El pueblo de la Costa Brava donde mejor se come: con un restaurante que recomienda la Guía Michelin
En un rincón escondido de la Costa Brava, donde el mar Mediterráneo se funde con las montañas y el cielo parece nunca terminar, se encuentra Cadaqués, un pequeño paraíso que ha cautivado a artistas, poetas y soñadores durante generaciones.
Situada en el Alt Empordà, Cadaqués no solo es célebre por su encanto y su historia vinculada a Salvador Dalí, sino también por su excelente propuesta gastronómica. Entre sus calles empedradas y casas blancas, los visitantes encuentran una oferta culinaria que atrae tanto a turistas como a amantes de la buena mesa.
Un recorrido por los 8 mejores lugares que visitar en la Costa Brava
Ada Nuño
Rodeada por un litoral escarpado de aguas cristalinas, playas doradas y calas escondidas, esta localidad gerundense no solo ofrece paisajes impresionantes, sino también una conexión profunda con la naturaleza a través del Parque Natural del Cap de Creus.
Fuente de inspiración para literatos
Este emblemático pueblo de Cataluña destaca especialmente por un plato que es un clásico de la costa: el arroz a la marinera, una delicia que combina los mejores productos del mar y la tradición culinaria de la región. La influencia de este mágico rincón de Cataluña se extiende mucho más allá del mundo de la gastronomía.
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Con su encanto único, Cadaqués se ha convertido en un escenario literario predilecto que sigue cautivando a nuevas generaciones de creadores. Una de las voces más destacadas que ha encontrado en Cadaqués su fuente de inspiración es la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi. Conocida por sus obras como La nave de los locos y sus numerosos poemarios, la autora ha confesado en varias ocasiones cómo la localidad catalana influyó profundamente en su creación literaria.
Federico García Lorca, otro de los grandes genios literarios que visitó Cadaqués, también quedó profundamente marcado por su atmósfera. En 1925, el poeta granadino fue invitado por Salvador Dalí a pasar una temporada en el pueblo.
Durante su estancia, Lorca quedó cautivado por la belleza del lugar, describiéndolo como "un sueño bueno que he tenido". Este viaje no solo dejó una huella en la vida de Lorca, sino que también fortaleció su vínculo con Dalí, con quien compartió una relación de amistad y complicidad artística que influyó notablemente en sus respectivas obras.
Hay dos restaurantes que se han ganado el corazón de los amantes de la gastronomía en Cadaqués. En Casa Anita, los comensales pueden experimentar la esencia de las antiguas tascas marineras, disfrutando de pescados y mariscos frescos preparados con el respeto por la tradición que define a la cocina ampurdanesa.
En este entorno auténtico, el arroz a la marinera se presenta en su versión más genuina, con un sabor que refleja la frescura del Mediterráneo. Por otro lado, el restaurante Compartir, fundado por exchefs de El Bulli – Mateu Casañas, Oriol Castro y Eduard Xatruch – y recomendado por la Guía Michelin, lleva la experiencia gastronómica a otro nivel. Este establecimiento, situado en un edificio de principios del siglo XVIII, ofrece una cocina creativa e innovadora que respeta la esencia de los ingredientes mediterráneos.
Aquí, el arroz a la marinera se reinventa con un toque de autor, convirtiendo cada plato en una experiencia culinaria única que es ideal para compartir. La Guía Michelin destaca a Compartir no solo por la calidad de su cocina, sino por la calidez de su ambiente y la belleza de su patio exterior, perfecto para una comida relajada y llena de sabor.
Más allá de estos dos icónicos lugares, Cadaqués ofrece una gastronomía rica y variada que encarna lo mejor de la cocina catalana. Desde su famoso suquet de peix hasta la fideuá, los sabores de este rincón de la Costa Brava cautivan a los visitantes, quienes pueden disfrutar de productos de proximidad en cada bocado.
Con erizos de mar en invierno, mejillones de roca en primavera, y crustáceos en verano, este municipio de la comarca del Alto Ampurdán destaca por una oferta gastronómica marcada por la estacionalidad y el respeto a los productos locales. La visita a Cadaqués se convierte, así, en un viaje a través del tiempo y los sentidos, donde el paisaje y la gastronomía se unen para ofrecer una experiencia inolvidable.