China se lanza a la guerra electrónica con un 'tiburón volador' de última generación
La Marina de guerra china está en pleno proceso de expansión. Con la entrada en servicio del portaaviones Type 003, todavía en pruebas de mar, el Ejército va a necesitar nuevos cazas embarcados capaces de despegar mediante catapultas. Y ya tenemos algunas pistas de sus planes. Durante los preparativos del Festival Aéreo de Zhuhai, se han filtrado imágenes de varios cazas nuevos, entre los que se ha podido ver el perturbador electrónico J-15D.
Celebrado en la provincia de Cantón, se trata la única Feria Internacional sobre temas aeronáuticos y de defensa en el país asiático. Comenzó en 1996 y se celebra cada dos años, siendo esta la decimoquinta edición. Uno de los platos fuertes es la presencia del caza de quinta generación ruso Sukhoi Su-57 Felon. Aprovechando la ocasión, se han presentado varios cazas: dos embarcados, el J-15T y el J-15D, y uno de baja observabilidad, el ya archiconocido J-35A. Este último tiene como objetivo rivalizar con el F-35 estadounidense. Además, se ha mostrado la maqueta de un dron loyal wingman: el FH-97A dotado de barra para catapulta.
Portaaviones nuevos, cazas nuevos
Con la ansiada entrada en servicio del futuro portaaviones Type 003, la Marina de Guerra china debe dotarse de cazas que puedan ser lanzados desde catapultas, como ya hacen los F-18 Super Hornet, el F-35C Lightning II o los Dassault Rafale M franceses.
En este caso, el primer avión de fabricación china es el J-15T, también conocido como J-15B. Aunque se está presentando ahora en Zhuhai, lleva tiempo operando, ya que apareció a finales de octubre en las fotografías que publicó el Ministerio de Defensa chino, constatando la primera operación conjunta de sus dos grupos de combate. En estas imágenes se cuentan 13 J-15T y 2 J-15D. Dicha operación tuvo lugar en aguas del mar de la China Meridional. Asimismo, se ha visto al J-15T en la Estación Naval de Nanning, perteneciente al Mando de Teatro Sur.
Es conveniente indicar que las fuerzas armadas chinas se estructuran en cinco mandos de teatro: Este, Sur, Oeste, Norte y Central. Sin embargo, tan solo tres de ellos cuentan con unidades navales adscritas: Norte, Este y Sur. El Central está bañado por el mar Amarillo, pero su brazo naval es responsabilidad del mando de teatro norte. Además de lo anterior, el portaaviones CV-16 Liaoning pertenece al Mando de Teatro Norte con base en Qingdao y el CV-17 Shandong pertenece al Mando de Teatro Sur con base en la isla de Hainan. Hace un par de meses, se vio a ambos compartiendo muelle en la mencionada isla.
El J-15T es una evolución del Shenyang J-15A, primer avión embarcado chino, que, a su vez, proviene del caza soviético Sukhoi Su-33. El J-15A realizó las primeras tomas en la cubierta del Liaoning en noviembre de 2012, entrando en servicio en 2013. Aquello fue todo un hito para la Marina de Guerra del Ejército Popular de Liberación. Las principales diferencias exteriores con el J-15A son un radar nuevo —con distinto color de radomo— y la inclusión de una barra para catapulta en el tren de aterrizaje delantero. Además, dispone de nueva aviónica y motores mejorados, aunque esto último sigue siendo una incógnita, pues están llevando a cabo una transición desde los originales rusos Saturn AL-31 a los Shenyang WS-10, construidos localmente.
A pesar de la opacidad, se cree que el desarrollo de un prototipo capaz de ser lanzado desde catapulta comenzó en 2016. Las pruebas se llevaron a cabo probablemente en la estación naval de Huangdicun, donde disponen de dos catapultas en tierra, una convencional (vapor) y otra electromagnética. Estados Unidos también cuenta con ellas, por ejemplo, en NAWCAD Lakehurst y en NAS Patuxent River. Ya en 2021 se comenzó a trabajar en la versión definitiva de la aeronave mencionada.
En el apartado técnico, el J-15 presenta una longitud de 22,28 m, una envergadura de 14,70 m (7,4 m con las alas plegadas) y una altura de 5,92 m. Está propulsado por dos motores Saturn AL-31 o Shenyang WS-10, logrando una velocidad máxima de Mach 2,17 y un alcance de combate de 1270 km. Es capaz de portar hasta 6500 kg de armamento bélico, entre misiles aire-aire, anti-buque y de ataque a tierra, bombas y cohetes.
Casi de manera simultánea al desarrollo del J-15A, en 2012, despegó por primera vez el J-15S, una variante biplaza, abriendo la puerta a nuevos cometidos como guerra electrónica, donde es prácticamente imprescindible contar con un oficial de guerra electrónica (en inglés, EWO). Así, se cree que el J-15D realizó su primer vuelo en 2018. A pesar de ello, no se ha tenido constancia de su status operativo hasta este año.
J-15D: un tiburón a la caza de las ondas en la mar
Esta nueva aeronave, cuyo propósito es proteger en el espacio electromagnético al paquete de ataque, cuenta con dos nuevos dispositivos de punta de plano y cuatro pods. Se le ha retirado el sensor óptico IRST, característico de estos aviones y encargado de detectar blancos aéreos, y el cañón de 30 mm. Todo ello similar a su hermano basado en tierra, el J-16D, que fue presentado en 2021 en la misma feria.
Las modificaciones mencionadas recuerdan, no solo al J-16D, sino también a su contrincante estadounidense, el Boeing EA-18G Growler que tampoco dispone de cañón, para alojar equipos electrónicos, y en las puntas de plano cuenta con los receptores de señal del sistema ALQ-218, necesarios para ajustar las perturbaciones. Seguramente, en el caso chino sea igual. Por un lado, los dispositivos de punta de plano son los encargados de recibir las señales de, por ejemplo, los radares antiaéreos. Por otro, los pods perturbadores son los responsables de emitir las señales que impidan a dichos radares antiaéreos operar. Además, se han hecho modificaciones en el apartado estético, añadiéndose un rayo al habitual tiburón en el estabilizador vertical. El programa de desarrollo de este avión se bautizó como ‘flying shark’, en español ‘tiburón volador’.
En el argot de guerra electrónica aérea se habla de dos conceptos: SEAD y DEAD. El primero hace referencia a la supresión de defensas enemigas. Esto es, ‘dejar ciego’ o ‘engañar’ al radar enemigo durante el tiempo que dure el ataque. Mientras que DEAD implica la destrucción de las defensas enemigas, por lo que es necesario emplear un misil o una bomba para eliminar el radar o el sistema antiaéreo completo. En el caso estadounidense, los Growler emplean los misiles HARM o AARGM-ER. Así, el primer caso es ‘no cinético’ y el segundo sí lo es.
Normalmente, los aviones estadounidenses suelen portar tres pods perturbadores ALQ-99. Dos de banda alta y uno de banda baja, además de dos misiles HARM, dos depósitos de combustible y quizá AMRAAM (para confrontar a otras aeronaves), todo ello dependiendo de la misión. Cabe mencionar que EEUU está actualizando ahora mismo esta capacidad e introducirá en el futuro pods de banda baja, banda media y banda alta. Sin embargo, en las fotografías difundidas, el chino lleva cuatro. Lo más seguro es que dos sean para banda baja (con lo que parecen dos antenas) y dos de banda alta (con sólo una antena). No se aprecian misiles ni estaciones para portarlos, pero podrían lanzar YJ-91, derivados del Kh-31 soviético o, incluso, podrían desarrollar un nuevo misil antirradiación.
A diferencia de los norteamericanos, no se advierte que tengan tomas de aire de gran tamaño ni turbinas de impacto (RAT) que produzcan potencia adicional. Lo que hace indicar que quizá no sean lo suficientemente potentes. Los ALQ-99 disponen de turbinas de impacto en la parte delantera, mientras que los nuevos ALQ-249 llevan una turbina en su interior. Con la entrada en servicio del nuevo portaaviones Type 003, la Marina de guerra china está introduciendo un nuevo caza con catapulta: el J-15T. Además, han incorporado un nuevo avión con capacidades de guerra electrónica: el J-15D. ¿Superarán a la US Navy?