Toni Castellà (Junts): "El PSOE incumple muchas cosas pero no es responsable del incumplimiento de la amnistía"
El nuevo vicepresident de Junts desvincula su apoyo a los presupuestos generales de que se amnistíe a Puigdemont, pero advierte que reclamarán el concierto para Catalunya
El regreso de Puigdemont a la primera línea acaba con la esperanza del Gobierno de un Junts emancipado de Waterloo
Si la política se divide entre los velocistas y los corredores de fondo, Antoni Castellà (Barcelona, 1970) es de los segundos. Encuadrado en Unió desde 1992, fue diputado durante cuatro legislaturas y también ocupó cargos de gobierno. Pero llegó el procés y tanto Convergència como Unió implosionaron. La vieja formación de Duran i Lleida se dividió entre los no independentistas, que miraron hacia el PSC, y los independentistas, que formaron en 2017 el partido Demòcrates, liderado por Castellà.
Desde entonces, el político ha garantizado la representación de su partido en el Parlament firmando alianzas a izquierda y derecha, pero en los últimos tiempos se había convertido en uno de los hombres fuertes de Carles Puigdemont desde el Consell de la República. En consecuencia, finalmente el partido democristiano optó por integrarse en Junts en el último congreso, en Calella, donde Castellà se convirtió en vicepresidente y en una de las figuras pujantes de la nueva ejecutiva puigdemontista.
¿Por qué esa fusión con Junts y por qué ahora?
Es un proceso de confluencia, porque ahora estamos en un momento casi diría de emergencia nacional. El independentismo ha perdido la mayoría en el Parlament, se ha roto, y, por tanto, ahora es el momento de hacer piña al máximo para recuperar la mayoría en el Parlament. Es decir, Demòcrates nace del proceso de independencia y ahora que esa mayoría se ha perdido, toca hacer el máximo esfuerzo por recuperar la unidad independentista.
Ha comparado a Junts con CiU diciendo que, al igual que los independentistas cabían en CiU, ahora los catalanistas deben caber en Junts. ¿Por qué debería votar a Junts un no independentista?
Por la defensa del modelo de país. Defendemos la independencia, pero no cualquier independencia, sino un modelo concreto de país. Un modelo económico, un modelo de educación, un modelo universitario, un modelo de investigación, en términos de hacer un país más próspero, más socialmente justo y más colectivamente. Cualquier persona que esté de acuerdo con esto puede votar a Junts. Luego, podemos discrepar de cuál es el estadio jurídico-político final, pero no habrá problema si compartimos modelo.
Por tanto, ¿el modelo de país que propone Junts es realizable sin la independencia, dentro de una comunidad autónoma de España?
En un proceso de independencia se busca ser lo menos dependiente posible. Por tanto, todo lo que estamos planteando va en esa línea, pero, además, puede ser compartido por no independentistas. ¿Un independentista en estos momentos puede estar de acuerdo con que la ley de inmigración la gestione la Generalitat? Sí. ¿Y un catalanista? Probablemente también. Porque al final es una cuestión que afecta al proyecto nacional del país.
Si CiU no hubiera liderado el catalanismo nunca hubiéramos llegado al 1-O
Esta semana se celebran los 50 años de la fundación de Convergència. El independentismo durante los últimos años ha renegado bastante de CiU, ¿usted cree que es hora de reivindicarla?
Absolutamente. Sin el liderazgo del catalanismo político de Convergència i Unió y sus gobiernos durante todos los años que estuvo liderándolos, no habríamos llegado al 1 de octubre. El 1 de octubre no es una improvisación, es la evolución de la construcción nacional del país. De la capacidad de una institución como la Generalitat y de las posibilidades de autogobierno y de soberanía que generaba al ser gestionada por Convergència i Unió. Convergència i Unió, por supuesto, hizo cosas buenas y cosas malas, como todo el mundo. Pero yo me siento orgulloso de ser heredero de lo bueno.
En el último medio siglo, nunca el nacionalismo catalán había tenido resultados tan malos. ¿Qué ha hecho mal?
Siete años de represión. Siete años en los que no hemos jugado con las reglas del juego normales y democráticas. Es que en estos últimos 50 años que tú me dices ha habido normalidad, entre comillas, democrática. Pero en el momento en que decidimos votar, se ejerce la represión. Tenemos gente en el exilio, hemos tenido gente en prisión. Ha habido una amenaza sistemática, políticas de inteligencia contra el movimiento. Y no esquivo la pregunta, hay responsabilidades del propio independentismo.
Cite alguna de esas responsabilidades.
El principal error del independentismo es haber roto la unidad estratégica. Competir entre nosotros ha sido uno de los errores estratégicos más importantes. Pero, repito: también en eso tienen algo que ver los 7 años de represión, que han sido durísimos.
¿Salir del Govern, como hizo Junts, es romper la unidad independentista? ¿Fue un error?
Cuando se sale del gobierno de la Generalitat se hace por coherencia, por no aguantar el poder por el poder. Había un planteamiento estratégico consensuado con Esquerra, de un gobierno que debía avanzar hacia una línea determinada y se llega a la conclusión de que esto se estaba incumpliendo sistemáticamente. Por coherencia se deja el poder. Y hay que decir que de esto no hay precedentes.
Junts ha pactado con el PSOE muchas cosas, pero el mayor acuerdo ha sido sobre una amnistía que no se ha aplicado como se esperaba. Con este antecedente, ¿hay garantías para seguir pactando?
El PSOE, aunque le costó mucho, finalmente aprobó la ley. La responsabilidad de su cumplimiento es del estamento judicial, y lo que ponemos en evidencia, y eso debe asumirlo el PSOE, es que España no es un estado de derecho plenamente homologable a una democracia liberal. La asignatura pendiente que tiene el Estado es hacer la reforma judicial que no hizo la transición.
Ese estamento judicial ahora está haciendo política y eso yo creo que es insostenible en el marco de la UE. Por tanto, el PSOE incumple muchísimas cosas, pero en este caso no es el responsable del incumplimiento de la amnistía. En todo caso, por omisión sería responsable de no haber reformado la judicatura.
¿Hasta que no se reforme la judicatura no se aplicará la amnistía?
Yo estoy convencido de que la ley de amnistía se acabará aplicando, aunque sea por imposición europea. Sobre la cuestión más de fondo, el tema de la reforma de la judicatura me parece prioritario, pero no sé si es algo que pueda plantearse a corto plazo.
Otras cuestiones incumplidas, como el catalán oficial en Europa, también pueden considerarse fuera de la responsabilidad del PSOE. ¿Tiene sentido pactar cosas con quien no depende de sí mismo para cumplirlas?
En una negociación todo el mundo tiene responsabilidad, pero uno de los problemas es que al PSOE le cuesta mucho digerir que el paradigma de negociación no es el tradicional, ha cambiado. Antes hemos hablado de la herencia de Convergència i Unió... pues aquí sí que somos diferentes, ya no negociamos como CiU. Esto se ha titulado como el pago por adelantado pero, en todo caso, el pago cuando se da la mano debe cumplirse y, si no se cumple, no se vota. La amnistía fue un ejemplo y creo que el PSOE no estaba acostumbrado. Tendrá que irse acostumbrando.
¿Ve a Junts apoyando unos presupuestos de Sánchez sin que se haya amnistiado a Puigdemont?
Nos da igual el quién, es el qué. Los presupuestos de Pedro Sánchez solo dependen de lo que contengan los presupuestos. Para empezar, una de las cosas previas son los incumplimientos sistemáticos. Es decir, ¿Sánchez está dispuesto a cumplir definitivamente con las inversiones que se pactan en los presupuestos? ¿Sánchez está dispuesto a situar sobre la mesa el concierto, no modelos singulares, sino el concierto económico? De momento esto no lo tenemos sobre la mesa.
¿Por qué se puede pactar con los socialistas en los ayuntamientos, diputaciones, Congreso y en todas partes menos en el Parlament?
Porque en el Parlament somos alternativa. Junts es la alternativa, porque las únicas dos formaciones políticas que en estos momentos pueden gobernar Catalunya son el PSC o Junts, no hay más. Por tanto, cuando eres alternativa, como ocurre en Europa en general, puedes llegar a acuerdos puntuales, pero los pactos globales tienen poco sentido. Dicho esto, dependerá de Illa, que de momento ha hecho un Govern muy poco centrado y muy dependiente de la izquierda conservadora. Los presupuestos serán la prueba del algodón de qué tipo de Govern tenemos delante.
¿Junts es un partido de derechas?
No. Junts debe representar la centralidad, que no el centro. La centralidad no es la equidistancia entre izquierda y derecha, sino impulsar políticas con las que la mayoría, el 80% de la población, se sienta cómoda. Políticas que den soluciones. Cojo palabras de Carrasco i Formiguera: “La verdad nunca está ni a la derecha ni a la izquierda. La verdad está donde está en cada momento”. Por tanto, es la síntesis de las mejores políticas que puedes establecer desde una perspectiva de bienestar común.
Pero hemos visto a Junts defender políticas que siempre se han identificado en posiciones de centro-derecha y liberales, como reducir impuestos.
¿Sí? ¿Eso es una política de derechas? Una de las cosas que proponemos más intensamente es un proceso de deflación impositiva con toda la cesta de impuestos. Es exactamente lo que ha hecho durante este pasado año el Partido Socialista con los verdes en Alemania. ¿Son de derechas?
Estaban en una coalición con el Partido Liberal, y precisamente esa contradicción es la que ha hecho saltar el Gobierno alemán.
¿Pero cuál era el planteamiento? El planteamiento es científico. Es de economía. Cuando tienes un proceso de inflación que ha afectado a las clases más populares, la lógica es hacer una rectificación para que este peso no sea tan grande. Y la izquierda en este país está diciendo que no, que ni hablar de ello. Eso perjudica a los suyos, teóricamente. Nosotros planteamos coger toda la cesta de impuestos y revisar su eficiencia en términos del beneficio de la ciudadanía y del progreso en general.
¿Por qué cuesta tanto a los políticos autoubicarse en la derecha? Especialmente en Catalunya, parece que no hay nadie de derechas.
Un momento. Porque no lo soy. Yo le puedo definir qué soy, claramente, y no me escondo. Yo soy socialcristiano y, por tanto, defiendo el personalismo comunitario. En términos de ciencia política, ¿esto es derecha o izquierda? Es equilibrio entre el respeto personal y el bien comunitario. Esto es lo que defiendo.
Una parte del independentismo cree que ha llegado el momento de relevar los liderazgos de 2017. Junts, en cambio, recupera la figura de Puigdemont. ¿Por qué?
Que alguien piense que en su organización el liderazgo se ha desgastado… ¿por qué ahora debe ser socializado con el resto de organizaciones? Perdone, pero si usted ha fracasado, no me diga que yo he fracasado.
Òmnium, por ejemplo, dice a menudo que ellos consideraban que el relevo de Jordi Cuixart sería una invitación al resto para que buscaran nuevos liderazgos.
Con todos los respetos para Òmnium, que no sé si opina exactamente esto, pero es algo infantil pensar que lo que tú haces como organización que, además, no es un partido político, es homologable a lo que harán todas las organizaciones.
Junts tiene 35 diputados, está en la oposición, ha tenido malos resultados en municipales y europeas. No es una situación como la de ERC, pero es difícil definirla como un éxito.
Esquerra Republicana casi se va a la mitad de los votos y nosotros subimos resultados. Yo creo que, dadas las condiciones… vuelvo a decir, el resto de partidos y formaciones políticas han tenido todas las condiciones perfectas para presentarse a las elecciones. Pero Junts, no. Su máximo candidato está en el exilio. No ha podido ni pisar el territorio para hacer campaña.
En el siglo XXI, que es ámbito de la comunicación, no ha podido acudir ni a un solo debate electoral. Y, sin embargo, obtenemos un resultado que nos sitúa como el partido principal del independentismo. ¿Que tenemos que hacer reflexión sobre cómo no hemos sido capaces de absorber a más votantes de Esquerra o de la abstención? Claro que sí.
¿Al independentismo qué le va mejor, que Junqueras vuelva a ser presidente de ERC o que haya otro liderazgo?
Tengo mi opinión, pero por respeto no voy a contestar a esto. No quiero interferir en un proceso interno. Lo decidirá la militancia de Esquerra.
¿Pero cree que el hecho de que Puigdemont y Junqueras vuelvan a coincidir en el liderazgo de las dos principales organizaciones independentistas de ese país será positivo o negativo para la unidad que dicen buscar?
El presidente Puigdemont ha hecho del intento de recuperar la unidad un icono en sí mismo. Yo esto lo he visto en primera persona. Por tanto, él ha estado siempre, siempre, siempre abierto al diálogo. Y por nuestra parte nunca habrá ningún problema, en este sentido.
El Consell de la República ha vivido semanas de agitación por el supuesto aprovechamiento personal de fondos comunes. ¿Qué tiene que decir, como persona que ha estado al frente de la organización?
Que se ha demostrado que no es así. El Consell, que es una institución muy relevante en términos de sus registrados, está en torno a los 100.000. Cuando empezaron a salir este tipo de informaciones, se decidió encargar una auditoría a un auditor. No a cualquiera, a un letrado registrado como auditor. Y no solo eso, sino hacerla pública, y que, por tanto, la pueda leer cualquiera.
Lo que se dice en esa auditoría es que: uno, no ha habido ninguna irregularidad y dos, que hay algunos gastos que, en función de la misión de esta organización, debían estar más justificados. Y se ha aportado la documentación, en consecuencia, tema zanjado.
¿Cree que Toni Comín ha pasado gastos personales al Consell?
Esto se puede contestar de forma muy concreta. Los gastos en los que hila muy fino un auditor son gastos de desplazamiento a la Catalunya Norte, donde él justifica que ha hecho diversas reuniones con miembros y consejos locales del Consell per la República. El auditor pide que se le justifiquen estas reuniones y se le justifican.
Da la sensación de que el Consell per la República es una entidad que está vaciándose con la salida de varios líderes, como el propio Puigdemont, pero también usted mismo, hacia el partido.
El Consell de la República es vigente y relevante. En este país había mucho interés en pasar página de lo que fue el 1 de octubre y si alguien ha sido garante de lo que representa históricamente el 1 de octubre ha sido el Consell de la República. Y su mandato, que en resumen es dar salida al mandato del 1 de octubre, permanece totalmente vigente. La razón por la que ahora apostamos por una reforma tiene que ver con el intento desde el inicio de que sea una herramienta lo más transversal posible y de que parezca lo que es. El Consell ha sido totalmente independiente de Junts. Pero además lo tenía que parecer.
¿No ha parecido suficientemente independiente?
Digamos que demasiadas veces hemos puesto fácil que se nos criticase por esta cuestión. Y lo mejor que podíamos hacer por la institución era que no pudiera ser ni criticable.