Seiscientos euros por dormir dos semanas en una butaca de un hospital de la red pública catalana
«Las tres primeras noches las cobramos a 50 euros; a partir de la cuarta, el precio es 40». No es la respuesta de la recepcionista de un hotel sino de la administrativa de un hospital de uso público catalán tras ser preguntada por este diario sobre si es posible pernoctar junto a un familiar ingresado en el centro. Siete años después de que trascendiera, a raíz de la denuncia de este medio, que casi una decena de hospitales públicos cobraban a los familiares por dormir en una cama o en una butaca junto a su pariente ingresado, aún, según ha podido comprobar ABC, algunos centros que no son privados siguen facturando por este servicio, algo « totalmente atípico que no ocurre en el resto de hospitales públicos del Estado», según aseguran fuentes sindicales consultadas por este diario. Entidades en defensa de la sanidad pública, formaciones políticas, y las centrales del sector consideran «inadmisible» que se cobre a los familiares «por acompañar a tu familiar en momentos difíciles». «Si duermes dos semanas junto a él para cuidarle te cuesta 600 euros, una cuota que no está al alcance de muchos», advierten desde el sindicato Comisiones Obreras (CC. OO.) de Cataluña. La mayoría de los hospitales que hace años, tal como denunció ABC en su edición del 23 de abril de 2012, cobraban a los acompañantes por usar butacas o camas en las habitaciones en las que estaban ingresados sus familiares, hoy ya han eliminado ese servicio. Ni el Hospital de La Esperança (Barcelona), ni el de Vic (Barcelona), ni el de Igualada (Barcelona), algunos de los más reconocidos que usaron esa vía durante años para aumentar sus ingresos tras los recortes sanitarios, tienen actualmente activo este servicio de cobro; lo desactivaron tras saltar la polémica en los medios. Sin embargo, según han podido constatar este diario, hay aún algunos centros de gran peso en el sector asistencial público como el Clínic de Barcelona, el Espíritu Santo de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) o el Sant Joan de Reus (Tarragona) que mantienen esa práctica. En el Hospital Clínic de Barcelona el precio por pernoctar en una butaca junto al familiar es de 54,09 euros por día, y en un sofá, de 39,93, según confirman a ABC portavoces del centro. Las mismas fuentes precisan a este diario que «el cobro se suspendió durante el Covid pero ha vuelto a reanundarse». Puntualizan también que en Maternidad, donde hace años se facturaba por este concepto, ahora no hay ninguna cuota. «En Maternidad las habitaciones son todas individuales y no se cobra a los familiares por dormir», precisan desde el centro barcelonés. En el Hospital Espíritu Santo de Santa Coloma de Gramenet, que, como el Clínic, forma parte del Sistema Sanitario Integral de Uso Público de Cataluña (Siscat por sus siglas en catalán) y que, según apunta en su página web oficial «la actividad asistencial que desarrolla corresponde fundamentalmente a la cartera de servicios pública», el servicio de camas para el acompañante también es de pago – así consta en la guía de hospitalización del centro- y las tarifas, según han confirmado a ABC desde el hospital, son de 50 euros las tres primeras noches y 40 euros a partir de la cuarta. En la respuesta a este diario, el hospital recuerda que «la posibilidad de disponer de una cama durante una o varias noches, depende de la disponibilidad de camas libres en el momento del ingreso». El Hospital del Espíritu Santo presta cobertura pública a una población de unas 220.000 personas de los municipios barceloneses de Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs, Badalona (barrio de Llefià) y Barcelona (barrio de Bon Pastor). El cobro de tarifas no solo se da en centros de Barcelona. Según han precisado a ABC fuentes de la sección sanitaria del sindicato CC. OO. de Cataluña, en el Hospital Sant Joan de Reus (Tarragona), también de uso mayoritario público, se brinda a los familiares la opción de pernoctar en una habitación individual previo pago. Según el sindicato, se ofrece a los acompañantes «la posibilidad de tener una cama accesoria en habitación individual por 28 euros/noche». Maria dels Àngels Rodríguez, portavoz de Sanidad del sindicato, denuncia en declaraciones a este medio esta situación. «Estamos totalmente en contra de que se cobre a los acompañantes por estar junto a sus familiares. El sistema público de salud ha de ser público y gratuito en el uso para el paciente y los acompañantes. Que en un centro de uso público se cobren 50 euros por dormir en una butaca es una barbaridad. Como sindicato estamos totalmente en contra de que se haga negocio de la necesidad de la persona enferma». Desde CGT, su delegado de Sanidad en Tarragona, Juan Manuel Martín , critica también la medida con contundencia. «Es lamentable que en servicios públicos y concertados de la sanidad se quiera reembolsar con cuotas de pago al usar una butaca o una cama de acompañante de una persona enferma. Buscar este tipo de recursos es una medida miserable y deshumanizada ante un servicio esencial y universal como este». Desde la Coordinadora de Usuarios de la Sanidad (CUS) critican también que esa prestación sea de pago y avanzan a este diario que tras conocer que, al menos tres hospitales del Siscat mantienen aún el cobro de este servicio, «hemos pedido explicaciones al Servicio Catalán de la Salud (CatSalut)». «Facilitar confort a los acompañantes está bien, lo que no nos parece bien es que esta prestación sea discriminatoria pues el hecho de que una persona pueda pagar ese importe, que precisamente no es pequeño, y otra persona no pueda, deja a esta última en situación de acompañar en peores condiciones cosa que no tendría que pasar en el sistema público de salud, el cual tiene que velar por la equidad entre todas las personas que acuden a él», señalan desde la CUS. También la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) censura el cobro. «Es inconcebible que se cobre a familiares de pacientes por estar en la habitación. Las personas que se quedan con un familiar es porque ese familiar es dependiente y le necesita. Además, ayuda al cuidado de esa persona e incluso a comunicarse con los profesionales sanitarios. Para la POP es una cuestión muy negativa y no entendemos que las personas en una situación vulnerable de salud tengan que pagar por eso», señala en declaraciones a ABC Carina Escobar , presidenta de la plataforma. Desde el ámbito político, también se ha reaccionado con contundencia ante la situación. El PP catalán y Vox han expresado a ABC su «rechazo» a que hospitales de uso público cobren a los acompañantes por pernoctar. El diputado del PPC Hugo Manchón censura «ese trato a los familiares». «Desde el Partido Popular, queremos reafirmar nuestro compromiso con el buen trato hacia los familiares que acompañan a los pacientes ingresados, especialmente en los momentos más difíciles. Creemos firmemente que el apoyo de los seres queridos es esencial no solo desde un punto de vista emocional, sino también para la salud mental de los pacientes. No se debe cobrar a los familiares por permanecer junto a sus seres queridos en hospitales de uso público, y menos aún cuando hay familias en situaciones de vulnerabilidad», señala el diputado. A su juicio, «el apoyo familiar es un pilar fundamental para cualquier persona que atraviesa un problema de salud, y en esos momentos de angustia, no todo el mundo cuenta con recursos para asumir gastos adicionales. La sanidad pública debe garantizar la gratuidad en el acompañamiento, asegurando que nadie se quede solo por no poder pagar una cama o una butaca». Desde Vox, la diputada María García Fuster , critica la medida y anuncia que su partido presentará una pregunta parlamentaria para que el Departamento de Salud responda por estos cobros. La diputada califica la consejería de «Cueva de Alí Babá». «El problema no es que hagan pagar una cama a un familiar para quedarse con un paciente, o que le hagan pagar la televisión a un paciente para estar confortable, o que les hagan pagar el parking a los familiares cuando van a visitar a los enfermos. El problema es que el Departamento de Salud es como la cueva de Alí Babá y Vox lo ha denunciado en infinidad de ocasiones», dice la diputada. Añade que el presupuesto del Departamento «no se destina a mejorar la calidad asistencial, ni a mejorar la calidad de los pacientes que pueden estar acompañados o que podrían estar acompañados por sus familiares, o ver la televisión gratis tranquilamente cuando están ingresados,y estar más confortables, ni a mejorar las listas de espera», sino a «sufragar los abultados sueldos de altos funcionarios del Departamento «. «Hay 116 altos cargos con sueldos por encima de los 100.000 euros al año. Ahí se va el dinero», mantiene García Fuster . Acusa a estos altos cargos de «usar la consejería exactamente como si fuese una agencia de colocación y se olvidan de lo más importante, que son los pacientes». Vox anuncia que pedirá explicaciones a Salut sobre los cobros. A preguntas de ABC la Consejería de Salud se ha limitado a afirmar que no le consta que centros totalmente públicos cobren la cuota y que «faltaría comprobar en qué condiciones los del Siscat realizan ese cobro».
abc.es
Seiscientos euros por dormir dos semanas en una butaca de un hospital de la red pública catalana
«Las tres primeras noches las cobramos a 50 euros; a partir de la cuarta, el precio es 40». No es la respuesta de la recepcionista de un hotel sino de la administrativa de un hospital de uso público catalán tras ser preguntada por este diario sobre si es posible pernoctar junto a un familiar ingresado en el centro. Siete años después de que trascendiera, a raíz de la denuncia de este medio, que casi una decena de hospitales públicos cobraban a los familiares por dormir en una cama o en una butaca junto a su pariente ingresado, aún, según ha podido comprobar ABC, algunos centros que no son privados siguen facturando por este servicio, algo « totalmente atípico que no ocurre en el resto de hospitales públicos del Estado», según aseguran fuentes sindicales consultadas por este diario. Entidades en defensa de la sanidad pública, formaciones políticas, y las centrales del sector consideran «inadmisible» que se cobre a los familiares «por acompañar a tu familiar en momentos difíciles». «Si duermes dos semanas junto a él para cuidarle te cuesta 600 euros, una cuota que no está al alcance de muchos», advierten desde el sindicato Comisiones Obreras (CC. OO.) de Cataluña. La mayoría de los hospitales que hace años, tal como denunció ABC en su edición del 23 de abril de 2012, cobraban a los acompañantes por usar butacas o camas en las habitaciones en las que estaban ingresados sus familiares, hoy ya han eliminado ese servicio. Ni el Hospital de La Esperança (Barcelona), ni el de Vic (Barcelona), ni el de Igualada (Barcelona), algunos de los más reconocidos que usaron esa vía durante años para aumentar sus ingresos tras los recortes sanitarios, tienen actualmente activo este servicio de cobro; lo desactivaron tras saltar la polémica en los medios. Sin embargo, según han podido constatar este diario, hay aún algunos centros de gran peso en el sector asistencial público como el Clínic de Barcelona, el Espíritu Santo de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) o el Sant Joan de Reus (Tarragona) que mantienen esa práctica. En el Hospital Clínic de Barcelona el precio por pernoctar en una butaca junto al familiar es de 54,09 euros por día, y en un sofá, de 39,93, según confirman a ABC portavoces del centro. Las mismas fuentes precisan a este diario que «el cobro se suspendió durante el Covid pero ha vuelto a reanundarse». Puntualizan también que en Maternidad, donde hace años se facturaba por este concepto, ahora no hay ninguna cuota. «En Maternidad las habitaciones son todas individuales y no se cobra a los familiares por dormir», precisan desde el centro barcelonés. En el Hospital Espíritu Santo de Santa Coloma de Gramenet, que, como el Clínic, forma parte del Sistema Sanitario Integral de Uso Público de Cataluña (Siscat por sus siglas en catalán) y que, según apunta en su página web oficial «la actividad asistencial que desarrolla corresponde fundamentalmente a la cartera de servicios pública», el servicio de camas para el acompañante también es de pago – así consta en la guía de hospitalización del centro- y las tarifas, según han confirmado a ABC desde el hospital, son de 50 euros las tres primeras noches y 40 euros a partir de la cuarta. En la respuesta a este diario, el hospital recuerda que «la posibilidad de disponer de una cama durante una o varias noches, depende de la disponibilidad de camas libres en el momento del ingreso». El Hospital del Espíritu Santo presta cobertura pública a una población de unas 220.000 personas de los municipios barceloneses de Santa Coloma de Gramenet, Sant Adrià de Besòs, Badalona (barrio de Llefià) y Barcelona (barrio de Bon Pastor). El cobro de tarifas no solo se da en centros de Barcelona. Según han precisado a ABC fuentes de la sección sanitaria del sindicato CC. OO. de Cataluña, en el Hospital Sant Joan de Reus (Tarragona), también de uso mayoritario público, se brinda a los familiares la opción de pernoctar en una habitación individual previo pago. Según el sindicato, se ofrece a los acompañantes «la posibilidad de tener una cama accesoria en habitación individual por 28 euros/noche». Maria dels Àngels Rodríguez, portavoz de Sanidad del sindicato, denuncia en declaraciones a este medio esta situación. «Estamos totalmente en contra de que se cobre a los acompañantes por estar junto a sus familiares. El sistema público de salud ha de ser público y gratuito en el uso para el paciente y los acompañantes. Que en un centro de uso público se cobren 50 euros por dormir en una butaca es una barbaridad. Como sindicato estamos totalmente en contra de que se haga negocio de la necesidad de la persona enferma». Desde CGT, su delegado de Sanidad en Tarragona, Juan Manuel Martín , critica también la medida con contundencia. «Es lamentable que en servicios públicos y concertados de la sanidad se quiera reembolsar con cuotas de pago al usar una butaca o una cama de acompañante de una persona enferma. Buscar este tipo de recursos es una medida miserable y deshumanizada ante un servicio esencial y universal como este». Desde la Coordinadora de Usuarios de la Sanidad (CUS) critican también que esa prestación sea de pago y avanzan a este diario que tras conocer que, al menos tres hospitales del Siscat mantienen aún el cobro de este servicio, «hemos pedido explicaciones al Servicio Catalán de la Salud (CatSalut)». «Facilitar confort a los acompañantes está bien, lo que no nos parece bien es que esta prestación sea discriminatoria pues el hecho de que una persona pueda pagar ese importe, que precisamente no es pequeño, y otra persona no pueda, deja a esta última en situación de acompañar en peores condiciones cosa que no tendría que pasar en el sistema público de salud, el cual tiene que velar por la equidad entre todas las personas que acuden a él», señalan desde la CUS. También la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) censura el cobro. «Es inconcebible que se cobre a familiares de pacientes por estar en la habitación. Las personas que se quedan con un familiar es porque ese familiar es dependiente y le necesita. Además, ayuda al cuidado de esa persona e incluso a comunicarse con los profesionales sanitarios. Para la POP es una cuestión muy negativa y no entendemos que las personas en una situación vulnerable de salud tengan que pagar por eso», señala en declaraciones a ABC Carina Escobar , presidenta de la plataforma. Desde el ámbito político, también se ha reaccionado con contundencia ante la situación. El PP catalán y Vox han expresado a ABC su «rechazo» a que hospitales de uso público cobren a los acompañantes por pernoctar. El diputado del PPC Hugo Manchón censura «ese trato a los familiares». «Desde el Partido Popular, queremos reafirmar nuestro compromiso con el buen trato hacia los familiares que acompañan a los pacientes ingresados, especialmente en los momentos más difíciles. Creemos firmemente que el apoyo de los seres queridos es esencial no solo desde un punto de vista emocional, sino también para la salud mental de los pacientes. No se debe cobrar a los familiares por permanecer junto a sus seres queridos en hospitales de uso público, y menos aún cuando hay familias en situaciones de vulnerabilidad», señala el diputado. A su juicio, «el apoyo familiar es un pilar fundamental para cualquier persona que atraviesa un problema de salud, y en esos momentos de angustia, no todo el mundo cuenta con recursos para asumir gastos adicionales. La sanidad pública debe garantizar la gratuidad en el acompañamiento, asegurando que nadie se quede solo por no poder pagar una cama o una butaca». Desde Vox, la diputada María García Fuster , critica la medida y anuncia que su partido presentará una pregunta parlamentaria para que el Departamento de Salud responda por estos cobros. La diputada califica la consejería de «Cueva de Alí Babá». «El problema no es que hagan pagar una cama a un familiar para quedarse con un paciente, o que le hagan pagar la televisión a un paciente para estar confortable, o que les hagan pagar el parking a los familiares cuando van a visitar a los enfermos. El problema es que el Departamento de Salud es como la cueva de Alí Babá y Vox lo ha denunciado en infinidad de ocasiones», dice la diputada. Añade que el presupuesto del Departamento «no se destina a mejorar la calidad asistencial, ni a mejorar la calidad de los pacientes que pueden estar acompañados o que podrían estar acompañados por sus familiares, o ver la televisión gratis tranquilamente cuando están ingresados,y estar más confortables, ni a mejorar las listas de espera», sino a «sufragar los abultados sueldos de altos funcionarios del Departamento «. «Hay 116 altos cargos con sueldos por encima de los 100.000 euros al año. Ahí se va el dinero», mantiene García Fuster . Acusa a estos altos cargos de «usar la consejería exactamente como si fuese una agencia de colocación y se olvidan de lo más importante, que son los pacientes». Vox anuncia que pedirá explicaciones a Salut sobre los cobros. A preguntas de ABC la Consejería de Salud se ha limitado a afirmar que no le consta que centros totalmente públicos cobren la cuota y que «faltaría comprobar en qué condiciones los del Siscat realizan ese cobro».