El salvamento del Mazarrón 2 concluye con éxito y nuevos hallazgos
«Todos estamos supercontentos», afirma satisfecho Carlos de Juan. Y no es para menos. La extracción del Mazarrón 2 ha concluido este jueves con éxito y los restos de esta embarcación fenicia datada en la segunda mitad del siglo VII antes de Cristo ya reposan en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua) de Cartagena, en tratamiento para su conservación. «Nos quedamos tranquilos de que el pecio está a salvo», se congratula el arqueólogo subacuático que ha dirigido los trabajos. El equipo de especialistas de la Universidad de Valencia, formado por trece arqueólogos, conservadores y documentalistas -y que ha contado con la colaboración del director de Arqua Rafael Sabio y el conservador Juan Luis Sierra-, extrajo ayer la quilla , el eje axial de la embarcación. Era la última de las 22 grandes porciones en que habían dividido este barco de 8,15 metros de eslora por 2,25 de manga, siguiendo las juntas de las tablas y sus numerosas grietas. « Ha sido como una cirugía a corazón abierto », sostiene De Juan. Los fragmentos, alguno de hasta 2,70 metros de longitud por 1,40 de anchura, fueron trasladados en cunas específicas confeccionadas con materiales capaces de aguantar los productos químicos que se usarán ahora en su conservación y restauración. Por fortuna, los trabajos se han podido completar en dos meses sin inconvenientes. La trágica Dana azotó muy cerca de esta localidad costera de la Región de Murcia, donde llegó un coletazo. Los arqueólogos, que estuvieron pendientes al minuto de los informes climatológicos, habían cerrado el pecio a cal y canto en esos días y, protegido bajo una montaña de sacos de arena, no resultó dañado. «Ha sido una labor lenta y delicada, pero todo el mundo estaba muy bien instruido y se ha llevado a cabo con precisión, de forma casi mecánica», según refiere el experto en arquitectura naval de la Universidad de Valencia. Solo con dos piezas muy fragmentadas presentaron problemas adicionales, que se pudieron solventar con líneas de sutura. Este proceso de extracción por porciones les ha permitido a los arqueólogos observar detalles de carpinterías imposibles de estudiar en otro escenario y que «van a enriquecer mucho la interpretación arqueológica del pecio», según De Juan. Para este especialista, conocer esos procesos de construcción del barco reviste «mucho interés» . «No es únicamente la preservación del bien patrimonial o que llegue al público en un museo, sino que también seamos capaces de hacer la mejor lectura histórica del pecio », explica. Pegados a la cara exterior del casco, los arqueólogos han hallado unos tramos del cabo del ancla de la embarcación con los nudos originales que los unían. «Para encontrar otros ejemplos de este tipo de nudos en arqueología tenemos que dar el salto hasta el Egipto faraónico. En el contexto del Mediterráneo occidental, en el Mazarrón están los dos únicos casos de nudos marineros de época antigua encontrados en un yacimiento arqueológico , los testimonios más antiguos», subraya. También han recuperado un plato de cerámica de tipología fenicia, que les remite a la cultura de los marineros que lo usaban para comer, y un anforisco . Según explica De Juan, se cree que estas pequeñas ánforas de unos 12 centímetros de altura se utilizaban para contener cosas preciosas, como fragmentos de mineral de plata, aunque hay autores que creen que podrían ser pequeñas muestras comerciales del vino que llevaban en su cargamento de ánforas. Estos materiales también han sido depositados en Arqua por ser partes integrales del pecio y a partir de ahora serán estudiados minuciosamente por los arqueólogos. El proyecto de extracción del Mazarrón 2, incluido por la Unesco en su Registro de Buenas Prácticas del Patrimonio Cultural Subacuático, está cumpliendo «de manera modélica» con todas las expectativas de los investigadores. «Está poniendo tics en todas las casillas, porque no solo va a proporcionar la protección del pecio y su futuro acceso al público, ha fomentado la arqueología y el cuidado del patrimonio en la comunidad local, donde al final éramos parte de la familia de Mazarrón (los vecinos nos llevaban comida, nos invitaban a sus casas… ha sido muy especial). Y además, ha aportado información arqueológica, que es la parte que a nosotros más nos toca, así que estamos contentos por triplicado», resume el director de los trabajos. Antes de dar por concluidos sus trabajos han peinado la zona donde yacía el pecio, a 1,8 metros de profundidad y a solo 60 metros de la Playa de la Isla. Aunque De Juan avanza que planean volver para excavar hasta los niveles donde se hundía la caja fuerte que protegió el pecio durante años «para estar seguros de que no se ha quedado por ahí desperdigado ningún fragmento de madera o de cerámica que pudiera estar en relación». La consejera de Cultura de la Región de Murcia, Carmen Conesa, subrayó ayer que todo el proceso ha sido «el fruto de la colaboración entre administraciones para poner en valor uno de los barcos antiguos más completos hallados en el mundo hasta la fecha, pues se conserva casi entero y es un ejemplo único de la navegación y la arquitectura naval fenicia». Descubierto en 1994, tras las excavaciones dirigidas entre 1999 y 2001 por Iván Negueruela, entonces director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática, se cubrió con una estructura metálica que lo protegió artificialmente durante años. Sin embargo, el hundimiento de esta 'Caja fuerte' y el aumento de temporales marinos que pondrían en peligro el pecio llevaron al grupo de trabajo constituido por el Ministerio de Cultura y la Región de Murcia, junto con el Ayuntamiento de Mazarrón, a decidir su extracción y recuperación en Arqua. En el museo de Cartagena, científicos e investigadores estudiarán, restaurarán y conservarán las maderas del pecio y volverán a encajar las piezas para una futura exhibición al público con los materiales que ya fueron recuperados años atrás, como su cargamento de plomo, objetos de la tripulación y el ancla, la más antigua de su tipo. En Arqua se encuentran también los restos del Mazarrón 1, el otro barco fenicio hallado en la Playa de la Isla, del que se conserva un tramo de cuatro metros de la quilla, un tablazón y unas piezas de madera con forma cilíndrica que parecen corresponder a las cuadernas de la nave.
abc.es
El salvamento del Mazarrón 2 concluye con éxito y nuevos hallazgos
«Todos estamos supercontentos», afirma satisfecho Carlos de Juan. Y no es para menos. La extracción del Mazarrón 2 ha concluido este jueves con éxito y los restos de esta embarcación fenicia datada en la segunda mitad del siglo VII antes de Cristo ya reposan en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática (Arqua) de Cartagena, en tratamiento para su conservación. «Nos quedamos tranquilos de que el pecio está a salvo», se congratula el arqueólogo subacuático que ha dirigido los trabajos. El equipo de especialistas de la Universidad de Valencia, formado por trece arqueólogos, conservadores y documentalistas -y que ha contado con la colaboración del director de Arqua Rafael Sabio y el conservador Juan Luis Sierra-, extrajo ayer la quilla , el eje axial de la embarcación. Era la última de las 22 grandes porciones en que habían dividido este barco de 8,15 metros de eslora por 2,25 de manga, siguiendo las juntas de las tablas y sus numerosas grietas. « Ha sido como una cirugía a corazón abierto », sostiene De Juan. Los fragmentos, alguno de hasta 2,70 metros de longitud por 1,40 de anchura, fueron trasladados en cunas específicas confeccionadas con materiales capaces de aguantar los productos químicos que se usarán ahora en su conservación y restauración. Por fortuna, los trabajos se han podido completar en dos meses sin inconvenientes. La trágica Dana azotó muy cerca de esta localidad costera de la Región de Murcia, donde llegó un coletazo. Los arqueólogos, que estuvieron pendientes al minuto de los informes climatológicos, habían cerrado el pecio a cal y canto en esos días y, protegido bajo una montaña de sacos de arena, no resultó dañado. «Ha sido una labor lenta y delicada, pero todo el mundo estaba muy bien instruido y se ha llevado a cabo con precisión, de forma casi mecánica», según refiere el experto en arquitectura naval de la Universidad de Valencia. Solo con dos piezas muy fragmentadas presentaron problemas adicionales, que se pudieron solventar con líneas de sutura. Este proceso de extracción por porciones les ha permitido a los arqueólogos observar detalles de carpinterías imposibles de estudiar en otro escenario y que «van a enriquecer mucho la interpretación arqueológica del pecio», según De Juan. Para este especialista, conocer esos procesos de construcción del barco reviste «mucho interés» . «No es únicamente la preservación del bien patrimonial o que llegue al público en un museo, sino que también seamos capaces de hacer la mejor lectura histórica del pecio », explica. Pegados a la cara exterior del casco, los arqueólogos han hallado unos tramos del cabo del ancla de la embarcación con los nudos originales que los unían. «Para encontrar otros ejemplos de este tipo de nudos en arqueología tenemos que dar el salto hasta el Egipto faraónico. En el contexto del Mediterráneo occidental, en el Mazarrón están los dos únicos casos de nudos marineros de época antigua encontrados en un yacimiento arqueológico , los testimonios más antiguos», subraya. También han recuperado un plato de cerámica de tipología fenicia, que les remite a la cultura de los marineros que lo usaban para comer, y un anforisco . Según explica De Juan, se cree que estas pequeñas ánforas de unos 12 centímetros de altura se utilizaban para contener cosas preciosas, como fragmentos de mineral de plata, aunque hay autores que creen que podrían ser pequeñas muestras comerciales del vino que llevaban en su cargamento de ánforas. Estos materiales también han sido depositados en Arqua por ser partes integrales del pecio y a partir de ahora serán estudiados minuciosamente por los arqueólogos. El proyecto de extracción del Mazarrón 2, incluido por la Unesco en su Registro de Buenas Prácticas del Patrimonio Cultural Subacuático, está cumpliendo «de manera modélica» con todas las expectativas de los investigadores. «Está poniendo tics en todas las casillas, porque no solo va a proporcionar la protección del pecio y su futuro acceso al público, ha fomentado la arqueología y el cuidado del patrimonio en la comunidad local, donde al final éramos parte de la familia de Mazarrón (los vecinos nos llevaban comida, nos invitaban a sus casas… ha sido muy especial). Y además, ha aportado información arqueológica, que es la parte que a nosotros más nos toca, así que estamos contentos por triplicado», resume el director de los trabajos. Antes de dar por concluidos sus trabajos han peinado la zona donde yacía el pecio, a 1,8 metros de profundidad y a solo 60 metros de la Playa de la Isla. Aunque De Juan avanza que planean volver para excavar hasta los niveles donde se hundía la caja fuerte que protegió el pecio durante años «para estar seguros de que no se ha quedado por ahí desperdigado ningún fragmento de madera o de cerámica que pudiera estar en relación». La consejera de Cultura de la Región de Murcia, Carmen Conesa, subrayó ayer que todo el proceso ha sido «el fruto de la colaboración entre administraciones para poner en valor uno de los barcos antiguos más completos hallados en el mundo hasta la fecha, pues se conserva casi entero y es un ejemplo único de la navegación y la arquitectura naval fenicia». Descubierto en 1994, tras las excavaciones dirigidas entre 1999 y 2001 por Iván Negueruela, entonces director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática, se cubrió con una estructura metálica que lo protegió artificialmente durante años. Sin embargo, el hundimiento de esta 'Caja fuerte' y el aumento de temporales marinos que pondrían en peligro el pecio llevaron al grupo de trabajo constituido por el Ministerio de Cultura y la Región de Murcia, junto con el Ayuntamiento de Mazarrón, a decidir su extracción y recuperación en Arqua. En el museo de Cartagena, científicos e investigadores estudiarán, restaurarán y conservarán las maderas del pecio y volverán a encajar las piezas para una futura exhibición al público con los materiales que ya fueron recuperados años atrás, como su cargamento de plomo, objetos de la tripulación y el ancla, la más antigua de su tipo. En Arqua se encuentran también los restos del Mazarrón 1, el otro barco fenicio hallado en la Playa de la Isla, del que se conserva un tramo de cuatro metros de la quilla, un tablazón y unas piezas de madera con forma cilíndrica que parecen corresponder a las cuadernas de la nave.