Llevo años probando los Apple Watch y por primera vez no tengo claro cuál recomendaría
Solo hay una cosa que Apple renueva con idéntica insistencia que los iPhone, su producto estrella: los relojes de Cupertino, los Apple Watch, que desde hace diez años no han fallado ni una sola vez a la típica presentación otoñal con la que los californianos dan el pistoletazo de salida al curso tecnológico.
Por mi muñeca han pasado, sin excepción, absolutamente todos los modelos. También han pasado muchos otros, bien de otros fabricantes de Android como de marcas independientes que han intentado hacerse un hueco en el mercado o relojes de corte más deportivo. Después de tantos años, tengo claro que, a excepción de que seas un deportista de élite o muy avanzado, el Apple Watch es el reloj que deberías comprar si tienes un iPhone, requisito imprescindible.
Y no es únicamente por la profunda integración con el teléfono y con las múltiples herramientas y funciones de salud con las que Apple ha dotado a estos dispositivos, sino también por las aplicaciones de terceros. En este sentido, al igual que ocurre con el iPhone, la compañía puede estar satisfecha de todo lo que otros desarrolladores han creado para este dispositivo, ya que cuentan con el catálogo de apps más extenso del mercado.
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M. Mcloughlin
Cuando se acercan las fechas navideñas y los tiempos de paga extra para algunos, son varios los colegas o compañeros de trabajo que se acercan y me preguntan por qué modelo apostar. Hasta hace poco, la respuesta era algo más sencilla que ahora. Pero el catálogo ha ido mejorando en los últimos años.
Una mejora que puede ser una complicación si no tienes claro exactamente qué puede encajar contigo. Hace tiempo que dejó de ser solo el modelo estándar y apareció un modelo asequible, que ha mejorado mucho en su segunda generación. Luego se sumó el Ultra, que ya tiene dos generaciones y ahora una versión en negro. Por si esto fuera poco, el Watch Series 10 ha transformado notablemente su factor de forma, con una pantalla casi más grande que la del Ultra y un diseño ultrafino, lo que añade dificultad para decidir entre este y algún modelo del año pasado si se te cruza una oferta a buen precio.
Cabe puntualizar aquí que, a diferencia de lo que ocurre con el iPhone (donde la elección del Pro o no depende, principalmente, del presupuesto), no solo hay que tener en cuenta la variable del precio.
Incluso si no te importa darle un buen uso a la tarjeta de crédito y apostar por el modelo de gama alta, puedes encontrarte con que sea una decisión errónea y el reloj acabe pasando por tu vida con más pena que gloria u olvidado en un cajón varios días al mes. He pasado las últimas semanas probando los últimos modelos, el Watch Series 10 y el Ultra en color negro y, además de poner a prueba y evaluar sus novedades, la experiencia me ha servido también para hacer una pequeña guía de compra y ayudarte a acertar con el modelo que se ajuste a tus necesidades.
Series 10: el realmente nuevo
El que ha sido realmente renovado ha sido el Apple Watch Standard que cumple diez años en este 2024, como bien indica su nombre. La nueva versión del Ultra Watch 2 se ha limitado a una cuestión estética: una capa de pintura negra que le ha sentado de maravilla, siendo sinceros. Cuando solo tenía el acabado metalizado, no terminaba de encontrarle el punto para conjuntarlo y llevarlo en mi día a día.
Volviendo al Series 10, lo primero que ha cambiado es el tamaño de la caja. Desde el Series 7, había dos formatos: el más pequeño, de 41 mm, y el más grande, de 45 mm. Ahora ambos han sumado un milímetro. Eso puede parecer un aumento insignificante, casi ridículo, pero los de Cupertino, que cuentan con el diseño entre sus principales habilidades, han conseguido transformar ese milímetro en una pantalla un 30 % más grande que la anterior generación, algo que se agradece a la hora de interactuar con las apps o contestar a un mensaje o notificación de WhatsApp o iMessage. En el caso del modelo de 46 mm, la pantalla es incluso más grande que la de un Ultra.
Pero el mérito del Series 10 no solo es habernos brindado una pantalla notablemente más grande sin penalizar las medidas en exceso. Hay otro logro: el haberlo hecho más ligero y más fino.
Si buscas algo tan liviano como para olvidarte de que lo llevas en la muñeca (especialmente importante para que no moleste durante la noche y puedas medir correctamente el sueño), este Watch Series 10 te va a encajar mucho. En cuanto a los materiales, volvemos a tener resistencia IPX6 (hasta 50 metros de profundidad) así como aluminio y cristal Ion-X en la versión base. Mención especial al nuevo acabado negro azabache, con un toque brillante. También existe la opción de optar por cristal de zafiro así como titanio para el exterior, lo cual encarece notablemente la factura.
La pantalla no solo ha crecido en tamaño, sino también en especificaciones. Ahora, la pantalla siempre activa puede actualizarse con una tasa de refresco de tan solo 1 Hz. Pero lo más llamativo es que este panel OLED ha mejorado su visibilidad, especialmente en los laterales.
Cuando empecé a probarlo, pensé que sería una mejora menor viniendo de un Series 9, pero nada de eso. La primera vez que iba corriendo y giré ligeramente la muñeca, ya me di cuenta de lo que había mejorado. Los tiempos, la hora o, si tienes alguna notificación, se ven estupendamente desde cualquier ángulo. Son estas cosas, estos detalles, los que creo que marcan diferencias en el día a día. Sobre lo demás, no hay cambios: el brillo máximo es de hasta 2.000 nits y el mínimo de 1.
Si levantamos el capó, nos encontramos con 64 GB de almacenamiento (más que de sobra para un reloj inteligente, insuficiente para un móvil) y con un nuevo procesador, el S10, que supuestamente es más eficiente y potente que la anterior generación. La verdad es que el rendimiento del Apple Watch lanzado en 2023 era muy bueno, así que no he notado un salto destacable a la hora de abrir apps o similares. Tampoco hay diferencias, en este punto, con el Watch Ultra. Donde, obviamente, hay mejoras notables es si se compara con un Watch SE de segunda generación, donde sí se nota algo más de frescura en el funcionamiento diario.
El Watch Series 10 ofrece versión LTE y versión solo con GPS. La mayoría de personas que conozco optan por esta segunda opción, porque todavía no ha calado esa idea de dejar el móvil en casa y manejarse solo con el reloj gracias a una eSIM. En cuanto a los sensores, volvemos a tener un largo listado que incluye desde medición de oxígeno en sangre y saturación, medición de ritmo cardíaco, electrocardiograma, acelerómetro capaz de detectar caídas o accidentes, altímetro, brújula, sensor de temperatura para el seguimiento del ciclo menstrual… Hasta aquí, ninguna novedad. Las novedades de este año son que incluye profundidad y la capacidad de medir la temperatura del agua, algo que puede ser interesante para quienes practican deportes acuáticos y buceo superficial, entre otras cosas.
En el campo de la salud, la gran novedad es que ahora estos relojes detectan la apnea del sueño. Hay que llevarlo por lo menos un mes puesto para que esté en condiciones de avisarte de que podrías padecer este problema, cosa que a mí no me ha ocurrido. Cabe repetir que esto, al igual que el electrocardiograma, no sustituye la supervisión médica, sino que es un posible aviso para que busques ayuda profesional.
El Series 10 viene con watchOS 11 de serie, el último sistema operativo diseñado por Apple para sus dispositivos. Hay novedades en la interfaz gráfica, permitiéndonos jugar con widgets y nuevas carátulas; hay una nueva aplicación destinada a conocer los flujos de las mareas; hay nuevas opciones de deportes que te ayudan a controlar tu intensidad, planificación y descansos, como ya vimos en el Pixel… En líneas generales, en cuanto a software y sus posibilidades, el Apple Watch está un par de pasos por delante de toda la competencia. Puede ser que haya algunos aspectos concretos en los que pueda ser superado por algún modelo especializado, pero si valoramos todas las facetas es el más equilibrado.
Hace falta estirar la pila algo más
Un último apartado para la batería. Aunque pueda parecer que pasar de 41 a 42 mm y de 45 a 46 mm podría darle más espacio para una pila más grande, aquí no ha ocurrido debido al trabajo de adelgazamiento que se ha hecho con el cuerpo principal. Una vez lo desenchufamos, me ha dado para una jornada y media con un entrenamiento cada mañana sin GPS (CrossFit, gimnasio…). Si hay un talón de Aquiles en el Apple Watch, es este. A estas alturas de la película sería deseable que ofreciera una autonomía similar a la del Ultra 2 y que pudiese llegar sin problemas a ofrecer 3 días y 2 noches sin necesidad de buscar el cargador. La competencia en este punto está empezando a destacar, con Huawei liderando notablemente esta carrera.
El precio de salida del Apple Watch para el modelo compacto es de 449 euros y de 469 euros en el modelo de mayor tamaño. A partir de ahí, la cosa es sumar billetes. Si queremos LTE, los precios escalan a 569 y 599 euros, respectivamente. Si queremos el acabado de titanio (que incluye conectividad LTE) hay que pagar 799 euros u 849 en el caso de que optemos por el de mayores dimensiones. Un precio, este último, que lo hace entrar en el terreno del Apple Watch Ultra 2, que cuesta a día de hoy 899 euros.
Todos estos cambios, como adelantaba, han hecho que sea más difícil que nunca decir exactamente qué reloj encaja con cada persona. Hasta ahora teníamos ciertas normas no escritas. Si tenías ciertas aspiraciones deportivas y necesitabas una medición precisa durante tus carreras o eras aficionado a la escalada o al submarinismo, estaba claro que el Ultra era el modelo diseñado para ti. El GPS de doble banda, su mayor resistencia, el botón de acción o la alarma eran algunos de los añadidos pensados para este tipo de usuario. Sin embargo, y para mi sorpresa, el Ultra también acabó atrayendo a muchas personas cuyo deporte más arriesgado ha sido correr a 8 kilómetros por hora en la cinta del gimnasio. Aquí las ventajas frente al modelo normal eran una batería de 3 jornadas y una pantalla más grande, más luminosa y más útil que en el modelo inferior.
Pero esto ha cambiado con el Series 10, que en su versión de 46 mm, es más grande incluso que el Ultra. La nueva pantalla OLED es una auténtica gozada y se agradecen los cambios que se han realizado. Es cierto que el trabajo para hacerlo tan liviano probablemente ha impedido que la batería dure más de dos días. Para compensarlo, la carga rápida permite recuperar en apenas media hora tres cuartas partes de la batería.
La elección entre el Ultra o el Series 10 depende, sobre todo, del diseño y de tus preferencias. Si tienes la muñeca pequeña y no te gustan los dispositivos voluminosos, huye del Ultra de segunda generación. Una de las cosas que más me han gustado de la nueva generación es que es extremadamente cómodo cuando salgo a correr. Pierdes algunas funciones y herramientas, como el botón de acción y el GPS dual, pero creo que muchas personas pueden prescindir de ello. Otra cosa es que prefieras un reloj con el máximo de autonomía posible; en ese caso, el modelo superior es el tuyo.
Si es tu primer Apple Watch o no quieres gastar demasiado y tampoco tienes excesivo interés en tener un dispositivo lleno de sensores porque te interesa más la faceta inteligente del reloj que la deportiva, el SE de segunda generación puede ser una alternativa más que interesante, especialmente para quienes tienen un presupuesto algo más limitado.
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