La falta de seguridad y los aranceles de Trump, problemas añadidos para el olivar en Castilla-La Mancha
Cuando el sector olivarero parecía levantar un poco la cabeza, a tenor de las mejores previsiones de cosecha para la campaña 2024/2025, tras los malos datos de años anteriores y la crisis en las ventas de aceite de oliva por el alza de los precios, nuevos nubarrones acechan a los oleicultores. Una situación que en el caso de Castilla-La Mancha -segunda comunidad autónoma de España con más superficie de olivar, tan sólo detrás de Andalucía- puede llegar a ser incluso preocupante porque es el cultivo principal de la región, con más de 450.000 hectáreas, superando en los últimos años al viñedo . Precisamente, esas nubes negras que descargaron con la DANA durante las pasadas semanas han perjudicado sobre todo al sector del olivar, que ha perdido en torno al 30% de la cosecha de aceituna en algunas zonas, según los datos que ha aportado el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Julián Martínez Lizán . Un problema que se añade a los, cada vez más frecuentes, robos de aceituna en determinados territorios y al miedo a una subida de los aranceles para el aceite de oliva por parte del próximo Gobierno de Estados Unidos, presidido por el recién ganador electoral Donald Trump, que prometió esa medida en su país, uno de los principales importadores de este producto. Aun así, los productores encaran esta nueva campaña que va a comenzar con mejores expectativas, pues calculan que la cosecha alcance las 140.000 toneladas, siendo entre un 24 y un 29% superior a la del año anterior, según las previsiones tanto de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla la Mancha como de Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores). Unas cifras que suben especialmente en Ciudad Real y Toledo, las dos provincias con más superficie de olivar de la comunidad, con más de 65.000 y 40.000 toneladas respectivamente , a las que suman las 15.400 de la de Albacete, las 6.600 de Cuenca y unas 2.000 de Guadalajara. Un aumento de producción que va a llevar aparejado un descenso de los precios, según indican los expertos, aunque el precio final dependerá de la oferta y la demanda, además de una calidad «muy buena» de la aceituna debido a las abundantes lluvias acumuladas durante la primavera pasada. «No ha habido ataques importantes de la mosca del olivo ni afección de otras enfermedades», afirma a ABC el portavoz de la sectorial del aceite de oliva de Cooperativas Agroalimentarias, Gregorio Gómez , quien adelanta que la campaña 2024/2025 será de «recuperación, marcada por un suministro que, aunque ligeramente mayor, no alcanzará para cubrir la demanda proyectada en el mercado». «Los precios van a bajar respecto al año pasado porque hay más aceitunas», informa la presidenta de Asaja en la provincia de Toledo y conocedora del sector olivarero en la región, Blanca Corroto . Aun así, quiere dejar claro que «hay que acostumbrarse a pagar el precio justo de lo que cuesta elaborar determinados productos, como pueda ser el aceite de oliva. Estamos acostumbrados a una alimentación buena y barata, y eso no puede ser ya, porque los costes de producción -gasoil, fitosanitarios, abonos, maquinaria, etc.- se han encarecido y eso repercute en el precio final». En este sentido, hace un llamamiento para «un cambio de mentalidad» del consumidor: «Yo no he visto telediarios ni periódicos abriendo con el alza de los precios de otros productos, como el alcohol y el ocio, pero sí que ha ocurrido con el aceite de oliva», se queja Corroto, quien asegura que «en España se elaboran productos de calidad, pero a la vez entran muchos productos de fuera que vienen sin ninguna seguridad alimentaria y, por eso, pido a las consumidores que se fijen en el etiquetado para saber dónde están fabricados porque al final eres lo que comes». Por lo que se refiere a los robos que se producen durante la campaña de la recogida de la aceituna, el responsable de Cooperativas recuerda que «es un problema que lleva produciéndose desde hace mucho tiempo». Gregorio Gómez señala que todos los años solicitan a la Delegación del Gobierno de España en Castilla-La Mancha un refuerzo de la seguridad de cara a la próxima campaña, algo a lo que se a comprometido con más efectivos tanto de la Guardia Civil como de las patrullas de los equipos de lucha contra el Robo en el Campo (ROCA) del Instituto Armado en determinados territorios. «En esta tarea no sólo tiene que tener responsabilidad los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, sino que debemos arrimar el hombro todos, y hay voluntad de que así sea», subraya Gómez, que pide a todo el sector olivarero, ya sea a los productores como a las cooperativas y almazaras, una mayor vigilancia de sus instalaciones y de su cosecha para controlar la trazabilidad de la aceituna y del aceite. Por parte de Asaja, Blanca Corroto alerta del «miedo» de muchos oleicultores en la comarca de los Montes de Toledo por los robos en las últimas campañas . «Este tipo de episodios aumentan cuando los precios de las aceitunas son más altos, como es el caso», afirma la representante agraria, que cree que «los efectivos de la Guardia Civil nunca son suficientes para vigilar en todos los lugares». «Nosotros, desde Asaja Castilla-La Mancha, llevamos pidiendo desde hace muchos años una guía, como existe en otras comunidades autónomas, para que quien va a descargar las aceitunas a las almazaras y otros puntos de recogida, lleve una documentación necesaria que garantice la procedencia y la trazabilidad del fruto», explica Corroto. Para ello, reclama, «aparte de mayor seguridad tanto en el campo como a la hora de molturar en las cooperativas, responsabilidad por parte de quien compra esa aceituna porque, si cumplieran con la normativa, no habría tantos robos». Para intentar dar una solución a esa situación, la delegada del Gobierno de España en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, y el subdelegado en la provincia de Toledo, Carlos Ángel Devia, se reunieron el pasado lunes con alcaldes y alcaldesas de la comarca de los Montes de Toledo -Gálvez, Guadamur, Polán, Navahermosa y Noez- debido a la preocupación de estos municipios por la seguridad de las explotaciones ante la campaña de recogida de la aceituna, cuyo punto álgido comenzará en unas semanas. Una de las presentes en dicho encuentro fue la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez , quien cree igualmente que el número de efectivos de la Guardia Civil «no es suficiente» para cubrir un territorio tan amplio como son los Montes de Toledo. «Hacen falta más agentes para aumentar, no sólo la vigilancia, sino la sensación de seguridad, porque -según informa- en los últimos meses están aumentando los robos en el campo y en los núcleos urbanos, con asaltos incluso a las viviendas cuando están dentro los residentes, delitos que muchas veces acaban con los delincuentes de nuevo en la calle».
abc.es
La falta de seguridad y los aranceles de Trump, problemas añadidos para el olivar en Castilla-La Mancha
Cuando el sector olivarero parecía levantar un poco la cabeza, a tenor de las mejores previsiones de cosecha para la campaña 2024/2025, tras los malos datos de años anteriores y la crisis en las ventas de aceite de oliva por el alza de los precios, nuevos nubarrones acechan a los oleicultores. Una situación que en el caso de Castilla-La Mancha -segunda comunidad autónoma de España con más superficie de olivar, tan sólo detrás de Andalucía- puede llegar a ser incluso preocupante porque es el cultivo principal de la región, con más de 450.000 hectáreas, superando en los últimos años al viñedo . Precisamente, esas nubes negras que descargaron con la DANA durante las pasadas semanas han perjudicado sobre todo al sector del olivar, que ha perdido en torno al 30% de la cosecha de aceituna en algunas zonas, según los datos que ha aportado el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, Julián Martínez Lizán . Un problema que se añade a los, cada vez más frecuentes, robos de aceituna en determinados territorios y al miedo a una subida de los aranceles para el aceite de oliva por parte del próximo Gobierno de Estados Unidos, presidido por el recién ganador electoral Donald Trump, que prometió esa medida en su país, uno de los principales importadores de este producto. Aun así, los productores encaran esta nueva campaña que va a comenzar con mejores expectativas, pues calculan que la cosecha alcance las 140.000 toneladas, siendo entre un 24 y un 29% superior a la del año anterior, según las previsiones tanto de Cooperativas Agroalimentarias de Castilla la Mancha como de Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores). Unas cifras que suben especialmente en Ciudad Real y Toledo, las dos provincias con más superficie de olivar de la comunidad, con más de 65.000 y 40.000 toneladas respectivamente , a las que suman las 15.400 de la de Albacete, las 6.600 de Cuenca y unas 2.000 de Guadalajara. Un aumento de producción que va a llevar aparejado un descenso de los precios, según indican los expertos, aunque el precio final dependerá de la oferta y la demanda, además de una calidad «muy buena» de la aceituna debido a las abundantes lluvias acumuladas durante la primavera pasada. «No ha habido ataques importantes de la mosca del olivo ni afección de otras enfermedades», afirma a ABC el portavoz de la sectorial del aceite de oliva de Cooperativas Agroalimentarias, Gregorio Gómez , quien adelanta que la campaña 2024/2025 será de «recuperación, marcada por un suministro que, aunque ligeramente mayor, no alcanzará para cubrir la demanda proyectada en el mercado». «Los precios van a bajar respecto al año pasado porque hay más aceitunas», informa la presidenta de Asaja en la provincia de Toledo y conocedora del sector olivarero en la región, Blanca Corroto . Aun así, quiere dejar claro que «hay que acostumbrarse a pagar el precio justo de lo que cuesta elaborar determinados productos, como pueda ser el aceite de oliva. Estamos acostumbrados a una alimentación buena y barata, y eso no puede ser ya, porque los costes de producción -gasoil, fitosanitarios, abonos, maquinaria, etc.- se han encarecido y eso repercute en el precio final». En este sentido, hace un llamamiento para «un cambio de mentalidad» del consumidor: «Yo no he visto telediarios ni periódicos abriendo con el alza de los precios de otros productos, como el alcohol y el ocio, pero sí que ha ocurrido con el aceite de oliva», se queja Corroto, quien asegura que «en España se elaboran productos de calidad, pero a la vez entran muchos productos de fuera que vienen sin ninguna seguridad alimentaria y, por eso, pido a las consumidores que se fijen en el etiquetado para saber dónde están fabricados porque al final eres lo que comes». Por lo que se refiere a los robos que se producen durante la campaña de la recogida de la aceituna, el responsable de Cooperativas recuerda que «es un problema que lleva produciéndose desde hace mucho tiempo». Gregorio Gómez señala que todos los años solicitan a la Delegación del Gobierno de España en Castilla-La Mancha un refuerzo de la seguridad de cara a la próxima campaña, algo a lo que se a comprometido con más efectivos tanto de la Guardia Civil como de las patrullas de los equipos de lucha contra el Robo en el Campo (ROCA) del Instituto Armado en determinados territorios. «En esta tarea no sólo tiene que tener responsabilidad los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, sino que debemos arrimar el hombro todos, y hay voluntad de que así sea», subraya Gómez, que pide a todo el sector olivarero, ya sea a los productores como a las cooperativas y almazaras, una mayor vigilancia de sus instalaciones y de su cosecha para controlar la trazabilidad de la aceituna y del aceite. Por parte de Asaja, Blanca Corroto alerta del «miedo» de muchos oleicultores en la comarca de los Montes de Toledo por los robos en las últimas campañas . «Este tipo de episodios aumentan cuando los precios de las aceitunas son más altos, como es el caso», afirma la representante agraria, que cree que «los efectivos de la Guardia Civil nunca son suficientes para vigilar en todos los lugares». «Nosotros, desde Asaja Castilla-La Mancha, llevamos pidiendo desde hace muchos años una guía, como existe en otras comunidades autónomas, para que quien va a descargar las aceitunas a las almazaras y otros puntos de recogida, lleve una documentación necesaria que garantice la procedencia y la trazabilidad del fruto», explica Corroto. Para ello, reclama, «aparte de mayor seguridad tanto en el campo como a la hora de molturar en las cooperativas, responsabilidad por parte de quien compra esa aceituna porque, si cumplieran con la normativa, no habría tantos robos». Para intentar dar una solución a esa situación, la delegada del Gobierno de España en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, y el subdelegado en la provincia de Toledo, Carlos Ángel Devia, se reunieron el pasado lunes con alcaldes y alcaldesas de la comarca de los Montes de Toledo -Gálvez, Guadamur, Polán, Navahermosa y Noez- debido a la preocupación de estos municipios por la seguridad de las explotaciones ante la campaña de recogida de la aceituna, cuyo punto álgido comenzará en unas semanas. Una de las presentes en dicho encuentro fue la alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez , quien cree igualmente que el número de efectivos de la Guardia Civil «no es suficiente» para cubrir un territorio tan amplio como son los Montes de Toledo. «Hacen falta más agentes para aumentar, no sólo la vigilancia, sino la sensación de seguridad, porque -según informa- en los últimos meses están aumentando los robos en el campo y en los núcleos urbanos, con asaltos incluso a las viviendas cuando están dentro los residentes, delitos que muchas veces acaban con los delincuentes de nuevo en la calle».