, como alerta Hal Brands, profesor de la Cátedra Henry Kissinger de Asuntos Globales, para quien Berlín “debe defender el orden liberal y democrático” europeo, retratar ante Trump “su amenazante tensión trasatlántica” y evitar que la EU se transforme con su versión 2.0, escribe en Foreign Policy. Y pueda persuadirle de, al menos, alguno de los riesgos que entraña “su agresiva y aislacionista agenda” en el ámbito monetario, económico y tecnológico o en la batalla climática o la seguridad global, enfatiza Peter Walkenhorst, analista de Bertelsmann Stiftung.
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Cómo el control de Trump sobre el Congreso puede remodelar Estados Unidos durante años
El control de las dos cámaras, más la mayoría conservadora del Supremo, cimientan el camino para que el republicano pueda desmantelar los logros de la anterior administración demócrata y ejecutar sus políticas más agresivasTrump pone a prueba la lealtad de los suyos con los nombramientos del ultra Gaetz y el antivacunas Robert Kennedy La presidencia de Donald Trump tiene el potencial de generar cambios profundos en Estados Unidos gracias a la mayoría que obtuvieron los republicanos en el Senado y en la Cámara de los Representantes. El control del Congreso será clave para que Trump pueda empezar a desplegar toda su agenda nada más llegar a la Casa Blanca y, además, contará con un Tribunal Supremo con mayoría conservadora que hará de árbitro. Tan solo la presidencia ya le entrega a Trump una gran capacidad de decisión en la política exterior estadounidense y en las relaciones con el resto de países, especialmente en el conflicto ucraniano y palestino. Igual que Trump instigó a sus congresistas a bloquear durante meses la ayuda para Ucrania, ahora como presidente tendrá poder a veto, lo cual le da la capacidad de obstruir aún más la aprobación de medidas. La administración norteamericana también estará expuesta a profundos cambios una vez que Trump tome posesión, sobre todo después de asegurar que realizará una purga del funcionariado. Con el control de los tres órganos, Trump tendrá mucha más facilidad para convertir en ley muchas de sus propuestas y también desmantelar buena parte de la legislación que los demócratas han llevado a cabo durante este mandato. Las grandes apuestas de Trump para esta legislatura son avanzar con la agenda conservadora y aplicar importantes recortes de impuestos, así como implementar la deportación masiva “más grande de la historia” del país. Cuando Trump llegó a la presidencia en 2017 también lo hizo con una trifecta durante los dos primeros años de mandato. Gracias a esta pudo aprobar una reforma fiscal que redujo los impuestos a las corporaciones del 35% al 21%, además de bajar algunos de los impuestos individuales. Buena parte de estos recortes expiran en diciembre de 2025 y una de las promesas más repetidas esta campaña por parte del magnate es que extenderá los recortes fiscales de 2017, algo que parece estar más que garantizado con la mayoría republicana en el legislativo. Un análisis del Institute on Taxation and Economic Policy, una organización no partidista, concluyó que extender los recortes fiscales hechos por Trump en 2017 beneficiaría de manera desproporcionada a los hogares con mayores ingresos. Para el 2026, el 20% de los estadounidenses con ingresos más altos ya habría recibido casi dos tercios del beneficio fiscal generado, en comparación con solo el 1% para el 20% con los ingresos más bajos. Temor a que el Congreso apruebe la prohibición del aborto Bajo el radar también está el temor a que el Congreso pueda aprobar una prohibición federal del aborto. Los constantes cambios de posicionamiento de Trump respecto al aborto dan muy poca credibilidad a su promesa de no suprimirlo. El republicano empezó la campaña sacando pecho de la derogación de la sentencia de Roe v. Wade, que protegía el derecho al aborto, gracias a los jueces conservadores que nombró en el Supremo. Detrás del presidente electo y el partido republicano hay un importante lobby conservador que sigue trabajando y presionando para anular por completo los derechos reproductivos de las mujeres. El pasado 5 de noviembre, siete estados aprobaron enmiendas constitucionales para proteger el derecho al aborto a raíz de la derogación de Roe. Aun así, si el Congreso dicta una prohibición a nivel federal, estas protecciones estatales caerían y dependería de hasta qué punto estuviera dispuesto cada estado a entrar en una batalla judicial con el gobierno federal. Dentro de la historia del derecho constitucional de Estados Unidos existe la posibilidad de que un estado pueda anular o invalidar una ley federal que considere inconstitucional en relación con la Constitución. Como la Constitución estadounidense no dice nada sobre el derecho al aborto, probablemente sería el Supremo que tendría que mediar en el caso. El mismo alto tribunal que derogó Roe. Una de las medidas que Trump ha prometido aplicar desde el primer día que pise la Casa Blanca es la deportación masiva de migrantes. El nombramiento de su “zar fronterizo”, Thomas D. Homan, para que gestione la frontera, ya es una señal de que el magnate se pondrá manos a la obra nada más ponerse al frente del ejecutivo. Homan fue uno de los artífices de la política que separaba a familias migrantes en la frontera del sur estadounidense. Más de 5.500 menores fueron separados de sus padres en la frontera con México bajo su política de “Tolerancia Cero”. Ahora bien, los zares fronterizos no sirven de nada sin una partida presupuestaria para movilizar todos los agentes y recursos necesarios para un gran plan como es la “mayor deportación de la historia” de Estados Unidos. Con el control del Congreso, Trump también podría conseguir destinar fondos a su proyecto de deportar millones de migrantes indocumentados. En una entrevista reciente en la NBC, Trump aseguró que su plan de perseguir los migrantes y expulsaros no tendría “límites en coste”: “No es una cuestión de coste. Realmente no tenemos opción”. “Cuando las personas han matado y asesinado, si los capos de la droga han destruido países, regresarán a esos países porque no se quedarán aquí”. La comunidad trans también sufrirá la agenda conservadora Otro de los colectivos que sufrirá la agenda conservadora de Trump será la comunidad trans, especialmente los jóvenes y menores de edad. Durante su campaña, Trump prometió imponer amplias restricciones y revertir las protecciones de derechos civiles para los estudiantes trans. Su administración puede empezar rápidamente con un cambio importante: excluir a los estudiantes trans de las protecciones del Título IX, que afectan las políticas escolares sobre el uso de pronombres, baños y vestuarios por parte de los estudiantes. Sin embargo, el republicano también se encontró con problemas para pasar determinadas normas durante los dos primeros años de mandato den su primera presidencia, en los que también contaba con el control del Congreso y Senado. Por ejemplo, su plan para derogar el Obamacare fracasó cuando un senador de su propio partido, John McCain, se negó a votar a favor. Tampoco fue capaz de aprobar un proyecto de ley de infraestructura, como había prometido. La mayoría ajustada que tienen los republicanos en las dos cámaras, 53 asientos de 100 en el Senado y 218 de 435 en la Cámara de los Representantes, puede volver a depararle sorpresas a Trump en esta legislatura. Sobre todo si se encuentra otra vez con congresistas díscolos. Los que pertenecen a estados bisagra y acostumbran a tener posiciones más moderadas a fin de contentar a votantes de diferentes espectros en su propio distrito, podrían ser los más susceptibles a no seguir la línea del magnate. En este escenario, la certificación de los nombramientos que ha hecho recientemente Trump para su nuevo gabinete, como el ultra Matt Gaetz para fiscal general, o el antivacunas Robert F. Kennedy, será un examen para comprobar hasta qué punto los republicanos serán leales al presidente y se plegarán a sus deseos. El nuevo líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, a pesar de ser un institucionalista, aseguró en la Fox que estaba comprometido a que Trump pudiera cumplir con sus promesas de campaña. “Si no cumplimos con las prioridades del presidente Trump, perderemos su apoyo [el de los votantes]”, dijo Thune: “Nos han confiado sus votos. Ahora tenemos que arremangarnos y ponernos a trabajar”. En la Cámara de los Representantes, dado que el actual speaker Mike Johnson ha sido capaz de conservar la mayoría republicana, muy posiblemente vuelva a reeditar su mandato como presidente de la cámara baja. Johnson se ha convertido en uno de los principales aliados de Trump y sin duda también colaborará para sacar su agenda adelante. El único precedente que podría poner en duda esta lealtad es cuando llevó a votación la ayuda militar para Ucrania que tanto había instigado Trump a bloquear. Un gesto que a Johnson le costó críticas por parte de la bancada republicana más radical.
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Carles Viñas, experto en extrema derecha: "Abandonar ahora X puede acentuar la difusión de discursos de odio"
El historiador y profesor de la UB considera necesario que la izquierda rebata la narrativa ultra en todos los espacios posibles, pero insiste en no dar más peso a un movimiento que, asegura, todavía es "residual"Qué es Bluesky, el Twitter anti-magnates que gana millones de usuarios tras la victoria de Trump La victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses, grupúsculos de extrema derecha ejerciendo labores de voluntariado en València y atacando a ONG como la Cruz Roja en redes... Estos días, gran parte del debate público tiene la mirada puesta en la extrema derecha. Y todavía más desde que miles de usuarios y medios como La Vanguardia o The Guardian han decidido abandonar X por considerarlo un lugar repleto de discursos de odio. El historiador experto en movimientos ultras Carles Viñas (Barcelona, 1972) reconoce que estamos ante un punto de inflexión e insiste en que es importante no blanquear a la extrema derecha y no abandonar ningún espacio en que se pueda plantar batalla. Pero el también profesor de la Universitat de Barcelona y autor del libro Rapados (Verso, 2024) insiste en algo que considera clave: tratar el fenómeno con proporcionalidad y no darle más protagonismo del que tiene. Después de la victoria de Trump en las elecciones estadounidenses y viendo cómo movimientos ultras tratan de capitalizar el desastre de València, ¿considera que la ultraderecha está en un momento de apogeo? Es un punto de inflexión. Pero todavía estamos lejos de lo que llegó a ser. Su gran momento histórico fue en el periodo de entreguerras, con el auge del totalitarismo en Europa y con partidos de extrema derecha gobernando o en coaliciones en diversos estados. Después, con la derrota del Eje, evidentemente, el fascismo entra en declive y va viviendo olas como la que vemos hoy en día. ¿Cree entonces que la alarma social que hay en torno al auge del fascismo en España no es proporcionada? Evidentemente, cualquier aumento de la extrema derecha nos debe preocupar, pero estamos lejos de lo que vivimos en los años 20 del siglo pasado. De hecho, el espantajo de “que viene la extrema derecha” puede ser perjudicial para el propio objetivo. Si lo vamos repitiendo tanto, dejamos de ser conscientes de quién viene, de si de verdad viene y de cuándo viene. Si la catástrofe de València hubiera pasado hace unos años, la extrema derecha no hubiera tenido músculo para articular nada Estos días hemos podido ver cómo la extrema derecha ha intentado capitalizar lo sucedido en València organizando convoyes de ayuda o repartos de alimentos. Este populismo lo hemos visto antes, en movimientos como Hogar Social Madrid. ¿La extrema derecha se siente cómoda en momentos de emergencia? No siempre ha tenido una vertiente social. Hasta hace relativamente poco, era un movimiento marginal y sin incidencia en los parlamentos. Seguramente, si la catástrofe de estos días hubiera pasado hace unos años, la extrema derecha no hubiera tenido músculo para articular nada. Cosa que ahora sí ha sabido hacer. La nueva extrema derecha se ha formulado a partir de intentar capitalizar las crisis económicas y sociales sucesivas, entendiendo que parte de su posible apoyo está justamente entre la gente que las sufre. Por eso, han desplegado una serie de actuaciones en ámbitos inéditos para ellos como, por ejemplo, la ocupación de edificios para garantizar una vivienda a personas autóctonas, como ha pasado en Italia. Algo que intentó replicar sin tanto éxito Hogar Social Madrid. Cuando partidos como Aliança Catalana o la organización Revuelta, vinculada a Vox, reparten alimentos, ¿se debe explicar que es una estrategia de blanqueo de la extrema derecha o eso les hace más fuertes? Esa es una gran pregunta que hace mucho que nos hacemos. Mi opinión es que siempre debemos intentar marginar e ignorar cualquier tipo de actuación de la extrema derecha porque lo que buscan es protagonismo, salir en los medios y presentar una cara amable. Se está dando un protagonismo excesivo a determinadas formaciones que son minúsculas, que no tienen un número de militancia relevante. El espacio que reciben no se corresponde a su dimensión Entonces, ¿no deberíamos explicar qué están haciendo? Soy historiador, no periodista, pero creo que si se informa, se debe hacer con conocimiento de causa. A veces veo reportajes o artículos de opinión que pecan de un excesivo desconocimiento del fenómeno que intentan abordar. Lo hacen con buena voluntad, pero la intención no es lo único que cuenta. Se está dando un protagonismo excesivo a determinadas formaciones que son minúsculas, que no tienen un número de militancia relevante. El espacio que reciben no se corresponde a su dimensión. No digo que no se deba explicar, pero hay que tener herramientas para saber ponerlo en contexto y, además, explicar todo lo que hay detrás de estos movimientos. Le pongo un ejemplo: una influencer se quejaba el otro día de las críticas recibidas por hacer de voluntaria con Revuelta. A los críticos los tacharon de insolidarios y la ultraderecha se acabó haciendo la víctima. Ese es el problema, que asociaciones que deberían estar totalmente marginadas se han blanqueado y legitimado. Y atacarlas sin explicar el contexto puede ser contraproducente, porque la extrema derecha es experta en aprovechar el victimismo. Otra cosa que vemos es que el clásico lema de izquierdas ‘sólo el pueblo salva al pueblo' se ha convertido en una consigna antipolítica de la extrema derecha. ¿Cómo hemos llegado aquí? Eso no es nuevo. El nacionalpopulismo siempre se ha intentado presentar como el garante de la soberanía popular. Es el pueblo ante la casta, los políticos corruptos, etc. Pero la extrema derecha española, con Vox al frente, no es tan populista como la del resto de Europa. De hecho, las encuestas del CIS muestran que una parte importante de sus votantes se encuentran entre las clases altas. Históricamente, no han transmitido la imagen de ser parte del pueblo. Los podemos vincular a clases más acomodadas, pero en València hemos podido ver cómo están reproduciendo un discurso populista que intenta ser transversal porque saben que las clases populares son su nicho más importante. El historiador Carles Viñas, durante la entrevista A quien le ha salido muy bien esa estrategia es a Donald Trump, que ha ganado las elecciones después de haber conquistado el voto latino, a pesar de que la población migrada está en el blanco de las críticas de quien será presidente de nuevo. Vende la idea clásica de la extrema derecha de estar fuera del sistema. Aunque él en sí mismo sea el sistema. Pero le funciona decir que el sistema ha dejado desamparadas a las clases populares y que solo él puede arreglarlo. Ese discurso se asentó durante la crisis, que dejó grandes bolsas de pobreza. La falta de un tejido social de asistencia en Estados Unidos dejó millones de personas desamparadas. Y Trump entendió que ese era su electorado. Hasta el punto de que se presenta como la persona que viene a arreglar el sistema corrupto [“Trump lo arreglará” ha sido su lema de campaña] con las soluciones mágicas que siempre saca el populismo. Migrantes, mujeres o personas racializadas están en el centro de los discursos de odio y, aun así, votan a la extrema derecha. Durante años se ha alterado la autopercepción de clase, ¿pasa lo mismo con la vulnerabilidad? Bueno, es que lo que se empieza a valorar más es la situación económica, y así se ha visto en las elecciones en Estados Unidos. Latinos for Trump, Blacks for Trump o Gays for Trump son un tipo de electorado penalizado por el discurso de Trump, pero que, en esta ocasión, ha dejado eso de lado y ha valorado las posibles soluciones económicas que podría suponer la llegada de Trump para su día a día. No se fijan tanto en el discurso grandilocuente, sino en las medidas económicas concretas. ¿Como en València, salvando las distancias? Exactamente. Es como si la izquierda ignorara las redes. Eso es un error porque si no entras tú, entrarán los otros. Y ellos ya saben cómo usar esta herramienta para alterar imaginarios colectivos que creíamos inamovibles En ambos escenarios, las redes sociales han sido claves para difundir la desinformación. Antes me decía que debemos marginar y no amplificar los discursos de la extrema derecha. ¿Deberíamos hacer lo mismo con los bulos? Es complicado, porque es como si la izquierda ignorara las redes. Eso es un error porque si no entras tú, entrarán los otros. Y ellos ya saben cómo usar esta herramienta con cierta capacidad de incidencia para alterar imaginarios colectivos que creíamos inamovibles años atrás. Pero cuando difundes una mentira mil veces, hay gente que acaba creyendo que es verdad. Pero yo creo que entrar a debatir con la extrema derecha en redes es un mal negocio porque les estás reconociendo como interlocutores válidos. ¿Entonces, dejamos que los bulos corran? No rebatirles no significa eso. Significa ocupar una parte de las redes para propagar tu narrativa, cosa que ahora no se está haciendo. La izquierda siempre tiene un discurso reactivo, a la contra. No es propositiva. Debería explicar las cosas que hace. El problema es que la gente que podría hacerlo, estos días está limpiando las calles de València. Es posible que ya sea tarde y que, tras las tareas de voluntariado de la extrema derecha en València, ya se haya blanqueado demasiado a la extrema derecha. Pero claro, a una persona que recibe ayuda de estos grupos no podemos decirle que la rechace. Aunque sí podemos ponerla en contexto. Eso sí: siempre sin sobredimensionar el fenómeno. Porque insisto: no es proporcional el número de voluntarios de la extrema derecha con el número de reportajes y minutos televisivos que se les ha dado. El jueves algunos medios como La Vanguardia o The Guardian anunciaron que dejaban X [antes Twitter] y así lo hicieron también miles de usuarios. Usted publicó en esa red social que “los que ahora se van son los mismos que en el asedio de Stalingrado habrían abandonado la ciudad en manos de las tropas alemanas”. Y cierra diciendo que “los espacios se defienden”. ¿Por qué cree que abandonar esta red social es un error? Todo aquel espacio que no se ocupa puede acabar monopolizado por la extrema derecha. Las redes sociales, de hecho, han sido uno de los principales escenarios donde ésta ha planteado la batalla cultural y desde donde ha difundido constantemente fake news que han contribuido de forma primordial al arraigo de un determinado imaginario en la ciudadanía. Por tanto, creo que abandonar espacios como X no ayuda a tratar de impedir la extensión de este conjunto de ideas, prejuicios y discursos de odio. Al contrario. Puede acentuar su difusión sin ningún tipo de contrapunto crítico.  Otra consecuencia de amplificar el mensaje de la extrema derecha es convertir en un problema algo que, en realidad, no lo es tanto. Es el caso de la seguridad o las ocupaciones. ¿Si son tan pocos, por qué pueden marcar tanto la agenda política? Esto pasa desde los 90, pero se ha acelerado últimamente. Han conseguido que algunos consensos sociales que estaban totalmente aceptados, ahora se están poniendo en duda. Eso es lo que se conoce como batalla cultural. ¿Cree que hay margen para librar esta batalla cuando partidos de centro también están comprando discursos ultras en materia de seguridad, por ejemplo? Cuando los grandes partidos compran el discurso, hay poco que hacer. Pero luego, venga a hacer cordones sanitarios, de los que estoy completamente en contra. Primero, porque nunca se hacen bien y segundo, porque permiten que la extrema derecha explote el victimismo. Lo que hay que hacer es aislarlos bien, pero sin aspavientos. No interpelarlos, no pactando con ellos, que no participen en ninguna comisión… Si los partidos no lo hacen, poco a poco acabarán legitimando la actuación y presencia de la extrema derecha en los parlamentos. Y la gente acabará con la sensación de que son como cualquier otra opción política y no generará problemas morales votarles. A los alumnos que me llegan a la universidad la dictadura les parece la prehistoria. Y muchos ni siquiera han estudiado este periodo en el instituto Según las encuestas, la población que más se está radicalizando hacia la derecha son los jóvenes, mientras que antes lo hacían hacia la izquierda. ¿Por qué? Una cosa que me llama mucho la atención es que a los alumnos que me llegan a la universidad la dictadura les parece la prehistoria. Y muchos ni siquiera han estudiado ese periodo en el instituto. Algunos lo han tocado por encima, pero no con la profundidad necesaria como para entender que ese pasado determina su presente. Y eso hace que, cuando ven por redes a alguien que desinforma o tiene un discurso positivo respecto a la dictadura, ya no lo vean con rechazo. Además, llevamos ya décadas de democracia y hemos normalizado que la izquierda sea partido de gobierno. Ya no es una opción transgresora, que es lo que quiere la gente joven. Pero aún queda margen a la izquierda del PSOE, de Podemos y de Sumar… Pero es que la percepción de la izquierda también ha cambiado. Si tienes a todos estos influencers y medios hablando del gobierno del PSOE como del régimen de Pol Pot o a Trump llamando a la convención de Chicago del partido demócrata ‘reunión del soviet supremo de Kamala Harris’, pues claro que hay quien se cree que son izquierda radical. Y lo que les queda es la ultraderecha. La que enseña parafernalia fascista en las manifestaciones en el centro de Madrid. Algo que hace unos años habría sido impensable. Y, además, aunque la policía no actuó como tendría que haber actuado, a la mínima represión tienes todos esos vídeos de personas victimizándose. Cosa que hace que su mensaje se amplifique todavía más. ¿Qué debería haber hecho la policía? Dar el mismo trato que a las manifestaciones de signo contrario, como mínimo. Ni más, ni menos.
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¿Por qué el precio del aceite de oliva baja menos en los supermercados que en origen?
La caída del virgen extra en origen supera el 20% en lo que va de año, mientras que en las tiendas ronda el 10%. Las organizaciones agrarias critican una bajada "especulativa" ante la mejores previsiones de cosecha para los próximos mesesLa dueña de La Española y Coosur prevé una bajada de precios del aceite de oliva en noviembre o diciembre El precio del aceite de oliva lleva meses marcando el paso a la cesta de la compra. Un producto básico que ha disparado su coste tras dos cosechas nefastas y que ya empieza a aflojar. Sin embargo, de momento, lo hace mucho más en origen, donde la caída en lo que va de año supera el 20% en la variedad virgen extra. En cambio, en el punto de venta, la rebaja es muy inferior, porque se queda en el entorno del 10% en las botellas de un litro y de la marca blanca de los supermercados, que suele ser la enseña más barata. La bajada de precios se está haciendo de rogar para los consumidores y la distribución señala que hay que ser pacientes, porque será progresiva. Mientras, los agricultores apuntan que la reducción no puede ser acelerada, porque puede derivar en que ellos no puedan cubrir los costes de producción. Los datos señalan que, en lo que va de año, el aceite de oliva virgen extra ha caído en origen más de un 20%. Comenzó la primera semana de 2024 a 884,4 euros por cada 100 kilogramos, según los datos del Informe semanal de coyuntura que publica el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El último dato, cuando solo queda mes y medio para acabar el año, se sitúa en 681 euros, según el mismo informe, que tiene en cuenta el coste del producto en el momento de salir de la almazara. Una evolución que se resume en el siguiente gráfico. !function(){"use strict";window.addEventListener("message",(function(a){if(void 0!==a.data["datawrapper-height"]){var e=document.querySelectorAll("iframe");for(var t in a.data["datawrapper-height"])for(var r=0;r
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¿Fe en la justicia?
Gobiernos y legisladores tendrían que darse cuenta que deben conseguir que los jueces se conviertan en auténticos científicos y que los juzgados dejen de ser burocráticas oficinas con una sala de audiencias fuera de épocaEl último 'Rincón de pensar' - Josep Ramoneda: “Elon Musk dispone de un poder que no había tenido ningún otro empresario en el capitalismo” El juez es un ser humano. Siendo así, ¿podemos depositar nuestra confianza en el acierto de sus decisiones? La pregunta es potente, puesto que de su respuesta depende el mantenimiento de uno de los tres pilares de nuestro sistema democrático. Sin embargo, esa respuesta no es evidente. Ni se puede afirmar con soberbia ceguera que sí, como pretenden particularmente algunos juzgadores, ni tampoco se puede contestar que no con contundencia, como suele decir cualquiera que pierde un proceso, cuando lo pierde, claro está. La única respuesta acertada es que depende, y hay buenos motivos para ello. Los jueces tienen que realizar habitualmente dos trabajos: descubrir la realidad de los hechos y llevar a cabo una correcta interpretación y aplicación de las leyes, cuidando que al realizar esa labor no se vulneren derechos fundamentales. Y uno de los que deben preservar especialmente es el derecho al juez independiente e imparcial. Lo infringen cada vez que sus emociones, tengan origen afectivo o ideológico –la ideología es otra forma de afección, en el fondo–, les influyen a la hora de juzgar. Puede pensarse que el uso de esas emociones es un factor humano clave para que se pueda hablar de “justicia”, pero sucede justamente lo contrario. Las emociones alteran la racionalidad de los juicios y, de ese modo, aunque los ciudadanos que compartan esas emociones considerarán que esas sentencias son correctas, en realidad son rematadamente erróneas. Sucede con cierta frecuencia, particularmente cuando un caso es mediático, pero no solamente. Al margen de ello, uno de los principales escollos de la labor judicial es la prueba, tanto su práctica como su valoración. Para averiguar la realidad, las leyes procesales no han diseñado a lo largo de los siglos un escenario parecido a un laboratorio en el que el juez, como científico, pudiera investigar los hechos. Al contrario, siguiendo una alarmantemente escasa evolución de ancestrales tradiciones, las leyes parten de la base de que la memoria de los testigos es –o puede ser– fotográfica, cuando en realidad tiene un rendimiento pobrísimo, como está más que demostrado científicamente. Además, esas mismas leyes suponen desde hace milenios que los jueces tienen el poder sobrenatural de saber quién miente en esas vistosas farsas pseudocientíficas que son los interrogatorios, que serían entretenidos si no provocaran la angustia de muchos interrogados y no fueran, a la postre, una miserable pérdida de tiempo. Pero claro, aunque las personas recuerden mal y los jueces no puedan saber quién miente, muchos piensan –erróneamente– que cómo vamos a acabar con el primer medio de prueba que existió históricamente desde hace milenios, aunque sólo sirva, no para averiguar la realidad, sino para que los abogados intenten crear, con sus preguntas, una imagen de un testigo o de un litigante que inspire la empatía del juez hacia las posiciones de ese abogado. Ante las profundas inseguridades que ofrece esa horrenda perspectiva, los jueces suelen refugiarse en las pruebas periciales y sobre todo en los documentos. Las primeras tienen el problema de que los jueces carecen de conocimientos técnicos para saber si un perito –médico, biólogo, ingeniero, etc.– ha hecho un buen trabajo en su dictamen, lo que les hace ir a ciegas demasiadas veces. En cambio, los documentos tienen la ventaja de que al menos pueden suministrar una frase en la que apoyarse en la sentencia, aunque esa frase pueda ser falsa, o bien no tenga el más mínimo sentido si se observan todos los datos del caso –los llamados indicios– y que son habitualmente dejados de lado ante la complejidad que encierra su valoración. Con todo ello, obviamente, es difícil que las conclusiones probatorias de los jueces sean correctas, salvo en casos excepcionales en que sí realizan esa labor de auténtico científico, considerando con detenimiento esos indicios. Insisto, a veces sucede, pero esa labor de seria investigación cuesta un enorme esfuerzo que no suele haber tiempo para realizar, colapsados como están los tribunales. Para cubrir todas esas carencias, los jueces emplean con gran frecuencia la retórica, igual que los abogados y los juristas en general, de hecho. Ante la falta de datos para reconstruir la realidad –o ante la ausencia de paciencia o tiempo para recabarlos–, en lugar de declarar sinceramente que esos hechos no existen al no haber podido ser probados –es lo que haría cualquier científico–, demasiados jueces, para simplificar –en exceso– la resolución del caso, se dejan llevar por un rápido prejuicio sobre lo realmente acaecido, prejuicio que está inspirado por circunstancias habitualmente sociológicas. Ese prejuicio les da una idea rápidamente formulada, sólo intuitiva, de cómo deben haber sucedido los hechos. Y con ese relato precipitado y prejuicioso, utilizan finalmente sus emociones para motivar la sentencia de acuerdo con ese prejuicio, tomando en consideración sólo algunos datos que resulten de la prueba de manera selectiva, a fin de asentar su idea inicial, dejando de lado todo lo que no sirve para fundamentar esa conclusión formulada al principio del proceso, con escasos datos. Y todo ello para desesperación de muchos abogados, que ven cómo la sentencia, en realidad, ni siquiera toma mínimamente en consideración todos sus argumentos. No ocurre siempre, pero sí, por desgracia, con demasiada frecuencia. Y lo mismo sucede a veces con la labor de interpretación de las leyes. En lugar de hacer un ejercicio científico que busque los distintos significados de una norma en los que pensó el legislador, visualizando diputados y senadores del Parlamento los hechos a los que se aplicaría la futura norma, jueces y abogados le dan la espalda a esa voluntad del legislador utilizando la retórica, apelando sobre todo, nuevamente, a las emociones, a fin de hacer que la ley diga, no lo que quiso decir el legislador, sino lo que jueces o abogados desean en aquel momento. Se trata de una trampa en la que se cae demasiadas veces. Al contrario, como antes se sugirió, las emociones sólo son un atávico mecanismo biológico de supervivencia, pero que posee una relevancia social extraordinariamente exagerada por la literatura sobre todo, aunque no solamente. Con independencia de ello, el problema es que las emociones conducen con frecuencia a decisiones erróneas, lo que no es de extrañar. Un mecanismo evolutivo que sólo sirve para detectar peligros inminentes de forma rápida, no puede servir para tomar decisiones que requieren una lenta reflexión, como es una decisión judicial. Sin embargo, es mucho más cómodo y sencillo –e incluso más popular– dejarse llevar por ellas, evitando esa reflexión detenida. Y por ello, toda esa retórica de los escritos de abogados y jueces, toda esa palabrería en el fondo, se basa en esas emociones a las que se apela desesperadamente. Y es una lástima, porque un buen juez agradece infinitamente que los abogados le den información objetiva, y los buenos abogados gustan de preparar los casos ofreciéndola, sin apasionamientos. Los discursos basados en la retórica evidentemente no son ese tipo de información, aunque los jueces utilicen también a veces ese mismo método, particularmente en decisiones polémicas que sólo buscan tergiversar la realidad de los hechos o lo que dicen las leyes. Todo eso ha ocurrido, por fortuna no con frecuencia. Pero sucede. A veces encubre una falta de laboriosidad, sobre todo en los procesos en que el análisis judicial ha sido superficial como consecuencia de la acumulación de asuntos. Algún día quizás, gobiernos y legisladores se darán cuenta de todo lo anterior, entendiendo finalmente que han de conseguir que los jueces se conviertan en auténticos científicos, haciendo que los juzgados dejen de ser burocráticas oficinas con una sala de audiencias fuera de época, que ya para poco o nada sirve, pese a su popularidad. La inteligencia artificial ayudará –el día que algún gobierno lo decida en serio y sepa cómo– a que se produzca una drástica reducción de asuntos pendientes. Quizás será entonces el momento en que se revisará, por fin, la formación de los jueces –hoy es muy defectuosa– y la mecánica de los procesos –que es medieval–, a fin de conseguir que esos juicios sean espacios de auténtica ciencia en los que se averigüe la realidad y se apliquen correctamente los mandatos del legislador, que son los mandatos de los ciudadanos en una democracia. Mientras tanto, seguiremos esperando a la vez que aparentamos que todo funciona correctamente, cuando hace tiempo todos sabemos en el fondo que la justicia, y en parte el Derecho en general, funciona de espaldas a la evolución científica en otros campos del saber, lo que es, pensado fríamente, dramático. Son nuestras propias vidas las que están implicadas en los procesos judiciales. * Jordi Nieva es autor, entre otros libros, de 'El origen de la Justicia' (Editorial Tirant Lo Blanc)
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"Se busca cuidadora": España se asoma al abismo de no encontrar trabajadoras
El sector de la dependencia se ha convertido en una olla a presión que debe responder a una demanda imparable –se necesitarán 200.000 nuevos empleos hasta 2040– con trabajadoras precarias, un gran peso del sector privado y usuarios ahogados económicamenteEl Gobierno penalizó en 2023 a seis comunidades que recortaron en dependencia “Las antiguas siempre observamos a los nuevos cuando llegan por primera vez a la residencia. Yo no sé qué les han contado, pero al poco muchos intentan acceder a una formación superior para salir rápido de aquí, de este círculo vicioso”. Quien habla se llama Rosa María Nuñez: 44 años, 1.300 euros mensuales, trabajo nocturno y la mitad de una vida trabajando en el mismo centro residencial de mayores de Zaragoza. Su permanencia en el sector es sorprendente para lo que tiene a su alrededor. Cada vez es más difícil encontrar profesionales que quieran quedarse en un trabajo físicamente duro, a turnos, con personas muy vulnerables y retribuido habitualmente con el salario mínimo (si acaso tienes jornada completa). El primer abismo, en el que ya están cayendo algunas entidades, es cubrir las bajas laborales y las vacaciones. En el diagnóstico coinciden tanto las trabajadoras como las empresas que gestionan estos servicios. Solo en eso. Las previsiones de envejecimiento de la población alertan de que las cosas no van a ir a mejor: la patronal de las residencias catalanas (Acra) ha calculado en un estudio reciente que se necesitarán cerca de 100.000 profesionales en la próxima década –en 2022 había 199.000– solo en estos centros donde viven normalmente las personas que ya han agotado todas las opciones para permanecer en su casa. ¿Cómo reclutar a esos profesionales si ya hay problemas en el presente?, se preguntan diferentes sindicatos, familias, expertas y entidades consultadas para este reportaje. Serán necesarios 212.000 puestos de trabajo más en 2040 para atender la demanda que existe, según el Imserso. La emergencia social es cada vez más acuciante. Solo una pequeña parte de las personas dentro del sistema de la dependencia español están institucionalizadas; las que no, también necesitan ser cuidadas y la cobertura pública “no llega a todos los días todas las horas suficientes”, explica Julia Montserrat, doctora en Economía y experta en el ámbito de la atención a la dependencia, que advierte que en España se ha fomentado el ensanchamiento del sistema por lo privado. “Siempre hay que complementar: o bien alguien de la familia deja de trabajar o si tienes dinero contratas a alguien por tu cuenta para que te cubra donde lo público no alcanza”, añade. Un 12% más de solicitudes en cinco años Esta realidad la confirman los informes oficiales del Imserso que evalúan cómo funciona el sistema: “El 80% de las personas con dependencia que residen en sus hogares particulares deben complementar los servicios y prestaciones públicos cuidados informales o servicios contratados de forma particular”. Hay 2,13 millones de personas que han solicitado una prestación para la dependencia en España, según los últimos datos. La cifra ha crecido un 12% en cinco años. Casi 200.000 de esas personas están en una lista de espera: aguardando una ayuda económica que les permita contratar a alguien, la llegada de un apoyo en casa durante unas horas o una plaza en la residencia (el grueso de ellas son privadas pero están concertadas con la administración). Las prestaciones, además de tener una “baja cuantía e intensidad protectora”, sufren tal cuello de botella que 111 solicitantes fallecieron al día en 2023 sin haber tenido acceso a ellas. El Defensor del Pueblo está investigando cuántos pacientes se ven obligados a alargar un ingreso en los hospitales porque no tienen dónde ir o quién los cuide. Es un gran boom que, ante la escasez de lo público, favorece que algunas empresas hagan el agosto. Se anuncia en televisión que te ayudan a contratar a una persona en horas Julia Montserrat — Doctora en Economía y experta en dependencia Una operación de espalda dejó con tantas secuelas a la madre de María José que desde que salió de aquel quirófano no puede levantarse sola de la cama ni ducharse. Primero, cuenta su hija, le asignaron 15 horas de ayuda a domicilio, pero aquello no era sostenible. Terminó contratando a una cuidadora 30 horas a la semana. “No podía pagar más que eso”, defiende esta trabajadora autónoma cuya madre tiene una pensión de 900 euros. La empleada, que “completaba otras diez horas en otra casa”, acabó marchándose a un trabajo mejor y para la familia empezó una búsqueda agotadora de una nueva interna. La prestación pública que actualmente tiene su madre, una ayuda económica que tardó un año en concederse, les llega para pagar el 60% de su cotización a la seguridad social (unos 300 euros de los 400). El resto de esa cotización y el salario completo salen de su bolsillo. Se dan, asegura Montserrat, varios elementos que generan la tormenta perfecta: mucha demanda de servicio, mucho sacrificio económico de las familias y personas en una situación precaria que necesitan un trabajo. “Es un gran boom que, ante la escasez de lo público, favorece que algunas empresas hagan el agosto. Se anuncia en televisión que te ayudan a contratar a una persona en horas”. Pero, ¿en qué condiciones? La asociación Territorio Doméstico, que agrupa a trabajadoras del hogar y los cuidados, lleva unos años advirtiendo una transformación en el mapa del sector. “Buscan a personas a la desesperada que necesitan este trabajo con condiciones que no están alineadas con el valor que nosotras exigimos, condiciones dignas”, sostiene la portavoz Rafaela Pimentel, que se han encontrado con trabajadoras que tratan de contactar con las oficinas de su empresa, pero no existen. No hay nadie al otro lado que les responda. “Aquí se nos complica saber porque no hay personas sindicadas, no estamos dentro. Es un nicho de precariedad de cuya evolución todavía sabemos poco”, apunta Cristina Antoñanzas, vicesecretaria general de UGT. La versión de las compañías, las que están al otro lado, es bien diferente. Las que trabajan para las administraciones públicas, las que tienen a los ayuntamientos y los gobiernos regionales como sus “principales clientes” –así los describen–, achacan las precarias condiciones laborales a los precios públicos por cada plaza o por cada servicio. Esto no es pulsar un botón y ya no vamos a tener problemas. Tenemos que convencer a la gente que se va a trabajar a los supermercados que se queden con nosotros Cinta Pascual, presidenta de la patronal catalana de residencias Acra La presidenta de Acra admite, en conversación con este medio, que las empresas tienen que “apostar más por sus profesionales” pero “si no incrementan precios, no se puede subir”. “Además, esto no es pulsar un botón y ya no vamos a tener problemas. Tenemos que convencer a la gente que se va a trabajar a los supermercados que se queden con nosotros”, apunta Cinta Pascual. La patronal de las residencias a nivel nacional AESTE –Asociación Estatal de Servicios Residenciales de la Tercera Edad– asegura, por su parte, que el déficit de profesionales tiene que ver con “la falta de reconocimiento social del sector” y repite argumento: la mejora de los salarios depende de una “mayor financiación” pública. Un estudio realizado por la fundación Trasform Europe, vinculada al partido de la Izquierda Europea, recuerda que el mercado de los cuidados en España está “dominado por empresas extranjeras” y sostiene que eso “crea problemas para los trabajadores y los residentes”. La tendencia, diagnostica la investigación, desde 2010 pasa por la entrada de inversores financieros que promueven un “modelo de negocio agresivo”. Buscan a personas a la desesperada que necesitan este trabajo con condiciones que no están alineadas con el valor que nosotras exigimos, condiciones dignas Rafaela Pimentel, portavoz de Territorio Doméstico La nueva estrategia de cuidados del Gobierno incluye como una de las prioridades “reforzar y mejorar la calidad del empleo en el ámbito de los cuidados para cuidar a quienes cuidan”. El último informe de evaluación del Sistema para la Autonomía y la Atención de la Dependencia (SAAD), de 2022, señala entre sus conclusiones que aumentar las retribuciones es una “exigencia inaplazable”. El salario bruto anual entre 2009 y 2020 se situó en 17.407 euros, con una importante brecha de género. “Somos los mejores fichajes para las empresas” Isabel Calvo ha trabajado en los últimos veinte años en el servicio de ayuda a domicilio. Su nómina la han pagado seis empresas diferentes, cada vez más grandes y menos especializadas: Nemo consulting, Domus Vi, Seralia, Valoriza, Sacyr y Serveo “por subrogaciones sucesivas” de las trabajadoras. “Somos los mejores fichajes de estas compañías y no los futbolistas. Es una mano de obra barata cuando hacemos un empleo público”, sostiene Calvo. “Y esto es una escalera hacia arriba, un filón enorme en un país de mayores”, añade. Según su experiencia, “hay un perfil mucho más claro de trabajadora del que las empresas se pueden aprovechar”. “En los casos que hay necesidad, una está dispuesta a trabajar de día, de tarde, de noche, cuando quieran”, prosigue. Isabel Calvo trabaja en el servicio de ayuda a domicilio. Una jornada laboral de Calvo se podría resumir así. Tres horas en la primera casa con una lista de tareas prefijadas: levantar de la cama, hacer la higiene, bajar a comprar, revisar las citas médicas. Muchos días, asegura, una se siente en una contrarreloj hasta ir a la siguiente casa. “Pensaba que tenía espalda para toda la vida, pero somos grúas humanas con ninguna ayuda técnica, depende de cada casa. Si no hay nadie más en el domicilio te las ves y te las deseas. A veces si no vamos dos estamos condenadas”, describe. Lo que pasa entre las cuatro paredes a veces es imprevisible. “En algunas casas se extralimitan en las peticiones: nos piden barrer todas las habitaciones o sacar al perro. Hay abusos y las empresas lo que quieren es un cliente satisfecho. ¿Que limpie la cocina? Pues se la tienes que limpiar”, advierte la trabajadora. Más o menos cada año todas cambian de casas para no acercarse demasiado a los usuarios. UGT admite que la prevención de riesgos laborales se complica en estos casos porque “es complicado saber qué pasa en cada domicilio”. “Mejorar el convenio colectivo de la ayuda a domicilio es una cuestión prioritaria”, concreta la vicesecretaria general Cristina Antoñanzas. No solo es coger peso, sostener cuerpos humanos, sino tener que hacerlo a la carrera. Es una situación que se replica en las residencias: “Hay muchas bajas. Vamos tan justas que si falta una ya sabes que no vas a llegar. Alcanzas un punto de estrés y ansiedad que te sube la tensión. Si eres ya hipertensa, en el comité de prevención y salud te lo apañan así, te dicen que es una cuestión tuya de tu cuerpo con la que ya venías, sin considerar los factores desencadenantes. Yo me cambié al turno de noche porque de mañana o de tarde no me daba tiempo a beber agua”, relata Rosa María Núñez con la perspectiva que da trabajar dos décadas en la misma residencia. Comisiones Obreras propuso hace unos días un pacto integral y estatal de cuidados para atacar el problema desde la “trasversalidad”. “Si España los cuidados estuvieran atendidos como debieran estar se podrían crear un millón de empleos”, explica Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo. El relevo generacional, atraer a los jóvenes al sector, es una de las mayores dificultades “porque las condiciones son tremendamente precarias”, según CCOO. La jornada de 36 horas en la empresa de Isabel Calvo se retribuye con un salario base de 948 euros. El sector se ha ido especializando. Desde 2022 es necesaria una mínima titulación para quien se dedica a los cuidados en el domicilio, pero cuando Calvo empezó, la entrevista consistió en responder si tenía hijos, si sabía recoger una casa y si le importaba trabajar con gente mayor. “Reivindico, con todo lo que tenemos encima, que este trabajo es muy cercano, es muy de piel y reivindico esos momentos en los que escuchamos a nuestros usuarios, nos cuentan, jugamos al cinquillo, les ponemos canciones que les recuerdan a sus tiempos mozos. Eso –zanja– también es el trabajo”.
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Ilan Pappé, historiador israelí: "La idea de ser colonizadores pero también socialistas o demócratas se cae por su propio peso”
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Cronología de las maniobras del PP gallego para que Feijóo eluda la comisión sobre los contratos de la Xunta
El Parlamento gallego arranca con vetos la investigación sobre la construcción de un hospital y los encargos a empresas relacionadas con familiares del expresidente que se adjudicaron, en su mayor parte, mientras él estaba al frente del Gobierno autonómicoEl pasado que persigue a Feijóo de su gestión en la Xunta: contratos con su entorno familiar y sobrecostes en un hospital Alberto Núñez Feijóo estuvo al frente de la Xunta durante 13 años. Y es en ese periodo de tiempo que se concentran los contratos públicos sobre los que va a investigar una comisión del Parlamento de Galicia. Pero los trabajos se van a tener que desarrollar sin que comparezca el ahora líder del PP español: su partido ha utilizado su mayoría absoluta para controlar el órgano creado en la Cámara autonómica e impedir que sea convocado para dar explicaciones. El bloqueo del PP ha sido la constante frente a los intentos de la oposición de examinar los contratos de urgencia durante la pandemia, las adjudicaciones a la empresa en la que la hermana de Feijóo, Micaela Núñez Feijóo, es directiva o la decisión de levantar el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo con un modelo privatizador que supuso un sobrecoste de 470 millones de euros. La razón para rechazar que Feijóo sea llamado a comparecer ahora, según el actual jefe del Gobierno gallego, Alfonso Rueda, es que las preguntas se le podían haber hecho en sus 13 años al frente de la Xunta -en ese periodo ya hubo propuestas para investigar y se pidió información, aunque no siempre hubo respuesta-. Considera que la idea de llamarlo es tratar de “hacer oposición a nivel nacional desde el Parlamento de Galicia y hacerle un favor a Sánchez”. Pero los obstáculos no empezaron con esta comisión. Los contratos de la Xunta planearon sobre el último pleno del Parlamento al que el líder del PP acudió como jefe del Gobierno gallego. En aquella sesión, celebrada el 27 de abril de 2022, la formación conservadora pasó el rodillo para tumbar una propuesta, presentada por el BNG, para hacer una auditoría externa de los contratos tramitados por la vía de urgencia a raíz de la pandemia. Dos años después, se repitió el rechazo. Y el pasado verano, la formación conservadora impidió también la comparecencia de Rueda por el sobrecoste del Álvaro Cunqueiro. Entonces se había publicado ya el informe del Consello de Contas sobre el modelo elegido por Feijóo para levantar el hospital. Habían trascendido también las comisiones cobradas por parte de la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, por intermediar en la compraventa de material sanitario en la pandemia. Y que la empresa gallega Mape Asesores, que vendió batas desechables a la Xunta, propició un cobro de 2 millones de euros. En ese contexto, el BNG registró para el actual curso político la propuesta de abrir una comisión de investigación en el Parlamento de Galicia sobre todos esos contratos y sumó también los encargos a Eulen, donde Micaela Núñez Feijóo es directora para el Noroeste. Finalmente, la Cámara gallega ha creado el órgano, aunque sometido a las preferencias del PP. Estas son las últimas maniobras de los conservadores para mantener el control y bloquear la comparecencia de su líder. 10 de septiembre: votos en contra del PP, anuncio del BNG Fue el primer asunto de la vuelta a la actividad en el Parlamento de Galicia. El pleno debatió la propuesta, registrada por el BNG, de crear la comisión de investigación. La iniciativa tuvo el apoyo del PSdeG y del único representante de Democracia Ourensana, pero el PP se opuso. Entre las razones dadas por su portavoz, Alberto Pazos Couñago, estaba la de que la intención de la oposición era “difundir fake news con la esperanza de tapar su fracaso electoral”.  El BNG anunció entonces que el Parlamento tendría esa comisión igualmente. Un punto del reglamento permite que un grupo parlamentario la abra unilateralmente si cumple el requisito de tener un tercio de los votos. En la Cámara gallega eso se traduce en 25 escaños, los que tiene la formación nacionalista. Este recurso, eso sí, se puede activar una única vez en cada legislatura. Tres días después de que el PP votase en contra en el pleno, Ana Pontón registró la petición. 4 de octubre: la presidencia, para el PP La comisión quedó formalmente constituida el 4 de octubre, pero el control sobre su desarrollo lo retuvo el PP. El grupo mayoritario en la Cámara se hizo con la presidencia, para la que nombró a Elena Candia. La vicepresidenta es Carmen Pomar, compañera de filas. El secretario, Luís Bará, sí es diputado del grupo que impulsó la creación del órgano. Tanto el BNG como el PSdeG aprovecharon ya aquella jornada para insistir en la necesidad de que Feijóo diese explicaciones en el Parlamento gallego y adelantaron que reclamarían también la presencia del actual presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. “No podemos dejar que los que estaban en la cúspide de la pirámide eludan su responsabilidad”, razonaba el líder de los socialistas, Xosé Ramón Gómez Besteiro. Rueda deslizó pocos días después que sí acudiría: “No tengo ningún inconveniente”. 15 de octubre: las normas de funcionamiento, las del PP El primer paso de la comisión de investigación fue dotarse de normas para su funcionamiento. La propuesta que salió adelante fue la del PP, entre quejas de la oposición. Tanto BNG como PSdeG reclamaban que los acuerdos se tuviesen que adoptar por una mayoría cualificada de dos tercios. Pero nada más arrancar la sesión, la presidenta, Elena Candia, aclaró que no ocurriría. Citó un informe de los servicios jurídicos del que no habían sido informados los grupos de la oposición para asegurar que la propuesta “se aparta del reglamento”. Es decir, con la mayoría simple, para la que bastan los votos del PP, sería suficiente para bloquear comparecencias o peticiones de documentación. En aquella sesión, los diputados de la formación conservadora admitieron solo dos sugerencias de la oposición: una corrección de lo que consideraron una errata sobre objeto de la comisión y un añadido del PSdeG para que la documentación se remita en el menor plazo de tiempo posible. 8 de noviembre: veto a la comparecencia de Feijóo El segundo paso para investigar consistía en concretar qué documentos y declaraciones son necesarios. La comisión se reunió la semana pasada en un ambiente tenso: el BNG había acusado previamente al PP de haber dado muestras de que iba a volver a pasar el rodillo. Con la reunión prevista para la tarde, los grupos intentaron un acercamiento por la mañana. Incluso hicieron un receso en la sesión, pero el resultado fue de nuevo que los populares sacaron adelante su propuesta sin cambios. En la lista no figura el nombre de Alberto Núñez Feijóo. Tampoco el de su hermana o el de la pareja de Ayuso. Sí aparecen todos los conselleiros de Sanidade desde 2005, es decir, desde el bipartito de PSdeG y BNG que precedió a los gobiernos de Feijóo. La documentación solicitada se remonta también a ese mismo año.
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Génova 13, la zona cero de la Gürtel: el Supremo recuerda que la 'caja B' era del PP y no de Luis Bárcenas
La última sentencia firme del caso pone la sombra de la corrupción sobre la sede central del Partido Popular y revive la trama con la que la formación se financió irregularmente durante años en algunos de sus grandes feudos de MadridEl Supremo confirma que el PP reformó su sede con dinero negro de su 'caja B' El número 13 de la calle Génova de Madrid tiene un alto valor simbólico en el caso Gürtel. Desde sus salas, Mariano Rajoy intentó convencer a España de que la trama no existía. Registrada de arriba a abajo por la Audiencia Nacional, fue puesta en venta por el PP de Pablo Casado y recuperada por el PP de Alberto Núñez Feijóo. Y fue reformada, según acaba de recordar el Tribunal Supremo, con dinero de la 'caja B' que el PP niega desde hace casi dos décadas. La Gürtel extendió sus tentáculos en algunos de los grandes feudos del Partido Popular pero con la sede central de Génova como principio, nudo y desenlace del caso. El PP se mudó a su actual sede central en 1983 tras unos primeros años entre la Gran Vía y la plaza de La Luna de Madrid. En sus balcones se celebraron las victorias electorales de José María Aznar y Mariano Rajoy. En sus pasillos y despachos, según la contabilidad paralela destapada por El País, los tesoreros Álvaro Lapuerta y Luis Bárcenas registraban las entradas y salidas de dinero al margen de lo que el partido remitía, año tras año, al Tribunal de Cuentas. Génova 13 fue el escenario elegido por Mariano Rajoy para salir al estrado acompañado de la plana mayor del PP en febrero de 2009. Allí negó la existencia de la trama Gürtel de la manera más categórica posible: “No es una trama del PP sino contra el Partido Popular”, dijo en un edificio que habían reformado pocos años antes de forma integral. Esa reforma, dice ahora el Supremo, se pagó con el dinero negro de una 'caja B' que había estado funcionando a pleno rendimiento hasta solo unos meses antes de la comparecencia con “M. Rajoy” entre los beneficiarios. La sentencia, conocida este viernes en plena comparecencia de Carlos Mazón sobre la DANA en el Palau de la Generalitat, lima los errores de la Audiencia Nacional y rebaja las condenas de Luis Bárcenas y los responsables de la empresa que dirigió la reforma, hasta el punto de abrir la puerta a que no tengan que entrar en prisión a cumplir condena. Pero confirma punto por punto todo lo que tiene que ver con el PP: su tesorero usó cientos de miles de euros de su 'caja B' para pagar la reforma a espaldas de Hacienda, contribuyendo a un fraude fiscal de otros cientos de miles de euros más. La paradoja del fortín del PP es que allí se forjó la relación simbiótica que, según describen los jueces, unió al partido con la trama Gürtel. Rajoy negó la existencia de la Gürtel en el mismo edificio donde, apenas cinco años antes, Esperanza Aguirre dice haber destapado la trama delante del propio Rajoy. Donde Luis Bárcenas mantuvo un despacho y más infraestructura años después del estallido del caso. “Pasaba más tiempo en Génova que en mi despacho”, dijo Francisco Correa, considerado el cerebro empresarial de la trama. El juez Pablo Ruz estuvo al frente del caso en los años clave de la investigación y fue quien envió a la Policía Nacional a Génova 13 hace más de una década a buscar los contratos de la empresa Unifica que esta semana se han traducido en la sentencia firme del caso. Los requerimientos con aspecto de registro, la familiaridad con la que los cabecillas hablaban de los despachos del edificio y las sentencias que daban veracidad a todo a golpe de condena llevaron a Pablo Casado a anunciar la venta del edificio. “Hay que dejar de preocuparnos por nuestro pasado”, dijo en febrero de 2021. Unos días antes la Audiencia Nacional había empezado a celebrar el juicio por la reforma de la sede y el objetivo de Casado era pagar deudas y, ya de paso, desvincularse del símbolo que unía al partido con una trama corrupta desmantelada más de diez años atrás. Un año después Casado era políticamente defenestrado de Génova 13 por apuntar a la presunta corrupción del hermano de Isabel Díaz Ayuso y Alberto Núñez Feijóo entraba en la séptima planta del edificio. La venta fue abortada y el partido se quedó en su cuartel general: “Los edificios no tienen la culpa de nada”, dijo unos meses antes de que la Audiencia Nacional certificara, en una decisión ahora confirmada por el Supremo, que efectivamente la culpa no era del edificio sino del tesorero y en última instancia del PP, que según los jueces no ejerció “un control adecuado” sobre Luis Bárcenas. Sentencias y juicios pendientes La sede central del PP ha sido el telón de fondo de décadas de corrupción que, en la práctica, consiguió que el partido se financiara al margen de la ley en algunos de sus grandes feudos de Madrid como Majadahonda, Pozuelo o la propia capital. Contratos y adjudicaciones públicas a cambio de dinero para actos o de comisiones para cargos públicos del partido. La trama Gürtel tiene todavía varias piezas separadas pendientes de juicio o sentencia firme, sin que la existencia judicialmente testada de su 'caja B' sea un debate desde hace años. La Audiencia Nacional mandó dos veces a los agentes a Génova 13 a requerir papeles y documentos. En febrero de 2016 la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil acudieron para obtener pruebas sobre una posible financiación irregular de la facción madrileña del PP en las campañas electorales que encumbraron a Esperanza Aguirre. Un caso derivado de la Púnica, no la Gürtel, ahora a las puertas de juicio con el foco puesto sobre Beltrán Gutiérrez, gerente del PP madrileño que también tenía su despacho en la calle Génova. La sentencia del Tribunal Supremo conocida esta semana no es la primera que confirma la existencia de una 'caja B' gestionada desde Génova 13 y está por ver si es la última que se apoya en su existencia para declarar probada la corrupción de la Gürtel. Tampoco es la primera que liga su existencia al partido y no en exclusiva al tesorero. “Una estructura contable paralela a la oficial”, dijo la Audiencia Nacional en la sentencia de 2018 que precipitó la salida de Mariano Rajoy de La Moncloa. No una trama contra el PP, como dijo Mariano Rajoy cuando no estaba obligado a decir verdad, sino del PP radicada en su cuartel general. Luis Bárcenas no robó al PP a manos llenas, como el partido intentó hacer creer a la opinión pública cuando las diligencias judiciales cogieron el camino de no retorno, sino que usó el dinero de la 'caja B' para reformar su sede central.
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Tramitadas de urgencia y aparcadas durante meses: el cajón de las leyes se atasca en el Congreso
Una quincena de iniciativas legislativas llevan semanas, incluso meses, a la espera de que avance su tramitación parlamentaria a pesar de que el Gobierno o los grupos pidieron que se tramitaran de urgencia para acortar los plazos Ley mordaza, secretos oficiales e injurias a la corona: las reformas que esperan en el Congreso al “plan de regeneración” Aunque la actividad parlamentaria ha tomado algo de ritmo en las últimas semanas, las dificultades que sufre el Gobierno para articular una mayoría estable son visibles. En estos meses, PSOE y Sumar han sufrido algunas derrotas significativas en el Congreso, pero además la coalición progresista está teniendo problemas para avanzar en un puñado de iniciativas legislativas que tramitó con carácter de urgencia y sin embargo siguen en plazo de enmiendas desde hace semanas, algunas incluso varios meses.  El listado de iniciativas en plazo de enmiendas que maneja el Congreso es elocuente. Hay 13 proyectos de ley que el Gobierno pidió tramitar por el procedimiento de urgencia y que siguen atascados desde que se inició su camino parlamentario. La Mesa aprueba cada semana la ampliación de los plazos de enmiendas para que las leyes no decaigan automáticamente. Y algunos de esos textos llevan inmóviles desde marzo.  El procedimiento de urgencia es una prerrogativa que habilita el reglamento del Congreso para que los plazos se acorten a la mitad de lo estipulado. Lo regulan los artículos 93 y 94 de ese texto: “Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 91 del presente Reglamento, los plazos tendrán una duración de la mitad de los establecidos con carácter ordinario”. La técnica es habitual. El Gobierno durante la legislatura pasada aprovechó este procedimiento en casi la mitad de las leyes que mandó a la Cámara Baja, aunque tampoco evitó que muchas de ellas quedaran en el limbo parlamentario durante años incluso, como la ley de start ups o la conocida como Ley Rhodes. En esta legislatura, el Gobierno está teniendo dificultades para sacar adelante sus proyectos de ley. De momento, ha conseguido la aprobación definitiva de cuatro textos. La ley de paridad, la de enseñanzas artísticas, otra para la creación de una autoridad independiente de investigación de accidentes y finalmente la ley de antecedentes penales que provocó un embrollo político en las últimas semanas. Hace unas semanas el PP planteó una cuestión de competencias ante el Constitucional al respecto.  Mientras tanto hay algunos proyectos de ley que esperan avances desde marzo. Por ejemplo, la Ley de Familias y el texto que regula los servicios de atención al cliente o la ley para crear una oficina de derechos de autor. Son, además, iniciativas que el Gobierno aprobó en la pasada legislatura pero decayeron con la disolución de las Cortes tras el adelanto electoral. Hasta hace poco figuraban en esta lista algunas también recuperadas del anterior periodo que han comenzado a debatirse en comisión, como la de movilidad sostenible. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el mes pasado, en una comparecencia ante la Cámara Baja, que aprobarían próximamente una nueva ley de familias. “Vamos a aprobar una nueva ley de familias que ampliará los derechos de las familias monoparentales, numerosas, con migrantes o con algún miembro con discapacidad”, dijo.  Se refería sin embargo al mismo texto que lleva en el Congreso desde el 18 de marzo. Desde entonces se han sucedido hasta 24 ampliaciones del plazo de enmiendas ante las quejas reiteradas de Sumar. El texto que salió del Consejo de Ministros a comienzos de año recuperaba la iniciativa que aprobó el Ministerio de Derechos Sociales de Ione Belarra durante la legislatura pasada y ya entonces se activó el mecanismo de urgencia. Más de año y medio después, con cambio de Gobierno mediante, el texto sigue esperando que se active su tramitación.  Esta ley explica algunas de las razones que llevan a la mayoría progresista de la mesa a retener en el cajón muchas iniciativas: la falta de consenso para que salgan adelante. A veces, las discrepancias se dan incluso en el seno del Gobierno a pesar de que la ley cuente con el visto bueno del Consejo de Ministros.  En este caso, Sumar aceptó que el texto saliese del Gobierno con algunos déficits que prometió solucionar en el trámite parlamentario. La idea que maneja el Ministerio de Pablo Bustinduy es enmendar su propio proyecto para incluir los permisos de nacimiento de 20 semanas y la retribución de al menos cuatro de las ocho semanas de los permisos por cuidado parental que ya están en vigor.  Esta negociación está vinculada a la de los Presupuestos Generales del Estado. Sumar ha incluido la mejora de estos permisos dentro de sus propuestas para las cuentas públicas para 2025 que el Gobierno trata de sacar en conversaciones a múltiples bandas, con Junts como el principal obstáculo. Es probable, así, que si se desbloquean las cuentas también lo haga finalmente esta ley. Aunque todo depende de que el PSOE se abra a incluir la remuneración de los permisos o los de Yolanda Díaz cedan en un punto que consideran irrenunciable.  Algo similar ocurre con la Ley de Movilidad Sostenible, que también decayó durante la legislatura pasada y que el Ministerio de Transportes, que ahora dirige Óscar Puente, recuperó a principios de año. El Congreso aceptó tramitarla el 4 de marzo y hasta hace poco permanecía en plazo de enmiendas. Durante el debate de totalidad, que el Gobierno consiguió salvar a duras penas, varios de los socios parlamentarios plantearon sus objeciones al texto tal y como está ahora, entre ellos Sumar, que criticó que el proyecto no incluya cuestiones como la obligación de alcanzar la neutralidad climática en el sector antes de 2050. La ley ya contó con el rechazo a buena parte de su contenido por parte de Unidas Podemos durante la legislatura pasada.  Y así ocurre con otras tantas, como la Ley de universalidad del Sistema Nacional de Salud, desde mediados de junio en plazo de enmiendas; la ley de responsabilidad civil en la circulación de vehículos a motor; la ley para establecer un impuesto especial a las multinacionales, que entró a finales de junio; o desde septiembre la ley para prohibir los desahucios a colectivos vulnerables, un decreto que el Gobierno se comprometió a tramitar como ley y que lleva parado desde septiembre; una ley sobre gases invernadero y otra sobre el Cine y la Cultura Audiovisual, que entraron el 10 de septiembre o la ley de función pública que entró a finales de ese mes.  Fuentes parlamentarias señalan en cualquier caso que esta situación no es nueva. Durante la legislatura pasada muchas leyes fueron tramitadas de urgencia pero quedaron durante meses e incluso años en un limbo hasta que decayeron o lograron desbloquearse. A diferencia del Senado, el reglamento del Congreso no tiene reglado un límite máximo en el plazo de enmiendas para las leyes que se tramitan de urgencia.  La técnica habitual es que muchos proyectos de ley se tramiten con este procedimiento como un mecanismo casi automático y que permanezcan en el letargo de las enmiendas hasta que haya un acuerdo político que permita activarlas en las comisiones pertinentes.  Es lo que ha ocurrido recientemente con la ley de la ELA, que ha dormido en el Congreso durante años y que finalmente se pudo aprobar este mes al llegar todos los grupos a un acuerdo para desbloquearla.
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¿Ha sonado el despertador climático tras la DANA? España, ante un punto de inflexión
En un país vulnerable a los impactos del calentamiento global, un episodio traumático puede suponer el impulso para tomar decisiones ante la nueva realidad climática, pero los discursos negacionistas y retardistas hacen dudar a muchos expertos de que vaya a suceder “Más nos vale que sea un punto de inflexión porque lo que sí estamos sobrepasando son los puntos de inflexión del planeta” –los umbrales críticos de los que no hay marcha atrás–. El diputado de Les Corts Valencianes Juan Bordera (Compromís) hablaba así solo unos días después de que una DANA devastadora se haya llevado 216 vidas en su comunidad. ¿Ha sonado el despertador climático en España? Que España es un país vulnerable a los impactos que ya provoca el cambio climático (como la multiplicación de la fuerza de las DANAS) es una realidad científicamente contrastada desde hace años. Sin embargo, el país no ha sido ajeno a los discursos negacionistas y la dilación a la hora de adoptar medidas, no solo para mitigar las causas del calentamiento global, sino las decisiones con las que prepararse ante la nueva realidad climática. “El cambio climático mata”, ha repetido este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la Cumbre del Clima de Bakú donde ha llevado el testimonio de la DANA mortífera para ilustrar “una realidad que ha pasado de los artículos académicos a nuestras televisiones y ventanas”. “Para la sociedad estas inundaciones sí suponen un punto de inflexión”, reflexiona el catedrático de Análisis Geográfico de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina. “Porque es un golpe duro a la conciencia y muchas personas se han dado cuenta de lo que puede ocurrir cuando se construye en zonas inundables o cuando no se da una aviso a la población”. Para la sociedad estas inundaciones sí suponen un punto de inflexión. Porque es un golpe duro a la conciencia y muchas personas se han dado cuenta de lo que puede ocurrir cuando se construye en zonas inundables o cuando no se da una aviso a la población Jorge Olcina — Catedrático de Análisis Geográfico de la Universidad de Alicante Sin embargo, también desde el ámbito de la ciencia, el experto en desertificación (uno de los impactos climáticos más acuciantes en la península) del Instituto Ramón Margalef, Jaime Martínez Valderrama, no lo tiene tan claro: “No sé si esto será un antes y un después porque [la tormenta] Filomena podría haberlo sido u otras inundaciones anteriores, aunque no tuvieran este número de muertos”. “Me sorprende que también se esté activando una defensa automática en otros sitios con la frase: 'esto aquí no puede pasar'”, confiesa este doctor en Ingeniería Agrónoma. “Creo que se sigue negando la mayor, es impresionante. Incluso hay quienes, al contrario, están utilizando esta DANA como punto de inflexión para negar el cambio climático diciendo que estos fenómenos siempre han ocurrido”. “Es verdad que en lugares donde se han dado eventos muy traumáticos como la DANA, suele darse un punto de inflexión en la percepción, como pasó en cierta medida con la pandemia cuando vimos que se disparaba la preocupación por temas de medio ambiente relacionados con la salud”, reflexiona la polítóloga Cristina Monge. Aunque pide un poco de tiempo para ver cómo evoluciona ese sentimiento o percepción social: “Hay que esperar a ver cómo evoluciona”. Hemos visto riadas menores que ya provocaban reclamaciones de acción climática, y si los gestores públicos quieren defender el interés general, la adaptación y las medidas para enfrentar los embates climáticos deberían estar en primera línea de la acción política Javier Andaluz — responsable de cambio climático en Ecologistas en Acción En España, al menos en el plano teórico, la mayoría de la población considera que el cambio climático es un problema relevante que debe abordarse con alta urgencia. Una encuesta del Esade y la Universidad Carlos III de junio de 2022 reflejaba que los españoles le atribuían una importancia de 8,3 puntos sobre 10. Otra cosa era aceptar las medidas necesarias para atajarlo. La mayor parte rechazaba dificultar el uso de gasolina, del gasoil o el consumo de carne, por ejemplo. “Hemos visto riadas menores –con menos impacto que esta última– que ya provocaban reclamaciones de acción climática”, cuenta el responsable de cambio climático en Ecologistas en Acción, Javier Andaluz. El ambientalista apostilla que “si los gestores públicos quieren defender el interés general, la adaptación y las medidas para enfrentar los embates climáticos deberían estar en primera línea de la acción política”. La diputada de Sumar en el Congreso de los Diputados, Júlia Boada, recuerda que “cada fenómeno extremo que impacta en la población de manera traumática, pensamos que es el evento definitivo para un despertar masivo respecto el cambio climático, pero temo que no será así. Estos días hemos hablado poco de políticas de adaptación y mitigación y mucho de bulos y antipolítica”. Facilitar la transición Cristina Monge analiza que, “si hay cambio en la percepción ciudadana, también habrá más comprensión social cuando se pongan en marcha algunas de la medidas de la transición ecológica que hay que hacer y que podían generar rechazo o reticencia”. También abunda en que ahora “hay una oportunidad de reconstruir bien las zonas afectadas por las riadas: incorporar los temas de inundabilidad a los planes generales de urbanismo o soluciones basadas en la naturaleza”. La politóloga considera que “el cambio en la percepción debe facilitar la transición”. Si hay cambio en la percepción ciudadana, también habrá más comprensión social cuando se pongan en marcha algunas de la medidas de la transición ecológica que hay que hacer y que podían generar rechazo o reticencia Cristina Monge — Politóloga En ese sentido, Olcina pondera que si llegara a diluirse el efecto de este episodio “tendría que quedar, al menos, la labor realizada, el poso de los equipos humanos que han intervenido y que se ponga en marcha la necesaria planificación para reconstruir primero y planificar más armónicamente después”. En el otro lado, Jaime Martínez Valderrama aclara que “aquí no han fallado los perfiles técnicos o científicos. Han funcionado bien. No sé si este episodio habrá removido conciencias en el plano político porque no sé si se seguirá haciendo un cálculo de votos en caso de aplicar medidas”. La diputada Júlia Boada afirma que, en realidad, el conocimiento ya está ahí, que no hay nada que descrubrir: “Los gestores que basan sus políticas climáticas en la ciencia ya saben que vamos tarde y que hace falta acelerar la ambición de estas políticas”. Ese retraso es evidente, en especial al acometer los planes de adaptación a los efectos climáticos. “Hasta ahora se han sucedido las malas praxis de adaptación, como permitir la edificiación en esas zonas vulnerables”, explica Javier Andaluz. “Tenemos dudas sobre la capacidad de las administraciones para comprender que no basta con actuaciones en los próximos meses tras el golpe de la DANA, sino que tienen que ser a largo plazo” . “El problema –añade Boada– son los gestores negacionistas y los que piensan que podemos continuar haciendo las cosas como siempre”. En este sentido, Juan Bordera considera que “el caso de Valencia debería servir para afrontar con valentía una situación que se nos ha ido de madre. Ya toca enfocarse más en la adaptación, y lo que queda claro es que hay que adaptar mucho la ordenación del territorio para gestionar este tipo de catástrofes que llegarán más (y peores)”.
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Sánchez impone al PSOE evitar el cálculo partidista en la crisis valenciana para legitimar la acción del Gobierno
Busca elevarse sobre el PP y Compromís mientras arrecian las críticas contra la líder del PSPV y ministra de Ciencia, Diana Morant, en el socialismo valenciano por no liderar la respuesta a la DANA y crece la figura de la delegada del Gobierno, Pilar BernabéAnálisis - Las mentiras y omisiones de Mazón en su comparecencia sobre la DANA Ni autocrítica ni empatía ni perdón. Carlos Mazón compareció en las Corts valencianas el viernes, cuando ya habían transcurrido 20 días de la tragedia provocada por la DANA en la que murieron más de 200 personas. Y lo hizo para descargar la culpa sobre “el sistema”. Sobre todo el sistema. Sin asumir la responsabilidad que le correspondía. Convirtió a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) en chivo expiatorio con mentiras, inexactitudes y manipulaciones al acusar a la entidad de someter a la Generalitat a un apagón informativo “de dos horas y media” que nunca existió.  Llámenlo bulo, mentira o desinformación porque la CHJ envió hasta 194 avisos relacionados con las riadas al Centro de Coordinación de Emergencias de la Comunitat Valenciana. Los correos, adelantados por este diario incluyen alertas sobre el aumento de las lluvias en Chiva, cabecera del barranco de El Poyo causante de buena parte de la catástrofe. Sesenta de esos mensajes fueron remitidos mientras Mazón comía y compartía sobremesa con una periodista en un restaurante para ofrecerle la dirección de la televisión autonómica. O eso ha dicho en la enésima versión sobre su desaparición durante las horas críticas. Ni la catástrofe era inevitable, como vino a sugerir Mazón, ni fallaron todos los protocolos, como demostraron la Universidad, varias empresas y algunos ayuntamientos, que sí hicieron caso de las alertas y evitaron así, con seguridad, que aumentase el número de muertos. El único que no estuvo en su sitio y que además desatendió las alertas fue el máximo responsable de la Generalitat. Quien más alto y más claro lo ha dicho estos días ha sido su antecesor al frente de la presidencia del Consell, el socialista Ximo Puig, para quien “los protocolos y el sistema no fallaron, falló la gestión”. Algo que de forma tajante no ha dicho aún el Gobierno de Sánchez, a pesar de que Mazón ha roto la estrategia con la que en los primeros días escenificó un ejercicio de buenrollismo con el Gobierno de España, que en ningún momento fue seguido ni por Feijóo ni por la dirección nacional del partido.  A Génova -que desde el primer día ha dado por amortizado a Mazón- y al president de la Generalitat ya solo les une el empeño de endosar la culpa a Teresa Ribera y la ruptura de todos los códigos institucionales y morales, tal y como demostraron esta semana en Bruselas al embarrar la designación de la vicepresidenta como comisaria europea aun a riesgo de romper los consensos establecidos en el Euro parlamento para la configuración del nuevo colegio de comisarios.  El president de la Generalitat, Carlos Mazón comparece ante Les Corts Hacía días que en las filas socialistas se escuchaban algunas voces que, aunque tibias, pedían mayor contundencia al Gobierno para defenderse de los ataques de la derecha, pero en La Moncloa no están por la labor de echar más lodo a la ciénaga en que el PP ha convertido esta crisis de barro y muerte. “Seguiremos con la contención de la crítica”, sentencia un ministro que cree que son los valencianos, y no el PSOE, los que parece que ya han sentenciado “que se acabó el tiempo de gracia de Mazón”.  Eso no significa que el viernes, tras escuchar al presidente valenciano en las Corts, se marcase un punto de inflexión en la estrategia socialista con la que distinguirse del PP y también de Compromís. En palabras de otro ministro que forma parte del equipo que coordina la reconstrucción de las zonas afectadas, “ni la hiperventilación de los de Feijóo ayuda en esta crisis, en la que hay que echar el resto para que la gente recupere sus vidas cuanto antes, ni tampoco la dimisión del presidente del Consell que reclama Baldoví”. Una renuncia de Mazón no cambiaría nada porque, para los de Pedro Sánchez, el PP seguiría en manos de Vox y del negacionismo del cambio climático, por lo que el Consell sería lo mismo y ante una emergencia volvería a actuar igual. Tampoco considera oportuna el Gobierno una convocatoria electoral en medio de las labores de reconstrucción y de ahí que por boca de la secretaria general del PSPV y ministra de Ciencia, Diana Morant, los socialistas hayan apuntado como solución transitoria lo que llaman “una respuesta responsable, que responda a la emergencia climática y que no esté liderada por un presidente negligente e incompetente”. La solución pasa por que el PP destituya a Mazón y nombre a un presidente de transición, que contaría con el apoyo de los socialistas a cambio de tres condiciones: que fuera designado con carácter temporal y tenga un perfil técnico, que haga de la recuperación y reconstrucción una tarea colaborativa en la que participen todos los grupos parlamentarios de las Corts, excepto Vox, y que se convoquen elecciones en 2025. Si en algo coinciden el PP de Feijóo y el Gobierno es en que Mazón está “incapacitado” para seguir. La diferencia es que los socialistas lo verbalizan y los populares lo explicitan solo entre bambalinas y sin micrófonos. “Queremos soluciones de verdad y no cálculos políticos”, subrayan desde el gabinete del Presidente del Gobierno, quien ha dado instrucciones precisas para que los suyos se ocupen solamente de los trabajos de reconstrucción y “no pierdan un segundo en responder a las provocaciones de la derecha más que con datos y hechos como los que se difunden desde la cuenta de X @infoDanaGob, donde se cuelgan a diario las medidas adoptadas por el Gobierno de España, tanto en materia de infraestructuras como de las ayudas públicas y la forma de acceder a las mismas.  La secretaria general del PSPV-PSOE, Diana Morant La propuesta de los socialistas de ofrecer a Feijóo una salida para apartar a Mazón significa, según el equipo de Sánchez, estar “a la altura de las circunstancias”, pese al coste político que saben que tendría entre su electorado entregar al PP los votos a cambio de nada. Ni de sillones ni de contrapartidas. Sánchez ha impuesto en el PSOE evitar el cálculo partidista ante esta crisis para legitimar la acción del Gobierno y no desviarse ni un milímetro de las labores de reconstrucción, la atención a las víctimas y el goteo de información de servicio público. No todo el mundo entiende la consigna y tampoco el papel que el PSPV y su secretaria general, Diana Morant, han desempeñado en las dos últimas semanas. A la también ministra de Ciencia y Universidades se le reprocha que haya estado ausente de la respuesta política y también de la zona cero de la catástrofe. Todo lo contrario a lo que ha hecho la delegada del Gobierno en Valencia, Pilar Bernabé, a quien se ha podido ver a diario sobre el terreno y al lado de los alcaldes de los pueblos más afectados. En su descargo, quienes critican a Morant creen que la ministra, que debería no haberse movido de Valencia desde el día de la catástrofe, sigue la pauta que le ha escrito La Moncloa y que, para algunos valencianos, “no es del todo acertada”.  Los dirigentes del PSPV son mucho más explícitos y contundentes contra Mazón de lo que marca el guion establecido desde Madrid. “En un indigente, un jeta que nunca se tomó en serio el cargo que ostenta” al que el viernes, “en lugar de entrar al trapo de sus mentiras y manipulaciones, no habría que haberle dejado salir del marco de una afirmación y una única pregunta: no avisaste a la población cuando correspondía y explica la verdad de dónde estabas”, sostiene indignado uno socialista valenciano.  Quien así habla coincide en el análisis con el ex presidente Puig, que en conversación con este diario, defiende que la falta de explicaciones y toda la comparecencia de Mazón en las Corts han sido de “una enorme falta de humanidad y coraje democrático” y que “ahora no puede pedir a los valencianos confianza ante la reconstrucción cuando carece por completo de autoridad moral para hablar con sindicatos, empresarios y sociedad civil y tejer el más mínimo consenso para la nueva etapa”. Quien, en palabras del ex presidente, “nunca se tomó en serio la emergencia, no puede además descargar las culpas sobre todos los demás y no asumir responsabilidad. No fue el Gobierno  ni la UME, ni la AEMET, ni la CHJ, solo él no estaba donde debía estar”.
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El aval del PP europeo a la ofensiva de Feijóo contra Ribera sume a la UE en una crisis política sin precedentes
El líder del Partido Popular Europeo, Manfred Weber, se alía con la delegación española en contra del criterio de Von der Leyen, que mantiene su apoyo a Teresa Ribera como vicepresidenta de Competencia. Los socialistas se revuelven contra la alianza que los conservadores están consolidando con la extrema derecha: "Cuando una cuerda se tensa demasiado, se rompe"Ribera se remite al código de conducta de la Comisión ante la presión del PPE: dimitiría si se lo pidiera Von der Leyen La UE se adentra en territorio desconocido si en los próximos días populares (PPE), socialistas (S&D) y liberales (Renew) no reconducen una situación que estalló por los aires la semana pasada y que amenaza la mayoría que sustenta la coalición europea abocando a una crisis sin precedentes en el caso de que la sangre llegue al río y la nueva Comisión Europea no logre el aprobado del Parlamento Europeo. El seguidismo del Partido Popular Europeo de Manfred Weber a la delegación de Alberto Núñez Feijóo en contra de la designación de Teresa Ribera como vicepresidenta de Competencia y Transición Justa y Limpia desmarcándose de la presidenta, Ursula Von der Leyen, de su propio partido, y el flirteo de los populares con la extrema derecha, con la pretensión de que socialistas y liberales apoyen como vicepresidente al candidato de Giorgia Meloni, Raffaele Fitto, son las razones que resumen el enfrentamiento. Todo saltó por los aires el martes, pero para entender lo ocurrido hay que remontarse a un día antes. La víspera de que los seis vicepresidentes designados por Von der Leyen se sometieran a los exámenes del Parlamento Europeo, Feijóo habló con Weber y logró que el líder de los populares europeos se alineara con su estrategia de desgastar a Ribera y, con ella, al Gobierno de Pedro Sánchez. Para el dirigente alemán no supuso un problema dado el tenso encontronazo que tuvo con el presidente español en la Eurocámara hace casi un año y tampoco el hecho de complicarle la vida a Ursula von der Leyen, que le quitó el puesto hace cinco años y con quien no tiene una buena relación. Para los socialistas, Weber lograba, además, un 3x1 porque se garantiza el apoyo del PP de Feijóo (que es el segundo más grande) en el congreso que el PPE celebrará a finales de abril o en mayo de 2025. Tras esa conversación, Weber acordó con sus homólogas socialista, Iratxe García, y liberal, Valérie Hayer, que las evaluaciones de los vicepresidentes se hicieran al mismo tiempo. Eso suponía, en la práctica, una marcha atrás en la posición del PPE, que había pactado con la extrema derecha dejar a la cúpula de la nueva Comisión Europea para el final y, en concreto, que Ribera fuera la última en pasar el examen para que su destino estuviera ligado al del italiano Fitto. La maniobra se entendió después, cuando el PPE dejó para la siguiente semana el conjunto de evaluaciones bajo el argumento de que Ribera tenía que dar antes explicaciones en el Congreso español por la gestión de la DANA. Una vez en el examen de la socialista española, en el que el PP de Feijóo llegó a sugerir que podría acabar imputada por la catástrofe, quedó clara la estrategia de desgaste. “Se acordó el aplazamiento de las evaluciones. Lo de dejarlo para la semana siguiente fue una decisión unilateral no informada ni a liberales ni a socialistas”, señalan en el grupo que lidera García, que consideran que ese día se produjo “un antes y un después” en la relación con los populares, con los que 'gobiernan' en la UE. La “desconfianza” en este momento es total, la negociación ha entrado en barbecho, aunque los contactos continúan, y el resultado de lo que ocurra a partir de ahora es incierto. La jugada del PP español es, en principio, cortoplacista. Lo que quería es que Ribera no saliera elegida ese martes. “Iba a ser ungida como vicepresidenta hoy, y no lo va a ser”, señalaban fuentes de Génova cuando la candidata de Sánchez aún se estaba sometiendo a un duro enfrentamiento parlamentario, que nada tuvo que ver con las audiencias del resto de comisarios. Y una vez logró el objetivo, que supone paralizar el proceso también para el resto de aspirantes al menos hasta la semana que viene, el PP español se fue de celebración. Las diferencias del PPE con Feijóo A partir de ahí, está la incógnita de hasta dónde está dispuesto a llegar Weber en su seguidismo a los populares españoles y, en consecuencia, en su pugna contra socialistas y liberales. Las brechas en la estrategia no tardaron en salir. Cuando la resaca parlamentaria aún duraba en Bruselas, Feijóo compareció para exigir un nuevo candidato al Gobierno de Sánchez. Para entonces, Ursula von der Leyen ya había manifestado que mantenía intacto su respaldo a Ribera. Tampoco Weber se sumó a esa reclamación sino que se abrió a apoyar a Ribera si previamente se comprometía a dimitir en caso de que sea procesada por la DANA. Ribera se remite al código de conducta de la Comisión Europea, que establece que sus miembros dimitirán si así se lo pide la presidenta. Y para los socialistas no hay condiciones previas que valgan a cambio del apoyo que consideran que los populares deben dar en base al acuerdo que permitió la reelección de Von der Leyen el pasado mes de julio. “Solo vamos a respetar ese acuerdo entre las tres familias y no entrar a ningún otro tipo de negociación”, advierten en las filas socialistas. El aviso, no obstante, tiene más que ver con el intento del PPE de obligar a socialistas y liberales a apoyar al candidato de Meloni como vicepresidente del nuevo gobierno comunitario, que supondría elevar a la cúpula europea a la extrema derecha por primera vez. Esa designación formó parte del acercamiento de Von der Leyen a la primera ministra ultraderechista italiana y sirve al PPE en su flirteo con las fuerzas ultras en la Eurocámara, con las que pueden lograr una mayoría alternativa que ya han empleado en varias ocasiones rompiendo el antiguo cordón sanitario. De hecho, en el paquete los populares incluyen al comisario húngaro, Olivér Várhelyi. “Cuando una cuerda se tensa demasiado, se rompe”, alertan en las filas socialistas, donde se sienten humillados por los acuerdos que en apenas cinco meses los populares han alcanzado con los ultras (el último esta misma semana para descafeinar una ley de la agenda verde). “El PPE tiene que decidir si quiere estar en la alianza proeuropea. Tienen dos mayorías posibles. No nos van a utilizar para que de vez en cuando blanqueen su cara y luego en el día a día estén en otra alianza”, señalan esas fuentes. Con esos mimbres, los escenarios son variados. Uno de ellos es que el PP de Manfred Weber se desmarque de su delegación española y permita el aprobado de Ribera desbloqueando la situación. A partir de ahí quedaría el fleco de Fitto, pero su candidatura puede salir adelante en cualquier caso porque en una segunda votación solo se requiere mayoría simple (y los populares la pueden alcanzar con las tres fuerzas de la extrema derecha). O todos o ninguno Si el bloqueo persiste y el Parlamento Europeo no da el visto bueno a Ribera, la pelota quedará sobre el tejado de Von der Leyen. La Eurocámara no tiene potestad para tumbar a un candidato individualmente porque su opinión en esa parte del proceso no es vinculante sino que formula una recomendación. En caso de que eso ocurra, la alemana podría pedir otro nombre a España –que es lo que ha pasado en multitud de ocasiones–. Pero Sánchez podría negarse a hacer otra propuesta dado que la designación de los comisarios corresponde a los estados miembros (y la atribución de funciones dentro del Colegio de Comisarios, a su presidenta). Con un nombre nuevo o con el de Ribera sin haber pasado el trámite previo, el Parlamento Europeo votaría al conjunto de Colegio de Comisarios. Y ahí tendría cada uno tendría que desvelar sus cartas. ¿Sería el PPE capaz de votar en contra de sus propios comisarios, que son la inmensa mayoría (catorce) y tumbar la Comisión Europea de su correligionaria Von der Leyen en una maniobra inédita en la UE? ¿Se rompería el PPE en esa votación? Las mismas preguntas tendrían que responder los socialistas respecto a Fitto. Si finalmente el italiano se mantiene como vicepresidente, ¿votarían a favor del gobierno comunitario? “No sé lo que va a pasar”, señalan fuentes del S&D sobre el complejo proceso que queda por delante. Por el momento, el procedimiento se ha dilatado, aunque si se resuelve la semana que viene quedaría margen para que el Colegio de Comisarios se vote el 27 de noviembre en Estrasburgo, como estaba inicialmente previsto, y esté listo para empezar a trabajar el 1 de diciembre. En caso de que el bloqueo permanezca, se podría dilatar y nadie pone fechas. Hay un precedente de retraso en el segundo mandato de José Manuel Durão Barroso, que comenzó en febrero y no en noviembre, como está estipulado. Comenzar “cuanto antes” es lo que siempre ha defendido Von der Leyen y la intención que han manifestado los gobiernos de la UE, sobre todo en ante un escenario internacional complejo, sobre todo por la victoria de Donald Trump para la que el club comunitario lleva tiempo preparándose.
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Parcialmente reconfortados
Feijóo defiende que a Mazón le “honra” dar explicaciones: “Va a hacer una buena comparecencia”
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Cuando el lodo desaparezca
La maquiavélica y desvergonzada maniobra de llevar a Europa la vendetta contra el Gobierno de España, arrojando sobre la mesa de la candidata a vicepresidenta de la UE las pérdidas de vidas humanas en Valencia, estoy segura de que está abochornando a las personas decentes, sean de la ideología que sean Han pasado dos semanas de la desgraciada DANA que cayó sobre Valencia y aún nos parece mentira, como falso resulta el relato del presidente valenciano que no quiso reconocer culpa alguna tratando de esconderse tras la tinta del calamar del recurso fácil señalando al mal funcionamiento del “sistema”. No, señor Mazón, no es así como va a superar y dar por zanjado este drama que, como mínimo, debe afectarle tanto como a sus representados. Ni los muertos, desaparecidos, vidas destrozadas ni los bienes perdidos o el sufrimiento causado por su frivolidad se redimen con comparecencias como la suya. Aún queda mucha tela por cortar y decisiones que tomar para que las élites políticas lleguen a la altura de su ciudadanía, que nos ha dado ejemplos admirables de cómo comportarse en situaciones de crisis. Su verborrea de casi tres horas no le llega ni a la punta de las botas de la gente damnificada.  Cuando Espartero y Maroto rubricaron el acuerdo que puso fin a la primera guerra carlista, su abrazo en la campa de Vergara quedó para la Historia como icono de reconciliación hispana –y no de rendición de una de las partes–, gracias a la acuarela que inmortalizó el momento y debemos al ilustrador Pablo Antonio de Béjar. El famoso cuadro del Abrazo de Vergara. Ya nos gustaría que similar gesto fraternal, protagonizado esta semana en el Palacio de la Marina por dos senadores valencianos del PP y el PSOE, representara también para el futuro la necesaria unidad en el dolor que tanto hemos visto reconforta a los damnificados por la DANA. Hombres y mujeres de toda edad, devastados por la violenta descarga de los cielos, se abrazaban en los primeros días a quienes acudían en su ayuda, ya sea como voluntarios, autoridades locales, militares, bomberos o policías. Mis colegas periodistas –los primeros en llegar– tienen mil y una historias que contar del sufrimiento compartido con aquellas gentes a las que reconfortaron y mostraron empatía con palabras o espontáneos gestos de consuelo. El senador socialista y alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo, pidió el miércoles ante el pleno de la Cámara alta “unidad para recuperar la dignidad y la confianza del pueblo” y propuso “cambiar la confrontación por la unión”.  En justa correspondencia a tan honestas demandas, el parlamentario del PP por Valencia, Gerardo Camps, sorprendió a la audiencia antes de tomar la palabra y desvió su camino hacia el atril para acudir primero al escaño de su adversario y fundirse con él en un emotivo y largo abrazo que arrancó los aplausos del hemiciclo con sus señorías en pie. Este momento de alta tensión emocional llamó la atención de quienes seguíamos la sesión. Particularmente, yo me sentí conmovida por los pucheros del senador socialista que contemplaba la escena junto a los dos protagonistas, sin poder evitar las lágrimas. Fue un instante que pudo haberse prolongado si el contagio prendiera en el resto de los escaños, como ocurrió en Vergara aquel 31 de agosto de 1839. Pero no fue así. El general carlista Maroto dejó constancia que el ademán de los jefes de filas se multiplicó entre las tropas tras el acuerdo de paz, y los soldados “…cual tributo de pazo olvidaron sus rencores y el abrazo de fraternidad sublimó tan heroica acción… tan español proceder”. Pero el tiempo no pasa en vano y las costumbres han cambiado ese proceder español al que aludía el oficial decimonónico. En esta ocasión, el desahogo personal resultó una estupenda ocasión perdida porque, desgraciadamente, el ejemplo no cundió en las filas de los dos grandes partidos, como ya se ha visto. Casi a la misma hora, la confrontación reinaba en el pleno del Congreso, donde comparecía el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, para dar cuenta de las consecuencias de la DANA. Mientras lo habitual es que las familias y las amistades se busquen en momentos de dolor, los cargos políticos y sus terminales mediáticas digitales prefieren fomentar el enfrentamiento, la división, los reproches y el rencor. Es lo que vemos a menudo y esta semana, ni siquiera la localización de los cuerpos de los dos niños arrastrados por la avalancha mortífera del agua coincidente con el debate parlamentario, enterneció los pétreos corazones de nuestros representantes. El PP pasó de pedir a Sánchez que arrebatara las competencias al gobierno autonómico valenciano de su mismo color político a defender la nefasta actuación de Mazón para atacar al inquilino de La Moncloa. Este giro copernicano que imprimió a su oposición Núñez Feijóo, en el peor tempus político posible, resulta un juego peligroso que terminará por costarle caro. La maquiavélica y desvergonzada maniobra de llevar a Europa la vendetta contra el Gobierno de España, arrojando sobre la mesa de la candidata a vicepresidenta de la UE las pérdidas de vidas humanas en Valencia, estoy segura de que está abochornando a las personas decentes, sean de la ideología que sean.  En el pleno del Congreso, mientras los senadores se abrazaban, la oposición atacaba a su presa y el Gobierno intentaba bajar el diapasón de la polémica, convencido de que la riña de gatos no beneficia a nadie en plena desgracia. De poco le sirvieron al ministro Torres las contorsiones dialécticas de político veterano, como expresidente autonómico que es, para evitar la confrontación, como pretendía, porque tampoco se avino a reconocer los errores del Ejecutivo central y recibió críticas -más o menos acertadas- por todos los flancos. Como suele ser habitual, el toque de sensatez en el discurso corrió a cargo del portavoz del PNV que nos dejó grandes joyas de la retórica y pensamiento para el diario de sesiones. Aitor Esteban (el del tractor) no pudo ser más claro al llamar a los partidos políticos a renunciar a la crítica y los reproches –para la que ya habrá tiempo– porque éste es el momento de ayudar, dijo. Y nos ofreció una receta tan simple como valiosa: “No hacer acusaciones mientras haya lodo en las calles”. Genial. Comparto su alarma y la de otros portavoces ante la venenosa y perversa desinformación de maledicentes y conspiranoicos, especialmente activos en tiempos de crisis convirtiéndose en un auténtico “poder digital”, como también se dijo en el Congreso. Como en la epidemia de la COVID, en esta mortífera DANA la acción de estos personajes desalmados ha hecho mucho daño, especialmente, a las personas más vulnerables y, sin embargo, quedan sin sanción penal, política o administrativa. Cuando el barro desaparezca de las calles, habrá que tomar cartas en el asunto. Es urgente esperar a ese momento. 
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¿Y si a la izquierda no hay quién la entienda?
Mientras la derecha se entregaba con euforia al mal hablar, la izquierda, en su mejor tradición oscurantista en lo que al discurso se refiere, se encerraba aún más en un lenguaje identitario y a veces casi sectario, solo para iniciados La victoria de Donald Trump ha sido también la constatación del triunfo de una tendencia que lleva muchos años entre nosotros, pero que ahora es mayoritaria y a veces insoportable: la absoluta desinhibición verbal en la conversación pública, especialmente en la extrema derecha y los movimientos populistas. Hace ya muchos años, en 2010, el escritor Javier Marías se quejaba de que España era el país más grosero de Occidente. Sin embargo, encontraba una ventaja en la zafiedad reinante: nos proporcionaba una información muy valiosa sobre las personas. Marías creía que nunca tomaríamos como ejemplo ni votaríamos a alguien que soltara salvajadas y usara un vocabulario brutal. Él ponía algunos ejemplos de ese año, como llamar “chochitos rosáceos” a las adolescentes o decir que los muertos del terremoto de Haití de 2010, en el que fallecieron 316.000 personas, eran la forma en “la que el mundo hace limpieza”. Su inmenso talento no le impidió equivocarse en esta predicción, aunque el mundo sería más habitable si hubiese acertado. Vemos ya que las barbaridades que ha dicho Trump en campaña y durante toda su vida no solo no han impedido que la gente le vote, sino que han jugado a su favor, y que los populismos de derecha y sus simpatizantes encuentran un gran placer en decirlo todo sin ninguna restricción formal ni moral. Marías sí acertó en que las personas que carecen de escrúpulos y límites a la hora de expresarse nos proporcionan una información muy valiosa sobre ellas. La ultraderecha iconoclasta, deslenguada y faltona contra mujeres, inmigrantes, ONG, extranjeros, contra la justicia social, la solidaridad, el estado o los adversarios políticos ha descubierto la fuerza que tiene la expresión del resentimiento, el odio y la revancha. Ha descubierto una noción de la libertad y la libertad de expresión, perversa pero eficaz, que conecta con muchos ciudadanos de cualquier clase, condición, raza o sexo. En 2018, en una de sus insufribles entrevistas en las que hace sudar tinta al periodista que se atreve a cuestionarlo, el escritor Bret Easton Ellis dijo que los progresistas de todo el mundo estaban exagerando con Trump, dando excesiva importancia a sus salidas de tono, que el americano medio consideraba anecdóticas y graciosas: “A las mujeres que conozco, muchas de las cuales votaron por Trump, el comentario sobre 'agarrarlas el coño' (grab them by the pussy) no les molestó, porque crecieron con la realidad de que tenían tres hermanos, o tenían dos hermanos, y esta conversación entre ellos o con amigos en los vestuarios era una realidad. El hecho de que Trump realmente lo hiciera o no, no iba a decidir su voto por él”. Easton Ellis aseguraba que la izquierda sufría una reacción histérica y puritana respecto a Trump y sus excesos verbales tras su primera victoria y esa reflexión puede explicar las razones del éxito del desparrame verbal populista al que estamos asistiendo, ya en todo su esplendor y vulgaridad. Mientras la derecha se entregaba con euforia al mal hablar (o en lenguaje del reality Gran Hermano, a tirarte las verdades a la cara) la izquierda, en su mejor tradición oscurantista en lo que al discurso se refiere, se encerraba aún más en un lenguaje identitario y a veces casi sectario, solo para iniciados y conocedores de oráculos franceses como Derrida, Bourdieu o Deleuze. Hace escasas semanas, Pere Aragonès, ya retirado de la política y sin nada que perder, advirtió de que la izquierda tiene que hablar para que la gente la entienda, sin hermetismos ni eufemismos, si quiere recuperar peso en la conversación pública. Cómo no acordarse en estos momentos del “núcleo irradiador” de Íñigo Errejón, la mejor muestra de que en la izquierda alternativa actual las palabras y las teorías han llegado a importar más que la realidad o, como diría el propio Errejón, cómo el personaje de izquierda ha devorado a la persona de izquierda. Mucha gente que milita en partidos políticos progresistas ha tenido que cambiar su forma de expresarse para ascender dentro del aparato, y hay una ortodoxia verbal propia de ERC, de Sumar o de Podemos que, en mayor o menor medida, condiciona el discurso y a veces lo hace ininteligible. Hablar de justicia social, igualdad y derechos exige hacerlo sin pedantería, expresiones trilladas o términos enigmáticos, con palabras, como diría Cervantes, “significantes, honestas y bien colocadas”. Entre el estercolero verbal que es un mal viernes en X, sin ningún freno a los impulsos más desagradables, y la cháchara hermética y deliberadamente confusa (solo para iniciados) hay un amplio espacio para la convivencia, el diálogo y los intercambios de opinión claros, honestos y educados. A la izquierda no le basta con que sus ideas e iniciativas sean buenas, que mejoren la vida y aseguren la libertad de la inmensa mayoría de los ciudadanos, hay que saber comunicar que lo son. Sobreponerse al griterío populista actual y hablar no a una minoría, sino para que te escuchen y entiendan la mayoría, es uno de los grandes retos de la izquierda.  
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Le troupeau
Por eso sigue siendo interesante la red de la incógnita, para despejar las que me produce un mundo que a veces no entiendo y una gente a la que no comprendo y con la que afortunadamente no toparía nunca en mi vida real. Es preciso no olvidar que esas personas existen. Es importante "Je ne fais pourtant de tort à personne En suivant les chemins qui ne mènent pas à Rome" George Brassens Todos saben que actualmente ese manifiesto de no levantarse al son de la música militar no puede ser leído en términos literales. No son militares los clarines que suenan en nuestro siglo. Crecí oyendo a Brassens, mi padre traía en plena dictadura sus discos ocultos en el forro de tela de la maleta, como traía los libros de Ruedo Ibérico. Crecí oyéndolo y entendiendo lo que decía, cosas de hablar un idioma que ya no le importa a casi nadie. Su tema “La mala reputación” fue prohibido en la radio francesa a su salida en 1952 y en nuestro país no se pudo escuchar en castellano hasta que Paco Ibáñez lo interpretó ya muerto Franco y aprobada la Constitución.  Y sin embargo su mensaje libertario sigue estando muy vivo. Seguir el toque de silbato, el sonido del clarín, el toque a rebato no va conmigo. Incluso tengo un amigo que me llama la hegeliana, por mi inveterada costumbre de plantear las tesis y las antítesis antes de formular una opinión propia. Sigue siendo perfectamente posible hacerlo, gane Trump, gobierne Sánchez, gane Feijóo o asome el morro Le Pen y se inflame Mélenchon. Es una actitud personal, una forma de estar en el mundo que pretenden que perdamos. Lo que antes era normal está deviniendo una suerte de heroicidad. Le troupeau. El rebaño avanza y parece proteger, la oveja que se despista o que se para a pensar un momento se queda rezagada y es señalada hasta por los mancos. Razón que llevaba George. Uno es libre de pensar lo que quiera -no me creo estar escribiendo esto a estas alturas- y también de expresarlo. Puedo soportarlo. Mis ideales no van a flaquear por leer o escuchar lo contrario y tampoco por oír berrear a miles de cenutrios. Ladran, pues eso. Si defiendo una cosa u otra, elijo hacerlo con mis propios argumentos y no con argumentarios que, por cierto, suelen ser pobres intelectualmente y fabricados al uso de oyentes o lectores poco exigentes, esos que uno puede prescindir de tener. Así que puedo argumentar perfectamente la inutilidad radical de un gobernante sin recurrir a un mantra sobre la forma de gestionar catástrofes históricamente por su partido que, oye, le pudo quedar original a los primeros que lo muñeron pero que me resulta insufrible cuando es repetida como una cantinela por comunicadores, tuiteros y asimilados. Por otra parte puede ser fácilmente desmontada tan brillante idea enumerando los fallos de los contrarios. Hegel y su estado como conclusión de un proceso dialéctico y por eso ni el estado somos todos ni el pueblo lo suple. Pensar es un ejercicio sano. Buscar nuevas perspectivas sobre la cuestión, apasionante; incluso disentir de la opinión mayoritaria produce una satisfacción íntima que recomiendo. El clarín, el clarín, ¡qué incómodo, lo toque el corneta o el jefe de filas!  ¿Y por qué hay que irse ahora justo a no sé qué red social? Y, sobre todo, ¿por qué hay que decirlo en público para no desoír el clarín? El rebaño. Las redes sociales han propiciado, sin duda, el deterioro democrático de una manera que no fuimos capaces de predecir al malear y viciar, con trampas, el medioambiente de opinión pública formada e informada que es imprescindible en una democracia. Lo ha hecho no la tecnología por sí sola sino el componente humano al que han visibilizado. Migren donde migren no van a cambiar a las gentes con las que compartimos país o civilización. Están ahí. Cierto que escribí hace tiempo que los organismos públicos y las instituciones deberían reflexionar sobre permanecer, financiar y dotar de contenido y legitimidad a una red privada cuyos algoritmos internos desconocen y que cobra y se lucra por mantenerlos. Lo dije y me reafirmo. Me negué a pagarle al tal Musk ni un céntimo y no lo haré. Desaparecen los seguidores y no me preocupa, a ver si los arrancan todos. Pero ¿dejar la red abominable justo estos días y proclamar públicamente y en auto de fe que la dejo? Eso es otro paso a toque de corneta, prefiero quedarme tranquilamente mientras pasa el cortejo. No es por nada, hace muchos meses que tengo cuenta en el otro sitio azul y también en otros tantos que existen -más que nada para que no me usurparan el nombre- pero ni las uso ni tengo interés en volver a reproducir una aventura que fue bonita mientras duró pero que jamás volverá a ser igual en ninguna parte.  Casi que me impongo continuar en la red de la incógnita como una penitencia. Tengo la fortuna, como muchos de ustedes, de haberme desarrollado en un entorno civilizado y educado, en el que hasta la mala gente guardaba las formas. Eso que se llamó educación, para protegernos de nuestros propios malos instintos. Tengo la fortuna de tratar cada día con compañeros de profesión, artistas, escritores, médicos, juristas, con la cabeza bien amueblada, tengan la tendencia política que tengan, con los que da gusto compartir un debate, una comida, y hasta una encendida discusión ilustrada. A cierta edad uno es consciente de que el lujo es eso y no una maleta con anagramas.  Por eso sigue siendo interesante la red de la incógnita, para despejar las que me produce un mundo que a veces no entiendo y una gente a la que no comprendo y con la que afortunadamente no toparía nunca en mi vida real. Es preciso no olvidar que esas personas existen. Es importante. Gente incapaz de reflexionar más allá del eslogan, gente comida por la envidia, gente con resentimientos que no curaría ni el mejor psiquiatra, pobres gentes que se creen alguien zahiriendo, gentes que exhiben sus vergüenzas como si fueran tesoros, ignorantes que se creen sabios, combatientes verbales que no reconocen la lógica de un argumento aunque les paguen, gente absurda, gente que da pena, desnortados, embaucadores, buscafortunas y buscavidas, abogados de secano, jueces de la horca, paganos por un poco de casito que la vida no les ha dado. Todos ellos existen y existirán y aunque hayas logrado apartarlos de tu camino es bueno recordar que siguen ahí, que conviven contigo en un país y también en esa abominable red social, pero que siguen lejos y no pueden rozarte.  No, no me busquen al son de ningún clarín. Siempre sigo los caminos que no llevan a Roma. Va contra mi propia naturaleza. Si cuando aventen mis cenizas quieren decirle al viento un epitafio, no lo duden: librepensadora. 
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El extraño caso del doctor Óscar y el señor Puente
Resulta interesante, por insólita, la habilidad con que el ministro Óscar Puente ha sabido interpretar las necesidades del momento. Parece claro que tras un desastre como el de Valencia (causante de un tsunami político y social cuyo larguísimo alcance aún no vislumbramos) se agradecen las obras mucho más que las palabras Llevo cada día a mi perra a un parquecito para que juegue con otros perros. Es fácil imaginar el tipo de conversación que se mantiene en un lugar como ese: banalidades, cosas de animales, a veces algo de política. Ya son dos los vecinos que me han hablado sobre los vídeos que difunde el Ministerio de Transportes. En al menos un caso, sin saber siquiera el nombre del ministro. Son simples vídeos de obras, hasta donde yo sé con alguna trampa, trufados de detalles técnicos. Son vídeos en los que se ve trabajar, en los que se reconstruyen destrozos de la dana y se transmite optimismo. Hay algo balsámico en ellos. Resulta interesante, por insólita, la habilidad con que el ministro Óscar Puente ha sabido interpretar las necesidades del momento. Su situación es cómoda: ninguna responsabilidad en la prevención y en las horas del desastre, muchos medios a disposición, mucho trabajo por hacer. Pero hablamos de Óscar Puente, hombre de confianza de Pedro Sánchez, a cargo de algo tan problemático como la red ferroviaria (el mal funcionamiento de los trenes de cercanías es otro tema recurrente en el parquecito) y, hasta ahora, con una bien ganada fama de personaje bronco y polarizador. Fue él, por ejemplo, quien desató una crisis diplomática con Argentina al referirse a las “sustancias” que, supuestamente, ingería el presidente Javier Milei. Y nunca, hasta ahora, rehuyó un rifirrafe verbal en el Congreso o en las redes. Parece claro que tras un desastre como el de Valencia (causante de un tsunami político y social cuyo larguísimo alcance aún no vislumbramos) se agradecen las obras mucho más que las palabras. Parece claro también que cuando un político como Carlos Mazón, y por extensión el Partido Popular que le ampara, cometen tantos errores con tanto descaro, el descrédito tiende a extenderse al conjunto del sistema. Nadie queda libre de mancha, salvo quien sabe cabalgar la ola. Y ahí está Óscar Puente, que, como en el relato de Stevenson sobre Jekyll y Hyde, era el señor Puente, ese tipo áspero, y se ha transformado en el doctor Óscar. Se agradecen los hechos, no las palabras. Y en ese sentido también ha sido hábil la ultraderecha. Vox y sus apéndices no sólo han sido activos y eficaces en las redes (tampoco tiene gran dificultad manipular las emociones y emitir bulos en una situación gravísima como la valenciana) sino que han hecho acto de presencia: han estado allí, abroncando junto a los vecinos exasperados al rey, a Sánchez y a Mazón, han empuñado palas, y han difundido por todos los medios que estaban allí. Ignoro si los grandes partidos tienen todavía una militancia real. Es decir, si sus afiliados sirven aún para algo más que aspirar a un cargo. Pero este era el momento de desplegar militantes, arrimar el hombro y, a ser posible con un mínimo de elegancia, hacerlo saber. Era, es, el momento de la humildad y del trabajo. 
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Comprobar el resultado del sorteo de La Primitiva de hoy sábado, 16 de noviembre de 2024
Los resultados de la Primitiva celebrada hoy sábado, 16 de noviembre de 2024 son los siguientes: la combinación ganadora es para los números 01,07,20,29,39,40, el número complementario es el 17 y el reintegro el 1 . El premio del sorteo del Joker es para el número 01,07,20,29,39,40, el número complementario es el 17 y el reintegro el 1 , ganador de 1 millón de euros. Para participar, hay que marcar la casilla correspondiente al sorteo del Joker. Su precio es de 1 € por número. El mayor premio de la Primitiva es para los acertantes de los 6 números de la combinación ganadora más el reintegro, y el premio más bajo es para los acertantes del reintegro. El montante que se destina a los premios en este sorteo es el 55% de la recaudación. En el Joker, el premio más pequeño es para los números en los que coincida el primer o último número con el número ganador. El máximo premio es de 1.000.000 de euros, para los boletos que coincidan con las 7 cifras del número ganador. Para jugar a la Primitiva hay que elegir 6 números de una tabla de 49, que van desde el 1 hasta el 49. Para la elección de los números, se puede hacer manualmente, es decir, seleccionando tú los números, o automáticamente, la máquina elige los números de manera aleatoria. El sorteo tiene lugar los jueves y sábados a las 21.40 en el Salón de Sorteos de Loterías y Apuestas del Estado. Consulta los resultados de todas las loterías en ABC.es para comprobar si te ha tocado algún premio de los siguientes sorteos: ONCE, Bonoloto, Primitiva, Euromillones y Lotería Nacional. Nota: ABC.es no se hace responsable de errores u omisiones que pudieran existir. La única lista oficial válida es la que proporciona la sociedad estatal Loterías y Apuestas del Estado.
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Un total de 93 acertantes de la Bonoloto ganan más de 2.100 euros y el bote sube a 1,1 millones
Al no haber acertantes de primera categoría, se ha incrementado el bote para sorteo de este domingo.
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El Barça también marca distancias con el Real Madrid en la Liga F
   El FC Barcelona Femení ha batido este sábado por un tajante 0-4 en su visita al Real Madrid con dos goles de Patricia Guijarro, otro de Claudia Pina y uno más de Alexia Putellas, en un partido correspondiente a la jornada 10 en la Liga F y cuyo resultado ha servido a las culés para distanciarse de otro adversario directo por el título.
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Tu horóscopo diario: domingo 17 de noviembre de 2024
Consultar el horóscopo de ayer, hoy y mañana en 20minutos.es
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Paseo militar del Barça en el clásico
Las de Pere Romeu arrollan al Real Madrid en el Di Stéfano y dan un golpe de mano en la Liga F
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