El paraíso termal de Galicia para darte un chapuzón también en invierno: se mantiene a una temperatura agradable todo el año
En Galicia, las maravillas naturales no descansan, y una de sus joyas menos conocidas, pero más apreciadas, es la Charca do Alligal, en Vilalba, Lugo. Este pequeño paraíso termal ofrece aguas que se mantienen a 23 grados todo el año, permitiendo a los bañistas disfrutar de un baño incluso en pleno invierno. Con su entorno rodeado de abedules y vegetación autóctona, esta charca natural invita a desconectar y relajarse en sus aguas bicarbonatadas-cálcicas, conocidas no solo por su agradable temperatura sino también por sus beneficios médicos.
La Charca do Alligal, situada en la región de Terra Chá, no solo es un punto de interés para los amantes de la naturaleza y el descanso, sino que se ha convertido en un rincón muy popular entre quienes buscan alternativas naturales para el cuidado de la piel y el alivio de dolencias reumáticas como la artritis y artrosis. Sus aguas, de baja mineralización, emergen de la tierra a un caudal de 1200 litros por minuto, lo que asegura una experiencia constante y renovada para quienes disfrutan de sus propiedades curativas.
@engaliciamorateLa Charca de Alligal es una piscina termal ubicada en Codesido, Vilalba, en la provincia de Lugo. De su suelo brotan diferentes hoyos del manantial ⛲, que hacen que alcance una temperatura agradable durante todo el año. Su fama se debe a numerosas leyendas que le atribuyen propiedades curativas y milagrosas. 📝Es un lugar ideal para pasar la tarde y disfrutar de sus aguas templadas y relajarse en un entorno natural a un pasito de Vilalba. ℹ️La charca dispone de fuente, aparcamiento y, durante la temporada de verano, también se abren al público sus vestuarios, aseos y bar.
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Además, esta poza termal centenaria está rodeada de leyendas, tal como recoge el portal Galicia Máxica. Entre los siete cuentos ancestrales que envuelven a esta piscina natural, destaca la de Las Tres Bestias Heridas. Según esta historia, en tiempos remotos, cuando los pájaros tenían dientes, vivían cerca de la charca tres hermanas. Un malvado hechicero se enamoró de ellas, pero al no ser correspondido, las transformó en bestias bravas.
Un baño reparador al aire libre
Condenadas a vagar entre tojos y silvas, arañando rocas y setas, estas doncellas estaban condenadas al sufrimiento perpetuo. Sin embargo, un hada benevolente intervino y las guio hacia una pequeña fuente. Las bestias, en un acto de esperanza, comenzaron a excavar con sus patas, ampliando la fuente hasta formar el charco que hoy conocemos.
Después de nueve días de esfuerzo, se obró el milagro y emergieron del agua completamente curadas: en su rostro y su cuerpo ya no había señal alguna de sus heridas y llagas. La Charca do Alligal es un lugar de gran valor histórico y medicinal.
La primera piscina de la charca se construyó en 1930, utilizando piedra y con dimensiones mucho más reducidas que las actuales. Hoy en día, se presenta como una balsa circular de 30 metros de diámetro, un espacio ideal para relajarse y disfrutar de sus aguas curativas. El suelo de arena de la charca alberga numerosos hoyos del manantial, que se hacen visibles por las burbujas que ascienden a la superficie, un fenómeno que añade un toque mágico al entorno.
El acceso es sencillo y gratuito. Basta con tomar la carretera LU-861 desde Vilalba y, tras unos ocho kilómetros, girar hacia la izquierda en el cruce que lleva a este rincón termal. Aunque el lugar cuenta con estacionamiento y un pequeño quiosco, estos servicios solo están disponibles en temporada estival, por lo que quienes se acerquen en invierno deberán llevar todo lo necesario para disfrutar de la experiencia.
Además, durante la temporada baja, algunos lugareños aprovechan la visita para llenar sus botellas con el agua fría del manantial paralelo a la charca termal, destacando una tradición que refuerza el vínculo entre la naturaleza y la comunidad local.
La Charca do Alligal es un destino termal único, ideal para los que buscan un rincón especial en Galicia donde relajarse y conectarse con la naturaleza. Su temperatura constante y su entorno verde crean un escenario perfecto para disfrutar de un baño en cualquier momento del año. Para quienes desean alargar la experiencia, el cercano Hotel Spa Attica 21 Vilalba ofrece alojamiento y un verdadero templo del bienestar, con instalaciones diseñadas para el máximo disfrute de sus huéspedes.
El alojamiento cuenta con un spa de más de 2.500 metros cuadrados dedicado a la cultura del agua. El complejo termal incluye un jacuzzi en forma de vieira, además de una relajante piscina dinámica con río a contracorriente, cuellos de cisne, cascadas, relajantes géiseres, asientos de burbujas, chorros subacuáticos reductores y camas de hidromasaje. Además, los niños también podrán disfrutar de la estancia en el club termal infantil, con setas mágicas y chorros "saltarines".