Y en la información de servicio, Óscar Puente: el látigo del PP se vuelve institucional con la DANA
El ministro más combativo con la oposición cambia de perfil y de tono en las redes sociales para facilitar en tiempo real datos sobre la situación de los municipios afectados, las labores de rescate y la reconstrucción de la zona y abandona el cuerpo a cuerpo contra sus rivales políticos
El envío de la alerta masiva a móviles se planteó en la reunión clave de la DANA pasadas las 18.00, dos horas antes
“Sé que no es mi competencia, pero...”. El ministro más combativo con la oposición, el apparatchik del PSOE que nunca rehuyó el cuerpo a cuerpo con el PP y sus rivales políticos desde antes incluso de la investidura, ha desaparecido en mitad de la DANA. La tragedia ha destapado otra cara de Óscar Puente (Valladolid, 1968), alejado estos días de la refriega partidista y que solo comparece para hacer balance de las tareas de reconstrucción de infraestructuras y ofrecer el parte en tiempo real de cómo evolucionan los trabajos del Gobierno en asuntos que a veces exceden a su propio ministerio.
Si estamos ante un nuevo Óscar Puente o si ha hecho una pausa por la catástrofe en su beligerante discurso contra los rivales políticos que atacan al Gobierno, lo dirá el tiempo. Durante la última semana, algunos de los perfiles a los que el ministro había bloqueado en redes echaban de menos no poder acceder a su información de servicio (algo que ya se ha solucionado con los últimos cambios de X que permiten a los usuarios bloqueados consultar los mensajes). Y ahora son miles los seguidores que agradecen sus partes diarios sobre cómo están los municipios afectados, la evolución de las labores de rescate y, sobre todo, la reconstrucción de la zona, en mensajes que difunde ahora con un tono de ánimo, respeto y optimismo.
Le han apodado “el albañil del Estado” en las redes donde abundan los memes que le atribuyen en tono de humor superpoderes, que él agradece a los trabajadores públicos, las empresas de obra civil y los técnicos del Ministerio de Transportes, que continúa en medio de otra tormenta, la imputación de su antecesor, José Luis Ábalos, y sus relaciones con la trama corrupta que según todos los indicios se lucró con la venta de mascarillas durante la pandemia.
Desde el inicio de esta otra tragedia que es la DANA Puente se vale de las redes no solo para lanzar hilos diarios con los avances de las labores de reconstrucción, de rehabilitación de carreteras o vías férreas, sino que se ha empleado a fondo en desmentir bulos y aportar las cifras concretas de la participación del Estado en la Comunitat Valenciana. Todo ello sin entrar a ninguna polémica sobre la gestión de otras administraciones. Ni en las redes ni en las entrevistas que ha concedido a medios de comunicación.
Sea o no estrategia, Puente se ha convertido en el principal comunicador del Gobierno. Y su principal función es mandar mensajes de ánimo sobre la recuperación, fundamentalmente de las infraestructuras. “Mientras hacemos la obra en el bypass de la A7, hemos habilitado un paso en ella para los convoyes militares y de emergencia. Aquí se ve pasando uno. Esto ya es rizar el rizo!!!”, tuiteó este mismo viernes, acompañando su mensaje de un vídeo de los efectivos que trabajan en la zona. Poco antes explicó que la labor de la jornada sería “el extendido de tierras” por los “250 bloques de hormigón” que se estaban utilizando para realizar el citado desvío en una de las principales autovías valencianas. Para ello, apuntó, su departamento ha desplegado 100 camiones, tres bulldozers, tres retroexcavadoras, dos palas frontales, una fresadora y cuatro rodillos compactadores.
“Más de 6 equipos de maquinaria de manera continua en este punto de la C3. Tenemos que desmontar 2,5 Km de vía. Pero hay medios y empuje”, apuntó también este viernes, refiriéndose a las labores de reconstrucción de las vías ferroviarias de Cercanías que aún, más de una semana después de la riada, no han podido restablecerse con normalidad.
“Estamos centrados en València, pero a la vez seguimos trabajando también en el resto de España. Avanzamos en las obras para rehabilitar y reponer el firme de 175 km de la AP-36 y la A-43 en Castilla La Mancha. Destinamos 19,4 M€ en mejorar las condiciones de circulación y seguridad vial en las vías a su paso por las provincias de Albacete, Toledo y Cuenca, con la mínima afectación al tráfico posible”, añadía el jueves.
En todas sus publicaciones Puente añade imágenes, vídeos, mapas y gráficos que ayudan a comprender esas labores de reconstrucción. Y todos los mensajes desprenden un tono positivo, de mirar hacia adelante tras la tragedia, que valoran notablemente decenas de usuarios. “Tengo miedo de salir a tirar la basura y que Óscar Puente me haya puesto dos rotondas y un semáforo en el camino”, ironizaba, por ejemplo, el pasado día 4, una tuitera.
En realidad, esa estrategia de utilizar X como herramienta estrictamente de comunicación de la gestión del Gobierno ya la empleaba el propio ministro cada vez que se ha dado alguna incidencia ferroviaria o vial desde que está al frente de Transportes.
Solo que entonces alternaba esa información de servicio con todo tipo de charcos, que tampoco rehuía cuando un rival atacaba al Gobierno. En Twitter había llegado a responder con insultos y protagonizar agrias discusiones como respuesta a las descalificaciones que recibía. El pasado octubre, por ejemplo, tuvo una sonada bronca con el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, a cuenta de la subvención de unas obras del metro en la ciudad. El regidor le acusó de “castigar” a la capital andaluza y, de inmediato, Puente reaccionó. “Les voy a explicar por qué no me reúno, ni me reuniré con este señor. Y se lo resumo. Es un mentiroso y un impresentable. El gobierno NO HA RETRASADO LOS PAGOS AL METRO DE SEVILLA y mucho menos porque le dé nada a Cataluña”, le respondió, en X.
En marzo, poco después de que elDiario.es revelara los delitos fiscales de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso –a la que también en X ha considerado “incompetente” y con un “dudoso equilibrio mental” –, el ministro pedía su dimisión y llamaba a Alberto González Amador “testaferro con derecho a roce”. Para el titular de Transportes, Telemadrid es “teleayuso” y la televisión de Castilla y León, “telemañueco”.
Sonoros han sido los roces con las operadoras privadas de trenes, pero si hay un dirigente con el que ha confrontado, antes incluso del inicio de la legislatura, ha sido Alberto Núñez Feijóo, al que dio la réplica en el Congreso de los Diputados durante su frustrada sesión de investidura. Cuando Feijóo reclamaba su derecho a ser investido presidente, por ser la lista más votada, pese a no tener mayoría en la Cámara, Puente recordó que también él había sacado más votos en Valladolid y las derechas lo apearon de la alcaldía. Aprovechó ese pacto con Vox para retar a Feijóo desde el atril: “De ganador a ganador, dígame por qué usted tiene más derecho que yo”.
Las bancadas del PP respondieron a aquella intervención con todo tipo de insultos a Puente y desde entonces el ministro se ha referido a Feijóo como “el amigo del narco”, y se ha reído abiertamente de que dijera que no es presidente del Gobierno porque no quiso. También ha llamado al agitador de ultraderecha Vito Quiles “un saco de mierda” por lanzar un bulo sobre su coche oficial. Y ha confrontado con lo que él llama “fachosfera”, en relación a los medios que confundieron a una hija suya con una supuesta amante.
En redes él ha defendido siempre su derecho a bloquear a aquellos usuarios que entiende que lo atacan. “No entiendo cuál es el problema de que bloquee a alguien en Twitter”, ha explicado reiteradamente. “Es mi patio de comunidad y decido con quién me relaciono”.
De momento, se mantiene firme en esa convicción, a pesar de que sus redes se han convertido en uno de los principales canales de comunicación del Gobierno. Está por ver si cuando amaine el temporal humanitario y también político de la DANA que ha arrasado el sur de València lo de Puente en X es una tregua o si, por el contrario, una vez restablecida la normalidad, recupera el tono que lo había convertido en el ministro más bronco del Gobierno.