El año 2024 se convierte en el primero en superar el peligroso umbral climático de 1,5 grados
Nunca antes el ser humano moderno había vivido en un planeta con una temperatura global tan alta. El año 2024 se ha convertido en el primero en superar en promedio el emblemático umbral de 1,5 grados de calentamiento sobre la época preindustrial, según confirman los datos publicados este viernes por la agencia europea Copernicus. Una 'carrera planetaria' que conduce a la intensificación de las olas de calor, las lluvias torrenciales o la subida del nivel del mar, entre otros efectos del cambio climático. Detrás de estos registros récord está la concentración de gases de efecto invernadero, en los niveles más elevados jamás registrados en la atmósfera, al que se han sumado otros factores que han empujado las temperaturas hasta estos niveles inéditos. Entre ellos está El Niño , un fenómeno natural que se dio hasta mediados de año y que eleva las temperaturas del océano en el Pacífico tropical central y oriental, influyendo en el clima de todo el planeta. La agencia calcula que las temperaturas de 2024 han estado 1,6 °C por encima de los registros preindustriales. Esto supone que el pasado año fue el más cálido registrado de una serie de datos que comienza en 1850, y también que se rompe por primera vez la barrera psicológica del grado y medio de calentamiento sobre los niveles de hace un siglo y medio, cuando el ser humano aceleró la quema de combustibles fósiles Superar este umbral climático una vez no implica romper el límite del Acuerdo de París, con el que la comunidad internacional se comprometió a mantener el planeta lo más cerca de este límite y evitar que el aumento de temperaturas se alzase sobre los 2 grados, ya que se necesitan 20 años de temperaturas por encima del 1,5º para considerarlo traspasado de forma estable. Pero sí da una muestra de hacia dónde se encamina el planeta. «Las temperaturas globales están aumentand o más allá de lo que los humanos modernos han experimentado jamás» , dice Copernicus. Es decir, son condiciones inéditas en los últimos 100.000 años. «Cada año de la última década es uno de los diez más cálidos registrados. Ahora estamos al borde de superar el nivel de 1,5ºC definido en el Acuerdo de París y el promedio de los últimos dos años ya está por encima de este nivel», dice Samantha Burgess, responsable del programa de vigilancia climática de Copernicus. «Estas altas temperaturas globales, junto con niveles récord de vapor de agua atmosférico en 2024, significaron olas de calor sin precedentes y eventos de fuertes lluvias, causando miseria para millones de personas». De hecho, en España, este año algunos estudios han vinculado la virulencia de las lluvias de la dana de Valencia con un aumento en la temperatura de la superficie del Mediterráneo y el calentamiento global. World Weather Attribution, un grupo de científicos que se ha especializado en estudiar de forma rápida si un evento meteorológico está vinculado o no con el cambio climático, ha concluido que el calentamiento global duplicó la probabilidad de que la dana sucediera y contribuyó a que las lluvias fueran un 12% más intensas. Una cifra similar a la que sacó otro estudio, esta vez de Climameter, un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), que concluyó que el cambio climático aumentó las precipitaciones un 15%. A nivel global, la temperatura media mundial mensual superó los 1,5° con respecto a los niveles preindustriales durante 11 meses del año. Si nos remontamos más atrás, todos los meses desde julio de 2023, excepto julio de 2024, han superado el nivel de 1,5°. Y durante este año, también se alcanzó el día con la mayor temperatura registrada hasta ahora: fue el 22 de julio, cuando hubo 17,16° de media. «La humanidad está a cargo de su propio destino, pero la forma en que respondamos al desafío climático debe basarse en evidencias. El futuro está en nuestras manos: una acción rápida y decisiva aún puede alterar la trayectoria de nuestro clima futuro», dice Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus.
abc.es
El año 2024 se convierte en el primero en superar el peligroso umbral climático de 1,5 grados
Nunca antes el ser humano moderno había vivido en un planeta con una temperatura global tan alta. El año 2024 se ha convertido en el primero en superar en promedio el emblemático umbral de 1,5 grados de calentamiento sobre la época preindustrial, según confirman los datos publicados este viernes por la agencia europea Copernicus. Una 'carrera planetaria' que conduce a la intensificación de las olas de calor, las lluvias torrenciales o la subida del nivel del mar, entre otros efectos del cambio climático. Detrás de estos registros récord está la concentración de gases de efecto invernadero, en los niveles más elevados jamás registrados en la atmósfera, al que se han sumado otros factores que han empujado las temperaturas hasta estos niveles inéditos. Entre ellos está El Niño , un fenómeno natural que se dio hasta mediados de año y que eleva las temperaturas del océano en el Pacífico tropical central y oriental, influyendo en el clima de todo el planeta. La agencia calcula que las temperaturas de 2024 han estado 1,6 °C por encima de los registros preindustriales. Esto supone que el pasado año fue el más cálido registrado de una serie de datos que comienza en 1850, y también que se rompe por primera vez la barrera psicológica del grado y medio de calentamiento sobre los niveles de hace un siglo y medio, cuando el ser humano aceleró la quema de combustibles fósiles Superar este umbral climático una vez no implica romper el límite del Acuerdo de París, con el que la comunidad internacional se comprometió a mantener el planeta lo más cerca de este límite y evitar que el aumento de temperaturas se alzase sobre los 2 grados, ya que se necesitan 20 años de temperaturas por encima del 1,5º para considerarlo traspasado de forma estable. Pero sí da una muestra de hacia dónde se encamina el planeta. «Las temperaturas globales están aumentand o más allá de lo que los humanos modernos han experimentado jamás» , dice Copernicus. Es decir, son condiciones inéditas en los últimos 100.000 años. «Cada año de la última década es uno de los diez más cálidos registrados. Ahora estamos al borde de superar el nivel de 1,5ºC definido en el Acuerdo de París y el promedio de los últimos dos años ya está por encima de este nivel», dice Samantha Burgess, responsable del programa de vigilancia climática de Copernicus. «Estas altas temperaturas globales, junto con niveles récord de vapor de agua atmosférico en 2024, significaron olas de calor sin precedentes y eventos de fuertes lluvias, causando miseria para millones de personas». De hecho, en España, este año algunos estudios han vinculado la virulencia de las lluvias de la dana de Valencia con un aumento en la temperatura de la superficie del Mediterráneo y el calentamiento global. World Weather Attribution, un grupo de científicos que se ha especializado en estudiar de forma rápida si un evento meteorológico está vinculado o no con el cambio climático, ha concluido que el calentamiento global duplicó la probabilidad de que la dana sucediera y contribuyó a que las lluvias fueran un 12% más intensas. Una cifra similar a la que sacó otro estudio, esta vez de Climameter, un proyecto de investigación financiado por la Unión Europea y el Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), que concluyó que el cambio climático aumentó las precipitaciones un 15%. A nivel global, la temperatura media mundial mensual superó los 1,5° con respecto a los niveles preindustriales durante 11 meses del año. Si nos remontamos más atrás, todos los meses desde julio de 2023, excepto julio de 2024, han superado el nivel de 1,5°. Y durante este año, también se alcanzó el día con la mayor temperatura registrada hasta ahora: fue el 22 de julio, cuando hubo 17,16° de media. «La humanidad está a cargo de su propio destino, pero la forma en que respondamos al desafío climático debe basarse en evidencias. El futuro está en nuestras manos: una acción rápida y decisiva aún puede alterar la trayectoria de nuestro clima futuro», dice Carlo Buontempo, director del Servicio de Cambio Climático de Copernicus.