Los usuarios del tren en defensa de Toledo Central y la Línea del Patrimonio de la Humanidad
El 26 de diciembre de 2024 el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible presentó el nuevo Estudio Informativo («EI») que solventa las alegaciones presentadas hace 4 años al «EI» original, para los tramos I (Toledo) y II (Torrijos). Los nuevos trazados presentados tienen en cuenta dichas alegaciones en las definiciones de estos recorridos. El nuevo paso por Toledo capital presenta las propuestas de Toledo Central (mantener la estación de Santa Bárbara, haciéndola pasante y salvando el río Tajo mediante un nuevo puente hacia el Salto del Caballo) y Toledo Exterior, creando una nueva estación principal en el Polígono Industrial (que no residencial) y condenando la estación de Santa Bárbara a su futuro cierre. Durante estas dos semanas hemos escuchado y leído declaraciones de todo tipo contra Toledo Central, algunas sorprendentes como la definición de «scalextric» y «montaña rusa», y otras sin ningún tipo desconocimiento ferroviario, pero todas con un patrón común: son declaraciones que solamente pretenden hacer daño, en muchas ocasiones son mentira, y todas ellas son realizadas por personas que nunca utilizan el tren; algunas de esas personas, incluso, se jactan de ello dado que no salen de la ciudad porque no tienen visión más allá de la misma. Por tanto, no conocen ni la realidad ni las necesidades de los viajeros que sí usan el tren a diario . Todas las personas, a nivel privado, público, asociaciones, etc., tienen derecho a opinar, pero lo que estamos viviendo son críticas destructivas contra una línea y una infraestructura que no es un fin en sí mismo, sino que son necesarias para prestar un servicio . ¿Alguien, a nivel público o particular, está pensando en los viajeros? Somos los usuarios del tren los que tendremos que lidiar y sufrir las consecuencias de los desvaríos de aquellas personas que hablan con tanta ligereza y desconocimiento, y cuyas opiniones durante cuatro años políticos tendrán consecuencias para toda la vida. Parece evidente que en las raíces del toledano está el aislamiento, dado que lo que por motivos económicos no se consiguió hace 170 años (que el tren de Extremadura pasase por Toledo) parece que se están empeñando en conseguirlo manipulando y mintiendo a la sociedad. Si tanto dicen defender Toledo quizá debieran defenderla de sí mismos y del daño que están haciendo. Al igual que desde algunos sectores de Talavera de la Reina consideran «humillante» ir a Madrid pasando por Toledo (sin explicar por qué), quizá los que defienden la construcción de la segunda estación en el polígono industrial deberían explicar de una vez por todas por qué es la mejor opción. Y ver cómo se conjuga con el uso residual que tendrá una estación en el polígono que no servirá para lo que debe servir: prestar servicio ferroviario de calidad y vertebrar poblaciones (un tren Talavera de la Reina - Polígono industrial es simplemente inútil). Mantener la estación de Santa Bárbara como única estación central y continuar el trazado hacia Torrijos y Talavera de la Reina por el Salto del Caballo cruzando el río Tajo es la única solución viable para una ciudad partida en barrios y cuyo motor turístico emana precisamente de la estación de tren y su entorno. Ese turismo que tanto rechazan algunos y ahora pretenden defender mediante declaraciones arriesgadas y negacionistas los defensores de la sociedad, patrimonio y cultura de la ciudad de Toledo, qué más bien desearían un Toledo medieval aislado del mundo para disfrute de unos pocos. Alegan el cono visual como el mejor escudo contra el progreso de la ciudad aquellos que no usan el tren. Ahora bien, si queremos dejar de recibir turismo, cerremos directamente la línea. Podríamos considerar como broma los términos «scalextric» y «montaña rusa» empleados por el gobierno de la JCCM para referirse al nuevo trazado, pero por desgracia los hemos escuchado más allá del 28 de diciembre, inocentes todos nosotros. Ver cómo por parte de representantes políticos se utilizan esos términos no solamente para confundir a los ciudadanos sino también para desprestigiar el trabajo de los técnicos del Ministerio de Transportes genera inquietud por unas instituciones que se supone han de velar por el desarrollo de la ciudad y la sociedad. La estéril insistencia de la portavocía en que la segunda estación en el polígono industrial es la «mejor solución» (¿mejor para quién?) hace pensar nuevamente en que esos terrenos ofrecen algo que, como usuarios reales del tren, no somos capaces de ver. Esperemos que los turistas sepan apreciarlo. En cualquier caso, nuevamente, son declaraciones de los que no usan el tren a diario dado que el servicio AVANT no transporta coches oficiales en su interior. Los defensores de esta segunda estación parecen desconocer lo que el propio Ministerio piensa acerca de sacar las estaciones del centro urbano de las ciudades. Pues bien: señala que no existen casos de éxito en España de estaciones de alta velocidad situadas fuera de los núcleos urbanos (ejemplos como Burgos, Villena, Segovia, Requena, Medina del Campo, Puente Genil, Cuenca, Guadalajara y Tarragona, entre otros), y es consciente del descontento de los usuarios y la decepción de los turistas . Estas estaciones no acaban integradas en las ciudades a pesar de los desarrollos urbanísticos planteados, y son motivo de descontento para el usuario y, sobre todo, inútiles (a juicio de la Asociación). El propio Ministerio alega que el viajero de Madrid deberá elegir a qué estación deberá desplazarse en Toledo, y que esta segunda estación es incompatible con servicios regionales a Talavera de la Reina (debido a la inutilidad de llegar a una zona industrial). El viajero, usuario y vecino quiere y necesita desplazarse a la ciudad, no a un polígono alejado del centro. Al menos el propio estudio informativo tiene en cuenta que la estación de Toledo debe prestar un servicio ferroviario lógico y adecuado a las demandas de la sociedad, ya que los gobernantes parecen empeñados en todo lo contrario. La Asociación de Usuarios Tren Toledo no puede dejar de repetir que el propio «EI» presentado contempla el riesgo de cierre de la estación actual de Santa Bárbara si se construye una segunda estación, pese a que todos aseguran (y por tanto, mienten) que eso es una línea roja inadmisible, y que no se va a cerrar. Quizá en Cuenca dijeron lo mismo, aunque ahora sabemos que la apertura de la estación de AVE Cuenca Fernando Zóbel en diciembre de 2010 (fuera de la ciudad) propició el cierre de la estación central de Cuenca y el fin de los servicios ferroviarios en julio de 2022. 12 años de coexistencia . Todas las declaraciones de estas últimas semanas quedarán en la hemeroteca y pesarán en la conciencia, o no, de aquellos que hicieron posible su cierre. Y en ese momento, todos dejaremos de coger el tren. Quizá en el fondo sea eso lo que pretenden, una sociedad, cultura y patrimonio aislada del mundo, para el disfrute de unos pocos. Todos los que opinan desde un atril o tras un teclado en redes sociales harían bien en coger el tren a diario y sufrir el maltrato económico y desgaste mental que supone el servicio prestado por RENFE, el cual será aún más caótico dividido en dos estaciones. Los más de 350 usuarios de la Asociación no quieren ni imaginarse esta situación. Y deberían saber los opinadores, también, que el servicio ferroviario se partirá en dos, y que RENFE no tiene previsión de comprar más trenes a futuro, es decir, las frecuencias bajarán dado que algunos trenes irían a Santa Bárbara (terminal) y otros al polígono (continuando hacia Talavera). Hablan con absoluto desconocimiento, o mienten descaradamente y a conciencia, acerca de los conceptos AVE, AVANT o Cercanías de alta velocidad, sin saber siquiera qué es el ancho de vía o sistema de electrificación que permite unos servicios u otros. Se inventan tiempos de viaje, proponen soluciones absurdas como lanzaderas desde la Sagra a Toledo para no construir más trazado en la ciudad, hablan de «enormes catenarias» y «pilares de hormigón» como si fuesen un monstruo de una película de ciencia ficción del siglo XXIII. Las farolas del puente de Azarquiel son más altas que los postes de electrificación del tren . Como colofón, suponer y difundir en redes sociales que El Greco estaría en contra del progreso del tren de alta velocidad es algo sumamente aventurado, considerando que no se opuso a registrar en su «vista y plano» esa enorme y moderna estructura que fue el Artificio de Juanelo. Estamos seguros que, de vivir entonces, los fanáticos ultraconservacionistas de hoy en día se opondrían a que la más novedosa obra de ingeniería civil del siglo XVI «ensuciase» la visión del río. El Greco fue un espíritu libre, creando su propia corriente y saliéndose de los cánones establecidos, por lo que superponer en su obra una línea (roja) interceptando el paisaje de Toledo como si fuese el nuevo viaducto, lanzarlo a las redes sociales para engañar a conciencia, e incluso utilizar el drama de la Dana de Valencia para meter miedo contra los pilares de un puente parecen, son, razonamientos alejados de toda lógica de aquellos que, nuevamente, no usan el tren. Su defensa es retroceso, y estamos viviendo en directo cómo diversos sectores, más o menos relevantes, están compitiendo para ver quién opina la mayor barbaridad, por no decir burrada, acerca de un sistema ferroviario que no conocen ni se molestan en conocer. Porque en el fondo no les importa y no son viajeros. Todo por Toledo, pero a costa de Toledo. La directiva de la Asociación ha preguntado a los socios su opinión acerca de ambas propuestas de trazado, y nadie, nadie, se manifiesta a favor de tener dos estaciones de tren en Toledo porque, como usuarios que son, temen el caos ferroviario y la degeneración que puede suponer dividir el servicio. Estos comentarios serán presentados a los representantes políticos para que sepan de qué se está hablando realmente y el daño que suponen sus declaraciones arbitrarias. Para opinar con criterio, juzgar y emitir declaraciones que pueden cambiar el curso del trazado y condenarlo para siempre hay que subirse, literalmente, al tren. Y en este punto, consideramos que la Asociación de Usuarios Tren Toledo debe tener voz fundamental y ser escuchada, dado que en el fondo seremos los usuarios los que utilizaremos el tren diseñado en los despachos. Todos dicen que la estación de Santa Bárbara no va a cerrarse, que es una línea roja que no van a admitir. Pues bien, por mucha línea roja que se dibuje, todas ellas pueden borrarse (incluso las que obscenamente se dibujan sobre obras de El Greco), así como las estaciones pueden cerrarse. Nuevamente, que se lo digan a Cuenca. Animamos por tanto a todos los usuarios y personas afectadas a que se sumen a la recogida de firmas de la Plataforma en Defensa de la Estación de Santa Bárbara y evitar así su cierre. La Asociación de Usuarios Tren Toledo espera y confía en que más allá del ruido generado en la ciudad, la Unesco sepa valorar el potencial de la línea patrimonio de la humanidad, aquella que pasando por la Estación Central de Santa Bárbara habrá de unir las ciudades patrimonio de Toledo, Cáceres, Mérida, y Évora, así como diversos enclaves también patrimonio de la humanidad en Madrid, Elvas y Lisboa. La asociación invita a todos los viajeros y usuarios a asociarse, escribiendo a viajerostrentoledo@gmail.com
abc.es
Los usuarios del tren en defensa de Toledo Central y la Línea del Patrimonio de la Humanidad
El 26 de diciembre de 2024 el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible presentó el nuevo Estudio Informativo («EI») que solventa las alegaciones presentadas hace 4 años al «EI» original, para los tramos I (Toledo) y II (Torrijos). Los nuevos trazados presentados tienen en cuenta dichas alegaciones en las definiciones de estos recorridos. El nuevo paso por Toledo capital presenta las propuestas de Toledo Central (mantener la estación de Santa Bárbara, haciéndola pasante y salvando el río Tajo mediante un nuevo puente hacia el Salto del Caballo) y Toledo Exterior, creando una nueva estación principal en el Polígono Industrial (que no residencial) y condenando la estación de Santa Bárbara a su futuro cierre. Durante estas dos semanas hemos escuchado y leído declaraciones de todo tipo contra Toledo Central, algunas sorprendentes como la definición de «scalextric» y «montaña rusa», y otras sin ningún tipo desconocimiento ferroviario, pero todas con un patrón común: son declaraciones que solamente pretenden hacer daño, en muchas ocasiones son mentira, y todas ellas son realizadas por personas que nunca utilizan el tren; algunas de esas personas, incluso, se jactan de ello dado que no salen de la ciudad porque no tienen visión más allá de la misma. Por tanto, no conocen ni la realidad ni las necesidades de los viajeros que sí usan el tren a diario . Todas las personas, a nivel privado, público, asociaciones, etc., tienen derecho a opinar, pero lo que estamos viviendo son críticas destructivas contra una línea y una infraestructura que no es un fin en sí mismo, sino que son necesarias para prestar un servicio . ¿Alguien, a nivel público o particular, está pensando en los viajeros? Somos los usuarios del tren los que tendremos que lidiar y sufrir las consecuencias de los desvaríos de aquellas personas que hablan con tanta ligereza y desconocimiento, y cuyas opiniones durante cuatro años políticos tendrán consecuencias para toda la vida. Parece evidente que en las raíces del toledano está el aislamiento, dado que lo que por motivos económicos no se consiguió hace 170 años (que el tren de Extremadura pasase por Toledo) parece que se están empeñando en conseguirlo manipulando y mintiendo a la sociedad. Si tanto dicen defender Toledo quizá debieran defenderla de sí mismos y del daño que están haciendo. Al igual que desde algunos sectores de Talavera de la Reina consideran «humillante» ir a Madrid pasando por Toledo (sin explicar por qué), quizá los que defienden la construcción de la segunda estación en el polígono industrial deberían explicar de una vez por todas por qué es la mejor opción. Y ver cómo se conjuga con el uso residual que tendrá una estación en el polígono que no servirá para lo que debe servir: prestar servicio ferroviario de calidad y vertebrar poblaciones (un tren Talavera de la Reina - Polígono industrial es simplemente inútil). Mantener la estación de Santa Bárbara como única estación central y continuar el trazado hacia Torrijos y Talavera de la Reina por el Salto del Caballo cruzando el río Tajo es la única solución viable para una ciudad partida en barrios y cuyo motor turístico emana precisamente de la estación de tren y su entorno. Ese turismo que tanto rechazan algunos y ahora pretenden defender mediante declaraciones arriesgadas y negacionistas los defensores de la sociedad, patrimonio y cultura de la ciudad de Toledo, qué más bien desearían un Toledo medieval aislado del mundo para disfrute de unos pocos. Alegan el cono visual como el mejor escudo contra el progreso de la ciudad aquellos que no usan el tren. Ahora bien, si queremos dejar de recibir turismo, cerremos directamente la línea. Podríamos considerar como broma los términos «scalextric» y «montaña rusa» empleados por el gobierno de la JCCM para referirse al nuevo trazado, pero por desgracia los hemos escuchado más allá del 28 de diciembre, inocentes todos nosotros. Ver cómo por parte de representantes políticos se utilizan esos términos no solamente para confundir a los ciudadanos sino también para desprestigiar el trabajo de los técnicos del Ministerio de Transportes genera inquietud por unas instituciones que se supone han de velar por el desarrollo de la ciudad y la sociedad. La estéril insistencia de la portavocía en que la segunda estación en el polígono industrial es la «mejor solución» (¿mejor para quién?) hace pensar nuevamente en que esos terrenos ofrecen algo que, como usuarios reales del tren, no somos capaces de ver. Esperemos que los turistas sepan apreciarlo. En cualquier caso, nuevamente, son declaraciones de los que no usan el tren a diario dado que el servicio AVANT no transporta coches oficiales en su interior. Los defensores de esta segunda estación parecen desconocer lo que el propio Ministerio piensa acerca de sacar las estaciones del centro urbano de las ciudades. Pues bien: señala que no existen casos de éxito en España de estaciones de alta velocidad situadas fuera de los núcleos urbanos (ejemplos como Burgos, Villena, Segovia, Requena, Medina del Campo, Puente Genil, Cuenca, Guadalajara y Tarragona, entre otros), y es consciente del descontento de los usuarios y la decepción de los turistas . Estas estaciones no acaban integradas en las ciudades a pesar de los desarrollos urbanísticos planteados, y son motivo de descontento para el usuario y, sobre todo, inútiles (a juicio de la Asociación). El propio Ministerio alega que el viajero de Madrid deberá elegir a qué estación deberá desplazarse en Toledo, y que esta segunda estación es incompatible con servicios regionales a Talavera de la Reina (debido a la inutilidad de llegar a una zona industrial). El viajero, usuario y vecino quiere y necesita desplazarse a la ciudad, no a un polígono alejado del centro. Al menos el propio estudio informativo tiene en cuenta que la estación de Toledo debe prestar un servicio ferroviario lógico y adecuado a las demandas de la sociedad, ya que los gobernantes parecen empeñados en todo lo contrario. La Asociación de Usuarios Tren Toledo no puede dejar de repetir que el propio «EI» presentado contempla el riesgo de cierre de la estación actual de Santa Bárbara si se construye una segunda estación, pese a que todos aseguran (y por tanto, mienten) que eso es una línea roja inadmisible, y que no se va a cerrar. Quizá en Cuenca dijeron lo mismo, aunque ahora sabemos que la apertura de la estación de AVE Cuenca Fernando Zóbel en diciembre de 2010 (fuera de la ciudad) propició el cierre de la estación central de Cuenca y el fin de los servicios ferroviarios en julio de 2022. 12 años de coexistencia . Todas las declaraciones de estas últimas semanas quedarán en la hemeroteca y pesarán en la conciencia, o no, de aquellos que hicieron posible su cierre. Y en ese momento, todos dejaremos de coger el tren. Quizá en el fondo sea eso lo que pretenden, una sociedad, cultura y patrimonio aislada del mundo, para el disfrute de unos pocos. Todos los que opinan desde un atril o tras un teclado en redes sociales harían bien en coger el tren a diario y sufrir el maltrato económico y desgaste mental que supone el servicio prestado por RENFE, el cual será aún más caótico dividido en dos estaciones. Los más de 350 usuarios de la Asociación no quieren ni imaginarse esta situación. Y deberían saber los opinadores, también, que el servicio ferroviario se partirá en dos, y que RENFE no tiene previsión de comprar más trenes a futuro, es decir, las frecuencias bajarán dado que algunos trenes irían a Santa Bárbara (terminal) y otros al polígono (continuando hacia Talavera). Hablan con absoluto desconocimiento, o mienten descaradamente y a conciencia, acerca de los conceptos AVE, AVANT o Cercanías de alta velocidad, sin saber siquiera qué es el ancho de vía o sistema de electrificación que permite unos servicios u otros. Se inventan tiempos de viaje, proponen soluciones absurdas como lanzaderas desde la Sagra a Toledo para no construir más trazado en la ciudad, hablan de «enormes catenarias» y «pilares de hormigón» como si fuesen un monstruo de una película de ciencia ficción del siglo XXIII. Las farolas del puente de Azarquiel son más altas que los postes de electrificación del tren . Como colofón, suponer y difundir en redes sociales que El Greco estaría en contra del progreso del tren de alta velocidad es algo sumamente aventurado, considerando que no se opuso a registrar en su «vista y plano» esa enorme y moderna estructura que fue el Artificio de Juanelo. Estamos seguros que, de vivir entonces, los fanáticos ultraconservacionistas de hoy en día se opondrían a que la más novedosa obra de ingeniería civil del siglo XVI «ensuciase» la visión del río. El Greco fue un espíritu libre, creando su propia corriente y saliéndose de los cánones establecidos, por lo que superponer en su obra una línea (roja) interceptando el paisaje de Toledo como si fuese el nuevo viaducto, lanzarlo a las redes sociales para engañar a conciencia, e incluso utilizar el drama de la Dana de Valencia para meter miedo contra los pilares de un puente parecen, son, razonamientos alejados de toda lógica de aquellos que, nuevamente, no usan el tren. Su defensa es retroceso, y estamos viviendo en directo cómo diversos sectores, más o menos relevantes, están compitiendo para ver quién opina la mayor barbaridad, por no decir burrada, acerca de un sistema ferroviario que no conocen ni se molestan en conocer. Porque en el fondo no les importa y no son viajeros. Todo por Toledo, pero a costa de Toledo. La directiva de la Asociación ha preguntado a los socios su opinión acerca de ambas propuestas de trazado, y nadie, nadie, se manifiesta a favor de tener dos estaciones de tren en Toledo porque, como usuarios que son, temen el caos ferroviario y la degeneración que puede suponer dividir el servicio. Estos comentarios serán presentados a los representantes políticos para que sepan de qué se está hablando realmente y el daño que suponen sus declaraciones arbitrarias. Para opinar con criterio, juzgar y emitir declaraciones que pueden cambiar el curso del trazado y condenarlo para siempre hay que subirse, literalmente, al tren. Y en este punto, consideramos que la Asociación de Usuarios Tren Toledo debe tener voz fundamental y ser escuchada, dado que en el fondo seremos los usuarios los que utilizaremos el tren diseñado en los despachos. Todos dicen que la estación de Santa Bárbara no va a cerrarse, que es una línea roja que no van a admitir. Pues bien, por mucha línea roja que se dibuje, todas ellas pueden borrarse (incluso las que obscenamente se dibujan sobre obras de El Greco), así como las estaciones pueden cerrarse. Nuevamente, que se lo digan a Cuenca. Animamos por tanto a todos los usuarios y personas afectadas a que se sumen a la recogida de firmas de la Plataforma en Defensa de la Estación de Santa Bárbara y evitar así su cierre. La Asociación de Usuarios Tren Toledo espera y confía en que más allá del ruido generado en la ciudad, la Unesco sepa valorar el potencial de la línea patrimonio de la humanidad, aquella que pasando por la Estación Central de Santa Bárbara habrá de unir las ciudades patrimonio de Toledo, Cáceres, Mérida, y Évora, así como diversos enclaves también patrimonio de la humanidad en Madrid, Elvas y Lisboa. La asociación invita a todos los viajeros y usuarios a asociarse, escribiendo a viajerostrentoledo@gmail.com